Phan Thi Kim Phuc, conocida como la “Niña del Napalm”, ha transformado su doloroso pasado en un poderoso mensaje de paz y sanación. La fotografía ganadora del Premio Pulitzer, donde aparece como una niña de nueve años aterrorizada huyendo de un ataque con napalm en Vietnam el 8 de junio de 1972, se convirtió en una de las imágenes más icónicas de la guerra de Vietnam. Hoy, Kim Phuc es Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, escritora y activista humanitaria dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra.
De víctima de guerra a defensora Nacida en Trảng Bàng, Vietnam del Sur, Kim Phuc sufrió quemaduras de tercer grado en gran parte de su cuerpo debido al ataque con napalm. Su supervivencia era incierta, pero tras 14 meses en el hospital y múltiples cirugías, se recuperó. La fotografía, tomada por Nick Ut, se convirtió en un símbolo mundial de los horrores de la guerra, pero para Kim Phuc, fue un doloroso recordatorio de su sufrimiento.
Tras años de tratamiento médico y escrutinio político, finalmente se mudó a Canadá, donde obtuvo la ciudadanía en 1997. Posteriormente, fundó la Fundación Kim Internacional, una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a los niños afectados por la guerra.
Abogacía y labor humanitaria Kim Phuc ha dedicado décadas a usar su historia para promover la paz y la reconciliación. Como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, viaja por el mundo compartiendo sus experiencias y defendiendo a las víctimas de conflictos. Ha intervenido en foros internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, instando a los líderes a priorizar las iniciativas humanitarias y prevenir el sufrimiento de civiles inocentes.
Su labor va más allá de los discursos: apoya activamente programas que brindan asistencia médica, educación y apoyo psicológico a los niños afectados por la guerra. Cree que el perdón y la compasión son esenciales para romper los ciclos de violencia.
Legado e Impacto Continuo A pesar de las cicatrices físicas y emocionales que ha sufrido toda su vida, Kim Phuc ha asumido su rol como símbolo de resiliencia. Ha escrito libros, participado en documentales y colaborado con organizaciones para concienciar sobre el impacto humanitario de la guerra. Su mensaje sigue vigente hoy en día, mientras los conflictos continúan devastando comunidades en todo el mundo.
La trayectoria de Kim Phuc, de víctima de guerra a defensora global, es un testimonio del poder del perdón, la resiliencia y la esperanza. Su historia recuerda al mundo que, incluso ante un sufrimiento inimaginable, la sanación y la paz son posibles.
¿Qué es la Unesco y qué hace? Lo más popular son los enclaves naturales y culturales declarados por este organismo como Patrimonio de la Humanidad.
Pero la labor de esta agencia dependiente de Naciones Unidas (ONU), que Estados Unidos e Israel decidieron abandonar hoy, tiene otras inquietudes. El organismo comenzó a gestarse durante la Segunda Guerra Mundial. En 1942, y a pesar de que aún quedaban unos años para que se acabara el conflicto, los gobiernos de los países europeos que combatían a los nazis y a sus aliados empezaron a pensar en la necesidad de reconstruir sus sistemas educativos de cara a un futuro posguerra.
Entonces, se asentaron las bases de un proyecto que pronto adquirió una dimensión “universal”.
Justo después de que la Segunda Gran Guerra finalizara, se celebró una conferencia en Londres de la recién estrenada Naciones Unidas.
Allí, representantes de 44 países acordaron la creación de un organismo centrado en la promoción y protección de la educación y la cultura como pilares fundamentales para evitar el estallido de otro conflicto de escala mundial. Hoy, esta “universalidad” se vio diezmada por los anuncios de Estados Unidos e Israel de abandonar la entidad. La administración Trump decidió abandonar el organismo por su supuesta tendencia “anti-Israel” y la necesidad de una reforma de la agencia y un plan para recortar gastos; una decisión que animó a su par israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu, a tomar el mismo sendero.
En un mundo marcado por dos conflictos armados, la Unesco reivindicó la necesidad de trabajar por la paz. Su misión, por tanto, es contribuir a esa consolidación de la paz, pero también a la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información. En la práctica, la Unesco impulsa programas alrededor del mundo que destinados a cumplir con esos objetivos y mejorar el acceso a la educación, reducción de las desigualdades o promover los avances científicos y la libertad de expresión, entre otros.
