Hace pocos días, una abogada ligada al organismo que se encarga del armado de las llamadas causa de lesa humanidad, pidió que se le atenúe la pena a las madres que asesinan a sus hijos, por no haber tenido la posibilidad del IVE (interrupción voluntaria del embarazo) en su momento. Si bien lo desmintieron desde la página web del organismo, está claro que elípticamente se estaba refiriendo a casos como el del pequeño “Lucio”.
Recordemos brevemente que el caso “Lucio”, el que llamativamente no ha tenido la repercusión mediática necesaria, al ser “tapado” por el caso de los rugbiers; es el pequeño de cinco años de edad que fue asesinado (masacrado) por su madre y su pareja mujer, no sin antes ser vejado y abusado sexualmente, por el solo de hecho de ser “varón”.
Los detalles ventilados en el juicio que se está llevando a cabo son realmente escabrosos. Sin embargo, el feminismo llevado al máximo nivel, pretende legitimar el filicidio consumado por la madre y su pareja, pidiendo la atenuación de la pena de quienes seguramente resultarán severamente condenadas. El extremismo de esta ideología, está a diez centímetros de convertir a sus patrocinadoras en homicidas.
El homicidio es homicidio, independientemente de quien lo cometa. Sea un heterosexual, un homosexual, una lesbiana o un marciano. Y agravado por el simple hecho de tratarse de un descendiente y haberlo cometido con clarísimo ensañamiento y alevosía. Más aún, como bien sostuvo la querella se trató de un homicidio por odio de género, por el hecho de ser un varón (un macho). Acusación que, sorprendentemente, no sostuvo la Fiscalía.
Lamentablemente, por estas tierras nos vamos acostumbrado a este tipo de expresiones, pedidos o declaraciones. En estos lugares del sur, el delito no es delito por el solo hecho de cometer una acción sancionada por la Ley; sino que el delito es delito depende de quién lo comete. Así, si el delito lo comete una persona vinculada a los derechos humanos, sectores progres o ligados al gobierno actual no es delito o tiene una causal exculpatoria. Ahora si lo comete una persona que no comulga con las ideas del gobierno o un masculino al que llaman “macho” o una “mujer” que no responde a esta ideología en boga, es culpable o no hay causal de atenuación que valga.
El artículo 16 de la Constitución Nacional establece que “todos los habitantes somos iguales ante la ley” aunque para esta doctrina de moda, hay unos más iguales que otros.
Sobre este norte, vemos que el Presidente de la Nación, que convocó a sesiones extraordinarias para este mes de enero, con la exclusiva finalidad de buscar la destitución de los magistrados de la Suprema Corte y de paso intentar sancionar leyes para amordazar a la poca justicia independiente que va quedando; no envió el proyecto para tratar la “Ley Lucio” (que cuenta con media sanción del Senado de la Nación), a pesar de haber hecho la promesa a los abuelos de así hacerlo. Por la presión mediática de algunos medios y las filosas declaraciones efectuadas tanto por el padre y los abuelos del pequeño Lucio, algunos referentes del gobierno salieron a reclamar su tratamiento en estas sesiones extraordinarias.
Todo “pour la galerie” como se suele decir. El gobierno sigue alejado de las necesidades de la gente, mirando únicamente su propia realidad y enfrascado solamente en lograr zafar a la “Jefa” de las causas judiciales que le desvelan el sueño. Además tampoco le interesa tratar una ley que pone en crisis su sesgada política de género, la cual le aporta votos a sus “secas” arcas electorales.
Al gobierno nada le importa, solo sus propios intereses y ver cómo llega a las elecciones presidenciales de la mejor manera posible.
En el mismo sentido, ningún organismos de derechos humanos salió a defender los derechos del niño o a condenar el hecho. Menos aún ofrecerle algún tipo de ayuda al padre o a los abuelos. Hicieron y hacen un estruendoso silencio. Para ellos los derechos humanos son selectivos y solo tiene entidad lo que respecta a las causas llamadas de lesa humanidad.
