EDUARDO RAMOS Y SU NUEVA OBRA: “OPERACIÓN YARARÁ”

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El escritor EDUARDO RAMOS, autor de “Los años de plomo”, nos hizo llegar el primer capítulo de su nueva obra titulada: “Operación Yarará”. Esta apunta a ser un nuevo y muy interesante trhiller novelado, ambientado en los tiempos que la Argentina estaba inmersa en una guerra asimétrica contra el terrorismo   que atacaba a su sociedad impiadosamente, y cuyas secuelas llegan hasta nuestros días. Con la certeza que será un nuevo éxito, a continuación, van sus primeras líneas.

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OPERACIÓN YARARÁ

Thriller breve de Eduardo Ramos

Capitulo 1

          La bellísima joven Astrid Richardsson, bióloga y su padre Stigg, un ingeniero naval, prematuramente retirado de la Marina de Guerra Argentina habitaban el conurbano bonaerense, en el barrio antes distinguido por sus bonitas casas de techos de tejas color naranja, llamado “Don Torcuato”, chalets con piscinas y cuidados jardines de césped siempre prolijamente cortado. Allí, los habitantes de la Capital Federal de Argentina, la ciudad autónoma de Buenos Aires, hace decenas de años, concurrían los fines de semana huyendo de la vida agitada, vertiginosa, a veces histérica en búsqueda del silencio distante de la urbe que pacifica los ánimos. Hoy existen los barrios cerrados, que a cambio de precios siderales ofrecen canchas de tenis, de golf, y lujosas mansiones, pero, a pesar de contar con seguridad privada, no logran detener los robos y los asesinatos nunca resueltos. La provincia de Buenos Aires, ese colosal territorio, hoy , está habitada en considerable proporción por familias que han huido de la miseria de las provincias del norte , del noroeste argentino y de países sudamericanos, especialmente de los limítrofes con Argentina, también de otras latitudes en decadencia y han formado villas miserias inmensas y pequeñas, en las primeras se las han ingeniado para construir humildes viviendas de ladrillos, en algunos casos de dos o tres pisos de altura, consiguen luz eléctrica, televisión por cable, internet y los padres de familia trabajan de albañiles, plomeros, electricistas, en talleres mecánicos, talleres textiles clandestinos e infinidad de otros escapes del trabajo no registrado; las segundas, la mini-villas son pequeños asentamientos, muchos de ellos a las orillas de arroyos de aguas muy oscuras y contaminadas donde van a parar todo tipo de objetos en desuso, animales muertos, basura y desechos industriales de establecimientos  cercanos; estas viviendas son habitáculos de no más de tres metros de largo por tres de ancho construidos- sus paredes y techos -con chapas y latas, su piso es de tierra, no poseen baño, ni letrinas, ni pozos donde defecar en su  mayoría. Los jefes de familia, que con suerte son dos, viven del “cirujeo”, recolectan en los basurales particulares o del Estado, como el mal llamado CEAMSE, comida para alimentarse y dar de comer a sus hijos, y objetos para vender; cobre, bronce, plásticos, latas de gaseosas y desodorantes en aerosol, papeles, cartones y otros hallazgos dentro de las putrefactas bolsas de basura  que grandes maquinarias arrastran para formar montañas cuyo aroma de perfume francés se disfruta a varios kilómetros de distancia y de acuerdo adonde se dirija el viento. De los niños se encarga Dios, de los adolescentes el paco, la marihuana y el alcohol, y de los jóvenes la cárcel y el cementerio. Por supuesto que otros sectores de la población, que también llegaron de provincias sin posibilidades de subsistencia han logrado empleos registrados, obra social, la posibilidad de enviar sus hijos a la escuela primaria y secundaria, un sueldo más o menos digno, comprar alimentos diariamente, construir sus casas, adquirir automóviles, poder vacacionar y muchos orientan a sus hijos varones y mujeres a ingresar en alguna fuerza de seguridad desde muy jóvenes, en el mientras tanto algunos estudiarán y tendrán títulos terciarios o universitarios.  El otoño comenzaba a llevarse las hojas verdes de los árboles, el color sepia avanzaba arrastrándose por los patios, el gris plomizo bailaba en las nubes y la hora diecisiete sin febo en el cielo, adelantaba el anochecer.

