William Lai ha sido calificado de alborotador por China, que advirtió a la gente que no votara por él. Pero aún así, Lai obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales de esta semana con el 40% de los votos. Y logró con su partido algo sin precedentes: un tercer mandato consecutivo. Su rival más cercano, el candidato del partido opositor Kuomintang, Hou Yu-ih, que favorecía un acercamiento con China, obtuvo cerca del 33% de los sufragios, según el conteo oficial. Por detrás quedó el el Partido Popular de Taiwán con algo más del 26% de los votos.
“Quiero agradecer al pueblo taiwanés por escribir un nuevo capítulo en nuestra democracia. Hemos demostrado al mundo cuánto apreciamos nuestra democracia. Éste es nuestro compromiso inquebrantable”, dijo William Lai al conocer su victoria. “Con nuestras acciones, el pueblo taiwanés ha resistido con éxito los esfuerzos de fuerzas externas para influir en nuestras elecciones. Confiamos en que sólo el pueblo de Taiwán tiene derecho a elegir su propio presidente”, agregó.
Taiwán es una isla democrática de 23 millones de habitantes que se gobierna a sí misma, pero es reclamada por China continental y no tiene reconocimiento internacional como país.
Durante los últimos ocho años, Pekín ha sido muy crítico con la actual líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, y algunos creen que Lai podría atreverse a presionar aún más por la soberanía de la isla, provocando a Pekín.
En efecto, China fue una de las principales preocupaciones en estas elecciones, dado que su Ejército Popular de Liberación ha aumentado la presión sobre la isla durante el año pasado con un número récord de incursiones.
Pekín ha reclamado la isla durante mucho tiempo, pero los lazos se han deteriorado especialmente en los últimos años bajo la presidencia de Tsai Ing-wen y el PDP.
Su cuidadosa pero inquebrantable defensa del estatus soberano de la isla llevó a China a suspender las comunicaciones formales con Taiwán; Pekín dijo que se debía a la negativa de Taiwán a aceptar el principio de Una China, que es la creencia de que Taiwán es una parte inalienable de China y será unificada a ésta algún día.
Las cosas empeoraron en 2022, cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó Taipei.
Pekín airadamente organizó elaborados ejercicios militares en el Estrecho de Taiwán los cuales parecieron casi un bloqueo de la isla.
Durante todo este tiempo, Taiwán se ha acercado más a Estados Unidos y ha obtenido miles de millones de dólares en nuevas armas de Washington.
Ahora Pekín podría aumentar su apuesta por la presión militar en el Estrecho de Taiwán. También podría cortar los cables de internet o las rutas de suministro a las islas taiwanesas periféricas.
El presidente chino, Xi Jinping, y su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, han advertido en repetidas ocasiones que el ejército chino está preparado para tomar Taiwán por la fuerza si es necesario.
Pero muchos expertos creen que la perspectiva de una guerra abierta es baja, al menos por ahora, dado lo que le costaría a China cuando su propia economía está en dificultades.
Durante la carrera electoral, Pekín dejó en claro a qué candidato presidencial se oponía. Pero aún así Lai logró la victoria.
Su triunfo, sin embargo, con poco más del 40% de los votos, significa que su gobierno “no podrá reclamar un mandato o una mayoría”, según Shelley Rigger, profesora de política de Asia Oriental en el Davidson College.
“Honestamente, no es un gran comienzo para la presidencia de Lai”, dijo Rigger.
Durante su discurso, el nuevo presidente electo dijo que está “decidido a salvaguardar a Taiwán de las continuas amenazas e intimidaciones de China” y mantendrá la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán.
Pero a pesar de que algunos temen que la victoria de Lai pueda profundizar la hostilidad de las relaciones con Pekín, el presidente electo declaró en su discurso que su gobierno “utilizará el diálogo para reemplazar la confrontación” en sus intercambios con China.
Hasta ahora Lai se ha mostrado muy cauteloso en toda la cuestión de las relaciones con China.
“Pekín siempre lo ha acusado de estar a favor de la independencia de Taiwán debido a sus días radicales de su juventud, cuando defendía la independencia”, dice Rupert Wyndfield-Hayes.
“Pero Lai ha tratado de asegurar a Taiwán y a sus aliados, como Estados Unidos, que seguirá el cauteloso acto de equilibrio de su predecesora, la presidenta Tsai Ing-wen”.
Esa estrategia sin duda será bien recibida por muchos taiwaneses que se consideran parte de una nación separada, aunque la mayoría está a favor de mantener el estatus quo en el cual Taiwán ni declara su independencia de China ni se une a ella.