Lo cierto es que las circunstancias sociales y económicas en que vive una madre y que utiliza el feminismo extremo como atenuante de una pena, NO es tal. Las mismas son condicionantes nunca determinantes. Si no, siendo que el 50% de las mujeres del país, viven debajo de la línea de pobreza; todas ellas serian asesinas.
Por último, no podemos dejar de mencionar la aberrante labor llevada a cabo por la Jueza de Familia que le dio la tenencia del pequeño “Lucio” a la madre y a su novia, por el solo hecho de resolver la cuestión con perspectiva de género. LA JUSTICIA NO DEBE RESOLVER CON PERSPECTIVA DE GÉNERO, DEBE RESOLVER CON PERSPECTIVA DE JUSTICIA.
Es el Estado fallido que supimos conseguir. No nos cuida de la inseguridad, nos empobrece cada día más, la educación esta pauperizada y ya ni siquiera nos da algo de justicia.
Esta jueza debería estar siendo juzgada por homicidio agravado en carácter de participe necesario. Como que ya debería haber sido eyectada de su cargo o por lo menos haber renunciado con algo de dignidad y de vergüenza.
El problema precisamente es que conceptos como dignidad y vergüenza, han sido deliberadamente borrados del diccionario de políticos y jueces.
GONZALO PABLO MIÑO es abogado (recibido UNR) Mediador (Colegio de Abogados de Rosario) Vocal Titular del Directorio del Colegio de Abogados de Rosario (Año 2007. 2009) Docente Adscripto a la Cátedra de Derecho Procesal Penal. Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Año 1997.2016 Docente de la materia. Derecho Procesal Penal. Centro de Instrucción en Destino. Unidad Regional. Policía de la Provincia de Santa Fé. Año 1999. Docente de las Materias. Derecho Procesal Penal y Derecho Penal II. Facultad de Derecho, Universidad Abierta Interamericana, Rosario. Año 2001.2002. El Doctor Miño es Presidente de la Unión de Promociones. Delegación Rosario.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Hace pocos días, una abogada ligada al organismo que se encarga del armado de las llamadas causa de lesa humanidad, pidió que se le atenúe la pena a las madres que asesinan a sus hijos, por no haber tenido la posibilidad del IVE (interrupción voluntaria del embarazo) en su momento. Si bien lo desmintieron desde la página web del organismo, está claro que elípticamente se estaba refiriendo a casos como el del pequeño “Lucio”.
Recordemos brevemente que el caso “Lucio”, el que llamativamente no ha tenido la repercusión mediática necesaria, al ser “tapado” por el caso de los rugbiers; es el pequeño de cinco años de edad que fue asesinado (masacrado) por su madre y su pareja mujer, no sin antes ser vejado y abusado sexualmente, por el solo de hecho de ser “varón”.
Los detalles ventilados en el juicio que se está llevando a cabo son realmente escabrosos. Sin embargo, el feminismo llevado al máximo nivel, pretende legitimar el filicidio consumado por la madre y su pareja, pidiendo la atenuación de la pena de quienes seguramente resultarán severamente condenadas. El extremismo de esta ideología, está a diez centímetros de convertir a sus patrocinadoras en homicidas.
El homicidio es homicidio, independientemente de quien lo cometa. Sea un heterosexual, un homosexual, una lesbiana o un marciano. Y agravado por el simple hecho de tratarse de un descendiente y haberlo cometido con clarísimo ensañamiento y alevosía. Más aún, como bien sostuvo la querella se trató de un homicidio por odio de género, por el hecho de ser un varón (un macho). Acusación que, sorprendentemente, no sostuvo la Fiscalía.
Lamentablemente, por estas tierras nos vamos acostumbrado a este tipo de expresiones, pedidos o declaraciones. En estos lugares del sur, el delito no es delito por el solo hecho de cometer una acción sancionada por la Ley; sino que el delito es delito depende de quién lo comete. Así, si el delito lo comete una persona vinculada a los derechos humanos, sectores progres o ligados al gobierno actual no es delito o tiene una causal exculpatoria. Ahora si lo comete una persona que no comulga con las ideas del gobierno o un masculino al que llaman “macho” o una “mujer” que no responde a esta ideología en boga, es culpable o no hay causal de atenuación que valga.
