“IGNOTI NULLA CUPIDO”… LA CULTURA Y EL ORIGEN DEL ASADO DE TIRA. NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE

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“Solo se ama lo que se conoce”.
(Leonardo Da Vinci).

En el pasado de toda comunidad se encuentra la fuente de su identidad, construida con multiplicidad de elementos exógenos y propios, variadas costumbres y tradiciones; estilos de vida que al mestizarse con otros fueron dando paso a un nuevo perfil. Este conjunto de acciones o elementos repetidos en el tiempo y transferidos de generación a generación forman parte del Patrimonio cultural de un lugar.

Ya en la década del 80 la Convención de la Unesco reunida en México definía al Patrimonio Cultural de un pueblo como: “el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir a las cosas materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo, la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte, los archivos y las bibliotecas.”
En nuestro país, en los últimos años se ha ampliado el horizonte de lo patrimonial debido a los  numerosos y relevantes descubrimientos que se realizaron no sólo desde lo cultural provenientes de aéreas relacionadas a la Arqueología urbana y la Arqueología industrial  sino a lo proveniente del Patrimonio natural a través de la Paleontología.
Esto marca el carácter flexible del ámbito que debe permitir la incorporación constante de nuevos bienes culturales.
Es bien sabido que el conocimiento y el acercamiento de las comunidades hacia lo patrimonial ha ido cambiando, con el tiempo, en la medida en que espacios como los museos se han ido aggiornando y permitiendo la incorporación de tecnología, a la vez que han flexibilizado sus políticas y han abierto sus puertas al público a fin de, paradójicamente, no tuvieran que cerrarlas definitivamente; en los últimos tiempos  han tomado mayor auge elementos del patrimonio cultural que antiguamente pasaban desapercibidos.
Las costumbres gastronómicas, los rituales a la hora de comer y los elementos asociados a estos rituales, forman parte de situaciones cotidianas que por ordinarias y comunes no dejan de tener su encanto e importancia.  Ellas han trascendido épocas y escenarios disimiles.
Marcan una conducta alimentaria que brinda material de estudio no solo  a las ciencias sociales sino a  las naturales: historiadores y antropólogos toman de ellas multiplicidad de datos que, aún hoy, transpolados en el tiempo pueden ser analizadas.
Claudio Valerio, ingeniero electromecánico y electrónico, historiador vocacional y actor, apasionado por la historia puede asegurar, y así lo ha demostrado, que el “asado de tira”, símbolo argentino,  se originó en la ciudad de Campana cuando el primer  frigorífico de Sudamérica, el “The River Plate Fresh Meat Co.”, de capitales ingleses, se instalara en esa ciudad. Este hecho, que se convertiría en hito culinario e histórico para el Distrito y la Argentina toda, sucedió durante el último cuarto del siglo XIX. Entonces la historia, y su impacto cultural  comienza en 1882, en el momento en que se que fuera fundado el primer frigorífico.
La alimentación es un asunto vital para los seres humanos, la preparación de alimentos cocidos por el fuego tiene una larga historia que está íntimamente entrelazada a la evolución del ser humano.  El acto de comer y la conducta alimentaria, implica un hecho  necesario para la supervivencia, pero no es meramente un hecho biológico sino también un hecho social en el que se vinculan el hombre biológico al hombre social.
Los alimentos, las recetas y los elementos intervinientes en su preparación, a través de los ritos, hablan silenciosamente el idioma de lo intangible. Es posible verlos como símbolos que representan comunidades en un contexto histórico y sus preferencias. Cabe pensar en relación al patrimonio; ¿que es lo que hace valioso un objeto o acto, y que este trascienda en el tiempo? Podemos ensayar varias respuestas: La aceptación por gran parte de la comunidad, el uso cotidiano, la valorización por parte de otras comunidades y aceptación de su uso…
¿Porque es tan importante su reconocimiento, puesta en valor y protección?
Porque se trata de un elemento constitutivo de la identidad de la comunidad que lo origino, rasgo que la individualiza y la hace única.
En las sociedades modernas, la revalorización del patrimonio tangible e intangible puede ser vista también como una fuente de ingresos destinados al desarrollo local.
Y sobre la cultura y el asado?
