Tal cual hemos referido en escritos anteriores los resultados de las últimas elecciones no comprometidas, han proyectado una luz de esperanza hacia el futuro.
La gran incógnita es si queremos y sabemos actuar oportuna, eficaz y consistentemente con los limitados medios a nuestro alcance, para ratificar y concretar esa dirección positiva, o nos conformaremos solo con la satisfacción absolutamente engañosa de ese movimiento inicial.
Enfrente tenemos a una mafia enferma y necesitada de poder, para justificar sus iniquidades y continuar con otras de renovado diseño hasta que el país se agote para siempre en sacudimientos de muerte atroz.
A través por lo menos de los últimos cien años, hemos vivido experiencias extraordinarias y oportunidades históricas para cambiar el curso de nuestro destino y ser un país ejemplo de justicia, paz, fortaleza y ecuanimidad social y económica.
Desgraciadamente surgieron mistificadores diversos civiles y militares que convocaron a la esperanza y nos traicionaron inexorablemente con sus mentiras y desvergüenzas. Dejaron a su paso un país frustrado, confundido y cada vez más débil en sus estructuras esenciales.
La única dirección correcta y posible nos tiene que conducir por lo menos en el mediano plazo, a un objetivo vital que es la renovación profunda y oxigenación imprescindible de este perverso sistema político, que nos está llevando a un ahogo terminal como sociedad.
Nunca mas estructura maléfica y elefantiásica que nos obligue a elegir los peores para que conduzcan nuestros destinos y luego su renovación constante, aunque con etiquetas diferentes, pese a sus barrabasadas y transgresiones de todo tipo y sin limitaciones morales o patrióticas y por supuesto sin pagar costos.
Algunas de las acciones imprescindibles en una estrategia de renacimiento y recuperación a largo plazo, deberían ser:
– Reducir por lo menos a un 30% de los gastos actuales, el despilfarro en sostener un aparato político parasitario e ineficiente a todo lo largo y ancho del país.
– Establecer exigencias y rendiciones de cuentas frecuentes de funcionarios que deben ser nombrados solo por mérito de su trayectoria, ante una representación del pueblo constituida por ciudadanos respetados, intachables e insobornables ad honoren, de cada comunidad.
– Racionalizar del mismo modo los gastos que demanda la estructura de la “in-justicia” vigente, simplificando leyes y procedimientos para hacerlos más inmediatos, claros y decisivos en su aplicación efectiva y por cierto más eficaces y ejemplificadores.
– Reducir el obsoleto, superpuesto, abusivo y complicado en extremo aparato específico para su aplicación, actualmente refugio también de sátrapas y sinvergüenzas con privilegios y beneficios abusivos e injustificados, en muchos casos designados a dedo por capataces de turno, interesados en sus servicios.
De una vez por todas en este despersonalizado país, el delito, cualquiera sea su ámbito, característica, aplicación y efectos negativos, ¡¡¡debe pagar sus costos!!!!.
– Aplicar con firmeza el concepto de ¡¡¡simplificación!!! en todas las áreas del gobierno para que la ejecutividad gane terreno y la creatividad, dinamismo e iniciativa de nuestros ciudadanos, se constituyan en aliciente para buscar el progreso cierto y la superación personal, de las familias, las comunidades regionales y el país en su conjunto.
– La erradicación del delito en todas sus formas y metodología requiere la convergencia funcional y efectiva de las áreas de Seguridad, Justicia, Administración Carcelaria, Educación y Previsión Social en una relación armónica y complementaria con el Área de la Defensa Nacional.
Se requiere una conducción centralizada para ese fin y líderes ejemplares por sus convicciones, ejemplo, claridad de conceptos y valentía.
Volviendo a las circunstancias actuales, los dueños del poder político que desean a toda costa perpetuarse para la continuidad de sus fechorías, han tomado debida nota de ésta debacle inesperada y por cierto no se van a quedar de brazos cruzados. Están comenzando a tomar medidas específicas para la preservación de sus privilegios.
En primer término asistimos sin capacidad de rechazo, a la designación arbitraria para conducir las funciones básicas del Estado (para ellos renovación), de personajes impresentables portadores de antecedentes hasta siniestros. En varios casos hay una contradicción manifiesta e irresponsable de las figuras de quienes arriban ahora y el cargo que asumen. Solo dos ejemplos de varios; Seguridad y Defensa Nacional, sus actuales capataces autores indudables de hechos graves y repudiables contra las instituciones que hoy dirigen. Las conclusiones son evidentes.
Como requisito básico de esta “nueva perimida” estructura, los que vuelven a llegar quizás por un período corto, lo hacen acompañados de obsecuentes colaboradores, consejeros, asesores, entretenedores etc. que “los ayudan” en su responsabilidad, poblando generosamente las planillas de parásitos sostenidos por los argentinos que trabajan.
