El temido General “Culo-desnudo” (General Butt Naked) liberiano, ahora pastor evangélico, fue un perpetrador de atrocidades durante la guerra civil de Liberia y ahora viaja por los barrios marginales de Monrovia para sacar a los ex niños soldados de las drogas y del crimen.
Nacido en 1970, Joshua Milton Blahyi fue líder del Movimiento Unido de Liberación por la Democracia (Ulimo), que apoyó al presidente Samuel Doe, cuyo asesinato desató uno de los conflictos más atroces del continente africano, con 250.000 muertos entre 1989 y 2003. Mejor conocido como “General Butt Naked”, causó estragos al frente de una tropa de soldados jóvenes, drogados y desnudos conocidos por su crueldad y afición por la magia durante la primera guerra civil (1989-1997).
En 2008, confesó ante una Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) el asesinato de miles de personas, alegando que durante la guerra tuvo poderes mágicos debido a su iniciación en una sociedad tradicional y secreta cuando tenía 11 años.
“Cada vez que se tomaba una ciudad tenía que hacer un sacrificio humano para mantener mi poder. Me traían un niño vivo y yo le cortaba el corazón, que me comía”, explicó ante esta comisión, estimando que él mató personalmente a “al menos 20.000” personas.
Durante los últimos 15 años, el exlíder rebelde, que se ha convertido al cristianismo, ha ido regularmente a reunirse con excombatientes, ahora adultos, en los distritos pobres de Monrovia.
“Para mí, estos niños son víctimas, no criminales. Les hicimos tomar las armas y consumir drogas. Tengo que compensar estos errores”, explicó.
Para facilitar su rehabilitación, hizo construir un complejo a 25 kilómetros al norte de la capital, rodeado de altos muros, donde unos 500 ex niños soldados recibieron formación en carpintería, fontanería y pintura.
Joshua Milton Blahyi, más conocido por su nombre de guerra General Butt Naked, es un ex comandante de las fuerzas bajo el control más amplio del señor de la guerra liberiano Roosevelt Johnson. Blahyi era conocido por su violencia y atrocidades durante la Primera Guerra Civil Liberiana a principios de la década de 1990. Nacimiento: 30 de septiembre de 1971 (50 años), Monrovia, Liberia
“Por lo general, les cuento mi propia historia y luego les pido que hagan lo mismo ofreciendo sus vidas a Cristo y alejándose de las drogas”, dijo. Muchos de esos niños, ahora son granjeros.
El ex niño soldado William Wilson, de 38 años, dice que antes de conocer a Blahyi, solía exhibirse con un machete para conseguir dinero para su adicción a las drogas. “Elegí la escuela bíblica. Hoy soy evangelista, padre de tres hijos y casado con la hija de un pastor”, sonríe.
Otro ex niño soldado, Titus Sylvester-Borbor, de 33 años, dice que el ex comandante rebelde también lo ayudó a dejar sus adicciones y lo encaminó hacia la universidad.
“Mis padres están felices ahora, aceptaron llevarme de regreso”, dice, mientras que muchos niños fueron rechazados por sus familiares después de su desmovilización.
Las guerras civiles han puesto de rodillas al país, uno de los más pobres del planeta, devastado una década después por la epidemia de ébola en África occidental.
En junio, un tribunal suizo condenó a un excomandante rebelde condenado por múltiples atrocidades durante las guerras civiles de Liberia a 20 años de prisión. Es el primer liberiano condenado por crímenes de guerra en su país. A pesar de la presión de la sociedad civil, Liberia aún no ha celebrado un juicio en este período marcado por una letanía de abusos atribuibles a todas las partes: masacres de civiles, torturas, violaciones y reclutamiento de niños soldados. Varias personalidades directamente involucradas todavía ocupan puestos destacados en la política y la economía.
Prince Johnson, figura de la primera guerra civil, fue elegido en mayo para presidir el Comité de Defensa del Senado, a pesar de ser uno de los señores de la guerra cuyo juicio fue convocado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en 2009.
El presidente George Weah, en el poder desde 2018, se ha mostrado reacio a crear un tribunal especial, un tema que recientemente llevó a una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Joshua Milton Blahyi está presionando para que los ex caudillos, incluido él mismo, sean juzgado.
