Una enorme explosión en la calle de Toledo ha destruido varias plantas de un edificio del Obispado por causas que todavía se desconocen. Un testigo que estaba caminando por la zona ha explicado que “ha temblado todo como una bomba” y que “se ha caído gran parte de la fachada”.
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Una enorme explosión ha destruido las cuatro plantas superiores del edificio ubicado en el número 98 de la calle de Toledo, en el distrito de Latina, junto a la parroquia Virgen de la Paloma. En estos momentos hay un desaparecido y se han contabilizado al menos tres fallecidos –aunque podrían ser más de cuatro– y seis heridos, según ha informado la Delegación del Gobierno. De los heridos, los más «significativos» son un «varón de 26 años con fractura de tobillo y traumatismo lumbar, con pronósotico moderado y trasladado al Hospital de La Paz; y un varón de 53 años con traumatismo craneoencefálico, trasladado al Ramón y Cajal».
Concretamente, la explosión ha tenido lugar en los locales parroquiales y los pisos de residencia de los sacerdotes de la parroquia Virgen de la Paloma, según ha confirmado Arzobispado de Madrid. Al parecer, la explosión se ha producido cuando dos personas estaban revisando una caldera. Una fallecida es una mujer de 85 años y otro un varón cuya edad no ha sido facilitada. Además, uno de los desaparecidos sería el electricista que había acudido a revisar el aparato y que tiene cuatro hijos pequeños.
El estallido se ha producido en un momento en que el que no suele haber muchas personas en el edificio. En el enclave dañado se suelen reunir comunidades del Camino Neocatecumenal, también conocidos como los kikos. Las llamas continúan a esta hora en la parte baja del edificio, sin que por ahora se conozcan más detalles acerca del estado de la estructura afectada. Al menos, sobre el terreno.
más imágenes desde el edificio de al lado de la explosión en puerta de toledo, madrid pic.twitter.com/D1bJvI0iHx
En la parroquia, cuenta una feligresa, coexisten actualmente 18 comunidades de entre treinta y cuarenta personas cada una. «Es un bloque entero, donde nos reunimos en diferentes salas y en días alternos», resume esta mujer, visiblemente afectada. Dentro del inmueble también hay un centro de Caritas y otro destinado a ayudar a niños en situación de vulnerabilidad. “Precisamente, hoy estábamos citados a las 20.30 horas”, añade la testigo, quien pertenece a la comunidad número 13: «He venido desde el trabajo en cuanto me lo han contado».
“Los bomberos están comprobando si se han producido daños estructurales. No tenemos constancia de que se hayan producido víctimas en este momento en la residencia anexa, salvo algunos rasguños producidos por la caída de cascotes. Lo que sí se confirman son al menos dos fallecidos por la explosión”, explicaba el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que ha sido la primera autoridad política en llegar al lugar.
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En Puerta de Toledo, el fuerte estallido ha dejado paso al miedo y a la confusión. La calle, a la altura del edificio afectado, ha quedado totalmente devastada, en una imagen más propia de cualquier zona de guerra. La Policía Municipal ha establecido diversos filtros para que los servicios de emergencia puedan continuar con los trabajos. En la glorieta de Pirámides, los vehículos ya no pueden circular hacia la Puerta de Toledo, donde un siguiente control impide el paso a los ciudadanos de a pie a mitad de glorieta.
Un helicóptero de la Policía sobrevuela el enclave, al tiempo que los Bomberos inspeccionan la cuarta planta desde el exterior del inmueble. Por su parte, los sanitarios del Samur-Protección Civil siguen traslandando a diversos heridos. Decenas de vecinos, periodistas y curiosos se concentran en las inmediaciones, mientras los agentes se esfuerzan en despejar los accesos. “Escuchamos un ruido enorme”, dice una joven, que abandonó rápidamente su vivienda, muy cerca del lugar de la explosión: “El edificio temblaba”.
