Iglesias, monedas e hipocresía en los tiempos del virus

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 Por FABIAN KUSSMAN

Ante una época de crisis, iglesias cerradas y las sugerencias de refugiarse en casa debido a la pandemia de coronavirus, los negocios se ven diezmados y los comerciantes mayores, sin diezmo. En este nuevo mundo obispos de España invitan a realizar donaciones online o por teléfono a parroquias, diócesis o a la mismísima Conferencia Episcopal de la Madre Patria. Las opciones son dos: Legal o ilegalmente. Informando al Ministerio de Hacienda o sin que el fisco lo advierta.

“También la economía de nuestras Diócesis y Parroquias se resiente con los templos cerrados y la interrupción de las colectas y otros ingresos. Es, además, fácil de prever que en el futuro disminuirán los ingresos habituales y la asignación tributaria se resentirá en los próximos ejercicios ante la probable disminución de la recaudación por el IRPF (Impuesto de Renta sobre las Personas Físicas), motivada por la crisis económica que se nos viene encima”, reza un comunicado emitido por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española a sus miembros.

“La ley nos obliga a enviar a la Agencia Tributaria una lista de todas las donaciones y donantes efectuados cada año. Por eso necesitamos el documento de identidad de cada colaborador que desea la desgravación fiscal”, manifiesta la Iglesia en ese escrito.

No obstante, hay una metodología de como sortear ese paso. “En el caso de que no desee que se comuniquen sus datos a la Agencia Tributaria, le ofrecemos la opción para su refutación”, sugiere la CEE. Para ello, el donante debe marcar una cruz en un casillero que aparece al final del formulario, en la cual se expresa textualmente: “No deseo que mi donación se comunique a Hacienda”.

En las cuentas públicas de la Conferencia Episcopal no existen datos concretos sobre cuánto dinero se ingresa cada año de esa forma. Según consta en la última memoria de actividades publicada por la Iglesia –correspondiente a 2017–, las donaciones de ese año alcanzaron los 60.000 euros, mientras que la asignación tributaria permitió recaudar más de 264.500.000 de euros.

Respecto a las entregas de dinero por parte de particulares, no se informa cuántos donantes comunicaron su acción al Ministerio de Hacienda y cuántos prefirieron no hacerlo. “La Iglesia declara ante Hacienda todos los donativos que recibe a través del portal de donativos. No obstante, hay personas que no quieren realizar esa desgravación de su donativo y por tanto no comunican sus datos a la Iglesia”

la Conferencia Episcopal da cuenta del dinero que ha recibido” en concepto de donativos “en su memoria de actividades”, aunque no especificaron cuánto llega por la vía de donaciones no comunicadas al Ministerio de Hacienda.

La CEE ha estimulado a sus sacerdotes a mostrar su generosidad y entregar una parte del sueldo o una aportación fija durante un tiempo determinado. Pero, además, incita a la comunidad cristiana en general a sumarse también a esa iniciativa.

Este dinero percibido podría ser destinado a ayudar a quienes sufrirán más la crisis económica en la que este coronavirus está sumiendo a la sociedad. Traducción: La mismísima Iglesia.

Las iglesias católicas están cerradas en Estados Unidos. Muchas iglesias recurren a sus portales de donaciones en internet para obtener ayuda, pero por lo general demoran en llegar a las cuentas bancarias y no se aproxima en lo más mínimo a lo que se canaliza en las cestas de las iglesias para donación durante los servicios religiosos. Caridad en el anonimato, no salva almas.

Otro problema al que se enfrentan las iglesias es que varias aún están dirigidas por personas mayores y puede que estos responsables no sean tan hábiles tecnológicamente.

En Estados Unidos, las iglesias no deben abonar gravámenes. Incluso es muy fácil registrar un culto religioso. El IRS (Servicio de Ingresos Internos, taxes, impuestos) solo requiere una combinación de requisitos. Por ejemplo, si usted ya decidió el nombre digamos, Nuestra Señora Cristina de las Manos Santas, ya cumplió con el primer requerimiento. Otro es el credo y adoración que puede ser cumplido mencionando devoción a un dios, dos dioses o cuantos usted quiera o necesite. La tercera exigencia es el lugar de idolatría (¿El garaje de una casa?), finalmente prometer no cometer un acto ilegal, beneficiar a candidatos políticos o enriquecer a terceros. Los costos administrativos para operar un templo religioso varían en cuanto a la capacidad de asientos de este. Nuestra Señora Cristina de las Manos Santas, de tener entre 1 y 99 adeptos pagaría 275 dólares. Si tiene una audiencia de más de tres mil, esta cuota anual rondaría entre los 800 y 1,500 billetes de la misma moneda. Ahora sí, estamos listos para solicitar la excepción de impuestos. Es decir, no se pagaría tributo y todo lo que ingresa en concepto de donaciones es destinado a la iglesia y a los salarios. Pero en el nuevo mundo del coronavirus, no hay cosecha de ofrendas o limosnas. Esto, claro altera la fe de los responsables que al ver que el contador de la página web no se mueve al ritmo deseado, muestran desesperación por la reapertura del negocio a cualquier precio, así ese precio sea la ofrenda de una vida humana.

 

Fuentes: CVLI.com . www.DonoAmiIglesia.es . IRS Start a 501(c)(3) Church or Faith-Based Ministry

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 24, 2020


 

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