En unos segundos, el techo se desplomó como una compactadora. Adrián, en un acto noble de arrojo heroico, se lanzó sobre sus perritas, ambas rescatadas, para protegerlas. Su gatita murió cerca de Adrián, pero allí se fue su vida, esa que tenía por delante. Sus sueños, sus pequeñas y grandes ambiciones, se evaporaron y fueron cubiertos por los escombros.
Adrián tenía 32 años, era sonidista en un canal de televisión.
Los problemas empezaron cuando una empresa de construcción, activo sus trabajos con máquinas y obreros en el terreno vacío, que se encontraba del otro lado de la medianera. Cada vez que los trabajos se incrementaban, vibraban las paredes.
[ezcol_1third]
[/ezcol_1third]
[ezcol_1third]
[/ezcol_1third]
[ezcol_1third_end]
[/ezcol_1third_end]
La construcción está a cargo de la empresa Lybster S.A. Su responsable el arquitecto Eduardo Agustín Aguaviva está al frente del proyecto y su dirección. El arquitecto Aguaviva había sido intimado a realizar tareas de apuntalamiento de medianeras, para poder seguir con los trabajos. Al mismo tiempo, había una inspección prevista para dos días después, de que todo se desplomara.
En un examen previo, se habían determinado las irregularidades. Se le informó al principal de obra que producto de la excavación había cuestiones a subsanar, como apuntalar la base de la obra.
Desde la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) señalaron que el gremio había radicado una denuncia por falta de señalización y protección de zanjas y excavaciones, faltantes de elementos de seguridad para albañiles y otras anormalidades.
El derrumbe ocurrido el 1° de abril de 2019, en Pavón 3076, en el barrio de San Cristóbal en CABA, se produjo por defectos en el proceso de construcción de una torre lindera que se encontraba en la etapa de submuración. La vivienda destruida tenía planta baja y dos pisos. En la planta baja funcionaba un supermercado y había dos viviendas en los pisos superiores.
Adrián sigue vivo en el corazón de su madre, Norma, quien no descansa para conseguir una justicia que se hace lenta y provoca más dolor.
“Ellos (los encargados de la obra) primero me condenaron a mí con este dolor. Yo sufro y ellos siguen su vida como si nada hubiese pasado. Está todo al revés: yo soy la condenada a perpetua”
Adrián era un inmenso colaborador con la sociedad donando ropas o ayudando a necesitados. Su pasión se distribuía entre su familia y amigos, sus animales de compañía, además de ser un vibrante activista contra el maltrato de estas criaturas y su Boca Juniors.
Así lo recuerdan todos. Su madre, Norma, va más allá:
“PIDO JUSTICIA POR MI HIJO ADRIÁN CONTINIELLO! No olvidemos que Adri estaba en su casa y Constructora Lybster la derrumbó, lo enterró en vida, arrebató su vida y sus sueños . El gobierno de la ciudad también es responsable ya que Control de Obras no clausuró la obra habiendo estado un inspector horas antes. Si este inspector hubiera cumplido con sus deberes de funcionario público Adrián estaría vivo. Lo condenaron a PENA DE MUERTE y a toda nuestra familia a sufrir de por vida su ausencia. ¡NO FUE UNA FATALIDAD, FUE UN CRIMEN! ¡Juicio y Cárcel a los responsables! BASTA DE IMPUNIDAD Y TAPAR LA JUSTICIA COMPRANDO TESTIGOS DANDO PUESTOS DE TRABAJO. ¡La verdad siempre sale a la luz! ¡MÁS QUE NUNCA PIDO APOYO PARA QUE ADRIÁN TENGA SU JUSTA JUSTICIA! Muchas gracias”
♦
En unos segundos, el techo se desplomó como una compactadora. Adrián, en un acto noble de arrojo heroico, se lanzó sobre sus perritas, ambas rescatadas, para protegerlas. Su gatita murió cerca de Adrián, pero allí se fue su vida, esa que tenía por delante. Sus sueños, sus pequeñas y grandes ambiciones, se evaporaron y fueron cubiertos por los escombros.
Adrián tenía 32 años, era sonidista en un canal de televisión.
Los problemas empezaron cuando una empresa de construcción, activo sus trabajos con máquinas y obreros en el terreno vacío, que se encontraba del otro lado de la medianera. Cada vez que los trabajos se incrementaban, vibraban las paredes.
[ezcol_1third]
[/ezcol_1third] [ezcol_1third]
[/ezcol_1third] [ezcol_1third_end]
[/ezcol_1third_end]La construcción está a cargo de la empresa Lybster S.A. Su responsable el arquitecto Eduardo Agustín Aguaviva está al frente del proyecto y su dirección. El arquitecto Aguaviva había sido intimado a realizar tareas de apuntalamiento de medianeras, para poder seguir con los trabajos. Al
mismo tiempo, había una inspección prevista para dos días después, de que todo se desplomara.
En un examen previo, se habían determinado las irregularidades. Se le informó al principal de obra que producto de la excavación había cuestiones a subsanar, como apuntalar la base de la obra.
Desde la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) señalaron que el gremio había radicado una denuncia por falta de señalización y protección de zanjas y excavaciones, faltantes de elementos de seguridad para albañiles y otras anormalidades.
El derrumbe ocurrido el 1° de abril de 2019, en Pavón 3076, en el barrio de San Cristóbal en CABA, se produjo por defectos en el proceso de construcción de una torre lindera que se encontraba en la etapa de submuración. La vivienda destruida tenía planta baja y dos pisos. En la planta baja funcionaba un supermercado y había dos viviendas en los pisos superiores.
Adrián sigue vivo en el corazón de su madre, Norma, quien no descansa para conseguir una justicia que se hace lenta y provoca más dolor.
“Ellos (los encargados de la obra) primero me condenaron a mí con este dolor. Yo sufro y ellos siguen su vida como si nada hubiese pasado. Está todo al revés: yo soy la condenada a perpetua”
Adrián era un inmenso colaborador con la sociedad donando ropas o ayudando a necesitados. Su pasión se distribuía entre su familia y amigos, sus animales de compañía, además de ser un vibrante activista contra el maltrato de estas criaturas y su Boca Juniors.
Así lo recuerdan todos. Su madre, Norma, va más allá:
“PIDO JUSTICIA POR MI HIJO ADRIÁN CONTINIELLO! No olvidemos que Adri estaba en su casa y Constructora Lybster la derrumbó, lo enterró en vida, arrebató su vida y sus sueños . El gobierno de la ciudad también es responsable ya que Control de Obras no clausuró la obra habiendo estado un inspector horas antes. Si este inspector hubiera cumplido con sus deberes de funcionario público Adrián estaría vivo. Lo condenaron a PENA DE MUERTE y a toda nuestra familia a sufrir de por vida su ausencia. ¡NO FUE UNA FATALIDAD, FUE UN CRIMEN! ¡Juicio y Cárcel a los responsables! BASTA DE IMPUNIDAD Y TAPAR LA JUSTICIA COMPRANDO TESTIGOS DANDO PUESTOS DE TRABAJO. ¡La verdad siempre sale a la luz! ¡MÁS QUE NUNCA PIDO APOYO PARA QUE ADRIÁN TENGA SU JUSTA JUSTICIA! Muchas gracias”
Sin embargo, Adrián aún no tiene justicia.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 12, 2020