A pesar de su búsqueda de la armonía global, la Unesco ha estado envuelta en la polémica casi desde sus inicios. Son varios los países que retiraron su apoyo a esta agencia a lo largo de sus 71 años de historia. Sudáfrica fue uno de los primeros en hacerlo. En 1956, el país acusó a la Unesco de interferir en sus problemas raciales y se retiró como miembro. No volvería hasta más de tres décadas después, cuando llegó al poder el premio Nobel de la Paz Nelson Mandela. Y aunque hoy Estados Unidos anunció su salida, no es la primera vez que Washington decide apartarse de la Unesco, a pesar de que fue miembro fundador y de que históricamente ha tenido un destacado papel en la agencia. El presidente Ronald Reagan (1981-1989) retiró al país de este organismo en 1984, en plenas tensiones por la Guerra Fría, al considerar que el organismo estaba politizado y que era hostil hacia “las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente contra el libre mercado y la libertad de prensa”. Estados Unidos no volvería al seno de la Unesco hasta 2003, bajo el mandato de George W. Bush y en los años posteriores al atentado del 11 de setiembre del año 2001. Washington, en un momento en el que el organismo se vio como clave para combatir los extremismos, pasó a financiar el 22 % del presupuesto de la Unesco, el país que más aporta, seguido por Japón (9,6 %) y China (7 %). No obstante, el presidente Barack Obama (2009-2017) volvería a dar marcha atrás años después con su decisión de congelar ese aporte financiero en respuesta a la entrada en la Unesco de Palestina como miembro de pleno derecho. Desde entonces, Estados Unidos de América ha acumulado una deuda de más de US$500 millones con la Unesco. La Unesco está desesperadamente escasa de fondos y ahora, abandonada por la principal potencia mundial, se enfrenta ahora a un momento crucial esta semana con la elección de su nuevo director general.
La votación, que dura tres días y podría durar hasta el viernes, tiene como principales aspirantes a Hamad bin Abdulaziz al Kawari, de Qatar, y Audrey Azoulay, de Francia, por delante del egipcio Moushira Jatab.
Pero el dinero también juega un papel importante en la decisión de Estados Unidos, que citó como argumento la creciente deuda que estaba acumulando con el organismo.
La decisión de Obama de congelar fondos ya supuso un fuerte golpe para las arcas de la agencia, si bien su directora general, Irina Bokova, aseguró que, pese a la congelación de los fondos, en estos años, la relación entre Estados Unidos y la Unesco había mejorado. Por ello, este jueves consideró que su marcha “es una pérdida para la Unesco, para la familia de Naciones Unidas y para el multilateralismo” en un periodo de enormes desafíos para la paz mundial. “En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que Estados Unidos se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos”, culminó Bokova.
Las sospechas de ineficacia y burocracia que sobrevuelan a las Naciones Unidas, hacen eco desde el edificio ubicado en Place de Fontenoy.
Una vida de resiliencia y defensa
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Phan Thi Kim Phuc, conocida como la “Niña del Napalm”, ha transformado su doloroso pasado en un poderoso mensaje de paz y sanación. La fotografía ganadora del Premio Pulitzer, donde aparece como una niña de nueve años aterrorizada huyendo de un ataque con napalm en Vietnam el 8 de junio de 1972, se convirtió en una de las imágenes más icónicas de la guerra de Vietnam. Hoy, Kim Phuc es Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, escritora y activista humanitaria dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra.
De víctima de guerra a defensora
Nacida en Trảng Bàng, Vietnam del Sur, Kim Phuc sufrió quemaduras de tercer grado en gran parte de su cuerpo debido al ataque con napalm. Su supervivencia era incierta, pero tras 14 meses en el hospital y múltiples cirugías, se recuperó. La fotografía, tomada por Nick Ut, se convirtió en un símbolo mundial de los horrores de la guerra, pero para Kim Phuc, fue un doloroso recordatorio de su sufrimiento.
Tras años de tratamiento médico y escrutinio político, finalmente se mudó a Canadá, donde obtuvo la ciudadanía en 1997. Posteriormente, fundó la Fundación Kim Internacional, una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a los niños afectados por la guerra.
Abogacía y labor humanitaria
Kim Phuc ha dedicado décadas a usar su historia para promover la paz y la reconciliación. Como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, viaja por el mundo compartiendo sus experiencias y defendiendo a las víctimas de conflictos. Ha intervenido en foros internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, instando a los líderes a priorizar las iniciativas humanitarias y prevenir el sufrimiento de civiles inocentes.
Su labor va más allá de los discursos: apoya activamente programas que brindan asistencia médica, educación y apoyo psicológico a los niños afectados por la guerra. Cree que el perdón y la compasión son esenciales para romper los ciclos de violencia.
Legado e Impacto Continuo
A pesar de las cicatrices físicas y emocionales que ha sufrido toda su vida, Kim Phuc ha asumido su rol como símbolo de resiliencia. Ha escrito libros, participado en documentales y colaborado con organizaciones para concienciar sobre el impacto humanitario de la guerra. Su mensaje sigue vigente hoy en día, mientras los conflictos continúan devastando comunidades en todo el mundo.