Minutos antes de las tres de la tarde hora local se ha producido la fuerte explosión, muy próxima a la residencia de mayores con 55 ancianos de La Paloma y al colegio a La Salle La Paloma – Fundación Lara.
“Podemos confirmar que no había niños en el patio en el momento de la explosión”, según ha informado el padre de una alumna que acude a ese centro. Comercios, bares y cafeterías del barrio de La Latina están refugiando a los mayores desalojados de la residencia colindante, según los restauradores de la zona. El Café Pavón está ofreciendo información sobre los mayores allí refugiados.
Vecinos de la calle Toledo, que viven en fincas aledañas, se han acercado hasta los cordones policiales que interrumpen el paso a esta hora en la calle de Toledo. María espera entre lágrimas a que la Policía le permita pasar a su edificio, el número 90. “Hemos salido de casa a arreglar un teléfono móvil y hemos vuelto corriendo al escuchar la explosión. Pero ya no hemos podido pasar. Nos dicen que no hay riesgo de más explosiones. No sabemos si nuestra casa tiene o no daños», relata Nuria. «Solo quiero que me dejen pasar”, añade.
Celia acababa de regresar del instituto cuando un «sonido muy fuerte» le sacó de su cuarto. “Mi madre vino al momento a preguntarme si estaba bien y bajamos a la calle”, cuenta, aliviada por las noticias halagüeñas que acaba de recibir: “Un amigo vive justo enfrente y no sé si su casa está afectada. Pero hemos hablado con él y está bien”.
Un joven de 27 años, estaba caminando por la zona cuando ha sentido que “temblaba todo, como una bomba y se ha caído gran parte de la fachada”. Otras fuentes cuentan que la explosión se ha escuchado desde zonas lejanas como O’Donell o Ventas.
A las 15.20 horas de la tarde la Policía estaba pidiendo a los vecinos de la zona que se retirasen de las inmediaciones porque podrían producirse más explosiones. También ha pedido que se identifique si alguna persona trabaja en esa zona, así como vídeos para ver como se ha producido la explosión.
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Una enorme explosión en la calle de Toledo ha destruido varias plantas de un edificio del Obispado por causas que todavía se desconocen. Un testigo que estaba caminando por la zona ha explicado que “ha temblado todo como una bomba” y que “se ha caído gran parte de la fachada”.
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Una enorme explosión ha destruido las cuatro plantas superiores del edificio ubicado en el número 98 de la calle de Toledo, en el distrito de Latina, junto a la parroquia Virgen de la Paloma. En estos momentos hay un desaparecido y se han contabilizado al menos tres fallecidos –aunque podrían ser más de cuatro– y seis heridos, según ha informado la Delegación del Gobierno. De los heridos, los más «significativos» son un «varón de 26 años con fractura de tobillo y traumatismo lumbar, con pronósotico moderado y trasladado al Hospital de La Paz; y un varón de 53 años con traumatismo craneoencefálico, trasladado al Ramón y Cajal».
Concretamente, la explosión ha tenido lugar en los locales parroquiales y los pisos de residencia de los sacerdotes de la parroquia Virgen de la Paloma, según ha confirmado Arzobispado de Madrid. Al parecer, la explosión se ha producido cuando dos personas estaban revisando una caldera. Una fallecida es una mujer de 85 años y otro un varón cuya edad no ha sido facilitada. Además, uno de los desaparecidos sería el electricista que había acudido a revisar el aparato y que tiene cuatro hijos pequeños.
El estallido se ha producido en un momento en que el que no suele haber muchas personas en el edificio. En el enclave dañado se suelen reunir comunidades del Camino Neocatecumenal, también conocidos como los kikos. Las llamas continúan a esta hora en la parte baja del edificio, sin que por ahora se conozcan más detalles acerca del estado de la estructura afectada. Al menos, sobre el terreno.
