En realidad, mi primera preocupación es hacer entender que los derechos humanos, constituyen un problema abierto.
¿Qué quiere decir esto? Que el tema no está agotado, ni se ha encontrado un listado definitivo que es válido hasta el fin del mundo. Hay muchos, que lo consideran un tema terminado. Y yo pecaminosamente diría que recién estamos comenzando. Hay un largo caminar que quizás lo mediremos en un futuro de siglos.
Pero a la vez, hay que reconocer que, gracias a los esfuerzos realizados durante la segunda mitad del siglo XX, se ha tomado conciencia de la existencia de los derechos humanos y se ha concretado una enumeración de ellos de inapreciable valor.
Para mejor se ha logrado concretar en acuerdos planetarios, y en documentos que no son nada despreciables.
Por lo tanto, destaco que hasta ahora hay una enumeración de derechos humanos que hay que valorar y asegurar su cumplimiento.
Como es costumbre en el mundo político, muchas personas que se declararon defensores de los derechos humanos, tienen en sus curriculums antecedentes terroristas, así como de corrupción; que los utilizan para encontrar beneficios políticos espurios.
Esto ha llevado a mucha gente a cuestionar la validez de los derechos humanos desvalorizando su valor, por el hecho de ser usados por violadores de esos mismos derechos.
Creo que esta confusión en muchos casos simplista y es también aprovechado por quienes desconocen la vigencia de los mismos, por conductas también violatorias, en función de intereses ajenos al respeto del ser humano.
Reivindico la vigencia de los derechos humanos, sin dejar de pensar que deben constantemente ser estudiados en busca de nuevos fundamentos que los revaliden constantemente.
Pero hay una reflexión sobre lo que se convierte un negocio de los derechos humanos.
La existencia de los derechos humanos vigentes a la fecha, impone el deber de cada uno, de respetar con su propia conducta los derechos de los demás. Lo más importante es no ser un cazador de brujas que busca quienes los violan. El tema es como “yo” cumplo respetando los derechos humanos de los demás.
En un plano ideal, si todos asumen que es deber de cada uno es cumplir con los derechos humanos, en todo momento y lugar, seguramente no habría violaciones a los mismos. Ni se daría pie a los que viven estos derechos como un negocio.
Ni tampoco permitiría que fueran ignorados en su contenido, porque como todos tenemos el deber de cumplir con ellos cuando tratamos con los demás, tenemos que conocerlos.
Hay numerosos documentos donde se encuentran enumerados los derechos humanos, desde las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales regionales. Aún así, debo destacar que un documento que no puede ser eludido es “Pacem in terris” última encíclica de Juan XXIII, escrita para todas las personas de buena voluntad.
Estoy seguro, que el estudio de estos documentos que debemos leer responsablemente, permitirá asegurar los derechos humanos de los demás. Y esto se hace no empleando palabras de “barricada”, sino cuidando la propia conducta.
Soy reiterativo en este trabajo, para que se entienda lo que no se quiere ver. ¿Defendés los derechos humanos? Cumplilos celosamente.
CARLOS ANTONIO ESPAÑADERO es un oficial jefe retirado del Ejército Argentino con gran intelectualidad y una mente privilegiada que goza de máxima lucidez. Es padre de seis hijos y abuelo de cuatro nietas, y lo destacable: Tiene 84 jóvenes años de edad a pesar de lo cual, ocupa una celda en el Pabellón 8 de esta misma prisión. Ha escrito y publicado dos libros: EL PROBLEMA DEL TERRORISMO (2008) y LA SEGURIDAD PÚBLICA (2009) Al día de hoy, se encuentra completando un tercero titulado: LA TRAGEDIA TERRORISTA ARGENTINA. Con él, todos los días nos reunimos en horas de la tarde intercambiando comentarios y pareceres de todo tipo. Preponderantemente de Geopolítica e Historia Contemporánea. Bien, esto es un decir, casi se podría expresar que me brinda clases sobre los mencionados tópicos. El tratarle es un placer ya que enriquece el conocimiento teniéndose en cuenta su condiciones didácticas. Fue profesor durante largos años de Geopolítica en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC) de Buenos Aires, en la Escuela Superior de Policía de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata, en la Academia de Estudios Penitenciarios en la ciudad de Buenos Aires y también en la Escuela de Inteligencia de la Fuerza Aérea.
Escribe Carlos Españadero.
