Un conglomerado internacional de astrónomos decubrió nueva evidencia que sugiere que el sobrevuelo de la sonda Voyager 2 a Urano, hace casi 40 años, pudo haber coincidido con una poderosa tormenta solar, lo que provocó que se tuviera un concepto erróneo sobre cómo es realmente este planeta, informó este lunes la University College de Londres.
Urano es considerado el planeta más extraño del sistema solar, debido a que su campo magnético es diferente al de otros planetas. Los científicos observaron, a partir de las mediciones recopiladas por la Voyager 2 durante su paso por Urano en 1986, que su campo magnético estaba distorsionado y descentrado.
También descubrieron que los cinturones de radiación del planeta eran inexplicablemente intensos, además de que su magnetosfera (capa formada por la interacción del viento solar con su campo magnético) estaba casi desprovista de gas ionizado, conocido como plasma.
Estos hallazgos llevaron a los investigadores a suponer que tanto Urano como sus lunas más grandes eran objetos inertes e inactivos. Sin embargo, en un nuevo estudio publicado en la revista Nature Astronomy se reportó que cuando la Voyager 2 sobrevoló Urano tuvo lugar un “huracán” de viento solar que pudo haber arrastrado el plasma fuera de la magnetosfera.
Esto ocasionó que los cinturones de radiación del planeta se intensificaran y que su campo magnético se distorsionara temporalmente. “Este nuevo estudio muestra que gran parte del extraño comportamiento del planeta se puede explicar por la escala del fenómeno meteorológico espacial que ocurrió durante esa visita”, indicó el investigador William Dunn, uno de los autores del estudio.
Asimismo, mencionó que la razón de que no se encontraran pruebas acerca de la existencia de océanos en las lunas de Urano se debió a que la Voyager 2 no detectó iones de agua alrededor del planeta en ese momento. No obstante, Dunn sostuvo que “la tormenta solar básicamente se habría llevado” esos iones.
Estos nuevos resultados sugieren que las lunas de Urano podrían ser geológicamente activas e incluso poseer océanos, por lo existen posibilidades de que estos cuerpos alberguen vida.
Por otro lado, la NASA tiene planes de lanzar una nueva misión a Urano dentro de los próximos 10 años, con la finalidad de volver a estudiar este planeta. De acuerdo con Dunn, esta misión debe tomar en cuenta los resultados de su investigación para diseñar los instrumentos, así como para planificar las características que se deben estudiar.
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Un conglomerado internacional de astrónomos decubrió nueva evidencia que sugiere que el sobrevuelo de la sonda Voyager 2 a Urano, hace casi 40 años, pudo haber coincidido con una poderosa tormenta solar, lo que provocó que se tuviera un concepto erróneo sobre cómo es realmente este planeta, informó este lunes la University College de Londres.
Urano es considerado el planeta más extraño del sistema solar, debido a que su campo magnético es diferente al de otros planetas. Los científicos observaron, a partir de las mediciones recopiladas por la Voyager 2 durante su paso por Urano en 1986, que su campo magnético estaba distorsionado y descentrado.
También descubrieron que los cinturones de radiación del planeta eran inexplicablemente intensos, además de que su magnetosfera (capa formada por la interacción del viento solar con su campo magnético) estaba casi desprovista de gas ionizado, conocido como plasma.
Estos hallazgos llevaron a los investigadores a suponer que tanto Urano como sus lunas más grandes eran objetos inertes e inactivos. Sin embargo, en un nuevo estudio publicado en la revista Nature Astronomy se reportó que cuando la Voyager 2 sobrevoló Urano tuvo lugar un “huracán” de viento solar que pudo haber arrastrado el plasma fuera de la magnetosfera.
Esto ocasionó que los cinturones de radiación del planeta se intensificaran y que su campo magnético se distorsionara temporalmente. “Este nuevo estudio muestra que gran parte del extraño comportamiento del planeta se puede explicar por la escala del fenómeno meteorológico espacial que ocurrió durante esa visita”, indicó el investigador William Dunn, uno de los autores del estudio.
Asimismo, mencionó que la razón de que no se encontraran pruebas acerca de la existencia de océanos en las lunas de Urano se debió a que la Voyager 2 no detectó iones de agua alrededor del planeta en ese momento. No obstante, Dunn sostuvo que “la tormenta solar básicamente se habría llevado” esos iones.
Estos nuevos resultados sugieren que las lunas de Urano podrían ser geológicamente activas e incluso poseer océanos, por lo existen posibilidades de que estos cuerpos alberguen vida.
Por otro lado, la NASA tiene planes de lanzar una nueva misión a Urano dentro de los próximos 10 años, con la finalidad de volver a estudiar este planeta. De acuerdo con Dunn, esta misión debe tomar en cuenta los resultados de su investigación para diseñar los instrumentos, así como para planificar las características que se deben estudiar.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 14, 2024
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