La mayoría de los que fueron idos y sus secuaces, en todo caso siguen merodeando la zona en un conchabo de espera, sin pérdida de sus emolumentos. No hay límite ni protocolo para ello, solo la voluntad omnímoda del mandamás de turno.
Si recurriésemos a una comparación con un ejemplo burdo, es como si de pronto en una empresa o sociedad comercial, se produjese una renovación de todos sus directivos.
Entonces para cubrir esos cargos indispensables a fin de lograr la continuidad del organismo, se hiciese un concurso al revés, buscando para designar y dirigir los recursos comunitarios; a los sujetos, “sujetas”, “sujetes” más indignos y deficientes, colocando como mérito indispensable para acceder a dichas responsabilidades, la inutilidad y lamentable trayectoria previa..
¿Qué pasaría con esa organización? La respuesta es obvia.
Pese al ejemplo por cierto absurdo; ¿estamos lejos de estas caracterizaciones en nuestras costumbres y acciones políticas?
Si queremos reaccionar en este tiempo que tenemos por delante y asestarles un golpe casi definitorio; para continuar después con un proceso de renovación profunda, todos quienes individual y colectivamente necesitamos emerger de la basura; ¡¡¡debemos organizarnos!!! haciendo el máximo uso de los limitados recursos a nuestro alcance y buscando convergencias concretas en tiempo y resultados.
Se está organizando un fraude espectacular en diversos ámbitos con distintas metodologías y sin escrúpulo ni límite para “sus transgresiones democráticas”.
En ese arsenal se cuenta con cantidades ilimitadas de papelitos de colores, difusión de informaciones tergiversadas, presión y amedrentamiento por distintos medios, compra y venta de conciencias, provisión o supresión de puestos públicos, votación de muertos o residentes en países vecinos, manipulación de resultados del comicio etc.
Cada uno, según sus capacidades deberá autoimponerse misiones y protagonismo y por sobre todo ¡¡hacer!!!
Enfrentamos una nueva circunstancia histórica similar a las que tuvimos antes y desaprovechamos inexorablemente.
La gran diferencia con las condiciones actuales, es que ahora estamos a un paso del abismo.
En todo caso no lloremos y lamentemos después como cobardes y negligentes todo lo que pudimos hacer y no hicimos. Solo quejarse es una convocatoria al suicidio nuestro y de quienes nos siguen y dependen.
DIOS y su SANTA MADRE nos ayuden si somos capaces de demostrarles que no renunciamos al buen combate.
Por lo menos, así, lo veo yo.
Francisco Cervo.
Paciencia, FÉ, convicciones, valor, lucha…Resignación y mucho menos complacencia ¡¡¡¡NUNCA!!!!
♦
Por FRANCISCO CERVO.
Tal cual hemos referido en escritos anteriores los resultados de las últimas elecciones no comprometidas, han proyectado una luz de esperanza hacia el futuro.
La gran incógnita es si queremos y sabemos actuar oportuna, eficaz y consistentemente con los limitados medios a nuestro alcance, para ratificar y concretar esa dirección positiva, o nos conformaremos solo con la satisfacción absolutamente engañosa de ese movimiento inicial.
Enfrente tenemos a una mafia enferma y necesitada de poder, para justificar sus iniquidades y continuar con otras de renovado diseño
hasta que el país se agote para siempre en sacudimientos de muerte atroz.
A través por lo menos de los últimos cien años, hemos vivido experiencias extraordinarias y oportunidades históricas para cambiar el curso de nuestro destino y ser un país ejemplo de justicia, paz, fortaleza y ecuanimidad social y económica.
Desgraciadamente surgieron mistificadores diversos civiles y militares que convocaron a la esperanza y nos traicionaron inexorablemente con sus mentiras y desvergüenzas. Dejaron a su paso un país frustrado, confundido y cada vez más débil en sus estructuras esenciales.
La única dirección correcta y posible nos tiene que conducir por lo menos en el mediano plazo, a un objetivo vital que es la renovación profunda y oxigenación imprescindible de este perverso sistema político, que nos está llevando a un ahogo terminal como sociedad.
Nunca mas estructura maléfica y elefantiásica que nos obligue a elegir los peores para que conduzcan nuestros destinos y luego su renovación constante, aunque con etiquetas diferentes, pese a sus barrabasadas y transgresiones de todo tipo y sin limitaciones morales o patrióticas y por supuesto sin pagar costos.
Algunas de las acciones imprescindibles en una estrategia de renacimiento y recuperación a largo plazo, deberían ser:
– Reducir por lo menos a un 30% de los gastos actuales, el despilfarro en sostener un aparato político parasitario e ineficiente a todo lo largo y ancho del país.
– Establecer exigencias y rendiciones de cuentas frecuentes de funcionarios que deben ser nombrados solo por mérito de su trayectoria, ante una representación del pueblo constituida por ciudadanos respetados, intachables e insobornables ad honoren, de cada comunidad.