          Astrid era una joven de cabello rubio, rapado en sus costados, largo y provocador e insumisamente erguido desde la frente hasta la nuca, había heredado los ojos verdes de su padre; en la escuela secundaria y en la universidad había sido la más bella entre todas las bellas. Supo cargarse una mochila y con la compañía de su amiga Carola recorrer algunas provincias del noroeste argentino, Bolivia, Perú Ecuador y Colombia, hasta llegar a Méjico. La excursión resultó un apasionante desafío a sus vulnerabilidades, a la incomodidad de la vida en carpa, a cocinar, a enfrentar el aseo personal en condiciones precarias y ocasionales, evitar insectos desconocidos potencialmente peligrosos, especialmente uno conocido: el hombre. De los poros de ella manaba la energía atrevida, la osadía, el vigor, la síntesis de sus genes, de la juventud y de su impronta personal, a la vez era muy femenina, sensual, siempre fijaba sus ojos esmeraldas a los ojos de su interlocutor y hablaba con voz cautivante, ingenuamente dulce y seductora, una conjugación infrecuente. Físicamente era bellísima, según nuestros parámetros occidentales modernos, eran sus genes nórdicos, de hombros altos, nariz erecta y pequeña, de impensadas posturas provocativas, su caminar cadencioso dejaba a los varones lobotomizados, esclavos de la magnitud de su elegancia, sumergidos eternamente en la desventaja.  Padre e hija se reunían junto a la chimenea, la rutina indicaba encontrar una buena película obligadamente acompañada de una cena caliente y el compartir recuerdos familiares nostálgicos o comentar las noticias de los noticieros. A través del ventanal que miraba hacia el patio trasero, donde estaba la piscina, ahora triste con agua verdosa, podían verse los incontables árboles gigantes del Campo de Mayo, miles de hectáreas de bosques generalmente recorridos por vientos fríos, en las que se escondían muchas secciones del ejército argentino, aerotransportadas, de infantería, artillería, colegios militares, la gendarmería nacional y la casa del Ministro de Defensa; la mayor guarnición militar de la argentina estaba detrás de las vías por las que circulaban los trenes deplorables que transportaban sudorosos trabajadores, varones y mujeres mal remunerados. Pero la Argentina brinda el servicio de salud público gratuito, la educación pública es gratuita en todos los niveles, todas las personas pueden trabajar: mujeres, varones, jóvenes, ancianos, con estudios o sin estudios, pobres o ricos, nativos o extranjeros,  podrán estar bien o mal remuneradas sus actividades, en blanco o en negro, pero nadie muere de hambre en el país más austral del mundo por falta de trabajo, como diría Alicia Velazquez, el mejor país del mundo como exhaló Milton-el hijo de Alicia- al pisar la pampa húmeda cuando regresaba de Turín;  tampoco existe en argentina segregación racial ni religiosa. Así también Argentina tiene territorios de gran violencia delictiva en gran parte de la provincia de Buenos Aires y en las grandes ciudades de las provincias más prósperas como Santa Fe, Rosario, Córdoba, La Plata y otra rodeadas de anillos de probreza. Las bandas dedicadas al comercio de drogas ilegales y el alcoholismo causan un gran daño silencioso al futuro, a los jóvenes, a los adolescentes y a los niños.

          Stigg comenzó a murmurar algo mientras leía en su ordenador portátil un correo electrónico que un organismo nacional de seguridad le había enviado reservadamente, se trataba de una invitación para evaluar, valiéndose de sus conocimientos de ingeniero naval el rendimiento del Hovercraft Raptor A 25, tarea por la cual recibiría una considerable suma de dinero.

