LA ACTUALIDAD DE LA “TESIS” SOBRE EL OCÉANO POLÍTICO

(Actualización del ensayo “Océano Político”)
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Por Grl Heriberto Justo Auel.

1) El desplazamiento del meridiano del Poder Mundial.
2) La doctrina Haushofer.
3) La lógica bipolar de la “Pax Nuclear” y sus “vaivenes” en el Asia-Pacífico.
4) El Pacífico, Eurasia y la Américas en la posguerra fría.
5) Las posibilidades y probabilidades en evolución de la situación internacional.
6) Algunas consideraciones sobre la aplicabilidad de las doctrinas consideradas, en la posguerra fría y en la actualidad.

  1. a) La dinámica etapa de la “civilización hiper-industrial“.
    b) El punto de inflexión hacia lo cualitativo.

7) Los realineamientos en la posguerra fría y las doctrinas geopolíticas históricas   ante la prueba de los cambios cualitativos.

  1. a) La caracterización de los realineamientos posguerra fría.
    b) Las doctrinas geopolíticas históricas ante la prueba de los cambios cualitativos.
  • La doctrina McKinder.
  • El corolario Spykman de la doctrina Mackinder.
  • La doctrina Haushofer.
  • En la posguerra fría y en la nueva guerra mundial.

 

  • El Desplazamiento del Meridiano del Poder Imperial

A principios del siglo XX se inició un movimiento intelectual que “descubría” al Océano Pacífico, la mayor masa de aguas de la superficie del planeta por la potencialidad demográfica y de insumos industriales, a lo largo de sus extensos bordes periféricos. Karl Haushofer le llamará “El Océano Político” en su monumental obra “Geopolítica del Océano Pacífico” –conocida como “La Tesis”- (1924, reeditada en l936 y 1938).

A fines del siglo XX, cuando el cese de la lógica de la bipolaridad vuelve a dar paso a la Historia, el Pacífico reaparece en la atención de muchos politólogos por razones estratégicas y de mercado, impulsadas por los realineamientos geopolíticos que se inician cuando el “Imperio Global” -bajo comando del G7-, reemplaza abruptamente al “Imperio Americano-Soviético” a partir del año ´91. Empíricamente este hecho jalona el inicio del nuevo siglo en el ambiente de una situación inédita, signado por la Revolución Científica Tecnológica y su correlato: la civilización hiper o posindustrial, globalizada. Los cambios son cualitativos.

Theodore Roosevelt
Houshofer

Teddy Roosevelt y Alfred T. Mahan en los EE. UU., Karl E. Haushofer y Halford Mackinder en Europa fueron quienes con mayor claridad expresaron los indicios de la decadencia del “atlantismo” en plena “Pax Británica” y describieron los primeros indicios que emergían en el inmenso espacio del Océano Pacífico, en el comienzo del siglo XX.

Nuestro propósito -a continuación- es el de recordar sus doctrinas geopolíticas y apoyarnos en ellas para relacionarlas con los acontecimientos históricos que se desarrollaron en las últimas décadas del siglo pasado y hasta nuestros días.  

Posteriormente vamos reflexionar acerca “de la relación de la Historia y de la Geografía” con la Gran Política -en un estadio internacional totalmente diferente en los años 2000- teniendo presente que el tiempo histórico se ha “acelerado”, el espacio geográfico se ha “contraído” y que el Poder Político ya no se construye y ejerce desde la geografía o desde la ideología revolucionaria, sino desde las culturas y a través del conocimiento científico-tecnológico, con los innovados instrumentos que la investigación y el desarrollo proveen.

  • La Doctrina Haushofer

Karl Ernst Haushofer -Oficial del Ejército alemán recibió- desde su niñez en Munich una fuerte formación intelectual al lado de su padre Max y de Federico Ratzel, ambos profesores universitarios y fundadores de la novísima ciencia Geopolítica. Como Oficial de Estado Mayor fue profesor de la Escuela de Cadetes y de la Academia de Guerra de Baviera. En 1908, sorpresivamente, pero sin duda en reconocimiento de sus méritos intelectuales, fue destinado a la Misión Militar Bávara en Japón, con el grado de Capitán.

Mahan
MacKinder

Para ese entonces Teddy Roosevelt y Mahan -en EE.UU.- ya habían planteado sus ideas referidas a la iniciación de la decadencia del Océano Atlántico y a los desafíos que los americanos tenían en el Pacífico y, en Londres un profesor de Geografía y legislador -Sir Halford McKinder- hacía cuatro años había presentado su original conferencia “El Pivote Geográfico de la Historia” (1904) en la que expuso su tesis sobre la “tierra corazón”: “…quien domine a la tierra corazón, dominará la isla mundial y quien domine  la isla mundial, dominará al mundo”.

El Capitán Haushofer inició su viaje a Tokio a los 39 años. Le acompañaban su esposa Martha -judía y éste es un dato para retener- y sus dos pequeños hijos de 5 y 2 años. Debemos suponer la ansiedad y el entusiasmo de este joven soldado profesional e intelectual estudioso de la geografía y de la historia en su viaje marítimo al Lejano Oriente, al remoto Pacífico, que tantas veces aparecía en sus lecturas y análisis.

Partió desde Génova, atravesó el Canal de Suez, pasó por Adén, el Cuerno de África, Ceilán, Singapur y el Mar Amarillo, seis puntos claves del dominio imperial talasocrático vigente. Al tocar las costas de la India tuvo oportunidad de encontrarse con otro soldado, de 58 años y gran prestigio -a la sazón Gobernador de La India- el Grl inglés Horatio Herbert, Lord Vizconde de Kitchener de Khartum y de Aspell. Este encuentro quedó muy grabado en la memoria del alemán.

Lord Kitchener

Lord Kitchener había luchado con los franceses frente a Prusia en la Guerra del ´70. Estuvo luego destinado en Egipto llegando a comandar su Ejército en 1898; intervino en el famoso incidente de Fashoda, fue Gobernador de Sudán al año siguiente. Comandante en Jefe frente a los Boers en el Transvaal y Gobernador de La India en el momento en que Haushofer llega a sus costas. Más tarde será Ministro de Guerra y organizador de las 60 Divisiones inglesas que actuarán en la Primera Guerra Mundial. Se opondrá a Churchill por la expedición a los Dardanelos y encontrará la muerte en un accidente -en 1916- navegando hacia Rusia. En la comida que compartió con el Capitán bávaro (1908) Kitchener vaticinó con acierto dos hechos que coincidían con las ideas que venía auspiciando el alemán:

  • La guerra entre Inglaterra y Alemania era inminente e inevitable.
  • Constituía un hecho lamentable pues cedería el dominio del Pacífico a EE.UU. y a Japón.

¿Cómo era el Japón que encontró Haushofer en su llegada a Tokio, en 1908? Japón se encontraba en plena expansión demográfica. El censo de 1898 computaba 43 millones de habitantes, a pesar de una emigración significativa hacia los países vecinos -y aun hasta la contracosta estadounidense-: 100.000 en Corea, 44.000 en Manchuria, 130.000 en EE. UU. y 64.000 en las Is. Hawai.

  1. UU. había cerrado el ingreso de los japoneses al continente y las hambrunas ya experimentadas constituían un natural impulso para salir de la condición de país agrícola e iniciar su modernización industrial y militar, adoptando tecnologías occidentales, pero conservando su cultura.

En 1895 Japón había participado en la ocupación de territorios chinos (Is. de los Pescadores y Formosa) y en 1900 en la Fuerza Internacional Expedicionaria que intervino en Pekín, durante la Rebelión de los Bóxers. En reconocimiento obtuvo en 1901 la Alianza Anglo-Japonesa frente al siguiente cuadro situacional en el Asia-Pacífico:

  • EE. UU.: ocupaba (1898/99) Hawai, Wake, Guam, Samoa y Filipinas.
  • Alemania: ocupaba (por arriendo a China) Kiao-Chow y (por compra a España) varias Is. del Pacífico, y
  • Rusia: ocupaba las costas siberianas del Pacífico (1639) y competía con la Armada Británica, por cuanto había unido el Báltico con el Mar del Japón a través del Ferrocarril Transiberiano, dominando además Manchuria, Puerto Arturo y Corea.
Rebelión de los Boxers. China. Circa 1900

Estas complejas presencias en expansión produjeron la Guerra Rusojaponesa de 1904/5. En ella, el Japón victorioso obtuvo la mitad Sur de la I. Sajalin, Puerto Arturo, un protectorado sobre Corea y la renovación por 10 años de la Alianza Anglo-Japonesa.

