La derecha de España ha salido a defender la Hispanidad, celebrada este 12 de octubre, como pocas veces antes. Ante los llamados desde América para que España se disculpe por los oscuros capítulos de su pasado colonial, y la proclamación del Día de los Pueblos Indígenas por parte del presidente de EE.UU. Joe Biden, los políticos derechistas españoles han expresado su desacuerdo. Uno es el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, quien describió la Hispanidad como “el acontecimiento más importante de la Historia tras la romanización“, según dijo en vísperas de la festividad española del 12 de octubre que marca la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo en 1492.

“¿Tiene que pedir perdón el reino de España porque hace cinco siglos descubriera un Nuevo Mundo, respetara a los que estaban allí, creara universidades, creara prosperidad, construyera ciudades enteras? Pues yo creo que no”, expresó Casado.

Sus comentarios vinieron después de que el presidente Biden, en un mensaje para conmemorar el Día de la Raza en Estados Unidos, dijera que la llegada de Colón provocó “una ola de devastación” para los nativos americanos e instara a los estadounidenses a no “enterrar estos vergonzosos episodios de nuestro pasado”.

Antes que Casado, otros políticos de derecha españoles también dejaron clara su postura en torno al tema.

La llegada de los europeos a América trajo la cultura de españoles y portugueses primero, luego la de los ingleses, a los territorios donde vivían millones de nativos. Sin embargo, también generó problemas. La viruela y otras enfermedades no endémicas acabaron con un gran número de indígenas, lo que facilitó la conquista española. Su armamento les permitió infligir masacres, a pesar de ser un número relativamente pequeño de colonizadores. En Norteamérica, la superioridad tecnológica de los colonos fue igualmente clave para expulsar a los nativos de sus hogares y apoderarse de sus tierras.

Sin embargo, para una parte del espectro político de España, cualquier problema devenido de la conquista no supera los beneficios que acompañaron a la colonización. Santiago Abascal, el líder del partido Vox, una formación de extrema derecha, se refirió a Biden como “el lamentable presidente de Estados Unidos”.

“Acaba de atacar la gran obra de la Hispanidad: la evangelización”, dijo. “Qué orgullo podemos sentir nosotros de lo que hicieron nuestros antepasados”, subrayó, describiendo a las colonias españolas como “el imperio de los derechos humanos”.

Aunque España mantiene estrechas relaciones económicas y culturales con los países que fueron antiguas colonias, en América Latina muchos reclaman que desde la península Ibérica nunca se han reconocido los abusos a los derechos humanos cometidos por los conquistadores y los gobiernos coloniales que siguieron. Entre otras cosas, se señala la matanza de los pueblos originarios durante la conquista y la subsiguiente subyugación que, para algunos, se manifiesta hasta nuestros días en muchos países de América Latina en forma de racismo.

La controversia entre México y España por el colonialismo ha aumentado desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al gobierno mexicano, en 2018. En una carta enviada al rey de España, Felipe VI, López Obrador planteó que España debería pedir perdón ante los agravios a los indígenas en la conquista. Otra carta similar fue enviada al Vaticano. Con motivo del 200 aniversario de la independencia de México de España, en septiembre el papa Francisco reconoció los “pecados personales y sociales” cometidos por la Iglesia católica en suelo mexicano después de la conquista. López Obrador acogió con satisfacción el mensaje del Papa. Desde España no recibió respuesta oficial, pero sí la de algunos políticos del PP.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), criticó al papa Francisco.

“A mí me sorprende que un católico que habla español hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano”, dijo.

La Conferencia Episcopal de España expresó su “perplejidad” por las palabras de Díaz Ayuso contra el Papa.

Más recientemente, el expresidente José María Aznar, del PP, ironizó sobre la solicitud de perdón al hablar del origen del nombre del presidente mexicano.

“Andrés por parte de los aztecas. Manuel por parte de los mayas. López es una mezcla de aztecas e incas. Y Obrador de Santander. Hombre, es que si no hubiesen pasado algunas cosas, usted no estaría ahí”, dijo hace unos días en un foro del PP.

El abuelo materno de López Obrador es originario de Cantabria, cuya capital es Santander, en el norte de España.