-No estaría mal eh? – Dijo Stigg sonriendo con una mueca de alegría.

– ¿Qué es lo que no estaría mal pà? – Preguntó Astrid.

-Me han ofrecido una tarea… probar un hovercraft navegando por los ríos Paraná e Iguazú, no me interesa y rechazo cordialmente la oferta.

-Nooo! ¡Vayamos! ¡Te acompaño! – Dijo ella girando su cuerpo acostado en el sillón y utilizando su voz más seductora.

-De ninguna manera, a pesar de la buena paga, no tengo la más mínima motivación, vos no podrías integrar la tripulación y es una travesía algo peligrosa muy extenuante.

-Vos podés sortear ese pequeño detalle, ¡Vamos pá! Tenés tus contactos…

No sé, no me parece…

¡Dale Stigg! ¡Dame ese regalo de cumpleaños!

-Ya veremos… 

          La oficina de AT, actividades terroristas, o “el Núcleo” estaba situada casi al fondo de la majestuosa casa del microcentro, alejada del enjambre de las otras oficinas, “la Mansión” en su fachada ostentaba una puerta de hierros negros que cubrían vidrios transparentes, en medio de la fachada sobresalía una descomunal ventana protegida de la vista de los curiosos por una balaustrada imponente de mármol negro, en el primer piso y justo en medio de la ventana que daba a la acera, había un balcón importante dividido en tres sectores que daban ingreso al interior con tres puertas, a ambos lados de éste un balcón más pequeño a la izquierda y otro igual, remataba el frente cuya fachada estaba realizada en color blanco y portón de hierro negro de acceso a un garaje en el que solo cabía un automóvil. Al fondo a unos sesenta metros del frente parecía un patio de frondosas plantas y palmeras, que en el medio lucía una fuente de cemento, redonda, con una escultura de un ángel de mármol blanco en el centro, representado por un niño alado que sostenía una lira en una de sus manos; por encima de él, otra fuente más pequeña vertía agua desde varios orificios previos a su borde. Todo ese único patio de la mansión y la oficina de la terraza, estaban celosamente vigilados por cámaras, un alambrado electrificado y un cerco de púas, también un sistema de alarma sonora, con aviso instantáneo a la comisaría del barrio y a las patrullas policiales del comando radioeléctrico. ¿Se trataba de una mansión?, podría decirse que sí, sus dimensiones eran notables, en la época en que fue construida, tal vez los años cuarenta. Había sido adaptada y tenía muchas oficinas en la planta baja, dos comedores, cocina, baños más oficinas en el primer piso al que se llegaba por una escalera con peldaños de mármol blanco. Con un portón de hierro que daba acceso a la vereda del frente un garaje, luego un hall muy amplio con hogar, ventanales con vitrales y un túnel secreto comunicaba el patio del fondo con el garaje del frente, parecía haber sido construido para escapar, huir, pues su entrada y su salida estaban disimuladas, aunque también había en medio de él una habitación, como para esperar el momento oportuno para huir u ocultar algunos “materiales secretos”. La oficina AT o El Núcleo, ostentaba en la puerta ciega de ingreso un cartel de fondo blanco, con letras grandes y rojas en el que se leía:” Área Restringida”, debajo: “Sección Actividades terroristas” y más abajo: “Subsección Infiltraciones”. Detrás de muchos escritorios había personal especializado, todas mujeres, dos docenas tal vez, ingenieras informáticas, hackers, negociadoras, criminólogas, de laboratorio lingüístico, especialistas en Acción Psicológica, la Unidad de Ciencias de la Conducta, Política, Contrainteligencia, y otras áreas, todas eran orgánicas, es decir, personal de la planta permanente, de superficie, aunque su identidad se mantenía siempre oculta bajo nombres de guerra – nom de guerre, aún dentro de la Empresa. De la subsección infiltraciones dependía una red de espías, inorgánicos, operativos, gente que se movía en el terreno, en distintos ámbitos, la justicia, el gobierno, el parlamento, universidades, villas miserias, fábricas, y otros, éstos nunca podían portar armas. Y habida cuenta que en los últimos tiempos todo se podía penetrar informáticamente, las paredes ya no podían ocultar, todo se podía oír, todo se podía observar a muchísima distancia, todas las personas se podrían rastrear con las cámaras; con los satélites alquilados, utilizar telefonía celular era casi tonto por los hackeos, se estaba regresando a los viejos métodos de la segunda guerra mundial o de la guerra fría, citas con contraseñas, mensajes transmitidos boca a boca, o en micro papeles envueltos en pequeños envoltorios de plástico y escondidos debajo de la lengua,  teléfonos analógicos, llamadas desde teléfonos públicos también se utilizaban con mensajes encriptados o disimulados en frases coloquiales.

