La inmoralidad se ha transformado en la principal característica de la actual gestión presidencial.
La reiterada violación de la “cuarentena ” encabezada por Alberto Fernández y Fabiola Yáñez “necesitaba ” un castigo ejemplar, pero terminó convirtiéndose en una cobarde legalización de este delito.
Yañez
De más está decir que para ejecutar semejante hecho de corrupción el presidente y su concubina necesitaron del poder judicial sinvergüenza algo que los argentinos ya estamos acostumbrados a sufrir con el kirchnerismo en el poder.
Lo más penoso del caso es la mansedumbre del rebaño en aceptar este tipo de aberraciones políticas – judiciales y encontrar alguna explicación para esta triste actitud no es tarea fácil.
Se sabe que la sociedad tiene “sus miedos ” sobreviviendo dentro de un sistema mafioso donde las dádivas de los subsidios son el principal sostén del núcleo familiar. Una “elegante “forma de sometimiento implementada por delincuentes con ese objetivo y así poder sumar más voto fácil acrecentando su clientelismo político.
Se puede observar algunos “rebeldes “en las redes sociales, aunque la mayoría de las manifestaciones contra los mandamases surgen desde perfiles “camuflados ” utilizando seudónimos o sobrenombres al momento de identificarse.
Esta humillante situación es provocada y aprovechada por los mismos malhechores que nos gobiernan para poder conseguir la impunidad de su andar delictivo.
Fue el presidente de los argentinos, Alberto Fernández, quién ordenó una cuarentena despiadada dejando millones de víctimas mientras él y su entorno hacían fiestas burlándose del pueblo.
Casi por compromiso alguien del poder judicial le abrió una causa al haber roto en varias ocasiones “el encierro” a la pareja presidencial y fue un trámite Express para ellos cerrar la misma.
En esta ocasión sus cómplices fueron el fiscal Fernando Domínguez y el juez federal de San Isidro Lino Mirabelli quienes les hicieron precio aceptando las miserables “ofertas ” hechas por la pareja para no aplicar el rigor de la ley.
El juez Mirabelli basó su indulto con el argumento que el presidente a la hora de violar el aislamiento no estaba en funciones!
Algo totalmente contradictorio: si las fiestas se llevaron a cabo dentro de la residencia de Olivos lugar donde vive todo primer mandatario argentino con su respectiva familia, caso contrario jamás podría haberse organizado en dicha vivienda.
El monto del soborno al poco justo poder judicial fue el propuesto por los infractores: Según el presidente hicieron un daño entre ambos valuado en 3 millones de pesos.
¿¿¿Y los invitados que concurrieron a las fiestas clandestinas???
¿¿¿Son privilegiados del entorno mafioso de la pareja???
¡Otra vez la justicia argentina deja sin castigo a nuestros victimarios!
Fernández
Podrán cerrar el caso, archivar todo, ¡pero nunca podrán borrar las imágenes indignantes de sucesos emblemáticos acontecidos al mismo tiempo en el que ellos vivían de “jodas”!
Si había dolor dentro de la sociedad ahora lo hay más todavía con el agregado de la impotencia y mucho enojo con sobradas razones para tenerlos.
¡Aclaro que este “arreglo “es ilegal y no repara nada!
Agrava mucho más aquellos abusos y atropellos a los cuales los argentinos fuimos castigados por los dictadores kirchneristas utilizando la excusa del “COVID “
Ni olvido, ni perdón.
Nota del autor: el presidente solicitó un crédito para abonar el monto pactado con sus socios del poder judicial dando muestras de una austeridad inexistente.
En las últimas horas Patricia Bullrich dejó al descubierto la maniobra del primer mandatario al informar que este puso la misma cifra de dinero al momento de realizar la demanda judicial contra ella.
Una vez más, Alberto Fernández nos miente a los argentinos. Dice no tener plata para pagar por la fiesta clandestina. Sin embargo, puso 3.000.000 de pesos para la tasa de justicia en el juicio contra mi” expresó la ex ministra de seguridad en Twitter.