– Racionalizar del mismo modo los gastos que demanda la estructura de la “in-justicia” vigente, simplificando leyes y procedimientos para hacerlos más inmediatos, claros y decisivos en su aplicación efectiva y por cierto más eficaces y ejemplificadores.
– Reducir el obsoleto, superpuesto, abusivo y complicado en extremo aparato específico para su aplicación, actualmente refugio también de sátrapas y sinvergüenzas con privilegios y beneficios abusivos e injustificados, en muchos casos designados a dedo por capataces de turno, interesados en sus servicios.
De una vez por todas en este despersonalizado país, el delito, cualquiera sea su ámbito, característica, aplicación y efectos negativos, ¡¡¡debe pagar sus costos!!!!.
– Aplicar con firmeza el concepto de ¡¡¡simplificación!!! en todas las áreas del gobierno para que la ejecutividad gane terreno y la creatividad, dinamismo e iniciativa de nuestros ciudadanos, se constituyan en aliciente para buscar el progreso cierto y la superación personal, de las familias, las comunidades regionales y el país en su conjunto.
– La erradicación del delito en todas sus formas y metodología requiere la convergencia funcional y efectiva de las áreas de Seguridad, Justicia, Administración Carcelaria, Educación y Previsión Social en una relación armónica y complementaria con el Área de la Defensa
Nacional.
Se requiere una conducción centralizada para ese fin y líderes ejemplares por sus convicciones, ejemplo, claridad de conceptos y valentía.
Volviendo a las circunstancias actuales, los dueños del poder político que desean a toda costa perpetuarse para la continuidad de sus fechorías, han tomado debida nota de ésta debacle inesperada y por cierto no se van a quedar de brazos cruzados. Están comenzando a tomar medidas específicas para la preservación de sus privilegios.
En primer término asistimos sin capacidad de rechazo, a la designación arbitraria para conducir las funciones básicas del Estado (para ellos renovación), de personajes impresentables portadores de antecedentes hasta siniestros. En varios casos hay una contradicción manifiesta e irresponsable de las figuras de quienes arriban ahora y el cargo que asumen. Solo dos ejemplos de varios; Seguridad y Defensa Nacional, sus actuales capataces autores indudables de hechos graves y repudiables contra las instituciones que hoy dirigen. Las conclusiones son evidentes.
Como requisito básico de esta “nueva perimida” estructura, los que vuelven a llegar quizás por un período corto, lo hacen acompañados de obsecuentes colaboradores, consejeros, asesores, entretenedores etc. que “los ayudan” en su responsabilidad, poblando generosamente las planillas de parásitos sostenidos por los argentinos que trabajan.
La mayoría de los que fueron idos y sus secuaces, en todo caso siguen merodeando la zona en un conchabo de espera, sin pérdida de sus emolumentos. No hay límite ni protocolo para ello, solo la voluntad omnímoda del mandamás de turno.
Si recurriésemos a una comparación con un ejemplo burdo, es como si de pronto en una empresa o sociedad comercial, se produjese una renovación de todos sus directivos.
Entonces para cubrir esos cargos indispensables a fin de lograr la continuidad del organismo, se hiciese un concurso al revés, buscando para designar y dirigir los recursos comunitarios; a los sujetos, “sujetas”, “sujetes” más indignos y deficientes, colocando como mérito indispensable para acceder a dichas responsabilidades, la inutilidad y lamentable trayectoria previa..
¿Qué pasaría con esa organización? La respuesta es obvia.
Si queremos reaccionar en este tiempo que tenemos por delante y asestarles un golpe casi definitorio; para continuar después con un proceso de renovación profunda, todos quienes individual y colectivamente necesitamos emerger de la basura; ¡¡¡debemos organizarnos!!! haciendo el máximo uso de los limitados recursos a nuestro alcance y buscando convergencias concretas en tiempo y resultados.
Se está organizando un fraude espectacular en diversos ámbitos con distintas metodologías y sin escrúpulo ni límite para “sus transgresiones democráticas”.
En ese arsenal se cuenta con cantidades ilimitadas de papelitos de colores, difusión de informaciones tergiversadas, presión y amedrentamiento por distintos medios, compra y venta de conciencias, provisión o supresión de puestos públicos, votación de muertos o residentes en países vecinos, manipulación de resultados del comicio etc.
Enfrentamos una nueva circunstancia histórica similar a las que tuvimos antes y desaprovechamos inexorablemente.
La gran diferencia con las condiciones actuales, es que ahora estamos a un paso del abismo.
En todo caso no lloremos y lamentemos después como cobardes y negligentes todo lo que pudimos hacer y no hicimos. Solo quejarse es una convocatoria al suicidio nuestro y de quienes nos siguen y dependen.
DIOS y su SANTA MADRE nos ayuden si somos capaces de demostrarles que no renunciamos al buen combate.
Por lo menos, así, lo veo yo.
Francisco Cervo.
Paciencia, FÉ, convicciones, valor, lucha…Resignación y mucho menos complacencia ¡¡¡¡NUNCA!!!!
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Setiembre 27, 2021