INSEGURIDAD. EZQUIZOFRENIA DE LA SOCIEDAD

MIENTRAS NO MADUREMOS COMO SOCIEDAD NUNCA TENDREMOS UNA NACIÓN VERDADERAMENTE CIVILIZADA Y MODERNA.
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  Por Dr. Gonzalo Miño.

La semana pasada un nuevo hecho de inseguridad sacudió a la sociedad argentina. Esta vez, la víctima fue una nena de 11 años, que muere luego de que unos motochorros quisieran robarle su celular.  

Como siempre sucede ante este tipo de aberrantes hechos, que obviamente se vuelven noticia central en todos los medios periodísticos del país, el ciudadano entra en “ebullición” y hace sentir su hartazgo ante estos reiterados revulsivos hechos.

La cuestión es adonde dirigimos “nuestra bronca”, ante un problema que arrastramos desde hace años y no parece tener solución en Argentina.

Vamos a manifestarnos y a insultar con todas nuestras fuerzas, a la Policía. Marchamos a la Comisaria del barrio y destilamos todos los insultos posibles contra el personal policial.

A esta altura de los acontecimientos, que pretendes de la Policía?.  

Una Policía atada de pies y manos, que si actúa, lo más seguro es que termine el personal preso con una causa penal o suspendido en el servicio con la reducción de su salario y encima expuesto al escarnio público. Son gente común como nosotros, que ganan dos mangos por arriesgar su vida, que no tienen balas, ni uniformes, con móviles que no funcionan y casi sin nafta para moverlos. Que casi no tienen instrucción y la que poca que tienen es pésima, enfocada solamente en la protección de los derechos humanos del delincuente.

Porque no nos movilizamos a la casa de los gobernantes, de los políticos, que son los únicos responsables de esta situación. Que sucumbieron a lo políticamente correcto y tienen una errática política en materia de seguridad, temerosos de no enojar a los grupos pro derechos humanos. Se desgañitan hablando de la seguridad pero no  dictan protocolos claros de actuación para las fuerzas de seguridad; teniéndole terror a la palabra represión. Llegando incluso a reducir el problema de la inseguridad a un simple problema económico, criminalizando así la pobreza; olvidando que existe mucha gente humilde que trabaja todo el día y nada tiene que ver con la delincuencia.  

A la casa de cada uno de estos políticos deberíamos marchar, sin distinción de color o agrupación. Todos son responsables sin excepción, y hacerles saber  nuestro hastío por tantos años de inútiles gobiernos que nos dejaron en este estado de indefensión ante la delincuencia y no asumen que para combatir el problema de la inseguridad solo hay que hacer cumplir la Ley. Y encima nos dejan un país sin educación, sin salud y con una crisis económica-social sin precedentes en la historia del país.     

No, vamos y nos la agarramos con la Policía, olvidando que por años permitimos y consentimos los “aires progresistas” que hicieron soplar desde una diminuta minoría durante las últimas dos décadas; que volvió a la Justicia casi en defensora de los delincuentes y nos convenció de que existe una “maldita policía”.  Así pedimos que la Policía actúe pero cuando lo hace la criticamos y condenamos sin piedad. Pretendemos combatir la inseguridad pero sin represión, juzgar a menores que cometen delitos pero rechazamos una baja en la edad de la inimputabilidad porque violan los derechos del menor. En otras palabras, buscamos una utopía que no existe en ninguna parte del mundo.

Claramente tenemos una actitud esquizofrénica ante la problemática de la inseguridad.

Y esto no es nuevo. En los años 70 clamamos para que el Estado termine con las organizaciones terroristas que asolaron nuestra Nación por aquellos años, pero callamos cuando hoy la Justicia convierte a ese hecho en deliberados asesinatos, considerando a los terroristas cándidos jóvenes idealistas; permitiendo que esa ridícula jurisprudencia se extiende a los casos actuales donde las fuerzas de seguridad enfrentan a la delincuencia común.

Este dislate es agigantado desde los medios de comunicación. No hay periodista que no se desgarre las vestiduras por los graves casos de inseguridad, pero a renglón seguido traen a colocación lo sucedido en el proceso militar, los 30.000 desaparecidos, convirtiendo en mala palabra a términos como represión u orden. Incluso, los otros días, un periodista vociferaba en un programa donde se debatía este tema: “no podemos hablar de represión cuando acá hubo 30.000 desaparecidos”.  

Alguna vez deberemos entender que la seguridad no es un tema de derecha o izquierda, no tiene ideología, es un tema de sentido común. Entendimiento que debemos extender a otros problemas del país, como la economía.

Sentido común que no tiene “los grupos progres” que nada dijeron del caso de la nena de 11 años, ni del médico cirujano asesinado al día siguiente, ni del profesor de gimnasia también asesinado a las pocas horas de este último caso, ni de “Cecilia” asesinada en el Chaco (del cual ya nadie se acuerda); pero marchan rápidamente cuando uno de “ellos” muere producto de una enfermedad cardiaca en una “supuesta protesta social” (en realidad era un acto contra la democracia e intentaron quemar una urna), clamando rápidamente que existió “represión policial”.  Y que encima siguen insistiendo con recetas económicas fracasadas en el mundo entero.    

Ya superada las elecciones PASO presidenciales y el furor electoralista, no cabe dudas que mientras no madures como sociedad y dejemos de hacer berrinches de adolescentes y tener actitudes bifrontes, con una actitud firme y sostenida en el tiempo de querer una verdadera Nación civilizada y moderna, jamás podremos vivir en paz y con prosperidad económica.  

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 14, 2023


 

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