El artículo 16 de la Constitución Nacional establece que “todos los habitantes somos iguales ante la ley” aunque para esta doctrina de moda, hay unos más iguales que otros.
Sobre este norte, vemos que el Presidente de la Nación, que convocó a sesiones extraordinarias para este mes de enero, con la exclusiva finalidad de buscar la destitución de los magistrados de la Suprema Corte y de paso intentar sancionar leyes para amordazar a la poca justicia independiente que va quedando; no envió el proyecto para tratar la “Ley Lucio” (que cuenta con media sanción del Senado de la Nación), a pesar de haber hecho la promesa a los abuelos de así hacerlo. Por la presión mediática de algunos medios y las filosas declaraciones efectuadas tanto por el padre y los abuelos del pequeño Lucio, algunos referentes del gobierno salieron a reclamar su tratamiento en estas sesiones extraordinarias.
Todo “pour la galerie” como se suele decir. El gobierno sigue alejado de las necesidades de la gente, mirando únicamente su propia realidad y enfrascado solamente en lograr zafar a la “Jefa” de las causas judiciales que le desvelan el sueño. Además tampoco le interesa tratar una ley que pone en crisis su sesgada política de género, la cual le aporta votos a sus “secas” arcas electorales.
Al gobierno nada le importa, solo sus propios intereses y ver cómo llega a las elecciones presidenciales de la mejor manera posible.
En el mismo sentido, ningún organismos de derechos humanos salió a defender los derechos del niño o a condenar el hecho. Menos aún ofrecerle algún tipo de ayuda al padre o a los abuelos. Hicieron y hacen un estruendoso silencio. Para ellos los derechos humanos son selectivos y solo tiene entidad lo que respecta a las causas llamadas de lesa humanidad.
Lo cierto es que las circunstancias sociales y económicas en que vive una madre y que utiliza el feminismo extremo como atenuante de una pena, NO es tal. Las mismas son condicionantes nunca determinantes. Si no, siendo que el 50% de las mujeres del país, viven debajo de la línea de pobreza; todas ellas serian asesinas.
Por último, no podemos dejar de mencionar la aberrante labor llevada a cabo por la Jueza de Familia que le dio la tenencia del pequeño “Lucio” a la madre y a su novia, por el solo hecho de resolver la cuestión con perspectiva de género. LA JUSTICIA NO DEBE RESOLVER CON PERSPECTIVA DE GÉNERO, DEBE RESOLVER CON PERSPECTIVA DE JUSTICIA.
Es el Estado fallido que supimos conseguir. No nos cuida de la inseguridad, nos empobrece cada día más, la educación esta pauperizada y ya ni siquiera nos da algo de justicia.
Esta jueza debería estar siendo juzgada por homicidio agravado en carácter de participe necesario. Como que ya debería haber sido eyectada de su cargo o por lo menos haber renunciado con algo de dignidad y de vergüenza.
El problema precisamente es que conceptos como dignidad y vergüenza, han sido deliberadamente borrados del diccionario de políticos y jueces.
GONZALO PABLO MIÑO es abogado (recibido UNR) Mediador (Colegio de Abogados de Rosario) Vocal Titular del Directorio del Colegio de Abogados de Rosario (Año 2007. 2009) Docente Adscripto a la Cátedra de Derecho Procesal Penal. Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Año 1997.2016 Docente de la materia. Derecho Procesal Penal. Centro de Instrucción en Destino. Unidad Regional. Policía de la Provincia de Santa Fé. Año 1999. Docente de las Materias. Derecho Procesal Penal y Derecho Penal II. Facultad de Derecho, Universidad Abierta Interamericana, Rosario. Año 2001.2002. El Doctor Miño es Presidente de la Unión de Promociones. Delegación Rosario.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 30, 2023