         Tenían la misión en general, de anticipar, buscar, obtener pruebas y anular, vale decir, detener o eliminar elementos terroristas; se movían dentro de un código no escrito, quienes investigaban algo no podían comentarlo a sus colegas, la información debida permanecer dentro del grupo específicamente asignado a cada investigación. Los espías de otras oficinas las llamaban Las Valquirias y habían sido seleccionadas por sus capacidades intelectuales, doctorados, idiomas, necesariamente solteras, sin compromisos sentimentales, sin hijos y obligatoriamente provenientes de ciudades de provincias lejanas. Todas parecían modelos, muchas de ellas bellísimas, jóvenes mujeres deslumbrantes, de pechos firmes y glúteos erectos, especialmente instruidas en inteligencia durante un curso de tres años, actualizado cada seis meses. Les habían enseñado autodominio, lectura gestual, mnemotecnia,  también la poderosa acción que ejerce la belleza femenina sobre el cerebro de los varones y también sobre algunas mujeres; psicología y neurobiología enseñaban como guiar el comportamiento de varones en mayor medida utilizando los atributos visibles, cabello, ojos, labios, pechos, glúteos y piernas, lo que entraba por los ojos, acompañado de un vestuario adecuado, cierto timbre de voz, un lenguaje refinado, la profundidad de la mirada, con lo subliminal, lo sugestivo, el manejo invisible de la delicada magia de la sutilidad, exhibir solo una pequeña muestra, nunca toda la oferta. La belleza femenina como arma, investigaciones psicoanalíticas y psicopatológicas sexuales; Carl Gustav Jung y Sigmund Freud incluidos en el programa de estudio, los potenciadores del sexo en el cerebro humano, el estilo en el caminar, la seducción del lenguaje, la gestualidad y otros tips de apariencia espontánea, pero en realidad estudiados y ensayados hasta el cansancio; también habían sido instruidas en el uso de drogas. Habían estudiado las emociones y los sentimientos, los patrones de respuesta conductual, el componente endocrino: la noradrenalina y la adrenalina, la regulación de los movimientos conductuales voluntarios e involuntarios, las emociones complejas: la envidia, la vergüenza, el amor, el éxtasis y la euforia; las causas que influyen en el razonamiento y la conducta de los individuos: las necesidades el miedo, el placer, la alegría, la tristeza, el dolor, como las pasiones egoístas como el odio, la venganza y la avaricia reducen la conciencia y condicionan la conducta; la reacción ante el peligro, las respuestas intensas de la noradrenalina que provoca el síndrome general de adaptación, agredir o huir según la situación de riesgo en la batalla, las endorfinas que hacen que el individuo reacciones con tranquilidad. Todas tenían colocado un dispositivo intrauterino para evitar embarazos no deseados y un microchip subcutáneo, un GPS, un rastreador, un localizador satelital en caso de tener que rescatarlas. Tenían un control médico riguroso y una alimentación especial ordenada por una nutricionista. El salario era de veinte mil dólares mensuales, más premios, para que sean económicamente independientes y estén un poco exentas del soborno ¿el horario?: full time. El sexo podía ser utilizado como último recurso, así también como último recurso podía eliminarse a un enemigo. En la vida privada, si es que la había, el sexo estaba permitido solo en forma ocasional, aunque se lo consideraba estrictamente privado y, en caso de algún noviazgo o casamiento debían comunicarlo y su pareja sería investigada y la valquiria corría el riesgo de partir destinada hacia otra oficina no-operativa. Todas habitaban departamentos pagados por La Empresa y manejaban sus automóviles comprados por ellas.