En la parroquia, cuenta una feligresa, coexisten actualmente 18 comunidades de entre treinta y cuarenta personas cada una. «Es un bloque entero, donde nos reunimos en diferentes salas y en días alternos», resume esta mujer, visiblemente afectada. Dentro del inmueble también hay un centro de Caritas y otro destinado a ayudar a niños en situación de vulnerabilidad. “Precisamente, hoy estábamos citados a las 20.30 horas”, añade la testigo, quien pertenece a la comunidad número 13: «He venido desde el trabajo en cuanto me lo han contado».
“Los bomberos están comprobando si se han producido daños estructurales. No tenemos constancia de que se hayan producido víctimas en este momento en la residencia anexa, salvo algunos rasguños producidos por la caída de cascotes. Lo que sí se confirman son al menos dos fallecidos por la explosión”, explicaba el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que ha sido la primera autoridad política en llegar al lugar.
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En Puerta de Toledo, el fuerte estallido ha dejado paso al miedo y a la confusión. La calle, a la altura del edificio afectado, ha quedado totalmente devastada, en una imagen más propia de cualquier zona de guerra. La Policía Municipal ha establecido diversos filtros para que los servicios de emergencia puedan continuar con los trabajos. En la glorieta de Pirámides, los vehículos ya no pueden circular hacia la Puerta de Toledo, donde un siguiente control impide el paso a los ciudadanos de a pie a mitad de glorieta.
Un helicóptero de la Policía sobrevuela el enclave, al tiempo que los Bomberos inspeccionan la cuarta planta desde el exterior del inmueble. Por su parte, los sanitarios del Samur-Protección Civil siguen traslandando a diversos heridos. Decenas de vecinos, periodistas y curiosos se concentran en las inmediaciones, mientras los agentes se esfuerzan en despejar los accesos. “Escuchamos un ruido enorme”, dice una joven, que abandonó rápidamente su vivienda, muy cerca del lugar de la explosión: “El edificio temblaba”.
Minutos antes de las tres de la tarde hora local se ha producido la fuerte explosión, muy próxima a la residencia de mayores con 55 ancianos de La Paloma y al colegio a La Salle La Paloma – Fundación Lara.
“Podemos confirmar que no había niños en el patio en el momento de la explosión”, según ha informado el padre de una alumna que acude a ese centro. Comercios, bares y cafeterías del barrio de La Latina están refugiando a los mayores desalojados de la residencia colindante, según los restauradores de la zona. El Café Pavón está ofreciendo información sobre los mayores allí refugiados.
Vecinos de la calle Toledo, que viven en fincas aledañas, se han acercado hasta los cordones policiales que interrumpen el paso a esta hora en la calle de Toledo. María espera entre lágrimas a que la Policía le permita pasar a su edificio, el número 90. “Hemos salido de casa a arreglar un teléfono móvil y hemos vuelto corriendo al escuchar la explosión. Pero ya no hemos podido pasar. Nos dicen que no hay riesgo de más explosiones. No sabemos si nuestra casa tiene o no daños», relata Nuria. «Solo quiero que me dejen pasar”, añade.
Celia acababa de regresar del instituto cuando un «sonido muy fuerte» le sacó de su cuarto. “Mi madre vino al momento a preguntarme si estaba bien y bajamos a la calle”, cuenta, aliviada por las noticias halagüeñas que acaba de recibir: “Un amigo vive justo enfrente y no sé si su casa está afectada. Pero hemos hablado con él y está bien”.
Un joven de 27 años, estaba caminando por la zona cuando ha sentido que “temblaba todo, como una bomba y se ha caído gran parte de la fachada”. Otras fuentes cuentan que la explosión se ha escuchado desde zonas lejanas como O’Donell o Ventas.
A las 15.20 horas de la tarde la Policía estaba pidiendo a los vecinos de la zona que se retirasen de las inmediaciones porque podrían producirse más explosiones. También ha pedido que se identifique si alguna persona trabaja en esa zona, así como vídeos para ver como se ha producido la explosión.
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PrisioneroEnArgentina.com
Enero 20, 2021