Uno de los autores de la matanza de los abogados de Atocha, Carlos García Juliá, ha salido este jueves por la mañana de la prisión de Soto del Real (Madrid), donde cumplía condena como autor de cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio. Los abogados y compañeros de las víctimas Cristina Almeida y José María Mohedano explicaron a la prensasu perplejidad ante la concatenación de decisiones judiciales que ha permitido al pistolero de Atocha salir de presión.
La salida se ha producido a las 9.30 horas de la prisión madrileña en la que ingresó en febrero de este año después de ser extraditado a España desde Brasil, donde fue detenido en diciembre de 2018 tras décadas prófugo y un periodo encarcelado en Bolivia por un delito relacionado con el narcotráfico. Está condenado por ser uno de los autores de la matanza de Atocha, cometida en Madrid el 24 de enero de 1977 en un bufete de abogados laboralistas.
Tres hombres tocaron el timbre del 55 Atocha entre las 22.30 y las 22.45 horas del 24 de enero de 1977. Su objetivo era Joaquín Navarro, secretario general del sindicato de transportes de CC.OO, que en ese momento dirigía un huelga en Madrid, había combatido la corrupción dentro del sector y denunciado la organización sindical controlada por el estado Sindicato Vertical. Dos de los hombres, portando armas cargadas, entraron a la oficina, mientras que el tercero, portando una pistola descargada, se quedó en la entrada para vigilar. El primero en morir fue Rodríguez Leal. Los atacantes registraron la oficina y encontraron a los ocho empleados restantes, sin embargo, al no encontrar a Navarro, ya que se había ido poco antes, decidieron matar a todos los presentes. Se les dijo que levantaran sus “manitas en alto”, los ocho fueron alineados contra una pared y fusilados. Dos víctimas, Luis Javier Benavides y Enrique Valdevira, murieron instantáneamente, y dos más, Serafín Holgado y Francisco Javier Sauquillo, fallecieron poco después de ser trasladados al hospital. Los cuatro restantes, Dolores González Ruiz (esposa de Sauquillo), Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta y Luis Ramos Pardo resultaron gravemente heridos, pero sobrevivieron. Ruiz estaba embarazada en ese momento y perdió al niño como resultado del ataque. Manuela Carmena, quien más tarde se convertiría en alcaldesa de Madrid en 2015, había estado en la oficina más temprano en la noche, pero la llamaron.
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Aunque le quedaban por cumplir más de diez años, la Audiencia Provincial de Ciudad Real -que es el último tribunal que sentenció al autor de la matanza por otro delito diferente- atendió el pasado mayo la petición de su abogado para una nueva liquidación de la condena, que le reconoció redenciones durante el tiempo que estuvo prófugo en Sudamérica. En aquel momento, víctimas de la matanza de Atocha solicitaron la nulidad de las actuaciones sobre García Juliá e impugnaron la liquidación de condena dictada por el tribunal.
García Juliá fue sentenciado a 193 años de prisión en 1980, pero tan solo cumplió 14 años de la pena que le había sido impuesta. En 1991 consiguió la libertad condicional y, años después, logró un permiso para viajar a Latinoamérica por una oferta de trabajo y, aunque el permiso fue revocado posteriormente, nunca regresó a España.
García Juliá estuvo durante casi 25 años prófugo de la justicia, escondido en países como Paraguay, Argentina, EEUU y Bolivia.
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Uno de los autores de la matanza de los abogados de Atocha, Carlos García Juliá, ha salido este jueves por la mañana de la prisión de Soto del Real (Madrid), donde cumplía condena como autor de cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio. Los abogados y compañeros de las víctimas Cristina Almeida y José María Mohedano explicaron a la prensa su perplejidad ante la concatenación de decisiones judiciales que ha permitido al pistolero de Atocha salir de presión.
La salida se ha producido a las 9.30 horas de la prisión madrileña en la que ingresó en febrero de este año después de ser extraditado a España desde Brasil, donde fue detenido en diciembre de 2018 tras décadas prófugo y un periodo encarcelado en Bolivia por un delito relacionado con el narcotráfico. Está condenado por ser uno de los autores de la matanza de Atocha, cometida en Madrid el 24 de enero de 1977 en un bufete de abogados laboralistas.
[ezcol_1quarter] [/ezcol_1quarter] [ezcol_3quarter_end]Atocha
Tres hombres tocaron el timbre del 55 Atocha entre las 22.30 y las 22.45 horas del 24 de enero de 1977. Su objetivo era Joaquín Navarro, secretario general del sindicato de transportes de CC.OO, que en ese momento dirigía un huelga en Madrid, había combatido la corrupción dentro del sector y denunciado la organización sindical controlada por el estado Sindicato Vertical. Dos de los hombres, portando armas cargadas, entraron a la oficina, mientras que el tercero, portando una pistola descargada, se quedó en la entrada para vigilar. El primero en morir fue Rodríguez Leal. Los atacantes registraron la oficina y encontraron a los ocho empleados restantes, sin embargo, al no encontrar a Navarro, ya que se había ido poco antes, decidieron matar a todos los presentes. Se les dijo que levantaran sus “manitas en alto”, los ocho fueron alineados contra una pared y fusilados. Dos víctimas, Luis Javier Benavides y Enrique Valdevira, murieron instantáneamente, y dos más, Serafín Holgado y Francisco Javier Sauquillo, fallecieron poco después de ser trasladados al hospital. Los cuatro restantes, Dolores González Ruiz (esposa de Sauquillo), Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta y Luis Ramos Pardo resultaron gravemente heridos, pero sobrevivieron. Ruiz estaba embarazada en ese momento y perdió al niño como resultado del ataque. Manuela Carmena, quien más tarde se convertiría en alcaldesa de Madrid en 2015, había estado en la oficina más temprano en la noche, pero la llamaron.
[/ezcol_3quarter_end]Aunque le quedaban por cumplir más de diez años, la Audiencia Provincial de Ciudad Real -que es el último tribunal que sentenció al autor de la matanza por otro delito diferente- atendió el pasado mayo la petición de su abogado para una nueva liquidación de la condena, que le reconoció redenciones durante el tiempo que estuvo prófugo en Sudamérica. En aquel momento, víctimas de la matanza de Atocha solicitaron la nulidad de las actuaciones sobre García Juliá e impugnaron la liquidación de condena dictada por el tribunal.
García Juliá fue sentenciado a 193 años de prisión en 1980, pero tan solo cumplió 14 años de la pena que le había sido impuesta. En 1991 consiguió la libertad condicional y, años después, logró un permiso para viajar a Latinoamérica por una oferta de trabajo y, aunque el permiso fue revocado posteriormente, nunca regresó a España.
García Juliá estuvo durante casi 25 años prófugo de la justicia, escondido en países como Paraguay, Argentina, EEUU y Bolivia.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 20, 2020