“Destruí a los hijos de tanta gente”, dice. “Si me niego a responder por ello, la misma violencia que inicié vendrá sobre mí y mis hijos”, agrega.
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El temido General “Culo-desnudo” (General Butt Naked) liberiano, ahora pastor evangélico, fue un perpetrador de atrocidades durante la guerra civil de Liberia y ahora viaja por los barrios marginales de Monrovia para sacar a los ex niños soldados de las drogas y del crimen.
Nacido en 1970, Joshua Milton Blahyi fue líder del Movimiento Unido de Liberación por la Democracia (Ulimo), que apoyó al presidente Samuel Doe, cuyo asesinato desató uno de los conflictos más atroces del continente africano, con 250.000 muertos entre 1989 y 2003. Mejor conocido como “General Butt Naked”, causó estragos al frente de una tropa de soldados jóvenes, drogados y desnudos conocidos por su crueldad y afición por la magia durante la primera guerra civil (1989-1997).
En 2008, confesó ante una Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) el asesinato de miles de personas, alegando que durante la guerra tuvo poderes mágicos debido a su iniciación en una sociedad tradicional y secreta cuando tenía 11 años.
“Cada vez que se tomaba una ciudad tenía que hacer un sacrificio humano para mantener mi poder. Me traían un niño vivo y yo le cortaba el corazón, que me comía”, explicó ante esta comisión, estimando que él mató personalmente a “al menos 20.000” personas.
Durante los últimos 15 años, el exlíder rebelde, que se ha convertido al cristianismo, ha ido regularmente a reunirse con excombatientes, ahora adultos, en los distritos pobres de Monrovia.
“Para mí, estos niños son víctimas, no criminales. Les hicimos tomar las armas y consumir drogas. Tengo que compensar estos errores”, explicó.
Para facilitar su rehabilitación, hizo construir un complejo a 25 kilómetros al norte de la capital, rodeado de altos muros, donde unos 500 ex niños soldados recibieron formación en carpintería, fontanería y pintura.
“Por lo general, les cuento mi propia historia y luego les pido que hagan lo mismo ofreciendo sus vidas a Cristo y alejándose de las drogas”, dijo. Muchos de esos niños, ahora son granjeros.
El ex niño soldado William Wilson, de 38 años, dice que antes de conocer a Blahyi, solía exhibirse con un machete para conseguir dinero para su adicción a las drogas. “Elegí la escuela bíblica. Hoy soy evangelista, padre de tres hijos y casado con la hija de un pastor”, sonríe.
Otro ex niño soldado, Titus Sylvester-Borbor, de 33 años, dice que el ex comandante rebelde también lo ayudó a dejar sus adicciones y lo encaminó hacia la universidad.
“Mis padres están felices ahora, aceptaron llevarme de regreso”, dice, mientras que muchos niños fueron rechazados por sus familiares después de su desmovilización.
Las guerras civiles han puesto de rodillas al país, uno de los más pobres del planeta, devastado una década después por la epidemia de ébola en África occidental.
En junio, un tribunal suizo condenó a un excomandante rebelde condenado por múltiples atrocidades durante las guerras civiles de Liberia a 20 años de prisión. Es el primer liberiano condenado por crímenes de guerra en su país. A pesar de la presión de la sociedad civil, Liberia aún no ha celebrado un juicio en este período marcado por una letanía de abusos atribuibles a todas las partes: masacres de civiles, torturas, violaciones y reclutamiento de niños soldados. Varias personalidades directamente involucradas todavía ocupan puestos destacados en la política y la economía.
Prince Johnson, figura de la primera guerra civil, fue elegido en mayo para presidir el Comité de Defensa del Senado, a pesar de ser uno de los señores de la guerra cuyo juicio fue convocado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en 2009.
El presidente George Weah, en el poder desde 2018, se ha mostrado reacio a crear un tribunal especial, un tema que recientemente llevó a una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Joshua Milton Blahyi está presionando para que los ex caudillos, incluido él mismo, sean juzgado.
“Destruí a los hijos de tanta gente”, dice. “Si me niego a responder por ello, la misma violencia que inicié vendrá sobre mí y mis hijos”, agrega.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 5, 2021