  -Todo el personal de Asunto Terroristas debe presentarse inmediatamente en la Sala de Situación-

          Se escuchó la orden que brotó del parlante atornillado a la pared en la oficina del Núcleo en la Mansión, era la voz del Señor Osvaldo, máximo Jefe de La Empresa.

          Las valquirias emprendieron la caminata presurosamente con la intriga ¿Qué sucede?

          El Jefe era un hombre extremadamente respetuoso, reservado en sus opiniones, en contacto frecuente con importantes personajes del submundo de los servicios de inteligencia, contactos que nunca rebelaba. Divorciado desde hacía muchos años, sin hijos del matrimonio y tampoco por fuera del mismo. Tenía el aspecto de un profesional de la salud, de un abogado tal vez, de un empresario, muy pulcro, siempre lucía como recién afeitado, corte de cabello cada quince días en la mejor barbería “Giuseppe”, uñas cuidadas, camisa de buena marca italiana, como sus pantalones y zapatos, todo al tono, modales de caballero, un metro setenta y siete de estatura, pulsera de oro en su muñeca izquierda, reloj Patek Philippe. Las empleadas de AT ingresaron al Auditorio de cuarenta asientos tapizados de color azul celeste en cuyo frente había una mesa y dos sillas ocupadas por el Jefe y un desconocido vestido con un traje gris plomo y corbata. Comenzó a hablar el señor Osvaldo:

– Han sido convocadas para realizar una misión ordenada por autoridades nacionales que mantendremos en reserva. Se trata de una expedición cuyo objetivo final y real es verificar la existencia de un campamento terrorista en la provincia de Misiones. El día 17 de febrero se dieron a conocer enfrentamientos armados entre un sector escindido de las FARC y el ELN, con decenas de muertos, muchos heridos y miles de desplazados en el área del Catacumbo y El Chocó, en Colombia por supuesto. El Presidente Petro manifestó públicamente que el cartel de Sinaloa se ha hecho cargo del ELN. El gobierno paraguayo nos informa que mediante información de inteligencia de su ejército la organización terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo, una escisión del Ejército Revolucionario del Pueblo, argentina, extinguida y renacida en Paraguay con la nueva denominación en 1994 y públicamente en 2008, podría mantener a dos empresarios secuestrados en cautiverio en la provincia de Misiones-argentina- en una zona selvática imprecisa.

          El análisis de la situación nos lleva a pensar que podríamos estar en presencia de un desplazamiento de sectores de las FARC, ELN, EPP, PCC separados o conjuntamente hacia territorio argentino en zona de fronteras norte. Con lectura satelital o con una aplicación” View o Maps” podríamos ver y recorrer las zonas probables de asentamiento, pero se ha ordenado una investigación de acercamiento, en el terreno, precisa, detallada, filmada y con entrevista a pobladores locales.

– ¿Preguntas?

– ¿Estamos organizando entonces un grupo de observadores de avanzada? – Inquirió María José, médica, especialista en traumatología, con capacidades especiales, en medio de tiroteos en los que había desesperación, mucha adrenalina, mucha sangre, heridos, muertos, gritos de agonía, mucho miedo, ella vaya a saber por qué, bajaba su presión arterial, actuaba con pasmosa tranquilidad, cambiaba de posiciones con la velocidad del rayo, disparaba y mataba con precisión, también solía practicar  artes marciales, de cortos , lacios y brillosos cabellos negros, enigmática por su secretismo maniático, debido a que sus abuelos eran jordanos le decían “La turca” y en la Empresa todos estaban convencidos que era la preferida del Señor Osvaldo, si era verdad, su preferencia no era correspondida, todos los demás integrantes de La Empresa dudaban.

