Terminado de ser realizado por el relojero, un reloj fue puesto sobre una repisa, junto a dos relojes mayores que, muy ocupados, estaban marcando los segundos con su continuo tictac. Uno de ellos le dijo al recién llegado:
– A buen modo que te has iniciado en este trabajo; pero, lo siento por ti. Ahora estás dando tu tictac con mucho entusiasmo y, cuando hayas marcado treinta y tres millones de tic tacs, te cansarás.
El nuevo reloj asustado dijo:
– ¿Treinta y tres millones de tic tacs? ¡Yo jamás podré hacer eso!
Inmediatamente se detuvo desesperado y, en consecuencia, el otro reloj le dijo en ese momento:
– ¿Por qué prestas oídos a tales palabras? La cosa no es así… Eso es fácil. Lo único que en este momento tienes que hacer es dar un tictac; en seguida das otro, lo que es tan fácil como el anterior, y así sucesivamente.
El nuevo reloj gritó:
– ¡Ah! ¡Eso es fácil de hacer! Así que, ¡aquí voy!
Y, con nuevo entusiasmo, el reloj comenzó a hacer un tictac a la vez; sin pensar en las horas, minutos o segundos. Y sin darse cuenta de ello, al finalizar el año, había hecho 33.000,000 millones de tictacs.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes; y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
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Por Claudio Valerio.
Terminado de ser realizado por el relojero, un reloj fue puesto sobre una repisa, junto a dos relojes mayores que, muy ocupados, estaban marcando los segundos con su continuo tictac. Uno de ellos le dijo al recién llegado:
– A buen modo que te has iniciado en este trabajo; pero, lo siento por ti. Ahora estás dando tu tictac con mucho entusiasmo y, cuando hayas marcado treinta y tres millones de tic tacs, te cansarás.
El nuevo reloj asustado dijo:
– ¿Treinta y tres millones de tic tacs? ¡Yo jamás podré hacer eso!
Inmediatamente se detuvo desesperado y, en consecuencia, el otro reloj le dijo en ese momento:
– ¿Por qué prestas oídos a tales palabras? La cosa no es así… Eso es fácil. Lo único que en este momento tienes que hacer es dar un tictac; en seguida das otro, lo que es tan fácil como el anterior, y así sucesivamente.
El nuevo reloj gritó:
– ¡Ah! ¡Eso es fácil de hacer! Así que, ¡aquí voy!
Y, con nuevo entusiasmo, el reloj comenzó a hacer un tictac a la vez; sin pensar en las horas, minutos o segundos. Y sin darse cuenta de ello, al finalizar el año, había hecho 33.000,000 millones de tictacs.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes; y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 30, 2021