En 1910, cumplida su misión en Japón y habiendo recorrido además Birmania, China y Corea, Haushofer se embarcó en el Transiberiano. Ello le permitió reconocer Siberia y el este ruso. Llevaba en sus alforjas la convicción de que era necesario un entendimiento entre Alemania y Japón, sin tardanza. Retomada su actividad académica, escribió cuatro trabajos referidos a su experiencia japonesa y en 1913 presentó en la Universidad de Munich su voluminosa Tesis Doctoral sobre Japón (“La Tesis”), que fue aprobada con honores.

En 1914 el Mayor Haushofer marchó al frente occidental de la guerra, regresando en 1918 a Baviera como General de División, con un legajo impecable. Desmovilizado, fue testigo de los tormentosos momentos políticos de la inmediata posguerra y en 1921 era titular de las cátedras de Geografía e Historia Militar en la Universidad de Munich. En 1923, uno de sus alumnos, Rudolf Hess le presenta a Hitler, prisionero en Landsberg. Para ese entonces, “La Tesis” de Haushofer empezaba a ser conocida. En síntesis planteaba las siguientes ideas:

  1. El meridiano del poder se fue desplazando en el tiempo desde el Mediterráneo al Atlántico y desde éste se irá desplazando hacia el Pacífico, donde se concentra el 70% de la población mundial y más del 70% de los recursos naturales del globo.
  2. Japón y Alemania deberían cooperar entre sí, dado que no tienen antagonismos en sus intereses ni motivos de confrontación.
  3. Alemania, Rusia, China, India y Japón, deberán aliarse contra las potencias coloniales marítimas Inglaterra, Francia y EE. UU. La alianza eurasiática debería abarcar desde el Rhin hasta el Amur. (Asia para los asiáticos, aliados con los alemanes, debería ser el lema. Asia + 1).
  4. Japón no debería proponerse conquistar China, pues a la larga sería aplastado.

Dado que el futuro pertenece al bloque ruso-chino:

    • Japón debe conciliar sus objetivos con Rusia,
    • Japón y Rusia, si se unen, son invencibles en el Asia Oriental.
    • Japón debería conquistar el Sudeste asiático: Las Filipinas, Las Indias Orientales Holandesas (Indonesia), Australia y Nueva Zelanda y promover la emigración a las Américas.

La tesis doctoral de Haushofer fue rápidamente traducida en Japón y Rusia y debatida con detenimiento. Mientras tanto se evidenciaba el disgusto nipón por la falta de reconocimiento obtenido en la posguerra 14/18. Había recibido un mandato de la Liga de las Naciones sobre las Is. alemanas del Pacífico (Carolinas, Marshall y Marianas), pero consideró humillante la negativa a reconocerle la igualdad racial, el mantenimiento de las limitaciones navales impuestas en la Conferencia de Washington de 1922 y la negativa inglesa para la renovación de la Alianza Anglo-Japonesa.

En consecuencia en 1927 surge el plan Tanaka, supuestamente inspirado en la Tesis de Haushofer, que dividirá al Ejército y a la Armada Imperial. El primero apoyaba la expansión en territorio continental chino, la segunda en el Sudeste asiático y en el Pacífico.

Los acontecimientos en China -la guerra entre nacionalistas y comunistas- le dan la oportunidad al Ejército. En 1937 Japón invade a China, para disgusto del Grl. alemán, que aprobó el posterior “Pacto Germano-Japonés Anti-Comintern”, con la adhesión de Italia. Japón alcanzaba en ese tiempo los 70 millones de habitantes e impulsaba la emigración a Sudamérica (Brasil y Perú).

Hitler

Desde 1933, Hitler ocupaba el poder en Alemania y daba algunos pasos según la doctrina Haushofer, excepto la alianza con Rusia. Pero ésta llegará con el “Pacto de No Agresión Germano-Ruso” de 1939 -más conocido como “Pacto Ribbentrop-Molotov”-. Haushofer dirá: “…nunca más Alemania y Rusia pondrán en peligro, por conflictos ideológicos, las bases geopolíticas de sus espacios ajustables“.

Stalin incorporó a los Países Bálticos, a Finlandia y a la mitad de Polonia a su órbita y Hitler quedó con las manos libres frente a Francia. Japón fue sorprendido por esta movida en el tablero europeo. Reaccionó denunciando el “Pacto Tripartito” con Alemania e Italia, ocupó la Indochina Francesa (dependiente del gobierno de Vichy) y firmó un Acuerdo de neutralidad con los rusos, que siempre honró. Haushofer también fue sorprendido poco tiempo después, con la invasión de Hitler a Rusia.

El edificio teórico que él había desarrollado en su Tesis, fundado en la importancia futura del Océano Pacífico, había tenido comienzo de ejecución, para caer luego estrepitosamente.

Consternado, buscó refugio en las montañas boscosas del Sud de Baviera. Desde allí, observó el fracaso de Hitler frente a Moscú, el detonante japonés en Pearl Harbor frente a EE. UU. y como consuelo, la ocupación nipona de Filipinas, Las Indias Orientales Holandesas, el Sudeste Asiático y la amenaza a Nueva Zelanda, Australia y la India. Ésas eran previsiones de su Tesis para el Índico y el Pacífico. Pero la contraofensiva aliada no se hizo esperar.

Su hijo mayor fue ejecutado por la Gestapo en 1944 por haber participado en el complot de julio de ese año. Su hijo menor murió en el frente ruso. Mientras Japón colapsaba luego de los lanzamientos nucleares, el Grl. Haushofer de 76 años y su esposa Martha eran interrogados en Nüremberg. No soportaron la presión de sus fiscales, que sin leer su obra lo inculpaban como ideólogo de Hitler. Se suicidaron juntos, el 10 de Marzo de 1946.

Un apretado balance de “La Tesis” y de los hechos, indica:

  • Que “La Tesis” consideró como un hecho el vaticinio compartido con Lord Kitchener y éste se cumplió parcialmente, seis años más tarde.
  • Que la cooperación entre Alemania y Japón tuvo comienzo de ejecución, pero no soportó el Pacto Berlín-Moscú.
  • Que la prevista Alianza Asiática+1 -Alemania- tuvo un fallido comienzo de ejecución.
  • Japón invadió a China y amenazó a la India, logrando sólo un pacto de neutralidad con los rusos, en reemplazo del “pacto invencible” (Japón-Rusia) imaginado por el Capitán bávaro.
  • Que la conquista japonesa del S. E. asiático fue tardía y sin el soporte de las alianzas previstas. Las ideologías, ausentes en el análisis de la Tesis, ya habían demostrado su presencia. Ocuparán el centro de la escena en la futura guerra mundial, la larga guerra fría.

Lord Kitchener y el Cap Haushofer vaticinaron las desastrosas guerras civiles europeas con acierto. Éstas se desarrollaron entre 1914/18 y 1939/45 y ambos soldados murieron como consecuencia de ellas. El meridiano de poder se alejó de Europa. Pasó a EE. UU. y a la URSS, los verdaderos vencedores. Inglaterra “ganó” las batallas y perdió el Imperio. El Pacífico quedó en exclusivas manos de EE. UU. desde San Francisco a Samoa y Okinawa. El Grl alemán había incluido en su predicción a Japón y Japón estaba devastado -como Alemania- habiendo perdido sus posesiones estratégicas de Taiwán, las Kuriles y Sajalín.

PrisioneroEnArgentina.com

  • La lógica bipolar de la “Pax Nuclear” y sus “vaivenes” en el Asia-Pacífico.


Dos líneas de borde, no muy precisas, dividieron el espacio mundial de durante la Guerra Fría (1947-1989/91) en cuatro “hemisferios”, que no eran precisamente geográficos: el Este-Oeste y el Norte-Sur. Gran parte del Este y del Sur compartían el subdesarrollo y gran parte del Norte y del Oeste, un alto desarrollo industrial. Esta situación era ideológicamente explotable.

Mao

El Este y el Oeste confrontaban sus modelos -políticos y económicos- opuestos, bajo la protección estratégica de la disuasión nuclear, dando lugar a la extraña “Guerra Fría”. El Este intentaba negar al Oeste las materias primas del Sur, recién liberado por la “descolonización” -particularmente en África- a través de guerras muy limitadas no convencionales -el terrorismo revolucionario- en América Central, América del Sud, África y el Sudeste Asiático, conducidas centralizadamente desde Moscú.

Ninguna de las “Repúblicas Imperiales” -EE. UU. y la URSS- había logrado -en la posguerra fría 1991/2001- el “imperio eurasiático” previsto por Haushofer o el dominio de la “isla mundial” postulado por Mackinder. Moscú ganó la carrera a Berlín, pero no alcanzó a ocupar las orillas del Rhin. Tuvo que detenerse en el Elba. Para retener a sus “aliados” empleó los tanques en Europa del Este y en los Balcanes. En el Este Asiático, se aproximó a Mao.