– No precisamente y tampoco es tan simple- Planteamos una pantalla  una expedición “de superficie”, una pantalla pública, cuya cobertura será que se trata de una expedición científica para analizar el impacto de la contaminación en la fauna ictícola, el agua del río y la vegetación de las costas en todo el curso del río Paraná y del Iguazú en territorio argentino, especialmente el Este de la hidrovía hasta desviar hacia el río Iguazú y simultáneamente, la misión específica, estrictamente secreta a partir de este momento. La segunda, la pantalla semisecreta por así denominarla, será poner a prueba el rendimiento de una nave, un Hovercraft un prototipo diseñado por una persona que no podemos nombrar, como tampoco su condición, ni ubicación, no es de incumbencia de ustedes, solo para su conocimiento el diseño y la fabricación si resulta aprobado, una vez observado su rendimiento en la travesía que algunas de ustedes integrarán, será industria nacional, argentina. Hovercrafts hay muchos y muy modernos, pero éste, el modelo Raptor A 25 es de bajo costo, construido con partes que se consiguen en argentina, dará trabajo a pequeñas fábricas de sus elementos y empleo en la planta de producción y ensamblado, no es poco en la realidad que vivimos.

          El Jefe de La Empresa, el Señor Osvaldo, fumador empedernido con la pipa en su mano derecha y con voz grave, tomó aire y continuó luego de toser: A su pregunta le respondo:- sí- también es una búsqueda, una penetración en el territorio misionero, una infiltración y estará a cargo del equipo Uno integrado por la agente Larissa, quién estará a cargo del grupo y la agente, María José .El grupo Dos está integrado por dos soldados, comandos especializados que siempre vestirán mamelucos y no uniformes militares y cuya responsabilidad es la seguridad de la nave y de los grupos Uno y Tres. Si se produce un enfrentamiento armado el grupo Uno y Dos serán una unidad integrada y así actuarán, armas llevan suficientes.

      El grupo Tres lo integran el Señor Richarsson y su hija, su misión es poner a prueba la nave y este grupo no debe conocer bajo ningún concepto la misión secreta del grupo Uno. El grupo Cuatro operará con diez agentes desde la Empresa Sección AT, monitoreará la operación, aportando informes meteorológicos, información satelital, determinará los horarios de los tramos, coordinará los desplazamientos y eventualmente puede socorrer, auxiliar o reforzar a los grupos Uno y Dos o enviar a un grupo aerotransportado de empleo inmediato que estará expectante en una base cercana con tres helicópteros disponibles.

          La nave, que en realidad flotaba en un colchón de aire sobre la superficie del agua y también de la tierra si era necesario, emanaba un zumbido temerario, agresivo, guerrero. De dimensiones importantes y muy similares a la Raptor había muchas en el mundo, pero ésta se trataba de un prototipo de dieciseis metros de eslora y seis de manga, de sesenta nudos de velocidad máxima y 1,5 metros cúbicos de capacidad para combustible; podía transportar, además de la tripulación , cuatro personas,  dos hombres (soldados, comandos); las dos “biólogas” Marìa Josè  y Larissa, de la supuesta Comisiòn de Investigaciòn de Ambito Fluvial y Lacustre, y  Stigg y Astrid.

