“¿Adónde debemos ir los que deambulamos por este páramo en busca de lo mejor de nosotros mismos?” Esa cita aparece en la pantalla al final de “Mad Max: Fury Road”, atribuida al libro (ficticio) “La primera historia del hombre”. Y aunque “Finch”, la nueva película protagonizada por Tom Hanks, no tiene ninguna de las acrobacias asombrosas o la acción trepidante de “Fury Road”, esa cita también encajaría perfectamente dentro de los límites de esta historia.
“Finch” es una película post-apocalíptica poco convencional, una en la que la fatalidad y la tristeza existen más en los márgenes. Eso no quiere decir que esta sea una mirada ultra positiva y cubierta de caramelo del fin del mundo. Hay una innegable melancolía aquí; una trágica soledad que no se puede sacudir. Pero también hay un elemento de aceptación. Aceptación de que sucedió lo que sucedió y, a veces, no hay forma de deshacerlo. No habrá solución para el fin del mundo aquí, pero hay un rayo de esperanza.
“Finch” se siente ligeramente improvisado con otras piezas de entretenimiento similares. Es imposible mirar el páramo vacío y ahogado por el polvo aquí y no recordar “WALL-E”. El elemento de viaje por carretera que aparece después de la introducción recuerda a uno de los más recientes “Nomadland”. Y, con esto como una producción de Amblin, también hay pinceladas de Spielberg en exhibición, con momentos que inmediatamente nos recuerdan a “E.T.”, “A.I.” y más. De hecho, al ver “Finch”, no pude evitar pensar que la película probablemente sería incluso mejor si el propio Spielberg la hubiera dirigido. Se siente perfectamente en consonancia con su sensibilidad.
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“¿Adónde debemos ir los que deambulamos por este páramo en busca de lo mejor de nosotros mismos?” Esa cita aparece en la pantalla al final de “Mad Max: Fury Road”, atribuida al libro (ficticio) “La primera historia del hombre”. Y aunque “Finch”, la nueva película
protagonizada por Tom Hanks, no tiene ninguna de las acrobacias asombrosas o la acción trepidante de “Fury Road”, esa cita también encajaría perfectamente dentro de los límites de esta historia.
“Finch” es una película post-apocalíptica poco convencional, una en la que la fatalidad y la tristeza existen más en los márgenes. Eso no quiere decir que esta sea una mirada ultra positiva y cubierta de caramelo del fin del mundo. Hay una innegable melancolía aquí; una trágica soledad que no se puede sacudir. Pero también hay un elemento de aceptación. Aceptación de que sucedió lo que sucedió y, a veces, no hay forma de deshacerlo. No habrá solución para el fin del mundo aquí, pero hay un rayo de esperanza.
“Finch” se siente ligeramente improvisado con otras piezas de entretenimiento similares. Es imposible mirar el páramo vacío y ahogado por el polvo aquí y no recordar “WALL-E”. El elemento de viaje por carretera que aparece después de la introducción recuerda a uno de los más recientes “Nomadland”. Y, con esto como una producción de Amblin, también hay pinceladas de Spielberg en exhibición, con momentos que inmediatamente nos recuerdan a “E.T.”, “A.I.” y más. De hecho, al ver “Finch”, no pude evitar pensar que la película probablemente sería incluso mejor si el propio Spielberg la hubiera dirigido. Se siente perfectamente en consonancia con su sensibilidad.
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Noviembre 11, 2021