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William Lai ha sido calificado de alborotador por China, que advirtió a la gente que no votara por él. Pero aún así, Lai obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales de esta semana con el 40% de los votos. Y logró con su partido algo sin precedentes: un tercer mandato consecutivo. Su rival más cercano, el candidato del partido opositor Kuomintang, Hou Yu-ih, que favorecía un acercamiento con China, obtuvo cerca del 33% de los sufragios, según el conteo oficial. Por detrás quedó el el Partido Popular de Taiwán con algo más del 26% de los votos.
“Quiero agradecer al pueblo taiwanés por escribir un nuevo capítulo en nuestra democracia. Hemos demostrado al mundo cuánto apreciamos nuestra democracia. Éste es nuestro compromiso inquebrantable”, dijo William Lai al conocer su victoria. “Con nuestras acciones, el pueblo taiwanés ha resistido con éxito los esfuerzos de fuerzas externas para influir en nuestras elecciones. Confiamos en que sólo el pueblo de Taiwán tiene derecho a elegir su propio presidente”, agregó.
Taiwán es una isla democrática de 23 millones de habitantes que se gobierna a sí misma, pero es reclamada por China continental y no tiene reconocimiento internacional como país.
Durante los últimos ocho años, Pekín ha sido muy crítico con la actual líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, y algunos creen que Lai podría atreverse a presionar aún más por la soberanía de la isla, provocando a Pekín.
En efecto, China fue una de las principales preocupaciones en estas elecciones, dado que su Ejército Popular de Liberación ha aumentado la presión sobre la isla durante el año pasado con un número récord de incursiones.
Pekín ha reclamado la isla durante mucho tiempo, pero los lazos se han deteriorado especialmente en los últimos años bajo la presidencia de Tsai Ing-wen y el PDP.
Su cuidadosa pero inquebrantable defensa del estatus soberano de la isla llevó a China a suspender las comunicaciones formales con Taiwán; Pekín dijo que se debía a la negativa de Taiwán a aceptar el principio de Una China, que es la creencia de que Taiwán es una parte inalienable de China y será unificada a ésta algún día.
Las cosas empeoraron en 2022, cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó Taipei.
Pekín airadamente organizó elaborados ejercicios militares en el Estrecho de Taiwán los cuales parecieron casi un bloqueo de la isla.
Durante todo este tiempo, Taiwán se ha acercado más a Estados Unidos y ha obtenido miles de millones de dólares en nuevas armas de Washington.
Ahora Pekín podría aumentar su apuesta por la presión militar en el Estrecho de Taiwán. También podría cortar los cables de internet o las rutas de suministro a las islas taiwanesas periféricas.
El presidente chino, Xi Jinping, y su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, han advertido en repetidas ocasiones que el ejército chino está preparado para tomar Taiwán por la fuerza si es necesario.
Pero muchos expertos creen que la perspectiva de una guerra abierta es baja, al menos por ahora, dado lo que le costaría a China cuando su propia economía está en dificultades.
Durante la carrera electoral, Pekín dejó en claro a qué candidato presidencial se oponía. Pero aún así Lai logró la victoria.
Su triunfo, sin embargo, con poco más del 40% de los votos, significa que su gobierno “no podrá reclamar un mandato o una mayoría”, según Shelley Rigger, profesora de política de Asia Oriental en el Davidson College.
“Honestamente, no es un gran comienzo para la presidencia de Lai”, dijo Rigger.
Durante su discurso, el nuevo presidente electo dijo que está “decidido a salvaguardar a Taiwán de las continuas amenazas e intimidaciones de China” y mantendrá la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán.
Pero a pesar de que algunos temen que la victoria de Lai pueda profundizar la hostilidad de las relaciones con Pekín, el presidente electo declaró en su discurso que su gobierno “utilizará el diálogo para reemplazar la confrontación” en sus intercambios con China.
Hasta ahora Lai se ha mostrado muy cauteloso en toda la cuestión de las relaciones con China.
“Pekín siempre lo ha acusado de estar a favor de la independencia de Taiwán debido a sus días radicales de su juventud, cuando defendía la independencia”, dice Rupert Wyndfield-Hayes.
“Pero Lai ha tratado de asegurar a Taiwán y a sus aliados, como Estados Unidos, que seguirá el cauteloso acto de equilibrio de su predecesora, la presidenta Tsai Ing-wen”.
Esa estrategia sin duda será bien recibida por muchos taiwaneses que se consideran parte de una nación separada, aunque la mayoría está a favor de mantener el estatus quo en el cual Taiwán ni declara su independencia de China ni se une a ella.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 19, 2024
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