En un rincón del cielo, Juan Bautista Alberdi, Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín se encuentran, rodeados de un luminoso resplandor que parece simbolizar la esperanza y el anhelo de un país mejor. Deciden entablar una conversación sobre sus ideas políticas, cada uno defendiendo su visión sobre el futuro de Argentina.
ALBERDI: Compañeros, es un honor compartir este espacio con ustedes. Mi pensamiento siempre ha girado en torno a la defensa de la libertad individual y la construcción de un Estado que garantice los derechos de todos. En mi obra “Bases”, sostengo que la libertad es el motor del progreso. La educación y la justicia deben ser pilares de nuestra nación.
PERÓN: Alberdi, comprendo tu énfasis en la libertad individual, pero creo que esta debe realizarse dentro de una comunidad organizada. La libertad no puede ser un concepto abstracto; debe estar ligada a la realidad social y económica de nuestro pueblo. Mi visión es que la verdadera libertad solo se alcanza en el contexto de una comunidad donde todos se realicen en conjunto. La justicia social es un imperativo ético que debe guiar nuestras acciones.
ALFONSÍN: Es fascinante escuchar sus perspectivas. Coincido en que la libertad es fundamental, pero también creo que la democracia es nuestra primera condición. La democracia no es un lujo, sino una necesidad. No se puede construir justicia social sin un sistema democrático que permita el diálogo y la participación. En mi obra “Cuestión Argentina”, propongo que, a pesar de nuestras diferencias, debemos unirnos en el respeto por los derechos de todos. La dignidad del hombre debe prevalecer ante cualquier abuso.
ALBERDI: Exactamente, Alfonsín. La democracia y la educación son esenciales para el desarrollo. No solo debemos garantizar la libertad, sino también la igualdad ante la ley y la posibilidad de que cada ciudadano participe activamente en el proceso político. Mis ideas sobre el federalismo también buscan fomentar la autonomía regional, permitiendo que cada provincia se gobierne a sí misma.
PERÓN: Sin embargo, debemos reconocer que el contexto histórico y social influye en nuestras posibilidades de acción. Mi enfoque se basa en la realidad concreta y en la creación de un proyecto nacional que contemple las necesidades de nuestra gente. La ideología debe surgir de nuestra experiencia colectiva, no de imposiciones externas. La comunidad organizada es el camino para avanzar hacia un futuro donde cada individuo pueda ejercer su libertad en armonía con los demás.
ALFONSÍN: Pero no podemos olvidar que la democracia debe ser la base de cualquier proyecto. El ejercicio de la política debe estar guiado por principios éticos que aseguren el bienestar de todos. La historia de nuestra nación nos ha enseñado que el autoritarismo solo lleva a la decadencia. La participación ciudadana y la defensa de los derechos humanos son esenciales para evitar repetir los errores del pasado.
ALBERDI: Estoy de acuerdo. La educación y la cultura son herramientas poderosas para empoderar a nuestra ciudadanía. Promover el acceso a la educación universal es fundamental para formar un pueblo informado y capaz de tomar decisiones. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equitativa.
PERÓN: Y en ese proceso, la cultura popular debe ser un pilar. Nuestra identidad nacional se forja en la mezcla de nuestras raíces, y debemos valorarlas para resistir las imposiciones externas. La política debe ser un medio para transformar la realidad y garantizar que nadie quede atrás en nuestro camino hacia el progreso.
ALFONSÍN: La política es, sin duda, la herramienta para lograr esos cambios. Debemos asegurarnos de que todos los sectores de la sociedad tengan voz y representación. La verdadera democracia implica un compromiso con la justicia social y la igualdad de oportunidades para todos.
El diálogo entre estos tres titanes del pensamiento argentino continúa, cada uno aportando su visión única, pero todos unidos en un mismo propósito: construir un país donde la libertad, la justicia y la democracia sean los pilares sobre los que se edifique el futuro de Argentina. A medida que la conversación avanza, queda claro que sus legados, aunque diferentes, están entrelazados en un ideal común: el bienestar de su nación.
