La historia de Folies-Bergere es la historia de París de noche, la historia de casi todos los cantantes y bailarines que han triunfado en esta capital, desde Mistinguette hasta Josephine Baker, desde Charlie Chaplin hasta Maurice Chevalier.
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Es la historia de célebres cortesanas y cabezas coronadas, de la gran Pavlova, que bailaba sus tablas, y del pintor impresionista Manet, cuyo cuadro “The Bar at the Folies-Bergere ” inmortalizó la sala para los amantes del arte de todo el mundo.
El nombre de una calle cercana, rue Bergere, el music hall más famoso de París fue apodado ”El colchón elástico” cuando abrió por primera vez en 1869. Pero no había nada malo en el nombre, que simplemente se refería a la tienda de muebles que reemplazó el teatro. Se especializó en camas y accesorios.
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Tampoco tiene nada de malo en sus primeros programas que presentaban conciertos dirigidos por compositores como Gounod, Massenet y Saint-Saens durante la Comuna de París de 1871, cuando se convirtió en un lugar de encuentro político popular.
En vez de una sala para operetas, pantomima, reuniones políticas y vodevil, el Folies Bergère en París presenta una revista elaborada con mujeres en trajes sensacionales. La popular “Place aux Jeunes” estableció a Folies como el principal lugar de vida nocturna de París. En la década de 1890, el Folies siguió el gusto parisino por el striptease y rápidamente se ganó una reputación por sus espectaculares espectáculos de desnudos. El teatro no reparó en gastos, organizó revistas que incluyeron hasta 40 decorados, 1.000 disfraces y un equipo fuera del escenario de unas 200 personas.
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El Folies Bergère se remonta a 1869, cuando se inauguró como una de las primeras grandes salas de música de París. Produjo ópera ligera y pantomimas con cantantes desconocidos y resultó un rotundo fracaso. El mayor éxito llegó en la década de 1870, cuando el Folies Bergère representó el vodevil. Entre otros artistas, los primeros espectáculos de vodevil presentaban acróbatas, un encantador de serpientes, un canguro de boxeo, elefantes entrenados, el hombre más alto del mundo y un príncipe griego que estaba cubierto de tatuajes supuestamente como castigo por intentar seducir a la hija del Sha de Persia. Se permitió al público beber y socializar en el jardín interior del teatro y en el paseo marítimo, y el Folies Bergère se convirtió en sinónimo de las tentaciones carnales de la capital francesa. En el Folies se colocaron pinturas famosas de Édouard Manet y Henri de Toulouse-Lautrec.
Baker Josephine2121
Chaplin Charles pan
Chevalier Maurice
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Baker, Chaplin, Chevalier y Mistinguett
En 1886, el Folies Bergère pasó a una nueva dirección, que, en la noche del 30 de noviembre y la madrugada del siguiente día, organizó el primer espectáculo de music hall de estilo revista. La “Place aux Jeunes”, como se mencionó, con coristas con poca ropa, fue un gran éxito. Las mujeres de Folies se vestían cada vez menos a medida que se acercaba el siglo XX, y el vestuario y los decorados del espectáculo se volvieron cada vez más extravagantes. Entre los artistas que se iniciaron en el Folies Bergère se encontraban Yvette Guilbert, Maurice Chevalier y Mistinguett. La bailarina y cantante afroamericana Josephine Baker hizo su debut en Folies en 1926, bajada del techo en una esfera cubierta de flores que se abrió en el escenario para revelarla con un tanga adornado con plátanos.
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El Folies Bergère siguió siendo un éxito durante todo el siglo XX y todavía se puede ver en París en la actualidad, aunque el teatro ahora presenta muchos conciertos y representaciones convencionales. Entre otras tradiciones que se remontan a más de un siglo, el título del programa siempre contiene 13 letras e incluye la palabra “Folie”.
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La historia de Folies-Bergere es la historia de París de noche, la historia de casi todos los cantantes y bailarines que han triunfado en esta capital, desde Mistinguette hasta Josephine Baker, desde Charlie Chaplin hasta Maurice Chevalier.
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[/ezcol_1half_end]Es la historia de célebres cortesanas y cabezas coronadas, de la gran Pavlova, que bailaba sus tablas, y del pintor impresionista Manet, cuyo cuadro “The Bar at the Folies-Bergere ” inmortalizó la sala para los amantes del arte de todo el mundo.
El nombre de una calle cercana, rue Bergere, el music hall más famoso de París fue apodado ”El colchón elástico” cuando abrió por primera vez en 1869. Pero no había nada malo en el nombre, que simplemente se refería a la tienda de muebles que reemplazó el teatro. Se especializó en camas y accesorios.
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[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Tampoco tiene nada de malo en sus primeros programas que presentaban conciertos dirigidos por compositores como Gounod, Massenet y Saint-Saens durante la Comuna de París de 1871, cuando se convirtió en un lugar de encuentro político popular.
En vez de una sala para operetas, pantomima, reuniones políticas y vodevil, el Folies Bergère en París presenta una revista elaborada con mujeres en trajes sensacionales. La popular “Place aux Jeunes” estableció a Folies como el principal lugar de vida nocturna de París. En la década de 1890, el Folies siguió el gusto parisino por el striptease y rápidamente se ganó una reputación por sus espectaculares espectáculos de desnudos. El teatro no reparó en gastos, organizó revistas que incluyeron hasta 40 decorados, 1.000 disfraces y un equipo fuera del escenario de unas 200 personas.
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[/ezcol_1half_end]El Folies Bergère se remonta a 1869, cuando se inauguró como una de las primeras grandes salas de música de París. Produjo ópera ligera y pantomimas con cantantes desconocidos y resultó un rotundo fracaso. El mayor éxito llegó en la década de 1870, cuando el Folies Bergère representó el vodevil. Entre otros artistas, los primeros espectáculos de vodevil presentaban acróbatas, un encantador de serpientes, un canguro de boxeo, elefantes entrenados, el hombre más alto del mundo y un príncipe griego que estaba cubierto de tatuajes supuestamente como castigo por intentar seducir a la hija del Sha de Persia. Se permitió al público beber y socializar en el jardín interior del teatro y en el paseo marítimo, y el Folies Bergère se convirtió en sinónimo de las tentaciones carnales de la capital francesa. En el Folies se colocaron pinturas famosas de Édouard Manet y Henri de Toulouse-Lautrec.
Baker, Chaplin, Chevalier y Mistinguett
En 1886, el Folies Bergère pasó a una nueva dirección, que, en la noche del 30 de noviembre y la madrugada del siguiente día, organizó el primer espectáculo de music hall de estilo revista. La “Place aux Jeunes”, como se mencionó, con coristas con poca ropa, fue un gran éxito. Las mujeres de Folies se vestían cada vez menos a medida que se acercaba el siglo XX, y el vestuario y los decorados del espectáculo se volvieron cada vez más extravagantes. Entre los artistas que se iniciaron en el Folies Bergère se encontraban Yvette Guilbert, Maurice Chevalier y Mistinguett. La bailarina y cantante afroamericana Josephine Baker hizo su debut en Folies en 1926, bajada del techo en una esfera cubierta de flores que se abrió en el escenario para revelarla con un tanga adornado con plátanos.
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[/ezcol_1half_end]El Folies Bergère siguió siendo un éxito durante todo el siglo XX y todavía se puede ver en París en la actualidad, aunque el teatro ahora presenta muchos conciertos y representaciones convencionales. Entre otras tradiciones que se remontan a más de un siglo, el título del programa siempre contiene 13 letras e incluye la palabra “Folie”.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 1, 2020