Washington, recordando la experiencia de Versalles, consolidó la alianza occidental (hoy G7/8 ampliado) con el Plan Marshall para Alemania y Japón. En el Asia-Pacíficodesde entonces área pivote– aplicó el corolario Spykman de la Doctrina Mackinder (1945): “…el dominio mundial se obtendrá por el dominio de la “tierra orilla” que rodea a la “isla mundial” y no por la ocupación de la “tierra corazón“… Consecuentemente creó un cerco de bases aeronavales desde el Índico hasta el Pacífico Norte. En este concepto se inscriben las guerras limitadasde contención”, en Corea y Vietnam. China -Chiang Kai Shek- capituló ante los comunistas en 1949. Inmediatamente Mao Tse Tung firmó el “Tratado de Amistad, Alianza y Ayuda Mutua” con la URSS, que mantuvo por diez años. Moscú se mostró renuente, en ese lapso, a la transferencia de tecnologías sensibles a Pekín, al apoyo a una invasión a Taiwán o al reconocimiento de Mao como sucesor de Stalin. Particularmente pesaron, en ese distanciamiento, las solicitudes chinas de devolución de los territorios ocupados por Moscú a fines de la Segunda Guerra Mundial.

Shek

En 1962 la tensión entre ambos gigantes comunistas aumentó al avanzar China sobre la Línea McMahon -en la frontera india- y ante la limpieza étnica en el Tibet y Xinjiang. La URSS intentó cercar a China y se acercó en vano a Japón -la “alianza invencible” de Haushofer- y a Taiwán, ambos ya giraban en la órbita americana. Tuvo éxito con la India y Vietnam del Norte, a quienes proveyó de inmediato abundante material de guerra. En 1975, con “la retirada de Saigón”, EE. UU. le cedió el mejor puerto del Mar de China: Cam Ranh.

En 1977 se firmó el traspaso del Canal de Panamá (Carter-Torrijos) que se cumplió al iniciarse el año 2000. Desde el punto de vista estratégico, es éste un hecho importantísimo para todo el continente americano. EE. UU. -Nixon-Kissinger- con la visita a Pekín -el “gigante dormido”- en 1972, presiona a Moscú y Carter -en 1979- consolida la relación con China: restablece relaciones diplomáticas plenas.

Los rusos reaccionan ocupando Afganistán, la única salida rusa al Índico a través de las murallas montañosas de su límite Sur, completando el cerco de China. (Afganistán, India, Vietnam y Siberia). Esta maniobra se complementa con acciones políticas y revolucionarias -dirigidas contra la NATO- que controlarán la “yugular del petróleo”. (Irak, Adén, Egipto, El Cuerno de África, Mozambique, Angola y Guinea).

En el Caribe la revolución cubana salta al continente con los sandinistas en Nicaragua, orientándose a Guatemala y a Chiapas. El Almirante Gorshkov ya había declarado que la Armada Soviética estaba presente en todos los mares del mundo, gracias a un plan de construcciones navales sin precedentes. Fue la respuesta de Brezhnev al “Trilateralismo”“un socialismo diversificado”- que instrumentó Carter y teorizó Brzezinski con apoyo de D. Rockefeller. -Su continuación es el “progresismo” que anida hoy en un sector de izquierda del Partido Demócrata, que gobierna actualmente en EE.UU-.                       PrisioneroEnArgentina.com

Carter
Brezhnev

Nunca había llegado a una debilidad tan extrema la posición de EE. UU. en el Pacífico, en el Índico y en su propio “bajo vientre” caribeño. La reacción a esta debilidad provocó la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca.

  • El Pacífico, Eurasia y las Américas en la posguerra fría -1991/2001-.

En 1981 “la Nueva Derecha Americana” retomó el poder en Washington:

  • intervino en Granada,
  • redesplegó los misiles de corto y medio alcance en Europa (luego de la Guerra del Atlántico Sur impuesta por el Reino Unido),
  • enunció la resolución de llevar adelante la “Iniciativa de Defensa Estratégica”,
  • apoyó la llegada de Solidaridad al gobierno de Polonia y a los opositores de los gobiernos marxistas en Nicaragua, Angola, Etiopía y Afganistán,
  • equipó militarmente a Israel frente a Siria, apoyada por los soviéticos en El Líbano.

En 1989 implosionó la URSS como consecuencia de la embestida “de aproximación indirecta” de Reagan. En 1991 entró en disolución el Imperio Soviético y en ese mismo año la demostración de fuerza en la “Primera Guerra del Golfo” le permitió recuperar a EE. UU. su posición en el Índico-Pacífico.

Contemporáneamente -en el continente Eurasiático- Alemania se había reunificado en acuerdo con Rusia. Se producía el acercamiento previsto por el Cap Haushofer. Francia también se apercibe que la Historia ha despertado y ante la unidad alemana apresuró el paso de la integración política de la CEE. En Maastricht se logra la Unión Europea y la moneda única.

Hay quienes piensan que la NATO ha cumplido su ciclo y otros, que la Historia llegó a su Fin.

En la destrozada Rusia de Boris Yeltsin, casi sin Estado Nacional, debe conducir el pasaje a cierto capitalismo desde Moscú, que fuera la capital mundial del marxismo-leninismo. Allí también vuelve la Historia, reaparece la bandera rusa y hasta la religión cristiana. No están ausentes los fantasmas de los Grandes Zares alemanes Pedro y Catalina, representados por Eugeni M. Primakov. -Jefe de Inteligencia 1991/96, Canciller 1996/98, Primer Ministro 1998/99-. En Nueva Delhi -Diciembre de 1998-, como Primer Ministro, Primakov propuso el eje ruso-indio-chino. El sepulcro de Haushofer debió de conmoverse.

Brzezinski
Kissinger
Nixon
Yeltsin

Cuando la OTAN interviene en los Balcanes Europeos, Rusia y China perciben la maniobra como una aproximación de Occidente a las recién localizadas e inmensas reservas de petróleo del Mar Caspio. China, escasa en petróleo, luego “del error cartográfico” que destrozó su Embajada en Belgrado -Serbia-, encontró más plausible la propuesta de Nueva Delhi. En abril de 1999 se firmó en Washington un acuerdo con Georgia, Ucrania, Uzbekistán, Azerbaiyán y Moldavia, -exrepúblicas soviéticas-, como posibles corredores de exportación de petróleo hacia EE. UU. y Europa. El Cáucaso vuelve a revalorizarse estratégicamente como espacio llave y en el presente vive sus consecuencias, en particular en Chechenia y Georgia.

Las FF.AA. rusas sobreactuaron, ingresando anticipadamente a Kosovo, simbólicamente y muy probablemente sin la anuencia política de Moscú. Reabrieron el frente en Chechenia con una decisión que llega a la amenaza constante de bombardeo a ciudades abiertas, obligando a la evacuación del país. La ex-superpotencia no se resigna a la pérdida de la Gran Rusia. Un ex-KGB desplaza a Yeltsin, enjuicia a sus familiares y alcanza la Presidencia de Rusia: el Sr. Putin. Hoy es primer ministro.

Putin
Zemin

Los chinos aprovecharon sus aniversarios revolucionarios para sacar a la calle y mostrar al mundo su nivel de disciplina y las nuevas tecnologías militares obtenidas con apoyo del gobierno demócrata de Washington. Jian Zemin estuvo allí a fines del ‘97 y Clinton en Beijing a mediados del ‘98. China ha satelizado a Birmania y está desarrollando una gran Base Naval en la Bahía de Bengala, reclama el Mar de la China del Sur y explota petróleo en las Is. Spratly. Además, su presión sobre Taiwán es progresiva.

  • Las posibilidades y probabilidades de evolución de la situación mundial y regional.

