Hoy a la mañana al terminar de afeitarme, me acerqué más al espejo y me detuve a mirarme a los ojos por un momento. Lo que vi y percibí, me tranquilizó llenándome de optimismo para encarar el nuevo día, porque sentí estar en paz conmigo mismo. También espontáneamente pensé en las mujeres que trabajan hoy en la justicia y surgieron interrogantes que me decidieron a escribir estas líneas en las que garantizo me expresaré en forma sincera, veraz. Si se quiere hasta cruel, pero tratando de ser lo más respetuoso posible. Personalmente y también mirándolas a los ojos les preguntaría:
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TODO POR UN SUELDO
¿Qué sienten al hacer lo que hacen, simplemente por un sueldo? Lo que obtienen en nada justifica las ilegalidades en las que participan. Saberlo de los hombres, me resulta hasta aceptable, somos poco refinados, con sentimientos más rústicos que ustedes. Siempre lo percibí así, quizás por un machismo algo antiguo dado mi edad. En su momento cuando a través de los medios, sabía del accionar en el terrorismo de mujeres embarazadas no entendía como quienes daban vidas, quitaban vidas y hasta las perdían por una causa que al ser ideológica para mí era menor, frente a un acto tan sublime como la procreación. Pasaron muchos años y hoy en el ocaso cuando no tendrían casi que existir interrogantes, estos al verlas a ustedes, vuelven a mí.
INDECOROSAMENTE
Surgen viendo a quienes considero delicados seres humanos, prestándose en muchos casos a participar de hechos indecorosos y falaces, tomándole declaración a un adulto mayor cuyas facultades mentales están estropeadas por la edad, y no lo documentan. O “cajoneando” reiteradamente algún requerimiento legal. Sabiendo de algún prisionero que se está muriendo en la prisión y desinteresarse absolutamente de ello, no importándole que por lo menos deje este mundo junto a sus seres queridos. ¿Cómo es posible que ya con el cargo de juez una mujer no cumpla con lo que establece la ley? ¿Qué deje resoluciones sin firmar para irse con licencia prolongada, sin escuchar a quien profiere gritos exigiendo justicia del otro lado, o negando prisiones domiciliarias cuando corresponden? Imaginándolas luego en su casa, abrazadas y dando y recibiendo el afecto de sus inocentes hijos, nietos o hasta sus animales de compañía, me produce un verdadero cortocircuito mental.
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EL DOCTOR JEKYLL
También me pregunto si serán seres con un trastorno disociativo de la identidad, como en la novela de Robert Louis Stevenson “El doctor Jekyll y el señor Hyde”. Luego al repasar y ver que me ocurrió con una empleada contratada por la secretaría de DDHH, con una secretaria falaz, con dos jueces subrogantes mujeres del Juzgado Federal uno de Bahía Blanca y con un par de empleadas más de los tribunales de Lomas de Zamora, creo que no es el caso. Quizás haya ocurrido que para los miembros femeninos de la justicia uno sea solo un expediente y esté representado en un papel de oficio. De ser así tengo que concluir que fueron superadas, se deshumanizaron y las ganó la impudicia. En ese caso debo sentir una profunda pena por ellas. Cuando termine de enviar esta nota sé que iré a abrazar fuertemente a mi querida esposa.
“Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior”.
Mahatma Gandhi (1869-1948)
Claudio Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 05, 2016
P.D. Los nombres de las mujeres de la justicia de Bahía Blanca aludidas, ya fueron publicados en notas anteriores.
Por Claudio Kussman.
Hoy a la mañana al terminar de afeitarme, me acerqué más al espejo y me detuve a mirarme a los ojos por un momento. Lo que vi y percibí, me tranquilizó llenándome de optimismo para encarar el nuevo día, porque sentí estar en paz conmigo mismo. También espontáneamente pensé en las mujeres que trabajan hoy en la justicia y surgieron interrogantes que me decidieron a escribir estas líneas en las que garantizo me expresaré en forma sincera, veraz. Si se quiere hasta cruel, pero tratando de ser lo más respetuoso posible. Personalmente y también mirándolas a los ojos les preguntaría:
TODO POR UN SUELDO
¿Qué sienten al hacer lo que hacen, simplemente por un sueldo? Lo que obtienen en nada justifica las ilegalidades en las que participan. Saberlo de los hombres, me resulta hasta aceptable, somos poco refinados, con sentimientos más rústicos que ustedes. Siempre lo percibí así, quizás por un machismo algo antiguo dado mi edad. En su momento cuando a través de los medios, sabía del accionar en el terrorismo de mujeres embarazadas no entendía como quienes daban vidas, quitaban vidas y hasta las perdían por una causa que al ser ideológica para mí era menor, frente a un acto tan sublime como la procreación. Pasaron muchos años y hoy en el ocaso cuando no tendrían casi que existir interrogantes, estos al verlas a ustedes, vuelven a mí.
INDECOROSAMENTE
Surgen viendo a quienes considero delicados seres humanos, prestándose en muchos casos a participar de hechos indecorosos y falaces, tomándole declaración a un adulto mayor cuyas facultades mentales están estropeadas por la edad, y no lo documentan. O “cajoneando” reiteradamente algún requerimiento legal. Sabiendo de algún prisionero que se está muriendo en la prisión y desinteresarse absolutamente de ello, no importándole que por lo menos deje este mundo junto a sus seres queridos. ¿Cómo es posible que ya con el cargo de juez una mujer no cumpla con lo que establece la ley? ¿Qué deje resoluciones sin firmar para irse con licencia prolongada, sin escuchar a quien profiere gritos exigiendo justicia del otro lado, o negando prisiones domiciliarias cuando corresponden? Imaginándolas luego en su casa, abrazadas y dando y recibiendo el afecto de sus inocentes hijos, nietos o hasta sus animales de compañía, me produce un verdadero cortocircuito mental.
EL DOCTOR JEKYLL
También me pregunto si serán seres con un trastorno disociativo de la identidad, como en la novela de Robert Louis Stevenson “El doctor Jekyll y el señor Hyde”. Luego al repasar y ver que me ocurrió con una empleada contratada por la secretaría de DDHH, con una secretaria falaz, con dos jueces subrogantes mujeres del Juzgado Federal uno de Bahía Blanca y con un par de empleadas más de los tribunales de Lomas de Zamora, creo que no es el caso. Quizás haya ocurrido que para los miembros femeninos de la justicia uno sea solo un expediente y esté representado en un papel de oficio. De ser así tengo que concluir que fueron superadas, se deshumanizaron y las ganó la impudicia. En ese caso debo sentir una profunda pena por ellas. Cuando termine de enviar esta nota sé que iré a abrazar fuertemente a mi querida esposa.
Claudio Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 05, 2016
P.D. Los nombres de las mujeres de la justicia de Bahía Blanca aludidas, ya fueron publicados en notas anteriores.
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