La semana pasada un nuevo hecho de inseguridad sacudió a la sociedad argentina. Esta vez, la víctima fue una nena de 11 años, que muere luego de que unos motochorros quisieran robarle su celular.
Como siempre sucede ante este tipo de aberrantes hechos, que obviamente se vuelven noticia central en todos los medios periodísticos del país, el ciudadano entra en “ebullición” y hace sentir su hartazgo ante estos reiterados revulsivos hechos.
La cuestión es adonde dirigimos “nuestra bronca”, ante un problema que arrastramos desde hace años y no parece tener solución en Argentina.
Vamos a manifestarnos y a insultar con todas nuestras fuerzas, a la Policía. Marchamos a la Comisaria del barrio y destilamos todos los insultos posibles contra el personal policial.
A esta altura de los acontecimientos, que pretendes de la Policía?.
Una Policía atada de pies y manos, que si actúa, lo más seguro es que termine el personal preso con una causa penal o suspendido en el servicio con la reducción de su salario y encima expuesto al escarnio público. Son gente común como nosotros, que ganan dos mangos por arriesgar su vida, que no tienen balas, ni uniformes, con móviles que no funcionan y casi sin nafta para moverlos. Que casi no tienen instrucción y la que poca que tienen es pésima, enfocada solamente en la protección de los derechos humanos del delincuente.
Porque no nos movilizamos a la casa de los gobernantes, de los políticos, que son los únicos responsables de esta situación. Que sucumbieron a lo políticamente correcto y tienen una errática política en materia de seguridad, temerosos de no enojar a los grupos pro derechos humanos. Se desgañitan hablando de la seguridad pero no dictan protocolos claros de actuación para las fuerzas de seguridad; teniéndole terror a la palabra represión. Llegando incluso a reducir el problema de la inseguridad a un simple problema económico, criminalizando así la pobreza; olvidando que existe mucha gente humilde que trabaja todo el día y nada tiene que ver con la delincuencia.
A la casa de cada uno de estos políticos deberíamos marchar, sin distinción de color o agrupación. Todos son responsables sin excepción, y hacerles saber nuestro hastío por tantos años de inútiles gobiernos que nos dejaron en este estado de indefensión ante la delincuencia y no asumen que para combatir el problema de la inseguridad solo hay que hacer cumplir la Ley. Y encima nos dejan un país sin educación, sin salud y con una crisis económica-social sin precedentes en la historia del país.
No, vamos y nos la agarramos con la Policía, olvidando que por años permitimos y consentimos los “aires progresistas” que hicieron soplar desde una diminuta minoría durante las últimas dos décadas; que volvió a la Justicia casi en defensora de los delincuentes y nos convenció de que existe una “maldita policía”. Así pedimos que la Policía actúe pero cuando lo hace la criticamos y condenamos sin piedad. Pretendemos combatir la inseguridad pero sin represión, juzgar a menores que cometen delitos pero rechazamos una baja en la edad de la inimputabilidad porque violan los derechos del menor. En otras palabras, buscamos una utopía que no existe en ninguna parte del mundo.
Claramente tenemos una actitud esquizofrénica ante la problemática de la inseguridad.
Y esto no es nuevo. En los años 70 clamamos para que el Estado termine con las organizaciones terroristas que asolaron nuestra Nación por aquellos años, pero callamos cuando hoy la Justicia convierte a ese hecho en deliberados asesinatos, considerando a los terroristas cándidos jóvenes idealistas; permitiendo que esa ridícula jurisprudencia se extiende a los casos actuales donde las fuerzas de seguridad enfrentan a la delincuencia común.
Este dislate es agigantado desde los medios de comunicación. No hay periodista que no se desgarre las vestiduras por los graves casos de inseguridad, pero a renglón seguido traen a colocación lo sucedido en el proceso militar, los 30.000 desaparecidos, convirtiendo en mala palabra a términos como represión u orden. Incluso, los otros días, un periodista vociferaba en un programa donde se debatía este tema: “no podemos hablar de represión cuando acá hubo 30.000 desaparecidos”.
Alguna vez deberemos entender que la seguridad no es un tema de derecha o izquierda, no tiene ideología, es un tema de sentido común. Entendimiento que debemos extender a otros problemas del país, como la economía.