La trayectoria de Kim Phuc, de víctima de guerra a defensora global, es un testimonio del poder del perdón, la resiliencia y la esperanza. Su historia recuerda al mundo que, incluso ante un sufrimiento inimaginable, la sanación y la paz son posibles.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 23, 2025
Estados Unidos abandona la Unesco
¿Qué es la Unesco y qué hace? Lo más popular son los enclaves naturales y culturales declarados por este organismo como Patrimonio de la Humanidad.
Pero la labor de esta agencia dependiente de Naciones Unidas (ONU), que Estados Unidos e Israel decidieron abandonar hoy, tiene otras inquietudes. El organismo comenzó a gestarse durante la Segunda Guerra Mundial. En 1942, y a pesar de que aún quedaban unos años para que se acabara el conflicto, los gobiernos de los países europeos que combatían a los nazis y a sus aliados empezaron a pensar en la necesidad de reconstruir sus sistemas educativos de cara a un futuro posguerra.
Entonces, se asentaron las bases de un proyecto que pronto adquirió una dimensión “universal”.
Justo después de que la Segunda Gran Guerra finalizara, se celebró una conferencia en Londres de la recién estrenada Naciones Unidas.
Allí, representantes de 44 países acordaron la creación de un organismo centrado en la promoción y protección de la educación y la cultura como pilares fundamentales para evitar el estallido de otro conflicto de escala mundial. Hoy, esta “universalidad” se vio diezmada por los anuncios de Estados Unidos e Israel de abandonar la entidad. La administración Trump decidió abandonar el organismo por su supuesta tendencia “anti-Israel” y la necesidad de una reforma de la agencia y un plan para recortar gastos; una decisión que animó a su par israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu, a tomar el mismo sendero.
En un mundo marcado por dos conflictos armados, la Unesco reivindicó la necesidad de trabajar por la paz. Su misión, por tanto, es contribuir a esa consolidación de la paz, pero también a la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información. En la práctica, la Unesco impulsa programas alrededor del mundo que destinados a cumplir con esos objetivos y mejorar el acceso a la educación, reducción de las desigualdades o promover los avances científicos y la libertad de expresión, entre otros.
A pesar de su búsqueda de la armonía global, la Unesco ha estado envuelta en la polémica casi desde sus inicios. Son varios los países que retiraron su apoyo a esta agencia a lo largo de sus 71 años de historia. Sudáfrica fue uno de los primeros en hacerlo. En 1956, el país acusó a la Unesco de interferir en sus problemas raciales y se retiró como miembro. No volvería hasta más de tres décadas después, cuando llegó al poder el premio Nobel de la Paz Nelson Mandela. Y aunque hoy Estados Unidos anunció su salida, no es la primera vez que Washington decide apartarse de la Unesco, a pesar de que fue miembro fundador y de que históricamente ha tenido un destacado papel en la agencia. El presidente Ronald Reagan (1981-1989) retiró al país de este organismo en 1984, en plenas tensiones por la Guerra Fría, al considerar que el organismo estaba politizado y que era hostil hacia “las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente contra el libre mercado y la libertad de prensa”. Estados Unidos no volvería al seno de la Unesco hasta 2003, bajo el mandato de George W. Bush y en los años posteriores al atentado del 11 de setiembre del año 2001. Washington, en un momento en el que el organismo se vio como clave para combatir los extremismos, pasó a financiar el 22 % del presupuesto de la Unesco, el país que más aporta, seguido por Japón (9,6 %) y China (7 %). No obstante, el presidente Barack Obama (2009-2017) volvería a dar marcha atrás años después con su decisión de congelar ese aporte financiero en respuesta a la entrada en la Unesco de Palestina como miembro de pleno derecho. Desde entonces, Estados Unidos de América ha acumulado una deuda de más de US$500 millones con la Unesco. La Unesco está desesperadamente escasa de fondos y ahora, abandonada por la principal potencia mundial, se enfrenta ahora a un momento crucial esta semana con la elección de su nuevo director general.
La votación, que dura tres días y podría durar hasta el viernes, tiene como principales aspirantes a Hamad bin Abdulaziz al Kawari, de Qatar, y Audrey Azoulay, de Francia, por delante del egipcio Moushira Jatab.
Pero el dinero también juega un papel importante en la decisión de Estados Unidos, que citó como argumento la creciente deuda que estaba acumulando con el organismo.
La decisión de Obama de congelar fondos ya supuso un fuerte golpe para las arcas de la agencia, si bien su directora general, Irina Bokova, aseguró que, pese a la congelación de los fondos, en estos años, la relación entre Estados Unidos y la Unesco había mejorado. Por ello, este jueves consideró que su marcha “es una pérdida para la Unesco, para la familia de Naciones Unidas y para el multilateralismo” en un periodo de enormes desafíos para la paz mundial. “En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que Estados Unidos se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos”, culminó Bokova.
Las sospechas de ineficacia y burocracia que sobrevuelan a las Naciones Unidas, hacen eco desde el edificio ubicado en Place de Fontenoy.
Martín Di Giorgi
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 12, 2017