En realidad, mi primera preocupación es hacer entender que los derechos humanos, constituyen un problema abierto.
¿Qué quiere decir esto? Que el tema no está agotado, ni se ha encontrado un listado definitivo que es válido hasta el fin del mundo. Hay muchos, que lo consideran un tema terminado. Y yo pecaminosamente diría que recién estamos comenzando. Hay un largo caminar que quizás lo mediremos en un futuro de siglos.
Pero a la vez, hay que reconocer que, gracias a los esfuerzos realizados durante la segunda mitad del siglo XX, se ha tomado conciencia de la existencia de los derechos humanos y se ha concretado una enumeración de ellos de inapreciable valor.
Para mejor se ha logrado concretar en acuerdos planetarios, y en documentos que no son nada despreciables.
Por lo tanto, destaco que hasta ahora hay una enumeración de derechos humanos que hay que valorar y asegurar su cumplimiento.
Como es costumbre en el mundo político, muchas personas que se declararon defensores de los derechos humanos, tienen en sus curriculums antecedentes terroristas, así como de corrupción; que los utilizan para encontrar beneficios políticos espurios.
Esto ha llevado a mucha gente a cuestionar la validez de los derechos humanos desvalorizando su valor, por el hecho de ser usados por violadores de esos mismos derechos.
Creo que esta confusión en muchos casos simplista y es también aprovechado por quienes desconocen la vigencia de los mismos, por conductas también violatorias, en función de intereses ajenos al respeto del ser humano.
Reivindico la vigencia de los derechos humanos, sin dejar de pensar que deben constantemente ser estudiados en busca de nuevos fundamentos que los revaliden constantemente.
Pero hay una reflexión sobre lo que se convierte un negocio de los derechos humanos.
La existencia de los derechos humanos vigentes a la fecha, impone el deber de cada uno, de respetar con su propia conducta los derechos de los demás. Lo más importante es no ser un cazador de brujas que busca quienes los violan. El tema es como “yo” cumplo respetando los derechos humanos de los demás.
En un plano ideal, si todos asumen que es deber de cada uno es cumplir con los derechos humanos, en todo momento y lugar, seguramente no habría violaciones a los mismos. Ni se daría pie a los que viven estos derechos como un negocio.
Ni tampoco permitiría que fueran ignorados en su contenido, porque como todos tenemos el deber de cumplir con ellos cuando tratamos con los demás, tenemos que conocerlos.
Hay numerosos documentos donde se encuentran enumerados los derechos humanos, desde las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales regionales. Aún así, debo destacar que un documento que no puede ser eludido es “Pacem in terris” última encíclica de Juan XXIII, escrita para todas las personas de buena voluntad.
Estoy seguro, que el estudio de estos documentos que debemos leer responsablemente, permitirá asegurar los derechos humanos de los demás. Y esto se hace no empleando palabras de “barricada”, sino cuidando la propia conducta.
Soy reiterativo en este trabajo, para que se entienda lo que no se quiere ver. ¿Defendés los derechos humanos? Cumplilos celosamente.
CARLOS ANTONIO ESPAÑADERO es un oficial jefe retirado del Ejército Argentino con gran intelectualidad y una mente privilegiada que goza de máxima lucidez. Es padre de seis hijos y abuelo de cuatro nietas, y lo destacable: Tiene 84 jóvenes años de edad a pesar de lo cual, ocupa una celda en el Pabellón 8 de esta misma prisión. Ha escrito y publicado dos libros: EL PROBLEMA DEL TERRORISMO (2008) y LA SEGURIDAD PÚBLICA (2009) Al día de hoy, se encuentra completando un tercero titulado: LA TRAGEDIA TERRORISTA ARGENTINA. Con él, todos los días nos reunimos en horas de la tarde intercambiando comentarios y pareceres de todo tipo. Preponderantemente de Geopolítica e Historia Contemporánea. Bien, esto es un decir, casi se podría expresar que me brinda clases sobre los mencionados tópicos. El tratarle es un placer ya que enriquece el conocimiento teniéndose en cuenta su condiciones didácticas. Fue profesor durante largos años de Geopolítica en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC) de Buenos Aires, en la Escuela Superior de Policía de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata, en la Academia de Estudios Penitenciarios en la ciudad de Buenos Aires y también en la Escuela de Inteligencia de la Fuerza Aérea.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 22, 2016
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