Recuerdos Compartidos (I)

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Recuerdo que en un cajón tenía una láminas que traje de Santiago hace bastante tiempo. Lo puse sobre una alfombra y fui sacando rollos con impresiones preciosamente ilustradas, todas referidas a Galicia en distintas fechas y celebraciones, no imaginaba que tenía tantas. Que atropello de recuerdos, de horas maravillosamente vividas. De emociones que regresaban y estaban ahí intactas como recién experimentadas. Los sonidos, los aromas, las voces de los tunos bajando la calle de Gelmírez y llegar a la puerta de la Catedral ofreciendo sus canciones tan propias. El vuelo de sus capas con las cintas bordadas por sus enamoradas. El anochecer que acompañaba este remolino de algarabía, canciones que la gente acompañaba, entonando, palmoteando, siendo felices. Las estrellas, en lo alto sonriendo en su titilar también festejaban las vísperas de la gran jornada. El 25 de julio, día del Santo. Desde mi mesa en la pérgola del Hostal de los Reyes veía una caravana de gentes que se arremolinaban, algunos con sus mochilas de peregrinos, otros con guitarras y panderetas improvisando música, adelantando el momento del estallido de los fuegos y las campanas, del sentir que se vuela por sobre todo lo que pasará mañana.Es el día del elegido por el Señor. Santiago el Mayor el hijo del trueno. El peregrino. El soldado montado en su caballo blanco sinónimo de lucha, coraje y valentía. El que tuvo ante sus ojos los milagros más prodigiosos que un creyente puede siquiera imaginar.

El que escucho las voces de los ángeles y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo de pie sobre un pilar de mármol. El Camino… elegido por el Supremo para que el mundo reconozca a la Virgen santísima como “Pilar” de nuestra iglesia. Seguía Sentada…en el parador de Santiago en la plaza do Obradoiro con los rayos de sol que iluminaban su fachada rodeadas de calles empedradas y de un ambiente mezcla de historia, arte y tradición. Sueño de peregrinos y emblema de Santiago, formando con la catedral un ángulo de espectacular belleza. Con mi traje de barracan con grabados precolombinos hechos en rústicos telares con podas de un álamo de la casa materna y un mantón de tejido de lana esperaba a mi visitante. Como confundida hacía sonar fuertes mis cascabeles hechos de un manojito de pezuñas cantarinas traídos de mis viajes norteños como tratando de llamar la atención. Me sentía sofocada ante la llegada de mi convidado inconfundible.

Toda Galicia derrochaba un ambiente vivo, diferente cargado de misticismo. Estaba en el centro de la gran fiesta, anticipada, amada, deseada. El día de Galicia. Culto religioso y oficial con un sabor popular que convierten a la ciudad en un gran festival, esperando emocionada a quien será mi compañero de vuelo y de viaje. Un aventurero a quien conocía por sus escritos de ubicuidad que lo llevaban a volar hacia lugares desconocidos y enigmáticos y a entrevistarse con personalidades de épocas milenarias. Un amigo de las letras que viene con sus muletas a rendirle culto al camino. En medio de un impresionante espectáculo de pirotecnia y fuegos artificiales que inflaman simbólicamente como un cuento de hadas la fachada gótica de la Catedral sentía desde hace tiempo la presencia sutil de quien tiene la facultad de trasladarse de un lugar a otro. Me levante en medio de la multitud y pude observar inconfundible al tucumano como le gusta llamarse con sus sostenes a cuesta y una remera estampada con los lugares señalados con el símbolo de la peregrina andaluza, el bordón castellano y el corazón del peregrino argentino. Un escalofrió me recorrió todo mi ser.

Qué paradoja mi amigo al que no conocía personalmente sino a través del sonido de las palabras y de la tecnología de internet como un hilo rojo o cordel de plata que une almas me hacía rememorar como un rayo de un detalle en el que muy pocos reparan. Sus facultades de bilocación lo atraían al camino como alguna vez a Santiago cuando La Virgen María que no había sido aún asunta al cielo se presenta ante el Apóstol en la ciudad de César Augusta. Hoy Zaragoza. Si estaba mirando desde la plaza central de mi Galicia al pez volador como lo llamo cariñosamente. Mi amigo tucumanazo con su tez tostada por los calores norteños estaba con su compañera de toda la vida, sus soportes de aluminio como si fuera el botafumeiro, extraordinario incensario de gigantescas dimensiones, balanceándose absorto frente a la Catedral. Me sentí como perfumada y envuelta en una nube blanca que me elevaba a dimensiones desconocidas y pude ver como el cielo se abría formándose un triángulo celeste y naranja a modo de la figura de la Santísima Trinidad. La voz de un amigo imborrable me saludada como desde una aureolares resplandeciente. Como no quedar prisionero del destino.