 

China, el antiguo “Imperio del Centro” -que históricamente no ha salido de sus fronteras- ha iniciado un desarrollo “abrupto”, sin precedentes en su larga existencia. Actualmente:

  • retiene en la región su “estrategia sin plazos”, mientras crece a un 10% del PBI/año, habiéndose beneficiado con la crisis del 2008 en Occidente.
  • ha firmado con Rusia, recientemente, un “Acuerdo de Cooperación y Ayuda Mutua”;
  • navega con Fuerzas de Tareas las costas americanas del Pacífico;
  • está presente en el Caribe, controlando cuatro puertos en ambas bocas del Canal de Panamá y construye otro en Las Bahamas.
  • Continúa acrecentando su enorme flota mercante.
  • Considera al Mar de China como un “mare nostrum” y así lo ha comunicado al mundo. Es la única potencia que avala al régimen de Corea del Norte.
  • Posee la segunda economía mundial en el 2011 -1/3 de la de EE.UU que crece con dificultades no resueltas por debajo del 3% del PBI-.
  • Ha ingresado audazmente al continente africano en búsqueda de insumos, relacionándose con países más que problemáticos.
  • En la Argentina está presente en todas las provincias a través de importantes y silenciosas inversiones.
  • Es el principal acreedor de EE. UU. -Posee más de un billón de U$S en bonos del tesoro americano-.
  • Coopera con los Castro y con sectores políticos marxistas de Méjico, Colombia y Venezuela. El papel que va a jugar en la política internacional de los próximos años es un interrogante que por el momento no tiene respuestas.
Xi
Bill Clinton

¿Tendrá continuidad el desarrollo de poder chino? Hay indicios de dificultades, pero también los hay de signo positivo. ¿Estamos en presencia de una “nueva bipolaridad”? De hecho EE.UU ha trasladado en el 2010 su flota nuclear submarina al Pacífico y la visita de Jiang Zeming a Washington, en los primeros días del año 2011, encontró a un Obama más receptivo y flexible de lo esperado en cuestión derechos humanos y democracia, presumiblemente para intentar mejorar sus deterioradas relaciones con Pekín. El Presidente chino dejó en Washington un mensaje críptico: “…la primacía del dólar es cuestión del pasado”.

En el 2013 habrá un relevo en la conducción china. El ya designado “príncipe” sucesor, Xi Jinping, es un férreo defensor de la economía abierta y éste es un indicio que nos permite observar una continuidad y profundización de la empresa que inició Deng Xio Ping. Esta probabilidad es ya una preocupación estratégica futura, para cuando se tenga -si se lograra- un mayor control sobre el “enemigo sin rostro” en la Guerra Contraterrorista Global en curso. Mientras tanto, la relación EE. UU-China será de tensiones constantes, controladas naturalmente por ineludibles conveniencias mutuas.  

En nuestra región el presidente colombiano -Pastrana, 1998/2002- en búsqueda de la pacificación del país retiró la presencia del Estado y entregó una amplia zona como “base territorial” a la narcoguerrilla. Como era de esperar, los “terroristas revolucionarios” ampliaron sus objetivos exigiendo hacer viable la paz solo bajo un ordenamiento marxista.

Las narco guerrillas recuperaron la iniciativa y se transformaron en el principal cartel de la cocaína. Esta es la preocupación estratégica central, presente en Iberoamérica, pues agrega los narco-dólares a los petro-dólares del “chavismo” que interviene por vía electoral y con la formación de milicias en la desestabilización de los gobiernos constitucionales de Iberoamérica no adscriptos al “socialismo siglo XXI”, para cumplir un sueño revolucionario extemporáneo.

Se ha conformado así la articulación de los dos riesgos-amenazas estratégicos que hoy debieran considerar los Estados Americanos: uno tiene su epicentro en el Asia-Pacífico/Gran Medio Oriente y el otro emerge desde sus propias entrañas. Se combinan la narcoguerrilla doméstica neo-marxista, con la presencia en la región de elementos del “macro-terrorismo” pero más allá, en el tiempo, la visión estratégica de los estadistas debería poner su atención en la evolución de China Continental Comunista -no adscripta ¿aún?- al Imperio Global actuante.

Con la llegada al poder en Bogotá del presidente Uribe -2002/2010- con un importante apoyo popular, Colombia logró amplios triunfos sobre el núcleo del narcoterrorismo revolucionario. Pero aún quedan remanentes que reciben apoyos de la vecina Venezuela y extra-continentales. El cartel de las FARC se ha expandido y tiene “representaciones” en todo el continente Iberoamericano. China -por necesidades estratégicas en el “Océano Político”- ha iniciado una cooperación activa en nuestra región con elementos ideológicamente afines o bien en aquellos espacios necesarios para su propio desarrollo.

El seguimiento de las posibilidades y probabilidades en la evolución de la situación internacional, con el telón de fondo de un futuro y eventual conflicto imperial centrado en el Asia-Pacífico y, más cercanamente la grave y actual presencia estratégica regional del narcoterrorismo, en colusión con el macroterrorismo global -como lo señaláramos más arriba- constituyen las preocupaciones centrales de los estrategas teóricos del continente y debieran ser materia de trabajo de los Estados Mayores Estratégicos Regionales.

Primakov

No lo es, como consecuencia de las crisis sistémicas de algunos Estados Nacionales Iberoamericanos provocada por los niveles de infiltración neo marxista en ellos, que han bloqueado a la Seguridad Nacional a través de las recientes e ideologizadas legislaciones vigentes, su no cumplimiento o su cumplimiento distorsionado, o simplemente por ignorancia. La Argentina es el paradigma.

El futuro de las débiles democracias regionales -en la posguerra fría- está en severo riesgo estratégico -en una etapa de gran confusión y corrupción dirigencial- fogoneado o amparado por cierta comunicación social que deviene de las “décadas perdidas”. El “nuevo orden posguerra fría” sigue siendo un gran interrogante y desafío para lograr la estabilidad regional e internacional.

El Grl. brasileño Carlos de Meira Mattos, distinguido intelectual y especialista en temas geopolíticos regionales ha propuesto, entre otras variadas ideas, establecer una “Nueva Alianza Interoceánica” -NAIO- entre Canadá, EE. UU., Brasil, Argentina, Sud África, Nueva Zelanda, Australia y Japón.

Para Lewis A. Tambs, ex profesor de la Universidad del Estado de Arizona y ex-Embajador de EE. UU. en América Central, Japón es la clave para lograr el equilibrio político internacional. La idea de Meira Mattos daría lugar a la conformación de una amplia “media luna interoceánica” que partiendo de Europa Occidental atravesaría el Atlántico Norte, América, el Atlántico Sur, el Índico, cerrándose en Japón -sobre el Mar Amarillo- como un amplio cerco que “abrazaría” a la alianza “continental-terrestre” propuesta por Primakov.  

Si esta “media luna” no se conformara y Japón y Alemania ingresaran en el eje que planteara Primakov (Moscú-Pekín-Nueva Delhi), se produciría la “alianza invencible” que propuso Haushofer, con los agregados de China e India, potencias nucleares que entre ambas suman casi el 50 % de la población mundial. El desequilibrio consecuente acarrearía severas amenazas estratégicas para Europa y América, que ingresarían nuevamente en el drama de sus guerras civiles.

Si en cambio Japón se sumara a la “Nueva Alianza Interoceánica” y Alemania llevara a Rusia a la NATO, se consolidaría el G8 –ampliado-, ya inaugurado en Denver -en el período Clinton- pero sin continuidad práctica, posteriormente. La grave situación cultural y financiera de la UE pone en riesgo -desde el 2008- a la integración de la UE y da lugar a serias dudas acerca del futuro inmediato del euro. La dependencia energética de Berlín obliga a Merkel a aproximarse a Medvédev y ello coincide con las aspiraciones expansivas de Putin.

Occidente, en nuestro entender, debiera encaminar los realineamientos posguerra fría en el sentido de lograr un nuevo equilibrio de poder con Oriente, a través del recientemente inaugurado “Imperio Global”, avanzando sobre las huellas abiertas por “La Tesis” del Capitán Haushofer.

Iberoamérica encontraría facilitado -en ese caso- su rumbo, en el débil proceso de integración regional y continental, sostenido por la “alianza interoceánica”. Con el “retorno” de la Historia, las Teorías de los pensadores de principios del siglo XX iluminan los senderos de la investigación y de la acción política y ayudan a encontrar el camino de la Paz Mundial, designio esencial de toda Política Exterior y de sus consecuentes Políticas de Defensa.

  • Algunas consideraciones sobre la aplicabilidad de las doctrinas consideradas, en la posguerra fría y en la actualidad.
  1. La dinámica etapa de la “civilización hiperindustrial“:

  Como lo señaláramos en el último párrafo del punto 1), es necesario realizar algunas consideraciones de los factores que han afectado a las doctrinas geopolíticas de principios del siglo XX, toda vez que los cambios cualitativos que el devenir de la civilización hiper-industrial han impuesto al poder, al espacio, al tiempo y al Estado-Nación, transmutaron la naturaleza y dimensión de todos estos factores, verdaderos “insumos” de la Geopolítica.

 Las conclusiones por obtener nos permitirán la revisión de aquellas doctrinas, su relación con las experiencias históricas posteriores y, desde ambas, iluminar el neblinoso sendero de la transición y los eventuales escenarios que presentará el siglo XXI, sobre los que se desarrollará la acción política y estratégica que nos afectará, insoslayablemente.