Sentido común que no tiene “los grupos progres” que nada dijeron del caso de la nena de 11 años, ni del médico cirujano asesinado al día siguiente, ni del profesor de gimnasia también asesinado a las pocas horas de este último caso, ni de “Cecilia” asesinada en el Chaco (del cual ya nadie se acuerda); pero marchan rápidamente cuando uno de “ellos” muere producto de una enfermedad cardiaca en una “supuesta protesta social” (en realidad era un acto contra la democracia e intentaron quemar una urna), clamando rápidamente que existió “represión policial”. Y que encima siguen insistiendo con recetas económicas fracasadas en el mundo entero.
Ya superada las elecciones PASO presidenciales y el furor electoralista, no cabe dudas que mientras no madures como sociedad y dejemos de hacer berrinches de adolescentes y tener actitudes bifrontes, con una actitud firme y sostenida en el tiempo de querer una verdadera Nación civilizada y moderna, jamás podremos vivir en paz y con prosperidad económica.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 14, 2023
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Anonymous
2 years ago
Los pueblos, tienen lo que se merecen.
Hasta que no aprendan a votar.
Once Unidos
2 years ago
Dificil de parar
Claudio Kussman
2 years ago
Estimado Gonzalo Miño felicitaciones, nuevamente pone el dedo en la llaga. Lamentablemente creo que el problema de inseguridad a esta altura, y a través del tiempo, se fue completamente de las manos, y ya no tiene marcha atrás. En los últimos años se hizo una mezcla explosiva de: tráfico y alto consumo de de drogas, derechos humanos para unos sí para otros no, corrupción generalizada, un poder judicial que no es tal, una anarquía general, un fracaso en las responsabilidades cívicas que son obligatorias para ser un buen ciudadano, y una mentalidad social de pretender “hacer tortilla sin romper los huevos”. La lista de desaguisados llevados a cabo por diferentes gobiernos es inmensa, y dentro de la misma y a modo de ejemplo, está nuestra triste experiencia como imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, a como dé lugar y muriendo en prisión. Así llegamos a que no se pueden solucionar ni tan siquiera problemas como el accionar extorsivo de los “trapitos”, o el de los piquetes, que impiden la libre circulación como lo determina la Constitución Nacional. Con respecto a la policía, institución totalmente desprestigiada y manoseada, por el precio de un Fiat 600 no se puede pretender un Mercedes Benz. Además…RoboCop no existe. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN
Tanto el del Dr. Miño que el tuyo, Claudio, están impecables. Pero sucede que los presupuestos de Seguridad, son un bocado muy, pero muy apetecible por los políticos, MULTIMILLONARIOS. Los invito a hojear por dar un ejemplo, el de la Provincia de Bs. As. el de la falsa CABA, y verán que allí están previstos, Móviles, su correspondiente Combustible, Aceite, Filtros, Cubiertas, Equipos de Comunicación; respecto al equipamiento personal: Chalecos, Uniformes, Armamento, Munición, las Prácticas de tiro correspondientes, Viáticos, en fin, todo lo que se enumera que curiosamente hoy falta ¿Donde esta? Buena pregunta, pero para hacérsela a quienes deben aplicar esos recursos, porque lo único que vemos, son la compra de Patrulleros, pero estos necesitan Choferes y Nafta o ahora Gas Oil. Pero nada de eso parece aparecer. ¿Donde están los dinerillos? Vaya uno a saber en que rincones fueron a parar. Otro rubro a repensar y acá tendrá varios insultos, pero es la realidad: han poblado de mujeres todas las dependencias y Direcciones y curiosamente de noche, no hay patrullaje (si preguntan lo digo, pero aguanten las palabrotas). La Policñía fue hecha por Varones y para Varones, los Uniformes son para Varones. Los “varones” que hay, todos tatuados, corte de pelo Punk y teñidos, ahora los he visto de barba candado y de Uniforme. Me dirán que tiene que ver, si lo tiene y mucho. Cuando se resiente la Disciplina, el Uniforme se toma como un Disfraz, ya nada se puede hacer. Es muy difícil el mando y el respeto. Todo se ha perdido en aras de los DD. HH. que están perfectos y la policía era la primera en defenderlos y esto parece que nadie se ha percatado ¿cuando había una mujer golpeada o niños, quienes acudían en su ayuda y protección? En mi caso nunca vi a nadie de DD. HH. o “Sororas” en primera fila. No han sido pocas las veces que los policías hacíamos una vaquita para comprar alimentos cuando llegábamos a una humilde casa donde había violencia Familiar y no tenían que comer las criaturas. Esto no debería contarlo porque forma parte de la historia personal de cada “Vigi”. Pero nada de lo mencionado por el Dr. Miño, como Claudio y esta humilde exposición de un servidor, les hará mella en los Seudos Dirigentes que hoy pugnan por un cargo, rentado por supuesto y puntualmente pagado por los que discurrimos en esta página. Disculpen si me excedí, sucede que ya, con varios años y experiencia a cuestas, poco y nada presiento que haya una la salida.
