Se trató de una protesta prodemocracia en Hong Kong que duró de septiembre a diciembre de 2014. Surgió tras la decisión de Pekín de preseleccionar a los candidatos para las elecciones a jefe ejecutivo de 2017, lo que muchos hongkoneses consideraron una traición al principio de “un país, dos sistemas”. Este principio debía garantizar a Hong Kong un alto grado de autonomía tras su transferencia del dominio británico al chino en 1997.
El movimiento comenzó con manifestaciones estudiantiles, encabezadas por grupos como Scholarism y la Federación de Estudiantes de Hong Kong. Estas protestas cobraron impulso rápidamente, atrayendo a decenas de miles de participantes que ocuparon importantes zonas como Admiralty, Mong Kok y Causeway Bay. El nombre “Movimiento de los Paraguas” proviene de los paraguas que los manifestantes usaban para protegerse del gas lacrimógeno y el gas pimienta lanzados por la policía. El paraguas se convirtió en un poderoso símbolo de resistencia, encarnando la determinación y la unidad de los manifestantes.
Las demandas del movimiento eran claras: sufragio universal genuino y la dimisión del jefe ejecutivo Leung Chun-ying. Los manifestantes argumentaron que la decisión de Pekín de vetar a los candidatos socavaba las aspiraciones democráticas de Hong Kong y violaba la Ley Básica, la miniconstitución de la ciudad. A pesar de su enfoque pacífico, las protestas se enfrentaron a críticas de las facciones pro-Pekín y del gobierno local, que las tildaron de disruptivas e ilegales.
Una de las características que definieron al Movimiento de los Paraguas fue su liderazgo descentralizado. Si bien figuras como Joshua Wong, Benny Tai y Chan Kin-man surgieron como voces destacadas, el movimiento carecía de un líder u organización único. Esta estructura reflejaba el carácter popular de las protestas, pero también planteaba dificultades para coordinar acciones y negociar con las autoridades.
El movimiento finalizó en diciembre de 2014 sin alcanzar sus objetivos. Las zonas ocupadas fueron desalojadas y Pekín no accedió a las demandas de los manifestantes. Sin embargo, el Movimiento de los Paraguas dejó una huella duradera en el panorama político de Hong Kong. Inspiró a una nueva generación de activistas y sentó las bases para protestas posteriores, incluyendo las manifestaciones contra la ley de extradición de 2019.
En esencia, el Movimiento de los Paraguas fue un momento crucial en la lucha de Hong Kong por la democracia. Si bien no logró el sufragio universal, puso de relieve las profundas tensiones de la ciudad con Pekín y subrayó la resiliencia de su gente frente a la adversidad política. Su legado sigue influyendo en la lucha de Hong Kong por la autonomía y los derechos democráticos.
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Se trató de una protesta prodemocracia en Hong Kong que duró de septiembre a diciembre de 2014. Surgió tras la decisión de Pekín de preseleccionar a los candidatos para las elecciones a jefe ejecutivo de 2017, lo que muchos hongkoneses consideraron una traición al principio de “un país, dos sistemas”. Este principio debía garantizar a Hong Kong un alto grado de autonomía tras su transferencia del dominio británico al chino en 1997.
El movimiento comenzó con manifestaciones estudiantiles, encabezadas por grupos como Scholarism y la Federación de Estudiantes de Hong Kong. Estas protestas cobraron impulso rápidamente, atrayendo a decenas de miles de participantes que ocuparon importantes zonas como Admiralty, Mong Kok y Causeway Bay. El nombre “Movimiento de los Paraguas” proviene de los paraguas que los manifestantes usaban para protegerse del gas lacrimógeno y el gas pimienta lanzados por la policía. El paraguas se convirtió en un poderoso símbolo de resistencia, encarnando la determinación y la unidad de los manifestantes.
Las demandas del movimiento eran claras: sufragio universal genuino y la dimisión del jefe ejecutivo Leung Chun-ying. Los manifestantes argumentaron que la decisión de Pekín de vetar a los candidatos socavaba las aspiraciones democráticas de Hong Kong y violaba la Ley Básica, la miniconstitución de la ciudad. A pesar de su enfoque pacífico, las protestas se enfrentaron a críticas de las facciones pro-Pekín y del gobierno local, que las tildaron de disruptivas e ilegales.
Una de las características que definieron al Movimiento de los Paraguas fue su liderazgo descentralizado. Si bien figuras como Joshua Wong, Benny Tai y Chan Kin-man surgieron como voces destacadas, el movimiento carecía de un líder u organización único. Esta estructura reflejaba el carácter popular de las protestas, pero también planteaba dificultades para coordinar acciones y negociar con las autoridades.
El movimiento finalizó en diciembre de 2014 sin alcanzar sus objetivos. Las zonas ocupadas fueron desalojadas y Pekín no accedió a las demandas de los manifestantes. Sin embargo, el Movimiento de los Paraguas dejó una huella duradera en el panorama político de Hong Kong. Inspiró a una nueva generación de activistas y sentó las bases para protestas posteriores, incluyendo las manifestaciones contra la ley de extradición de 2019.
En esencia, el Movimiento de los Paraguas fue un momento crucial en la lucha de Hong Kong por la democracia. Si bien no logró el sufragio universal, puso de relieve las profundas tensiones de la ciudad con Pekín y subrayó la resiliencia de su gente frente a la adversidad política. Su legado sigue influyendo en la lucha de Hong Kong por la autonomía y los derechos democráticos.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 13, 2025
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