La Geopolítica, como ciencia de apoyo a la especulación y a la acción política, interrelaciona el poder político con el espacio geográfico en un determinado tiempo histórico, considerando como actor al Estado Nación. La revolución científica-tecnológica que se desarrolla desde fines de la Segunda Guerra Mundial ha producido su propia retroalimentación en una progresión de aceleración geométrica, incidiendo enérgicamente en el área de las Ciencias Sociales, donde se ubica la Geopolítica. Éste fenómeno ha dado origen a la confusión que nos envuelve y que caracterizó a la etapa final del siglo XX, dando lugar a las “inercias mentales”, “perplejidades” o “astigmatismos” dirigenciales, frente a situaciones inesperadas e inéditas.

El vago y acomodaticio concepto de “globalización” o “universalización” ha servido para absorber la causalidad de estos fenómenos que nos afectan desde diferentes ámbitos, a punto que se ha llegado a asignarles la calidad de “instrumentos de un abstracto poder” para el logro de nuevas “dependencias”, dentro de una lógica exclusivamente económica.

En un trabajo anterior ya expresamos que: “manteniéndonos en la era antropozoica y en la edad contemporánea, hemos trasegado hacia una nueva etapa de la industrialización: la hiperindustrial, posindustrial, tecnotrónica, de la tercera ola, de las telecomunicaciones, de la microelectrónica, de la cibernética o del conocimiento” y, sin duda habrá otras designaciones, pues cada autor o traductor encuentra un neologismo para designarla.

Como lo expresara Lester C. Thurow, se trata de un “movimiento tectónico” que teleológicamente afecta a la Cultura, a la Sociedad, al Estado, a la Política, a la Economía, etc. Aquellas comunidades que han logrado niveles de ahorro suficientes para impulsar la investigación y el desarrollo científico-tecnológico destinados a la innovación -obtener nuevas generaciones de medios duales- han alcanzado mayores niveles de éxito en los mercados y nuevos medios disuasivos y de intervención, que les permiten prevalecer en el dominio imperial. He allí la base actual de su poder relativo.

El paradigma es EE. UU. que encabeza el G7/8 y se presenta, desde la posguerra fría, como la única superpotencia militar supérstite -en el 2000 inició la digitalización de sus Fuerzas Terrestres-. La primacía en la innovación y adquisición de tecnologías de punta es el reaseguro de su supremacía mundial “cualitativa” y sus predominios económico-financieros -aun con sus serias dificultades- la condición de la continuidad de su status, en las próximas décadas, hasta mediados de siglo XXI.

  1. El Punto de inflexión hacia lo cualitativo:

Cuando los geopolíticos que hemos citado más arriba desarrollaron sus ideas, a principios del siglo pasado, el poder se sustentaba en capacidades cuantitativas. El espacio geográfico era el natural sostén de una masa demográfica cuyo número aportaba una capacidad determinada de horas-hombre al trabajo industrial, basado en la línea de producción. Ese mismo espacio proporcionaba las necesarias materias primas alimenticias, energéticas y minerales, particularmente. Su escasez impulsó la expansión colonial sobre el hemisferio Sur, en particular de las naciones europeas con escasos recursos territoriales, ya sea para lograrlos o negarlos. Como consecuencia y sostén de estas posibilidades de desarrollo humano e industrial, se contaba con las equivalentes fuerzas armadas, bien equipadas, adiestradas y armadas.

Las resultantes de estos factores conformaban las ecuaciones de poder. Como es notorio, ya no son estos parámetros ni sus dimensiones los que actualmente determinan los rangos de poder. Éste se construye, en la civilización “del conocimiento”, desde la investigación científico-tecnológica pertinente y en el ámbito organizado de las culturas fuertes, con sistemas políticos actualizados y Estados eficientes. Ya no es condición necesaria para la acumulación de poder el tamaño del espacio, de la población o de las FF.AA., sino de la calificación cultural y científica-tecnológica de una masa crítica de todas ellas.

Los instrumentos tecnológicos que evolucionan generacionalmente a un ritmo cada vez más acelerado han reducido y unificado los espacios, superando obstáculos otrora inexpugnables y han acortado los tiempos, exponencialmente, acelerando los procesos y exigiendo una nueva dinámica en el razonamiento y en la toma de decisiones.

El Estado Nación, en las diversas variantes conocidas desde su aparición también se ve profundamente afectado en su soberanía y en sus instituciones. O se “reforma” según las necesidades que esta civilización le impone, o es automáticamente reemplazado por su ineficiencia por otro, exclusivamente “administrador“, que gerenciarán los dictados imperiales o mafiosos.

Es el sistema político y en particular La Gran Política la que, como inteligencia del Estado, debe actuar para alcanzar elEstado Necesario“. En los días que corren, el estratificado poder “dinástico” en El Cairo ha recibido el sorpresivo aviso de que los cambios “cualitativos” ya llegaron. Aun en las monarquías será exigida, en ésta etapa civilizatoria, la participación y representación genuinas, es decir, el “desarrollo político”.

El rol de una Geopolítica -actualizada conceptualmente- será el auxilio indispensable de la Ciencia Política y de la Gran Política en particular, para contener el proceso de despolitización social en avance. En función de la dinámica y compleja evolución cualitativa, puntualizada más arriba, creemos que todo análisis geopolítico debe ser compartido actualmente con otros factores, como lo plantea Geoffrey Kemp.

Ivelan Griffith, en la misma dirección, señala que “el narcotráfico ha alterado irremediablemente el concepto de Defensa Nacional y Seguridad Estratégica, según los entendíamos hasta hoy”. Así como Edward Luttwak ha introducido a la Geoeconomía en el eje de los conflictos centrales, Griffith introduce en ellos el “Geo narcotismo”, con una dimensión global en la posguerra fría y en la guerra mundial contra el macro-terrorismo.

  • Los realineamientos en la posguerra fría y las doctrinas geopolíticas históricas, ante la prueba de los cambios cualitativos.
  1. La caracterización de los realineamientos.

El señalado sismo tectónico que nos llevó a la etapa posguerra fría recuperó la continuidad histórica, quebró la lógica bipolar E/O y exige la búsqueda de un nuevo equilibrio imperial en el statu-quo internacional. Hasta que ello llegue se producen nuevas crisis y conflictos, disgregaciones políticas, integraciones de bloques económicos y realineamientos geopolíticos internacionales, en particular en el círculo del núcleo triunfante en la última guerra mundial -1947/89/91- que conocemos como guerra fría.

Nunca -en la Historia Universal- el imperio emergente había tenido una dimensión planetaria y una conducción multipolar calificada, como la que representa hoy el llamado “Imperio Global”. El G7/8 ostenta el 80% del PBI mundial, concentrado en manos del 20% de una población desarrollada y envejecida.

Al núcleo imperial central (G7) conformado por la “tríada desarrollada norte” (América del Norte, UE y Japón) se adscriben algunos países Sur, a través de su Política Exterior, de su Política Económica o de su Política de Defensa. Esta última, sostén y complemento necesario de las dos anteriores, le da carácter de alianza estratégica a la adscripción y con ello la categoría de máxima confiabilidad, condición insoslayable para la adquisición de tecnologías sensibles o de última generación y, consecuentemente, la capacidad de ingreso a los mercados y a la civilización hiper o posindustrial, la etapa del “conocimiento”.

La vía de la Política Exterior encontrará serias dificultades de “comunicación” por la falta de claridad del “economicismo pragmático” con que se expresa el signo político que gobernó en algunos de los países centrales: un socialismo “reformado”, obligado a aceptar el capitalismo en la concepción americana luego del colapso soviético. -Este proceso se está revirtiendo en la UE cuando -paradójicamente- llega como “¿cierto socialismo?” a EE. UU., con Obama.

La adscripción a través de la Política Económica tiene -en las exigencias propias de esta globalización- un denominador común: la economía abierta y serias dificultades coyunturales, derivadas de la imperiosa necesidad de conformación de bloques regionales y en su relacionamiento político con el Imperio Global.

Además de estas observaciones genéricas -que se aprecian en los realineamientos de la posguerra fría- debemos destacar que dos “macro estados Sur” -con capacidades nucleares y superpobladas- China e India, no están adscriptos al Imperio y que Rusia, cabeza de una ex superpotencia imperial -la URSS- vive una crisis moral, institucional y económica que le impide una coherente relación colectiva. En el vecindario de estos tres actores -Asia-Índico-Pacífico- se desarrolla la presente preocupación estratégica central del Imperio Global, con fuerte influencia en nuestra Región, más precisamente, en sus conflictos internos.

