Más de 23 millones de personas sufren hambre extrema en Etiopía, Somalia y Kenia, según un nuevo informe de Oxfam y Save the Children. Eso es más de 10 millones el año pasado.
La peor sequía de la región en 40 años está siendo exacerbada por el conflicto y la pandemia. Y la guerra en Ucrania ha disparado los precios de los alimentos a niveles récord.
Es una crisis que el mundo claramente podría ver venir, señala el informe, con la sequía que se hizo evidente ya en el verano de 2020 y los gobiernos de Somalia y Kenia declararon emergencias el otoño pasado. En febrero, las Naciones Unidas informaron que cientos de miles de niños podrían morir en Somalia al final del verano.
La invasión rusa de Ucrania en febrero interrumpió los envíos de los países, que según el informe suministran el 90% del trigo en África Oriental. Eso hizo que los precios del alimento básico subieran un 20%. Los precios del aceite de cocina, gran parte del cual también proviene de Ucrania y Rusia, también se duplicaron.
En un comunicado, los grupos de ayuda internacional dicen que el mundo tiene la comida y el dinero para evitar que cientos de miles de personas mueran de hambre, pero le falta “el coraje político”.
Según el informe, cuando Rusia lanzó una guerra contra Ucrania, la comunidad internacional recaudó U$16 mil millones en un mes para ayudar. Hasta ahora, la ONU ha recaudado solo 93 millones de dólares para ayudar con la crisis del hambre en el este de África.
“El hambre es un fracaso político”, dice el resumen del informe.
Etiopía, Somalia y Kenia son solo tres de una larga lista de países de bajos ingresos en riesgo, con la guerra de Ucrania amplificando las tensiones existentes causadas por dos años de pandemia. Y dado que Rusia también es uno de los principales exportadores de fertilizantes del mundo, la crisis podría profundizarse y prolongarse durante algún tiempo.
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Más de 23 millones de personas sufren hambre extrema en Etiopía, Somalia y Kenia, según un nuevo informe de Oxfam y Save the Children. Eso es más de 10 millones el año pasado.
Es una crisis que el mundo claramente podría ver venir, señala el informe, con la sequía que se hizo evidente ya en el verano de 2020 y los gobiernos de Somalia y Kenia declararon emergencias el otoño pasado. En febrero, las Naciones Unidas informaron que cientos de miles de niños podrían morir en Somalia al final del verano.
La invasión rusa de Ucrania en febrero interrumpió los envíos de los países, que según el informe suministran el 90% del trigo en África Oriental. Eso hizo que los precios del alimento básico subieran un 20%. Los precios del aceite de cocina, gran parte del cual también proviene de Ucrania y Rusia, también se duplicaron.
En un comunicado, los grupos de ayuda internacional dicen que el mundo tiene la comida y el dinero para evitar que cientos de miles de personas mueran de hambre, pero le falta “el coraje político”.
Según el informe, cuando Rusia lanzó una guerra contra Ucrania, la comunidad internacional recaudó U$16 mil millones en un mes para ayudar. Hasta ahora, la ONU ha recaudado solo 93 millones de dólares para ayudar con la crisis del hambre en el este de África.
“El hambre es un fracaso político”, dice el resumen del informe.
Etiopía, Somalia y Kenia son solo tres de una larga lista de países de bajos ingresos en riesgo, con la guerra de Ucrania amplificando las tensiones existentes causadas por dos años de pandemia. Y dado que Rusia también es uno de los principales exportadores de fertilizantes del mundo, la crisis podría profundizarse y prolongarse durante algún tiempo.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 20, 2022