Hola Patricio, muy cierta tu exposición. Cuando comparezco en persona en el juicio en el que soy imputado, tengo oportunidad de mirar a “fiscales” y “querallantas” a los ojos. Allí solo veo odiadores, vaya a saber por qué acontecimientos de la vida. Estos burócratas me dan la idea que nunca fueron capaces de ayudar a cruzar a una viejita la calle. Pero bien, las cosas están dadas así en esta Argentina de locos y para locos. Con respecto al equipamiento policial, de siempre su adquisición sirvió para que políticos y militares (cuando estuvieron a cargo de la jefatura) y también algunos de nuestros hombres de azul se enriquecieran a más y mejor. Más cuando por la emergencia de seguridad que se declarara compraran en forma directa, si bien en las licitaciones también robaron de toda la vida. No solo lo hicieron con la compra de equipamiento, se robaban hasta la comida de los cadetes en nuestros institutos de enseñanza. Para eso ha estado de acuerdo gobernación y jefatura o Ministerio de Seguridad en los últimos años. Así fue y así será tanto a nivel provincial como nacional. Digno ejemplo son las compras que hicieran a través del terrorista Montoto, representante de la Cámara Argentino-Israelí, tanto miembros de los gobiernos peronistas y macristas. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN
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La semana pasada un nuevo hecho de inseguridad sacudió a la sociedad argentina. Esta vez, la víctima fue una nena de 11 años, que muere luego de que unos motochorros quisieran robarle su celular.
Como siempre sucede ante este tipo de aberrantes hechos, que obviamente se vuelven noticia central en todos los medios periodísticos del país, el ciudadano entra en “ebullición” y hace sentir su hartazgo ante estos reiterados revulsivos hechos.
La cuestión es adonde dirigimos “nuestra bronca”, ante un problema que arrastramos desde hace años y no parece tener solución en Argentina.
Vamos a manifestarnos y a insultar con todas nuestras fuerzas, a la Policía. Marchamos a la Comisaria del barrio y destilamos todos los insultos posibles contra el
personal policial.
A esta altura de los acontecimientos, que pretendes de la Policía?.
Una Policía atada de pies y manos, que si actúa, lo más seguro es que termine el personal preso con una causa penal o suspendido en el servicio con la reducción de su salario y encima expuesto al escarnio público. Son gente común como nosotros, que ganan dos mangos por arriesgar su vida, que no tienen balas, ni uniformes, con móviles que no funcionan y casi sin nafta para moverlos. Que casi no tienen instrucción y la que poca que tienen es pésima, enfocada solamente en la protección de los derechos humanos del delincuente.
Porque no nos movilizamos a la casa de los gobernantes, de los políticos, que son los únicos responsables de esta situación. Que sucumbieron a lo políticamente correcto y tienen una errática política en materia de seguridad, temerosos de no enojar a los grupos pro derechos humanos. Se desgañitan hablando de la seguridad pero no dictan protocolos claros de actuación para las fuerzas de seguridad; teniéndole terror a la palabra represión. Llegando incluso a reducir el problema de la inseguridad a un simple problema económico, criminalizando así la pobreza; olvidando que existe mucha gente humilde que trabaja todo el día y nada tiene que ver con la delincuencia.