 Con los agregados de Rusia y de Brasil; China y la India conforman las llamadas “potencias emergentes” -los “BRIC”-, que se han constituido en locomotoras de la economía actual, desde la categoría de países Sur, subdesarrollados. -Tener en cuenta que Sur, en este caso, no tiene significación geográfica-.

Luego de estas reflexiones podemos establecer que a nivel potencias nucleares la disuasión continúa jugando un limitado rol de contención -como lo hizo durante la guerra fría- si bien se observan a la vez cambios estructurales en las FF.AA. -de todos estos actores- que buscan acondicionarse en función de los nuevos objetivos en juego y ante la nueva naturaleza de la violencia no disuadible.

En el nivel de potencias -como lo expresa Aron Friedberg- EE. UU. ejerce su liderazgo. No lo hace con la antigua presión emergente de la bipolaridad, sino frente a una amenaza difusa, que exige un uso más variado del poder y de la fuerza y el ejercicio de un liderazgo compartido en una “procelosa transición” que ya lleva veinte años, de los cuales los últimos diez transitan una compleja guerra mundial inédita. Las pautas que Washington a impuesto y que la Tríada ha aceptado -según Nelly Eve Chiesa- son las siguientes:

  • La operatividad de conciertos especiales, como el G7,
  • La supervivencia ampliada de la OTAN (EE. UU. adentro, Rusia afuera y Alemania abajo),
  • La economía libre de mercado y la concomitante globalización,
  • La legitimación y afianzamiento a ultranza del sistema democrático en América Latina,
  • La lucha contra el narcotráfico,
  • La garantía de los Estados Nucleares avanzados que no transferirán materiales o tecnologías nucleares y misilísticas a Estados poco confiables,
  • El control de los arsenales nucleares subsistentes y de los procesos autónomos de las Repúblicas islámicas en el territorio de la ex URSS, y
  • El equilibrio en el Pacífico.

En el nivel de potencias regionales que pretenden hegemonías, el uso de la fuerza aparece con mayor probabilidad y de hecho se mantiene abierta la posibilidad de guerras limitadas o crisis descontroladas periódicas, además de las intervenciones imperiales punitivas que sancionan todo acto que pudiere quebrar algunas de las pautas citadas o de los delicados equilibrios locales. En esta categoría revistan el Gran Medio Oriente, Corea del Norte,  Pakistán-Afganistán y Venezuela.

Es en el ámbito interno de los Estados donde la probabilidad del conflicto violento tiene el menor grado de control por parte del sistema internacional para la preservación de la paz. Allí los procesos de transición y la debilidad de los sistemas políticos desarrollan una materialización errática e imprevisible de conflictos. Gran parte de Iberoamérica, como área políticamente devastada en la posguerra fría tiene, en su debilidad institucional, cultural, social, económica y científico-tecnológica, la matriz de sus conflictos violentos, potenciados en todos los órdenes por constituirse en la sede territorial del narcoterrorismo y sus derivados.

  1. Las doctrinas geopolíticas históricas ante la prueba de los cambios cualitativos.
  • La doctrina McKinder.

Cuando este académico y político inglés desarrolló su doctrina el Imperio Británico había alcanzado su máximo esplendor. Retenía el “equilibrio de poder” desde las Islas –“fuera y sobre Europa”- induciendo permanentemente el conflicto fronterizo franco-germano que “desangraba” los presupuestos de las potencias “continentales”, mientras Londres sostenía su poder talasocrático -periférico marítimo- con sus poderosas flotas, sostén de su comercio internacional y de sus colonias y dominios estratégicos.

McKinder -como Lord Kitchener- percibía la proximidad del conflicto armado europeo en función de la rigidez del sistema “westfaliano” y lanza su doctrina en una conferencia conocida como el “El Pivote Geográfico de la Historia” en 1904, con amplia repercusión internacional. Siguiendo sus lineamientos, la Rubia Albión prefirió enviar a Lenin a Moscú durante la GM I o aceptar la descolonización que exigió EE. UU. para ingresar a la GM II -lo que le significaba la pérdida del Imperio-, antes de permitir el riesgo estratégico que representaba el dominio alemán “desde el Rhin al Amur”, para sostener su supremacía imperial.

Por esta razón el Grl. Fuller dirá, años después de la GM II, que Churchill “ató el caballo detrás del carro”. En los años en que esta doctrina fue concebida no había irrumpido aun en los campos de combate la ametralladora, el blindado o el avión. La “tierra corazón” y la “isla mundial” encontraban en la fortaleza inexpugnable de su geografía la posibilidad de defensa contra el invasor y dentro de su perímetro los insumos necesarios para sostener el esfuerzo de la guerra.

Las dos guerras civiles europeas pusieron a prueba a esta doctrina y la ocupación y las garantías que recibieron Polonia y el Medio Oriente son demostrativas de su vigencia en ambas. Hoy la tecnología militar ha demolido los fundamentos de ese espacio autosuficiente concebido como “fortaleza inexpugnable”, protegido por los hielos, las montañas y los desiertos. La doctrina Mackinder quedó invalidada por la tecnología.

  • El corolario Spykman de la doctrina McKinder.

Aun antes de la finalización de la GM II Nicholas Spykman desarrolló -en varias conferencias y publicaciones en los EE. UU.- lo que con el tiempo se conocerá como el “Corolario Spykman”. Una grave enfermedad lo llevará a la muerte en 1945. Fue uno de los pocos americanos que desarrolló -sistematizadamente- ideas acerca de la conducción de la posguerra que colocaba a EE. UU. en una posición de poder privilegiada, con responsabilidades imperiales impensadas y no deseadas por sus aislacionistas, ante la autoeliminación europea del centro del tablero mundial, a través de sus dos guerras civiles.

Spykman observó -a lo largo del tiempo en que se desarrollaron las campañas en los diversos teatros de operaciones- que las maniobras tendientes a la ocupación de los espacios estratégicos claves para lograr el dominio de la “tierra corazón” y de la “isla mundial” fueron superados por medios tecnológicos sorpresivos, no contemplados en algunas de las planificaciones militares.

El espacio era vulnerado por la tecnología y el ritmo de las innovaciones superaba las expectativas de los planificadores estratégicos. Previendo el enfrentamiento futuro con el entonces aliado José Stalin -“el Tío Pepe”- enunció su corolario: el dominio de la ‘isla mundial’ no se obtendrá desde la ‘tierra corazón’, sino desde la ‘tierra orilla’”.

En la primera etapa de la “guerra fría” que se inició con la “Declaración Truman” en 1947, el corolario Spykman será el fundamento del cerco aeronaval de “contención”, conformado por un elevado número de bases en el “shutterbelt” que envolvió al “oso soviético”. Las guerras de Corea y Vietnam se inscriben en ese ámbito y la respuesta de Jrushchov-Gorshkov, con un plan de construcciones navales impresionante que también surge indirectamente del “corolario”, con la intención de “contra-cercar al shutterbelt”.

La progresiva ocupación del espacio exterior hasta alcanzarse la pre-factibilidad de la “Iniciativa de Defensa Estratégica” –que la prensa llamará “guerra de las galaxias”-   superará a la concepción de McKinder, su consecuencia el “Corolario Spykman” y al posterior esfuerzo naval soviético que le permitiría “ocupar todos los mares”. Nuevamente la tecnología obligará a innovar en las Ciencias Sociales.

  • La doctrina Haushofer.

El Cap Haushofer teorizó -a diferencia de McKinder o Spykman- desde la Europa continental y desde una potencia eminentemente terrestre. Su concepción del equilibrio de poder se desarrolló con relación a las alianzas políticas eurasiáticas, más que en el dominio de los espacios geográficos llaves -estratégicos- naturalmente asegurados como fortalezas inexpugnables y autónomas en lo que hace a su desarrollo económico y militar. Siguiendo el ordenamiento de sus ideas fundamentales, ya expresadas en la Pág. 4 de este trabajo, podemos enunciar las siguientes reflexiones:

  • Con referencia al “desplazamiento del meridiano del Poder”, ha habido quienes quisieron interpretar que ese movimiento -señalado por el capitán bávaro- tenía un origen exclusivamente determinista o mecanicista. Según nuestra lectura dicho recurso didáctico del profesor de la Universidad de Múnich señalaba algo mucho más trascendente: el dominio naval del Mediterráneo por los romanos y del Atlántico por el Imperio Británico más tarde orientaría al “meridiano” hacia el Pacífico -al “Océano Político”- con el correr del tiempo, llegando así a los espacios asiáticos -hogar de las más antiguas culturas y civilizaciones-  desde donde había partido siglos atrás.
  • Se colige así que “la Tesis” expresa -en extrema síntesis- que el pivote del dominio mundial estaba sostenido por el control naval de los mares u océanos de intercomunicación del espacio imperial, en dinámica expansión.
  • Esta predicción era formulada en la primera década del siglo XX. A mediados de ese siglo el Océano Pacífico “separaba” a las dos superpotencias imperiales nucleares -emergentes de las dos guerras mundiales- y el nuevo conflicto estaba centrado en la línea de borde soviética-europea.
  • Desde 1989/91, cuando la lógica bipolar de signo ideológico-militar se quebró abruptamente y continuó la Historia -que para Fukuyama había cesado- el paréntesis 1947/89/91 de casi medio siglo, tuvo un fuerte efecto de inercia y confusión.
  • En la medida en que la niebla se fue disipando, Haushofer empezó a ser recordado y el Asia-Pacífico atrajo la atención de los estrategas teóricos. El meridiano del poder, ahora más unificado, se estaba desplazando desde Washington hacia el Pacífico.
  • Claro está, durante el medio siglo citado -1945/1991- una revolución científico-tecnológica había afectado los parámetros Espacio, Tiempo y Poder y el Estado Nacional exigía un proceso de adaptación, insoslayable. Surgía la posibilidad de repensar “La Tesis” de 1913 y ponerla al día, en consideración a las nuevas variables cualitativas vigentes.
  • En lo que hace a la importancia política-estratégica del Pacífico ya no había dudas de que el meridiano de poder se estaba desplazando hacia él, si bien la situación geopolítica global posguerra fría aun no había decantado. Mientras tanto nosotros seguimos educando sobre la proyección cilíndrica “Mercator” -centrada en Greenwich- que corresponde a los tiempos del imperio británico que cesó en 1945. Este planisferio nos niega la visión completa del Océano Pacífico y nos da una idea de nuestros atrasos conceptuales-.
  • Alemania y Japón continúan “sin antagonismos en sus intereses” y “sin motivos de confrontación” como lo preveía “La Tesis”. Ambas potencias fueron vencidas en la GM II, ambas recibieron los beneficios del Plan Marshall y conforman la hoy conflictuada “Tríada Imperial Norte”. Alemania revista con EE. UU. en la NATO. Japón gozó del amparo de EE. UU. durante la bipolaridad y actualmente está equipando progresivamente a sus FF.AA. -en particular sus Fuerzas Aeronavales-, ha reforzado su alianza con Washington y se expande con una compleja red asiática de carácter comercial y financiera. Ambas potencias carecen de capacidad nuclear. Tecnológicamente son países muy avanzados y con economías y finanzas que han somatizado la reciente crisis financiera del 2008.
  • Alemania ha cargado sobre sus espaldas la reunificación, que no significa solamente el costo de la modernización del sector Este sino también los compromisos de apoyo a la Europa Oriental y a Rusia. Actualmente soporta los requerimientos financieros de una UE que tiende a recuperarse políticamente, pero que no muestra por el momento, indicios ciertos de reencauzamiento cultural y económico.
  • Japón enfrenta problemas políticos que tarda en resolver y que están muy relacionados con los realineamientos internacionales en curso. Ambos países han adoptado un capitalismo con perfiles propios. En Alemania el capitalismo renano esta hoy en revisión y Japón modernizó y occidentalizó su economía, pero retuvo con fuerza su cultura milenaria. Su problema central está localizado en una dirigencia política desgastada y desprestigiada.
  • Alemania y Japón -en resumen- “cooperan entre si” en el ámbito del G7 ampliado y compiten libremente en los mercados “sin antagonismos, sin motivos de confrontación” como lo expone “La Tesis”.
  • Con referencia al punto c) de este trabajo que plantea el Asia+1, existen indicios fuertes de la particular relación de Alemania con Rusia en el 2010. La reunificación germana se logra entre Gorbachov-Khol y Berlín “depende” de la energía rusa. Pero los compromisos alemanes en la UE y en la NATO son indudablemente superiores a aquellos, todavía.
  • Alemania constituye una pieza clave de la Tríada Norte por su relación con Moscú y su crisis, de resolución imprevisible, como también lo es la relación de Japón con respecto a China. Los realineamientos en juego tienen su clave en el Asia-Pacífico. Su evolución depende del encaminamiento de la situación rusa, china y japonesa. Haushofer preveía la “alianza invencible” ruso-china para alcanzar el “Imperio Eurasiático” con la inclusión de Japón y Alemania, pero ambas potencias medias están hoy muy comprometidas con la Tríada Norte ampliada.
  • Relacionados por los remanentes de la ideología comunista, Pekín y Moscú se aproximarán sólo si las circunstancias obligan. Normalmente compiten y sus actitudes “revolucionarias” se han diferenciado significativamente. Moscú -estalinista- pretendió ser el eje de la revolución marxista internacional. Pekín maoísta- fue tomado como modelo doctrinario, pero no exportó su revolución. ¿Continuarán esas actitudes?, ¿se mantendrá el Dragón dentro de sus fronteras, como lo hizo históricamente?, ¿podrá retener Moscú el espacio que le resta, luego de la desintegración soviética?, ¿o se secesionará, pasando parte de Siberia o Mongolia a la órbita china?; en ese caso, ¿se incorporará Moscú a la NATO, llevando tras de si a Georgia y Ucrania? Si se diera esta posibilidad, Rusia se alejaría del Pacífico en favor de China. La situación de Corea del Sur, Taiwán y Filipinas se tornaría crítica y Japón, Nueva Zelanda y Australia adquirirían un altísimo valor estratégico para Occidente.
  • En todas las alternativas, Alemania y Japón jugarían un rol primario en los movimientos sobre el tablero eurasiático. Como puede advertirse, la alianza prevista por Haushofer aún continúa siendo válida en el análisis político y estratégico. El Capitán bávaro la había diseñado desde el corazón continental europeo, durante la “Pax Británica”, en los prolegómenos de la primera gran guerra civil europea -1914/18-. Hoy la perspectiva es planetaria y los actores se han calificado diversamente. En la transición posguerra fría -desde 1991- el seguimiento de los acontecimientos encuentra en “La Tesis” y en la experiencia acumulada en el siglo XX, una inestimable ayuda.
  • Japón, luego de dramáticas experiencias -1945- posteriores a sus victorias de 1905, ha logrado gran parte de sus objetivos por vía de su exponencial desarrollo tecnológico y financiero. El hecho de constituirse en el único país que recibió un ataque nuclear le hace altamente sensible frente a los conflictos armados. Rechaza el empleo de la fuerza, como lo recomendaba “La Tesis”. Por estas razones, es muy probable que no se “propondrá conquistar China”. Su relacionamiento con China se intensifica constantemente en los últimos años.
  • “La Tesis” parte de un supuesto que debe mantenerse en consideración si bien, como ya lo señalamos, no tiene muchas probabilidades de alcanzarse: “la conformación del bloque ruso-chino” como “Eje invencible en el Asia”. Rusia, exigida por su crisis se aproxima al Japón, negociando sobre la base de espacios insulares ocupados a fines de la GM II y considerando el crecimiento Chino.
  • La “conquista” que Haushofer recomendaba a Japón de Las Filipinas y Las Indias Orientales, está en gran parte cumplida por vía de sus inversiones en el Mar Amarillo y por las múltiples relaciones comerciales que lo interrelacionan con Nueva Zelanda y Australia.

En resumen, “La Tesis” de Haushofer de 1913 está vigente, parcialmente, con las variantes que las circunstancias han impuesto. En ella el joven oficial alemán buscaba equilibrar el “imperio continental eurasiático” con el “imperio marítimo” encabezado en aquel tiempo por los británicos y evitar así la guerra que se aproximaba. No lo logró.

Paradójicamente, sus ideas académicas y patrióticas lo llevarán indirectamente al suicidio – junto a su esposa- en los días de Nüremberg. Se lo inculpaba de ser autor de la promoción de la guerra. En la posguerra fría el Grl. Karl Haushofer continúa luchando por su Alemania y por la Paz Mundial a través de su “Tesis”. Politólogos y estrategas han concentrado su atención en el Asia-Pacífico, sobre el Océano que él bautizó como “Político” y que estudiara con detenimiento en su voluminoso trabajo, luego de cumplir su misión en Tokio.

  • En la posguerra fría y en la nueva guerra mundial.

En este último punto de nuestro trabajo dedicado al comentario de “la Tesis” del Capitán Haushofer y a su trascendencia en nuestro presente y futuro inmediato, haremos algunas consideraciones conclusivas, referidas a la vigencia de sus conceptos -en los tiempos que corren desde el año 1991- en las eventuales probabilidades de realineamientos geopolíticos internacionales, afectados por las guerras en acto en la segunda década del presente siglo.