Gladys Semillán Villanueva
Embajadora por la Paz de las
Naciones Unidas por la Letras
Argentina-Castelar
Octubre 2018

Una Navidad sin Violencia…

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Escriben

GLADYS SEMILLAN VILLANUEVA

 y

JORGE BERNABE LOBO ARAGON·

La escritora y un abogado

Desesperadamente una pequeña succiona de un charco de agua en las calles de Posadas en nuestra argentina para hidratarse y hacerle frente al degradante calor. Doliente imagen que recorrió el mundo causando consternación en las redes sociales. Espejo acuoso e incontrastable de la terrible situación que le toca vivir al más humilde. Sí. A los afligidos y más necesitados, en un país que en un tiempo fue llamado el granero del mundo. Que podemos decir de la guerra en el planeta y de la violencia inusitada como pan de cada día ante la desatinada ausencia de dialogo. Es necesario, estamos obligados a tener un espacio para la reflexión. Detenernos a pensar en lo que podríamos mejorar y así ofrecer una mano, sin condiciones, a quien necesite de nuestra ayuda. Indiscutiblemente, mucha gente nos precisa y requiere con urgencia. Pero hay algo que efectivamente podemos hacer desde nuestro lugar, además de rezar, y esto es exigir a través de las mismas redes cibernéticas a los gobiernos de cada país y a los organismos internacionales que dirijan su mirada a las atrocidades cometidas a diario. Un miramiento o contemplación a una violencia sin sentido. Una ojeada aunque sea por caridad y misericordia al hambre, a la miseria, a la muerte. Es que con toda seguridad, en algún momento usted ha recibido un correo electrónico donde le envían la foto de un niño, o más bien el esqueleto de una criatura apenas cubierta por algo de piel, sentado sobre una tierra desierta comiendo insectos para saciar el hambre. A lo mejor le ha ocasionado horror ver hileras infinitas de seres famélicos esperando recibir una porción de comida de un camión destartalado en medio de un campo en guerra y un escalofrío ha recorrido su cuerpo. Inmediatamente invoca el nombre de Dios y cierra el correo para seguir con su rutina. Pues bien, esas fotografías son tan reales como la cotidianidad que vivimos cada uno y es tan verdad como que en escasos días ya celebramos la Navidad rodeados de amigos y de comida mientras en otra punto del mundo un ser humano daría lo que fuera por recoger las migajas que caen de nuestra mesa. Nuestro propósito es pedir junto a ustedes por todos aquellos que están siendo víctimas del bombardeó constante, la agonía, la desolación y el olvido. Es un llamado a la introspección y al recogimiento para preguntarnos si, después de quejarnos por tantas cosas que a diario no nos funcionan bien, somos debidamente felices con lo que tenemos.

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Es una invitación y exhortación a agradecer y valorar por todo lo que nos ha sido dado. Y, especialmente, es una convocatoria a unirnos y suplicar a Tata Dios que abrace a los niños a los contendientes y a sus líderes y acabe la violencia.Es que “La vida es el mayor arte que existe y saber vivir es ser un gran artista. Vivir las veinticuatro horas de un día intentando superar los momentos difíciles, sabiendo disfrutar de los momentos agradables que nos presente la vida, eso es vivir; y vivir siempre merece la pena, hasta el final, hasta que el Maestro de nuestra acuarela decide que nuestro cuadro está terminado a su gusto y sólo le queda poner la fecha y la firma. En lo más profundo de todo ser humano late el deseo de alcanzar la felicidad. Sin embargo son muchos los que la han buscado o la buscan en el lugar equivocado. Hace más de 2000 años un niño recién nacido en la humildad de un pesebre, nos trajo las pistas para encontrarla. Sólo es posible llegar a ella siguiendo la senda del amor. En La búsqueda de algo intangible pero tan ansiada como la felicidad, en ese espacio de tiempo en que con avidez se buscaba recordamos a un grupo de mujeres todas ellas docentes en San Luis Señoras cuya meta es desde el amanecer de cada día hasta caer el hermano sol rescatar de esos terribles dolores de “sed” de la pequeña de la foto a cuanto niño encuentran a su paso. Desde el Arte de Vivir, los impulsan, transforman, elevan su condición y los convierten desde el Taller del Andén en seres capaces de enfrentar de otra manera las dificultades. Si hablamos de arte e intentamos poner imágenes al texto, y tuviéramos que pintar a estas mujeres y su obra extraordinaria haríamos lo siguiente…….caballete, tela, mesa con acrílicos, pinceles, rodillos…espátulas…Entonces ahí va el homenaje a quienes hacen arte enseñando a VIVIR. Y siguiendo la puesta en palabras de los hechos dolorosos…comenzaríamos por manchar el fondo con rojos, naranjas, amarillos, ocres, sobre puestos, invadiéndose, tensando contrazos fuertes al “miedo”, encerrando al “olvido” con cercos de naranjas y amarillos, a la “falta de amor” la detendría con un turquesa atrevido, a la “infamia” con la espátula le cruzaría un planazo de azul-violeta…sí un golpe duro. En el centro como quien desgarra una tela, abriéndose con fuerza soberana el blanco, puro inmaculado que se esparce y desde el mismísimo fondo pequeñas gotas de oro que salpican. Esas son las almas de quienes están en el CAMINO de salvar, de revertir tanta desdicha, de alcanzar maravillosos cántaros de agua fresca por sobre las tan numerosas miserias humanas. Cada día debería caer una lacra y en ese lugar comenzar a brotar una flor. Es decir un niño que se salva. Es posible “pintar” con palabras, es posible denunciar con “poemas”, es posible cambiar lo injusto desde la “locura” de un artista. Pero también es posible cambiar los rumbos equivocados desde la “vocación” profunda de justicia y honor desde un hombre con ideales firmes. Este tiempo es de “espera”. Las sendas a seguir nos serán indicadas cada mañana. Por eso estas palabras y convite tienen un profundo significado. Es por eso que TODOS necesitamos, que nos despidan cada noche con el anuncio de “MAÑANA”…HASTA MAÑANA…que sublime promesa. FELIZ NAVIDAD.

 

Prof. Gladys Semillán Villanueva
y
DR. Jorge B. Lobo Aragon

PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 23, 2017