¡Que este sea el ejemplo para Milei que tienen que ir todos juntos en las elecciones!, porque si no se lo come el Kirchnerismo,; hay un viejo dicho campero muy ilustrativo:
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Pastor Misionero
En un rincón del cielo, Juan Bautista Alberdi, Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín se encuentran, rodeados de un luminoso resplandor que parece simbolizar la esperanza y el anhelo de un país mejor. Deciden entablar una conversación sobre sus ideas políticas, cada uno defendiendo su visión sobre el futuro de Argentina.
ALBERDI: Compañeros, es un honor compartir este espacio con ustedes. Mi pensamiento siempre ha girado en torno a la defensa de la libertad individual y la construcción de un Estado que garantice los derechos de todos. En mi obra “Bases”, sostengo que la libertad es el motor del progreso. La educación y la justicia deben ser pilares de nuestra nación.
PERÓN: Alberdi, comprendo tu énfasis en la libertad individual, pero creo que esta debe realizarse dentro de una comunidad
organizada. La libertad no puede ser un concepto abstracto; debe estar ligada a la realidad social y económica de nuestro pueblo. Mi visión es que la verdadera libertad solo se alcanza en el contexto de una comunidad donde todos se realicen en conjunto. La justicia social es un imperativo ético que debe guiar nuestras acciones.
ALFONSÍN: Es fascinante escuchar sus perspectivas. Coincido en que la libertad es fundamental, pero también creo que la democracia es nuestra primera condición. La democracia no es un lujo, sino una necesidad. No se puede construir justicia social sin un sistema democrático que permita el diálogo y la participación. En mi obra “Cuestión Argentina”, propongo que, a pesar de nuestras diferencias, debemos unirnos en el respeto por los derechos de todos. La dignidad del hombre debe prevalecer ante cualquier abuso.
ALBERDI: Exactamente, Alfonsín. La democracia y la educación son esenciales para el desarrollo. No solo debemos garantizar la libertad, sino también la igualdad ante la ley y la posibilidad de que cada ciudadano participe activamente en el proceso político. Mis ideas sobre el federalismo también buscan fomentar la autonomía regional, permitiendo que cada provincia se gobierne a sí misma.
PERÓN: Sin embargo, debemos reconocer que el contexto histórico y social influye en nuestras posibilidades de acción. Mi enfoque se basa en la realidad concreta y en la creación de un proyecto nacional que contemple las necesidades de nuestra gente. La ideología debe surgir de nuestra experiencia colectiva, no de imposiciones externas. La comunidad organizada es el camino para avanzar hacia un futuro donde cada individuo pueda ejercer su libertad en armonía con los demás.
ALFONSÍN: Pero no podemos olvidar que la democracia debe ser la base de cualquier proyecto. El ejercicio de la política debe estar guiado por principios éticos que aseguren el bienestar de todos. La historia de nuestra nación nos ha enseñado que el autoritarismo solo lleva a la decadencia. La participación ciudadana y la defensa de los derechos humanos son esenciales para evitar repetir los errores del pasado.
ALBERDI: Estoy de acuerdo. La educación y la cultura son herramientas poderosas para empoderar a nuestra ciudadanía. Promover el acceso a la educación universal es fundamental para formar un pueblo informado y capaz de tomar decisiones. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equitativa.
PERÓN: Y en ese proceso, la cultura popular debe ser un pilar. Nuestra identidad nacional se forja en la mezcla de nuestras raíces, y debemos valorarlas para resistir las imposiciones externas. La política debe ser un medio para transformar la realidad y garantizar que nadie quede atrás en nuestro camino hacia el progreso.
ALFONSÍN: La política es, sin duda, la herramienta para lograr esos cambios. Debemos asegurarnos de que todos los sectores de la sociedad tengan voz y representación. La verdadera democracia implica un compromiso con la justicia social y la igualdad de oportunidades para todos.
El diálogo entre estos tres titanes del pensamiento argentino continúa, cada uno aportando su visión única, pero todos unidos en un mismo propósito: construir un país donde la libertad, la justicia y la democracia sean los pilares sobre los que se edifique el futuro de Argentina. A medida que la conversación avanza, queda claro que sus legados, aunque diferentes, están entrelazados en un ideal común: el bienestar de su nación.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 12, 2025
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