A la casa de cada uno de estos políticos deberíamos marchar, sin distinción de color o agrupación. Todos son responsables sin excepción, y hacerles saber nuestro hastío por tantos años de inútiles gobiernos que nos dejaron en este estado de indefensión ante la delincuencia y no asumen que para combatir el problema de la inseguridad solo hay que hacer cumplir la Ley. Y encima nos dejan un país sin educación, sin salud y con una crisis económica-social sin precedentes en la historia del país.
No, vamos y nos la agarramos con la Policía, olvidando que por años permitimos y consentimos los “aires progresistas” que hicieron soplar desde una diminuta minoría durante las últimas dos décadas; que volvió a la Justicia casi en defensora de los delincuentes y nos convenció de que existe una “maldita policía”. Así pedimos que la Policía actúe pero cuando lo hace la criticamos y condenamos sin piedad. Pretendemos combatir la inseguridad pero sin represión, juzgar a menores que cometen delitos pero rechazamos una baja en la edad de la inimputabilidad porque violan los derechos del menor. En otras palabras, buscamos una utopía que no existe en ninguna parte del mundo.
Claramente tenemos una actitud esquizofrénica ante la problemática de la inseguridad.
Y esto no es nuevo. En los años 70 clamamos para que el Estado termine con las organizaciones terroristas que asolaron nuestra Nación por aquellos años, pero callamos cuando hoy la Justicia convierte a ese hecho en deliberados asesinatos, considerando a los terroristas cándidos jóvenes idealistas; permitiendo que esa ridícula jurisprudencia se extiende a los casos actuales donde las fuerzas de seguridad enfrentan a la delincuencia común.
Este dislate es agigantado desde los medios de comunicación. No hay periodista que no se desgarre las vestiduras por los graves casos de inseguridad, pero a renglón seguido traen a colocación lo sucedido en el proceso militar, los 30.000 desaparecidos, convirtiendo en mala palabra a términos como represión u orden. Incluso, los otros días, un periodista vociferaba en un programa donde se debatía este tema: “no podemos hablar de represión cuando acá hubo 30.000 desaparecidos”.
Alguna vez deberemos entender que la seguridad no es un tema de derecha o izquierda, no tiene ideología, es un tema de sentido común. Entendimiento que debemos extender a otros problemas del país, como la economía.
Sentido común que no tiene “los grupos progres” que nada dijeron del caso de la nena de 11 años, ni del médico cirujano asesinado al día siguiente, ni del profesor de gimnasia también asesinado a las pocas horas de este último caso, ni de “Cecilia” asesinada en el Chaco (del cual ya nadie se acuerda); pero marchan rápidamente cuando uno de “ellos” muere producto de una enfermedad cardiaca en una “supuesta protesta social” (en realidad era un acto contra la democracia e intentaron quemar una urna), clamando rápidamente que existió “represión policial”. Y que encima siguen insistiendo con recetas económicas fracasadas en el mundo entero.
Ya superada las elecciones PASO presidenciales y el furor electoralista, no cabe dudas que mientras no madures como sociedad y dejemos de hacer berrinches de adolescentes y tener actitudes bifrontes, con una actitud firme y sostenida en el tiempo de querer una verdadera Nación civilizada y moderna, jamás podremos vivir en paz y con prosperidad económica.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 14, 2023
Los pueblos, tienen lo que se merecen.
Hasta que no aprendan a votar.
