La política de las sucesivas cuarentenas, agotadoras para una ARGENTINA DE IMPACIENTES CIUDADANOS, además de irresponsables, genero un cansancio enorme en la población. Así esta dio rienda suelta a locas fiestas sin barbijos y sin distanciamiento social que origina y agrava una “segunda ola de este virus”, con un incremento en el número de infectados (1.500.000) y muertos (50.000), Todo esto en medio de una crisis económica tremenda y el Gobierno Nacional de los Fernández muy debilitado.
Como adulto mayor con algunos riesgos preexistentes debo permanecer “enjaulado” en mi departamento que es lo que considero más prudente, con el fin de preservar mi vida y la esperanza de ver crecer a mis hijos y nietos. Aún más, no quiero ensayar la “odisea” de salir un día más a la calle, ni a la esquina solo distante unos cincuenta metros a tomar un café.
Fui asaltado y recibí un fuerte golpe en mi oreja izquierda desde atrás. Mi hija que solo vive a cien metros de mi casa al entrar a su edificio fue abordada por otro delincuente al querer cerrar la puerta. Todo esto ocurre a solo ciento cincuenta metros de la Iglesia del Socorro en el Barrio de Retiro. Avisada la policía argumentan que como consecuencia y víctimas del Covid 19 no pueden tener mucho personal en la calle, aclaremos que la Comisaria está a 100 metros.
Nadie en la familia sale SOLO, sino que tiene un custodio responsable de nuestra seguridad sujeta a un “peligro constante” porque los vagos e indigentes muchos con aspecto de haber salido recién de la cárcel (liberados por el actual gobierno) son en todos los casos beneficiados por la Justicia que da preferencia a los criminales que a los habitantes comunes.
A los 72 años estoy encerrado por razones “sanitarias”, ante el abandono del Estado Nacional que debería permitir que laboratorios y empresas de salud privada, importen directamente vacunas para que podamos vacunarnos los que podamos pagarla sin esperar lo que haga el Estado Nacional y su Plan de Adquisición Internacional de las distintas vacunas que existen en el mundo. El Estado Nacional “nos mete en una “prisión-domiciliaria” alejados del virus, pero también por la inseguridad ya que no nos brinda la protección que necesitamos. Llegado un caso extremo serían los delincuentes que “están en las puertas de nuestro hogar” los que nos terminarían querellando, si quisiéramos ejercer nuestro derecho a defendernos de ellos.
La Política de vacunación del Gobierno Nacional es poco clara, vacilante, poco creíble, no debería ser “unilateral” sino que es necesario un consenso con todos los partidos de la oposición, igual lo es la política de seguridad. Todo lo que dice y hace el Gobierno, HUELE A MENTIRA.
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Por FRANCISCO BÉNARD
VIVIMOS EN PRISIÓN DOMICILIARIA
La política de las sucesivas cuarentenas, agotadoras para una ARGENTINA DE IMPACIENTES CIUDADANOS, además de irresponsables, genero un cansancio enorme en la población. Así esta dio rienda suelta a locas fiestas sin barbijos y sin distanciamiento social que origina y agrava una “segunda ola de este virus”, con un incremento en el número de infectados (1.500.000) y muertos (50.000), Todo esto en medio de una crisis económica tremenda y el Gobierno Nacional de los Fernández muy debilitado.
Como adulto mayor con algunos riesgos preexistentes debo permanecer “enjaulado” en mi departamento que es lo que considero más prudente, con el fin de preservar mi vida y la esperanza de ver crecer a mis hijos y nietos. Aún más, no quiero ensayar la “odisea” de salir un día más a la calle, ni a la esquina solo distante unos cincuenta metros a tomar un café.
Fui asaltado y recibí un fuerte golpe en mi oreja izquierda desde atrás. Mi hija que solo vive a cien metros de mi casa al entrar a su edificio fue abordada por otro delincuente al querer cerrar la puerta. Todo esto ocurre a solo ciento cincuenta metros de la Iglesia del Socorro en el Barrio de Retiro. Avisada la policía argumentan que como consecuencia y víctimas del Covid 19 no pueden tener mucho personal en la calle, aclaremos que la Comisaria está a 100 metros.
Nadie en la familia sale SOLO, sino que tiene un custodio responsable de nuestra seguridad sujeta a un “peligro constante” porque los vagos e indigentes muchos con aspecto de haber salido recién de la cárcel (liberados por el actual gobierno) son en todos los casos beneficiados por la Justicia que da preferencia a los criminales que a los habitantes comunes.
A los 72 años estoy encerrado por razones “sanitarias”, ante el abandono del Estado Nacional que debería permitir que laboratorios y empresas de salud privada, importen directamente vacunas para que podamos vacunarnos los que podamos pagarla sin esperar lo que haga el Estado Nacional y su Plan de Adquisición Internacional de las distintas vacunas que existen en el mundo. El Estado Nacional “nos mete en una “prisión-domiciliaria” alejados del virus, pero también por la inseguridad ya que no nos brinda la protección que necesitamos. Llegado un caso extremo serían los delincuentes que “están en las puertas de nuestro hogar” los que nos terminarían querellando, si quisiéramos ejercer nuestro derecho a defendernos de ellos.
La Política de vacunación del Gobierno Nacional es poco clara, vacilante, poco creíble, no debería ser “unilateral” sino que es necesario un consenso con todos los partidos de la oposición, igual lo es la política de seguridad. Todo lo que dice y hace el Gobierno, HUELE A MENTIRA.
Francisco Benard
Abogado
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 14, 2021