Coincido totalmente con lo escrito por el periodista CARLOS FURMAN, pero aclarando que el caso de CASTRILLÓN lamentablemente no es el único, y por ello la mayoría de la población desconfía de los jueces y funcionarios del Poder Judicial, a quienes asocia con una sospechosa benignidad a la hora de firmar excarcelaciones, y dejar en libertad a delincuentes seriales (Boudou inclusive). También cuando declaran siempre que el crecimiento exponencial del patrimonio de los miembros de la clase política es fruto del esfuerzo y la perseverancia en la búsqueda del bien común. (Oyarbide, Cristóbal López, Lázaro Báez, la familia Kirchner…).
Emilio CastrillónAmado Boudou, ex vicepresidente de la Nación
Como expresa el refranero popular: “para muestra basta un botón” una expresión que dicen que viene de los sastres, que debido al tiempo que pasan trabajando en cada prenda, y a sus ojos atentos al detalle, saben identificar una prenda en la que han trabajado solo viendo un botón de aquella.
Y si uno mira la realidad política argentina con el detalle de un sastre, analizándola de manera tan precisa, no puede encontrar diferencia entre nuestros jueces (botones) que tienen competencia en asuntos como corrupción y enriquecimiento de funcionarios públicos. Estos exhiben un asombroso sentido de supervivencia para justificar a políticos que quedan exculpados de todo reproche jurídico, con especial mención de que el proceso al que han sido sometidos no empaña su buen nombre y honor. Y todo esto evidencia nuestra inviabilidad como nación independiente, sin una Justicia transparente, seria, apegada exclusivamente a su rol de único intérprete de la ley.
Una Justicia que permitiera a sus miembros, y a la sociedad en general, estar orgullosos de ella, volviendo a convertirse en un galardón para aquéllos a los que el mérito y la consideración pública les otorga la decisión final sobre la libertad, la honra y el patrimonio de los demás. Que se transformara, ni más ni menos, en lo que nuestra sabia Constitución, prostituida por los políticos, le concede y le exige: ser la real garantía de defensa del individuo frente al poder del Estado y frente a las arbitrariedades de los demás.
Carlos ZanniniCarlos Furman, periodista censuradoGustavo Ustarroz
Pero tristemente, nuestra Justicia peca de tan extraviado o dilapidado prestigio, que incluso la mala imagen se traslada al exterior, y nuestros acreedores nos exigen exorbitantes intereses y nos obligan a someternos a tribunales extranjeros para otorgarnos un crédito. Porque, precisamente no hay seguridad jurídica, somos morosos, mendigos, e hijos del rigor, y allí está la señora de ojos vendados (Representada en su momento por el Juez Griesa de Nueva York) para recordárnoslo, e impedir los abusos a los que somos tan proclives
Y para muestra tenemos bastantes “botones”:
El mismo Presidente, ALBERTO FERNÁNDEZ cuando, después de haber condenado severamente a CRISTINA KIRCHNER imputándole corrupción, poco más tarde, ya como Presidente-títere, exigido por quienes lo tienen contra las cuerdas asumió la defensa de su jefa política sumándose a los bufones del Instituto Patria que vociferan temerariamente un “lawfare” para justificar el crecimiento exponencial de su multimillonario patrimonio. Ni hablar de la designación de personajes tan nefastos como CARLOS ZANNINI (Procurador del Tesoro y jefe de los abogados del Estado), que en actitud mesiánica se considera junto a VERBITSKY como esenciales o iluminados para el pueblo y con derecho a “adelantarse en la fila” de las vacunas. O la designación de militantes como JUAN MARTÍN MENA (Secretario de Justicia), GERÓNIMO USTARROZ (Consejero de la Magistratura), Félix Crous (Oficina Anticorrupción) y miles de etc., prueban más allá de toda duda el escaso apego a la verdad que afecta a nuestra dirigencia política y judicial.
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Coincido totalmente con lo escrito por el periodista CARLOS FURMAN, pero aclarando que el caso de CASTRILLÓN lamentablemente no es el único, y por ello la mayoría de la población desconfía de los jueces y funcionarios del Poder Judicial, a quienes asocia con una sospechosa benignidad a la hora de firmar excarcelaciones, y dejar en libertad a delincuentes seriales (Boudou inclusive). También cuando declaran siempre que el crecimiento exponencial del patrimonio de los miembros de la clase política es fruto del esfuerzo y la perseverancia en la búsqueda del bien común. (Oyarbide, Cristóbal López, Lázaro Báez, la familia Kirchner…).
Como expresa el refranero popular: “para muestra basta un botón” una expresión que dicen que viene de los sastres, que debido al tiempo que pasan trabajando en cada prenda, y a sus ojos atentos al detalle, saben identificar una prenda en la que han trabajado solo viendo un botón de aquella.
Y si uno mira la realidad política argentina con el detalle de un sastre, analizándola de manera tan precisa, no puede encontrar diferencia entre nuestros jueces (botones) que tienen competencia en asuntos como corrupción y enriquecimiento de funcionarios públicos. Estos exhiben un asombroso sentido de supervivencia para justificar a políticos que quedan exculpados de todo reproche jurídico, con especial mención de que el proceso al que han sido sometidos no empaña su buen nombre y honor. Y todo esto evidencia nuestra inviabilidad como nación independiente, sin una Justicia transparente, seria, apegada exclusivamente a su rol de único intérprete de la ley.
Una Justicia que permitiera a sus miembros, y a la sociedad en general, estar orgullosos de ella, volviendo a convertirse en un galardón para aquéllos a los que el mérito y la consideración pública les otorga la decisión final sobre la libertad, la honra y el patrimonio de los demás. Que se transformara, ni más ni menos, en lo que nuestra sabia Constitución, prostituida por los políticos, le concede y le exige: ser la real garantía de defensa del individuo frente al poder del Estado y frente a las arbitrariedades de los demás.
Pero tristemente, nuestra Justicia peca de tan extraviado o dilapidado prestigio, que incluso la mala imagen se traslada al exterior, y nuestros acreedores nos exigen exorbitantes intereses y nos obligan a someternos a tribunales extranjeros para otorgarnos un crédito. Porque, precisamente no hay seguridad jurídica, somos morosos, mendigos, e hijos del rigor, y allí está la señora de ojos vendados (Representada en su momento por el Juez Griesa de Nueva York) para recordárnoslo, e impedir los abusos a los que somos tan proclives
Y para muestra tenemos bastantes “botones”:
El mismo Presidente, ALBERTO FERNÁNDEZ cuando, después de haber condenado severamente a CRISTINA KIRCHNER imputándole corrupción, poco más tarde, ya como Presidente-títere, exigido por quienes lo tienen contra las cuerdas asumió la defensa de su jefa política sumándose a los bufones del Instituto Patria que vociferan temerariamente un “lawfare” para justificar el crecimiento exponencial de su multimillonario patrimonio. Ni hablar de la designación de personajes tan nefastos como CARLOS ZANNINI (Procurador del Tesoro y jefe de los abogados del Estado), que en actitud mesiánica se considera junto a VERBITSKY como esenciales o iluminados para el pueblo y con derecho a “adelantarse en la fila” de las vacunas. O la designación de militantes como JUAN MARTÍN MENA (Secretario de Justicia), GERÓNIMO USTARROZ (Consejero de la Magistratura), Félix Crous (Oficina Anticorrupción) y miles de etc., prueban más allá de toda duda el escaso apego a la verdad que afecta a nuestra dirigencia política y judicial.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]
[/ezcol_1half_end]MIGUEL PRESTOFELIPPO
Ciudadano argentino
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 18, 2021