Dificil de parar
Estimado Gonzalo Miño felicitaciones, nuevamente pone el dedo en la llaga. Lamentablemente creo que el problema de inseguridad a esta altura, y a través del tiempo, se fue completamente de las manos, y ya no tiene marcha atrás. En los últimos años se hizo una mezcla explosiva de: tráfico y alto consumo de de drogas, derechos humanos para unos sí para otros no, corrupción generalizada, un poder judicial que no es tal, una anarquía general, un fracaso en las responsabilidades cívicas que son obligatorias para ser un buen ciudadano, y una mentalidad social de pretender “hacer tortilla sin romper los huevos”. La lista de desaguisados llevados a cabo por diferentes gobiernos es inmensa, y dentro de la misma y a modo de ejemplo, está nuestra triste experiencia como imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, a como dé lugar y muriendo en prisión. Así llegamos a que no se pueden solucionar ni tan siquiera problemas como el accionar extorsivo de los “trapitos”, o el de los piquetes, que impiden la libre circulación como lo determina la Constitución Nacional. Con respecto a la policía, institución totalmente desprestigiada y manoseada, por el precio de un Fiat 600 no se puede pretender un Mercedes Benz. Además…RoboCop no existe. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN
Tanto el del Dr. Miño que el tuyo, Claudio, están impecables. Pero sucede que los presupuestos de Seguridad, son un bocado muy, pero muy apetecible por los políticos, MULTIMILLONARIOS. Los invito a hojear por dar un ejemplo, el de la Provincia de Bs. As. el de la falsa CABA, y verán que allí están previstos, Móviles, su correspondiente Combustible, Aceite, Filtros, Cubiertas, Equipos de Comunicación; respecto al equipamiento personal: Chalecos, Uniformes, Armamento, Munición, las Prácticas de tiro correspondientes, Viáticos, en fin, todo lo que se enumera que curiosamente hoy falta ¿Donde esta? Buena pregunta, pero para hacérsela a quienes deben aplicar esos recursos, porque lo único que vemos, son la compra de Patrulleros, pero estos necesitan Choferes y Nafta o ahora Gas Oil. Pero nada de eso parece aparecer. ¿Donde están los dinerillos? Vaya uno a saber en que rincones fueron a parar. Otro rubro a repensar y acá tendrá varios insultos, pero es la realidad: han poblado de mujeres todas las dependencias y Direcciones y curiosamente de noche, no hay patrullaje (si preguntan lo digo, pero aguanten las palabrotas). La Policñía fue hecha por Varones y para Varones, los Uniformes son para Varones. Los “varones” que hay, todos tatuados, corte de pelo Punk y teñidos, ahora los he visto de barba candado y de Uniforme. Me dirán que tiene que ver, si lo tiene y mucho. Cuando se resiente la Disciplina, el Uniforme se toma como un Disfraz, ya nada se puede hacer. Es muy difícil el mando y el respeto. Todo se ha perdido en aras de los DD. HH. que están perfectos y la policía era la primera en defenderlos y esto parece que nadie se ha percatado ¿cuando había una mujer golpeada o niños, quienes acudían en su ayuda y protección? En mi caso nunca vi a nadie de DD. HH. o “Sororas” en primera fila. No han sido pocas las veces que los policías hacíamos una vaquita para comprar alimentos cuando llegábamos a una humilde casa donde había violencia Familiar y no tenían que comer las criaturas. Esto no debería contarlo porque forma parte de la historia personal de cada “Vigi”. Pero nada de lo mencionado por el Dr. Miño, como Claudio y esta humilde exposición de un servidor, les hará mella en los Seudos Dirigentes que hoy pugnan por un cargo, rentado por supuesto y puntualmente pagado por los que discurrimos en esta página. Disculpen si me excedí, sucede que ya, con varios años y experiencia a cuestas, poco y nada presiento que haya una la salida.
Hola Patricio, muy cierta tu exposición. Cuando comparezco en persona en el juicio en el que soy imputado, tengo oportunidad de mirar a “fiscales” y “querallantas” a los ojos. Allí solo veo odiadores, vaya a saber por qué acontecimientos de la vida. Estos burócratas me dan la idea que nunca fueron capaces de ayudar a cruzar a una viejita la calle. Pero bien, las cosas están dadas así en esta Argentina de locos y para locos. Con respecto al equipamiento policial, de siempre su adquisición sirvió para que políticos y militares (cuando estuvieron a cargo de la jefatura) y también algunos de nuestros hombres de azul se enriquecieran a más y mejor. Más cuando por la emergencia de seguridad que se declarara compraran en forma directa, si bien en las licitaciones también robaron de toda la vida. No solo lo hicieron con la compra de equipamiento, se robaban hasta la comida de los cadetes en nuestros institutos de enseñanza. Para eso ha estado de acuerdo gobernación y jefatura o Ministerio de Seguridad en los últimos años. Así fue y así será tanto a nivel provincial como nacional. Digno ejemplo son las compras que hicieran a través del terrorista Montoto, representante de la Cámara Argentino-Israelí, tanto miembros de los gobiernos peronistas y macristas. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN