EDUCACION PARA TODOS. LIBERTAD E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES 

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   Por FRANCISCO BÉNARD.                                                                                                                                                               

Según el Dr. Carlos Cullen, la ética del trabajo docente es una virtud ciudadana. Dicho de esta manera, la dimensión ética de la educación es como mediación normativa. Podemos decir, que hay tres niveles: meta ético, ética normativa y ética aplicada. Así mismo, el debate y la división sobre la moral o las morales e incluso absolutismo toma distintas posiciones. Sin embargo, hay  que aclarar que los fundamentalistas tienen una moral que son capaces de dar su vida por ello sin pensarlo, además hay que agregar, que no admiten ninguna otra moral. Por otra parte, los escépticos no admiten discusión de ningún tipo. Teniendo en cuenta estos dos polos opuestos podemos decir que la ética se mueve entre estos dos extremos: fundamentalismo y escepticismo. Es necesario recalcar que la ética nos da la posibilidad de argumentar sino también la de razonar y de reflexionar. De acuerdo con lo dicho, podremos encontrar tres grandes posicionamientos teóricos: éticas teológicas, éticas modernas y éticas deontológicas. La primera se las suele llamar las éticas de fines o del bien y que están relacionadas con los valores; la segunda considera las normas y principios (morales o morales) dado que la razón nos puede dar más razones y argumentos para obrar bien; y la tercera nos da la posibilidad de ratificar conductas ya que a través de la reflexión nos puede dar más razones y argumentos para actuar bien. Luego en el siglo XX aparecieron las éticas: “axiológicas” que están relacionadas con los valores, lo que captamos es importante; y “aplicada” que trataría los principios trascendentes en relación a la cosa misma. Los principios básicos en la Educación o trabajo educativo se basan en dos pilares fundamentales que son los principios generales básicos, la libertad y la igualdad. Dicho esto, el objetivo principal de la ética es la reflexión racional, argumentativa, sobre las razones que tenemos moralmente ya sea bueno o malo. No solo la ética es una reflexión sobre la moral sino también que la libertad también debe ser debe ser para todos y debe existir igualdad de oportunidades. Conviene subrayar que la Educación tiene principios específicos de Justicia en la esfera social y lo que está en juego es el predominio. Hay que mencionar, además que la valoración del trabajo docente es parte de un principio de justicia universal. Más aun, la idea de la virtud ciudadana en la ética docente está ligada a una ética relacionada con los bienes. Se debe agregar que enseñar el bien hace a la virtud docencia. Al mismo tiempo, la responsabilidad es ensenar bien pero siempre está en los límites del exceso con el defecto. A su vez, lo bueno no está definido por nadie. Habría que decir también que la excelencia y la dignidad de lo que hacen los docentes es la acción de enseñar. Teniendo esto en cuenta, el conocimiento es un fin y también un medio. El habito de enseñar bien no es ni facultad ni mera compulsión ya que implica un trabajo inteligente, una deliberación de la razón e implica aprender. Para ser más específicos, la prudencia aconseja elegir el momento justo (medio). Avanzando en nuestro razonamiento, debo destacar que el conocimiento no es un bien privado dado que enseñar es simplemente publicitar el saber, o sea, hacerlo público. Dicho lo anterior, también podemos agregar que es una virtud elegir el bien y el buen enseñar, por consiguiente, desde un principio de justicia. Otro rasgo que cabe mencionar es la virtud ciudadana que no es meramente personal sino una responsabilidad pública. Es necesario recalcar que la educación es una mediación normativa que pone en juego un mero desarrollo y la praxis social-histórica. Todas estas observaciones se relacionan también con la inserción en las prácticas sociales, como la socialización de los individuos. Dicho de otra manera, el punto de partida sería el de un no educado y el punto de llegada un educado. Llegados a este punto, podemos decir, que el acto de ensenar se produce en el acto de enseñar una lucha entre el deseo de aprender y el poder de enseñar. De manera semejante, vale tanto para el niño como para el docente. El trabajo docente está invertido públicamente de un poder que es ensenar y a su vez legitima para que no se convierta en sometimiento o dominio. Con respecto a lo último, cabe destacar que en muchas ocasiones existe por desgracia una relación fuerte entre conocimiento y poder. Considerando lo último, como docente no debemos permitir esto y bloquear el derecho de aprender ya que es una responsabilidad ética. Bajo ningún aspecto debemos confundir el poder de enseñar con dominación. Nuestra misma acción es una praxis social y un tema clave de nuestra responsabilidad. Más aun, la enseñanza es lo que permite que aparezca el sujeto en el ámbito de lo público. Resumiendo, debemos transmitir culturas, saberes y una cuestión clave en el trabajo docente, es la hospitalidad de atender al otro en tanto otro y no al yo que yo represento. En otras palabras. Debemos tener la responsabilidad de ser capaces de dar una respuesta.

Francisco Benard

Abogado

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 9, 2020


 

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