Como lo expresa el documento, base del proyecto turismo cultural para América latina y el Caribe, lanzado por la UNESCO a fines de los ‘90, ya por entonces se verificaba la urgencia de profundizar en la revalorización del patrimonio gastronómico como uno de los pilares donde debía basarse el turismo regional.  Este documento marcaba la necesidad de reflexionar sobre la importancia de la comida como un bien cultural de peso,  equiparable a aquellos pertenecientes al patrimonio tangible. La escasez de reflexiones acerca de esta importancia, según los autores del documento, marcaba claramente la falta de políticas de puesta en valor. Se señalaba que toda política cultural bien concebida debe asumir que el acto de comer, concebido como una tradición y a la vez como un acto de creatividad, es mucho más que un hecho alimenticio.
Por otro lado el texto de la convención para la salvaguarda del patrimonio inmaterial cultural de la UNESCO (2003) expresa en su artículo 2 las siguientes definiciones:
A los efectos de la presente convención:
se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos,
representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en
generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en
función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia,
infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo
así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad
humana. a los efectos de la presente convención, se tendrá en cuenta
únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los
instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los
imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de
desarrollo sostenible.
El “patrimonio cultural inmaterial”, según se define en el párrafo
1 supra, se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes:
a) tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del
patrimonio cultural inmaterial;
b) artes del espectáculo;
c) usos sociales, rituales y actos festivos;
d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
e) técnicas artesanales tradicionales.
El poder vislumbrar el patrimonio local, implica el desarrollo de proyectos
educativos tendientes a informar a la ciudadanía acerca de lo que “es de
todos”, y concientizarla acerca de su cuidado y difusión. El turismo y el
desarrollo local, derivados de este, solo serán posibles luego de sentar
bases de conocimiento sólidos y definir políticas culturales locales.
Pero de que hablamos cuando hablamos de Patrimonio? Entendemos que
Patrimonio es: herencia. Relacionado a la palabra «pater»…  es aquello que
nos fue legado por el padre. Por lo tanto lo patrimonial nos identifica con
algo de lo que formamos parte…con un origen común. Es decir con nuestra
identidad. La condición patrimonial de un elemento tangible o intangible
dependerá de la valoración que la comunidad haga de el, de la importancia
que le otorgue, pero su preservación, difusión y protección siempre debe
provenir del Estado. Ya que los individuos son los que crean cultura y es
el Estado quien posee los mecanismos de resguardo. La protección de bienes
patrimoniales sólo puede lograrse cuando se los detecta y vislumbra como
tales y se dispone de su salvaguarda a través de la implementación de leyes
adecuadas.
Esto puede lograrse a desde diferentes niveles y ámbitos, Por
ejemplo a nivel internacional por medio de Declaraciones de la Unesco, a
nivel Nacional por medios de  Leyes como la Nro 25743 de protección del
Patrimonio natural arqueológico y paleontológico de la Argentina y a nivel
Municipal con ordenanzas que regulen, controlen y delimiten todas las
acciones relacionadas a los bienes culturales de su comunidad.
Cabe cuestionarse que tipo de políticas culturales existen en la
actualidad, son abarcativas, flexibles, educadoras, formadoras de agentes
culturales? Siendo más específicos y en relación al Asado de tira y su
reconocimiento como bien cultural, existen dos proyectos presentados uno
por la Diputada Sandra Paris de la Provincia, y el otro por Alberto Assef
de la Nación; para ambos casos se indica  la importancia de su valoración y
el procurar el nombramiento de la ciudad de Campana como Capital
Provincial/Nacional del Asado de Tira.
Si bien hasta el día de la fecha no ha habido respuestas en el ámbito de las Cámaras correspondientes, iniciativas como estas demuestran un progreso en la manera de abordar los temas relacionados a lo cotidiano  e identitario. Nos posibilitan, además, analizar el bien cultural en cuestión desde tres puntos de vista: el histórico y su impacto en el medio, el social y su impacto en las personas y económico y su impacto en el desarrollo local. Dan fe  de esto tambien, la multiplicidad de fiestas regionales desarrolladas alrededor de comidas propias del lugar o de sus productos locales. Y es que la destacadas y rescatadas del olvido (en muchos casos) proveen ricos matices que los individualizan y diferencian de otros.
 Enviado por CLAUDIO VALERIO
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 12, 2020
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