😟
La inmoralidad se ha transformado en la principal característica de la actual gestión presidencial.
La reiterada violación de la “cuarentena ” encabezada por Alberto Fernández y Fabiola Yáñez “necesitaba ” un castigo ejemplar, pero terminó convirtiéndose en una cobarde legalización de este delito.
De más está decir que para ejecutar semejante hecho de corrupción el presidente y su concubina necesitaron del poder judicial sinvergüenza algo que los argentinos ya estamos acostumbrados a sufrir con el kirchnerismo en el poder.
Lo más penoso del caso es la mansedumbre del rebaño en aceptar este tipo de aberraciones políticas – judiciales y encontrar alguna explicación para esta triste actitud no es tarea fácil.
Se sabe que la sociedad tiene “sus miedos ” sobreviviendo dentro de un sistema mafioso donde las dádivas de los subsidios son el principal sostén del núcleo familiar. Una “elegante “forma de sometimiento implementada por delincuentes con ese objetivo y así poder sumar más voto fácil acrecentando su clientelismo político.
Se puede observar algunos “rebeldes “en las redes sociales, aunque la mayoría de las manifestaciones contra los mandamases surgen desde perfiles “camuflados ” utilizando seudónimos o sobrenombres al momento de identificarse.
Esta humillante situación es provocada y aprovechada por los mismos malhechores que nos gobiernan para poder conseguir la impunidad de su andar delictivo.
Fue el presidente de los argentinos, Alberto Fernández, quién ordenó una cuarentena despiadada dejando millones de víctimas mientras él y su entorno hacían fiestas burlándose del pueblo.
Casi por compromiso alguien del poder judicial le abrió una causa al haber roto en varias ocasiones “el encierro” a la pareja presidencial y fue un trámite Express para ellos cerrar la misma.
En esta ocasión sus cómplices fueron el fiscal Fernando Domínguez y el juez federal de San Isidro Lino Mirabelli quienes les hicieron precio aceptando las miserables “ofertas ” hechas por la pareja para no aplicar el rigor de la ley.
El juez Mirabelli basó su indulto con el argumento que el presidente a la hora de violar el aislamiento no estaba en funciones!
Algo totalmente contradictorio: si las fiestas se llevaron a cabo dentro de la residencia de Olivos lugar donde vive todo primer mandatario argentino con su respectiva familia, caso contrario jamás podría haberse organizado en dicha vivienda.
El monto del soborno al poco justo poder judicial fue el propuesto por los infractores:
Según el presidente hicieron un daño entre ambos valuado en 3 millones de pesos.
¿¿¿Y los invitados que concurrieron a las fiestas clandestinas???
¿¿¿Son privilegiados del entorno mafioso de la pareja???
¡Otra vez la justicia argentina deja sin castigo a nuestros victimarios!
Podrán cerrar el caso, archivar todo, ¡pero nunca podrán borrar las imágenes indignantes de sucesos emblemáticos acontecidos al mismo tiempo en el que ellos vivían de “jodas”!
Si había dolor dentro de la sociedad ahora lo hay más todavía con el agregado de la impotencia y mucho enojo con sobradas razones para tenerlos.
¡Aclaro que este “arreglo “es ilegal y no repara nada!
Agrava mucho más aquellos abusos y atropellos a los cuales los argentinos fuimos castigados por los dictadores kirchneristas utilizando la excusa del “COVID “
Ni olvido, ni perdón.
Nota del autor: el presidente solicitó un crédito para abonar el monto pactado con sus socios del poder judicial dando muestras de una austeridad inexistente.
En las últimas horas Patricia Bullrich dejó al descubierto la maniobra del primer mandatario al informar que este puso la misma cifra de dinero al momento de realizar la demanda judicial contra ella.
Una vez más, Alberto Fernández nos miente a los argentinos. Dice no tener plata para pagar por la fiesta clandestina. Sin embargo, puso 3.000.000 de pesos para la tasa de justicia en el juicio contra mi” expresó la ex ministra de seguridad en Twitter.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 29, 2022