          La nave estaba provista de blindaje kevlar 49 y se había construido con aluminio naval. Llevaba una hélice de gran porte cubierta por “polleras” externas, alrededor de la nave y otra hélice de impulsión en la borda, detrás de la sala de máquinas y dos de repuesto. Además de los tanques de biocombustible, llevaba otros de agua potable, estaba provista de una cocina, un comedor, sanitarios, duchas, sala de estar y camarotes. La sección superior estaba cabinada para la navegación en condiciones climáticas adversas como frío, calor, rayos UV, oleaje.  La tripulación estaba compuesta por un encargado de máquinas, Roque y dos marineros Franco  y Daniel, y era Franco el encargado de operar el dron de avanzada Phantom 4 Pro, de 1,380 Kgrs., era de color blanco, de cuatro hélices, una autonomía de treinta minutos, una cámara de veinte mp video 4K y alcanzaba una altitud máxima de seis mil metros.

             Astrid, bióloga- de verdad- que, para afrontar la travesía había comprado una calza camuflada 3D, una campera tricapa impermeable de diez milímetros, con capucha, todo camuflado, un chaleco salvavidas súper reforzado Sea Rocker sublimizado color azul y celeste. También la tripulación llevaba una carpa camuflada de tres metros por seis con tratamiento de repelencia al agua y UV, también elementos de pesca, cocina, armamento y aparatología para registros con tecnología de avanzada.

          La misión, a la que su padre Stigg Richardsson había comprometido su dedicación y conocimientos, remunerada por el Estado argentino, consistía en determinar cualidades y debilidades del prototipo para perseguir e interceptar todo tipo de embarcaciones en el río Paraná y tal vez exportar a otros países. Además, era posible equipar la Raptor o Velociraptor con dispositivos para eludir drones y misiles náuticos. Así también compararla con la nave Peritet looker 440S, fabricada en Yaroslavl, un astillero situado a 250 km. al noreste de Moscú, cuyas características la hacen especial para aguas frías. El prototipo de hovercraft Raptor A 25 argentino llevaba visores nocturnos, tipo prismáticos de 12 km. del alcance, Vectro 21 Nite, suizos, fusiles M16 A2, 5,56mm, 30 cartuchos de EEUU y lanzacohetes AT4CS suecos, calibre 84mm, de 6,7 Kgrs. de peso, alcance efectivo 500mts., un solo uso, antitanque, operado por una sola persona También había equipos de buceo para todos. La otra orden de la misión era observar las incontables islas del majestuoso Paraná y en las márgenes posibles lugares de desembarcos clandestinos, tráfico de drogas ilegales, inmigración clandestina, contrabandos y rutas agua-tierra-aire de terroristas

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          El hombre de barba negra y cutis oliváceo, sostenía un collar de cuentas y con sus dedos índice y anular jugueteó con ellas adentro de la carpa mientras observó el árbol que pareciera acariciar las nubes; estaba acostado sobre un catre de lona gruesa; siempre llueve en la inmensa selva misionera, la lluvia estúpida y maravillosa, monótona e infinita, cuando llueve los pájaros pliegan sus alas y se posan en alguna rama, no cantan, las mariposas vaya uno a saber adónde se esconden; es el clima subtropical y la selva, la tierra roja, el hombre de barba miró el reloj que llevaba en su muñeca izquierda, era la hora dieciséis; había malhumor en su mirada ¿o era más que eso?, sí…odio, el odio que había envenenado su sangre y su cerebro para siempre. Su traductor, un flacucho de unos sesenta años transpiraba nervioso y asustado intentando explicar lo difícil que resultaba conectar el diálogo en guaraní, español y el dialecto yemení del visitante, afirmó:

– Los colombianos y los paraguayos vendrán el día convenido, están llegando, los Stinger ya están aquí, en buen estado, dos cajones, funcionarán.

          Junto al hombre de barba se arrodillaba una joven de hermosos ojos oscuros profundos que únicamente se dirigían hacia los del hombre de barba, ojos de odio letal; ella había servido dos tazas de tè y nunca había hablado. Su silencio sumiso no era garantía de ternura, tampoco de amor era de obediencia militar al superior, tampoco era señal de capacidades inferiores, ella era un cuadro entrenado en supervivencia y combate en el desierto, la selva y en zonas urbanas…

 

 


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Abril 27, 2025


 

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