Irlanda del Norte tiene una historia reciente que se ha visto empañada por la tensión política, el sectarismo y el terrorismo. Entre 1969 y 1999, el mundo observó con desesperación cómo Irlanda del Norte se vio sacudida por los disturbios y la violencia que bordeaban la guerra civil. Este período de tres décadas se conoce eufemísticamente como “los Problemas”.
De hecho, los problemas se habían estado gestando en Irlanda del Norte durante generaciones. Conquistada por los ingleses y dividida en 1920, las heridas históricas de Irlanda nunca habían sanado por completo. Irlanda del Norte se convirtió en un miembro autónomo del Reino Unido, pero su población permaneció dividida a lo largo de líneas divisorias políticas, económicas y religiosas.
De un lado estaban los unionistas y los leales, protestantes que se identificaban como británicos y estaban decididos a mantener la soberanía británica sobre Irlanda del Norte.
Del otro lado estaban los nacionalistas, una minoría católica que había soportado décadas de discriminación política y económica. Estas divisiones sectarias fueron una potente receta para el conflicto y el desastre.
Los orígenes de los disturbios se remontan al movimiento de derechos civiles de mediados a finales de la década de 1960, un impulso para obtener un trato justo y equitativo para los católicos. La primera violencia significativa estalló en la ciudad de Londonderry, conocida por los lugareños como Derry, en 1969. Los disturbios sectarios en Derry estallaron rápidamente en una guerra callejera en toda regla, apodada la “Batalla del Bogside”. A medida que la situación empeoraba, las tropas británicas aterrizaron en Belfast para ayudar a mantener el orden. Los disturbios empeoraron en enero de 1972 después de que paracaidistas británicos abrieran fuego contra manifestantes en Derry y mataran a 14 civiles. A mediados de 1972, Gran Bretaña había suspendido el gobierno de Irlanda del Norte y desplegó 20.000 soldados en la atribulada región.
Estos acontecimientos provocaron un rápido crecimiento en el IRA Provisional recién formado, un grupo paramilitar republicano que tenía como objetivo expulsar a los británicos y hacer ingobernable a Irlanda del Norte. Más de 3.500 personas, la mayoría de ellas civiles, morirían antes de que se restableciera la paz en 1998. Los disturbios en Irlanda del Norte son un ejemplo intrigante de sectarismo moderno y conflicto poscolonial. El estudio de este período proporciona una base sólida en conceptos históricos y políticos.
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Irlanda del Norte tiene una historia reciente que se ha visto empañada por la tensión política, el sectarismo y el terrorismo. Entre 1969 y 1999, el mundo observó con desesperación cómo Irlanda del Norte se vio sacudida por los disturbios y la violencia que bordeaban la guerra civil. Este período de tres décadas se conoce eufemísticamente como “los Problemas”.
De hecho, los problemas se habían estado gestando en Irlanda del Norte durante generaciones. Conquistada por los ingleses y dividida en 1920, las heridas históricas de Irlanda nunca habían sanado por completo. Irlanda del Norte se convirtió en un miembro autónomo del Reino Unido, pero su población permaneció dividida a lo largo de líneas divisorias políticas, económicas y religiosas.
Del otro lado estaban los nacionalistas, una minoría católica que había soportado décadas de discriminación política y económica. Estas divisiones sectarias fueron una potente receta para el conflicto y el desastre.
Los orígenes de los disturbios se remontan al movimiento de derechos civiles de mediados a finales de la década de 1960, un impulso para obtener un trato justo y equitativo para los católicos. La primera violencia significativa estalló en la ciudad de Londonderry, conocida por los lugareños como Derry, en 1969. Los disturbios sectarios en Derry estallaron rápidamente en una guerra callejera en toda regla, apodada la “Batalla del Bogside”. A medida que la situación empeoraba, las tropas británicas aterrizaron en Belfast para ayudar a mantener el orden. Los disturbios empeoraron en enero de 1972 después de que paracaidistas británicos abrieran fuego contra manifestantes en Derry y mataran a 14 civiles. A mediados de 1972, Gran Bretaña había suspendido el gobierno de Irlanda del Norte y desplegó 20.000 soldados en la atribulada región.
Estos acontecimientos provocaron un rápido crecimiento en el IRA Provisional recién formado, un grupo paramilitar republicano que tenía como objetivo expulsar a los británicos y hacer ingobernable a Irlanda del Norte. Más de 3.500 personas, la mayoría de ellas civiles, morirían antes de que se restableciera la paz en 1998. Los disturbios en Irlanda del Norte son un ejemplo intrigante de sectarismo moderno y conflicto poscolonial. El estudio de este período proporciona una base sólida en conceptos históricos y políticos.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 17, 2021