Una de las características de la presente “globalización planetaria” –en la que “todos somos vecinos”- es la importancia que ha cobrado -en el diseño de nuestro futuro- la comprensión de la compleja circunstancia internacional, aun de aquella que en el pasado considerábamos irrelevante, por remota. Como auxilio de la imprescindible inteligencia estratégica disponemos de las diferentes doctrinas citadas, que han tenido vigencia en el pasado y que aun trascienden, iluminando así los alternativos caminos hacia el futuro a través de la espesa niebla que presenta la actual incertidumbre transicional.

Desde el ala conservadora de los intelectuales de “la nueva derecha americana”, Lewis A. Tambs señaló que Japón era la clave para el sostenimiento del “equilibrio” en los realineamientos posguerra fría, en los años ´90. En sus conclusiones, hay coincidencias con algunas ideas del capitán bávaro.                                 PrisioneroEnArgentina.com

En nuestra Iberoamérica -sede geográfica del narcoterrorismo el Grl. Carlos de Meira Mattos -simultáneamente- homologó al “corolario Spykman” de la Doctrina Mackinder. Propuso una “Nueva Alianza Interoceánica” (NAIO), compuesta por las Américas (EE. UU., Canadá, Brasil y Argentina), Sud África, Nueva Zelanda, Australia y Japón. El concepto geoestratégico central del general brasileño se funda en el dominio aeronaval de la periferia marítima eurasiática incluyendo al Atlántico, al Índico y el Pacífico Sur. Queda excluido el Reino Unido, eje de la antigua alianza marítima y aparece Japón como eslabón que interrelaciona esta propuesta con la de Tambs e indirecta y parcialmente con la de Haushofer. En él, EE. UU. eventualmente intervendría en el frente continental eurasiático a través de la NATO y en el frente periférico marítimo a través de la NAIO.

Desde Rusia -podríamos decir desde la resucitada Rusia histórica- el ex Primer Ministro Eugeni M. Primakov nos planteó el otro escenario, animado por una voluntad inteligente en oposición a Occidente, donde revistan los actores no adscriptos al Imperio Global. A fines de 1998 en la India, Primakov propuso el eje ruso-indio-chino.

Esta es una opción o camino alternativo para intentar recuperar para Rusia el imperio perdido, si lograra previamente reconstruir el propio Estado Nacional. Los indicios de esta recuperación son aun débiles. Esa eventual alianza reuniría a tres potencias nucleares que cuantitativamente representan más del 50% de la población mundial.

Pero, para aproximarse a la “Tesis” de Haushofer que subyace en la propuesta, debieran de revistar en ella Alemania y Japón, actualmente en el G7 ampliado. El número no suma poder. Necesariamente la propuesta debería considerar la calificada incorporación de tecnologías duales y ello exige la presencia alemana y japonesa.

Mientras el proceso de realineamientos y búsqueda de equilibrios continúe, se mantendrá el presente incierto rumbo transicional caracterizado por graves crisis, una maraña de intereses y conflictos cruzados, intervenciones punitivas y una muy lenta recuperación o actualización de organismos y sistemas internacionales para la preservación de la Paz.

El planeta está inmerso en una nueva y compleja guerra mundial inédita: la “contraterrorista global”.

La situación -en gran parte de nuestra región- exige una rápida recuperación de sus débiles sistemas de Seguridad y Defensa Nacional en cada uno de sus Estados Nacionales, destruidos por las agresiones de las últimas décadas. Dicha recuperación -en el ambiente internacional posguerra fría que hemos descripto más arriba- y frente a la caracterización y complejidad de graves amenazas y riesgos estratégicos internacionalizados que afectan a Iberoamérica, debe ser necesariamente conjunta-combinada.

A su vez, esta situación subcontinental no es ajena a la planetaria -extracontinental- por cuanto la guerra mundial contraterrorista global carece de líneas de borde internas, como las hubo en el pasado. Consecuentemente, se hace necesario interactuar a través de los océanos de intercomunicación.

UN ACUERDO DE DEFENSA COMUN Y SEGURIDAD COLECTIVA REGIONAL NO PUEDE DEMORARSE, COMO MANIOBRA INTERIOR”. PERO ESTE ACUERDO DEBE ARTICULARSE OPORTUNAMENTE CON UNA MANIOBRA EXTERIOR QUE APUNTE AL “EQUILIBRIO DEL PODER GLOBAL COMO SUSTENTO DE LA PAZ INTERNACIONAL” –DESIGNIO DE LA SEGURIDAD COLECTIVA COMBINADA-CONJUNTA-.

Ambas maniobras responden a la superación de la incierta, compleja y sorpresiva situación conflictiva global, a la gravedad progresiva de la situación estratégica regional y a la urgente necesidad de recuperación institucional de los Estados Nacionales, feudalizados por el narcoterrorismo-revolucionario. Una reacción tardía haría inviable a estos propósitos y conllevaría el riesgo de la intervención externa.

Iberoamérica presenta áreas conflictivas en su extensa costa sobre el Pacífico -en la contracosta del Asia en acelerada recuperación de poder-. Esta costa se extiende paralela a la Cordillera de los Andes que nuestros revolucionarios domésticos querían transformar -en los ’70- en otra “Sierra Maestra”.

Allí, el “promontorio” andino -sobre el “Nudo de Vilcanota”- continúa reteniendo su histórico valor estratégico como eje de comunicación N-S y E-O. Guevara fracasó en el intento de ocuparlo, pero el “socialismo siglo XXI” ha hecho pie, por vía del “indigenismo radical cuestionador”, los petro y narco dólares y de las tiranías “constitucionales” consecuentes.

Así las cosas, nuestro subcontinente no podrá eludir sus propias y naturales responsabilidades estratégicas globalizadas surgidas de su posicionamiento cultural y geográfico, condicionado en los últimos diez años por el encuadramiento del macro-conflicto omnipresente.

 Somos -los iberoamericanos- sede geográfica del narcoterrorismo revolucionario -que abarca a la América toda, desde el extremo Norte al extremo Sur-. Éste extendido y novísimo núcleo violento de poder privado y mafioso, junto a otras mafias organizadas en red, está involucrado con el “eje del mal cuyo núcleo duro está localizado en el Gran Medio Oriente y en el Levante.

El “chavismo cartelizado” ha sido la sigilosa vía de ingreso de nuestra región -inconsciente e irresponsable- a la “guerra mundial contraterrorista global”. En los primeros días del año 2011 el “terrorismo global” ha golpeado nuevamente en Moscú y lo está haciendo -sigilosamente- en el Magreb y en el Sahel Africano. Si allí la “sharia” tuviese éxito, sus consecuencias en la situación socio-política de la UE y de nuestra región, repercutirían con grave intensidad, pues el objetivo de éste enemigo “innominado” está en América del Norte y muy probablemente se intentaría cercarlo y penetrarlo desde el Sur, para destruirlo por las sorpresivas e imponderables estrategias surgidas desde la debilidad pre-moderna del hábil y sorpresivo agresor “sin rostro”.

El Estado-Nación -en un importante número de países iberoamericanos- está en avanzado riesgo de “feudalización” por pérdida de sus instituciones, –“a través de la compra de voluntades”- que explota la vulnerabilidad de las “culturas débiles y relativizadas”. El trasiego de las instituciones hacia burocracias corruptas -al “Estado Fallido”- transformaría a gran parte del subcontinente en “santuario” del crimen organizado internacional, asociado al extremismo islamista fundamentalista de sectas en expansión.

 Consecuentemente, la amenaza estratégica central -en gran parte de la región- es la pérdida del Estado Institucional, con graves consecuencias sociales, políticas y económicas. El riesgo estratégico principal en curso es el caos anárquico desintegrador, conducido desde el retro-populismo revolucionario”.

Estamos viviendo, con diversos grados de avance, las acciones preliminares de estas guerras civiles -interiores- de 4ta y 5ta generación que Kal Holsti -con precisión- ha llamado “de la tercera especie”, cuando operan en nuestra región. En etapas recientes, los terroristas revolucionarios devastaron a Colombia. Ante los éxitos tácticos del presidente Uribe estas organizaciones mafiosas han desplazado su complejo accionar hacia “zonas blandas”, afectando a Méjico, Bolivia, Brasil, Argentina y a los países andinos y caribeños.

Ambas guerras, “la mundial contraterrorista global”, en la que está en juego nuestra cultura identitaria -la forma de vida occidental- y su subsidiaria “la guerra civil iberoamericana -interior- de la tercera especie” -cuyo objeto actual no es el poder y la ocupación de los Estados sino su disolución institucional– están articuladas a través de los acuerdos firmados por el “chavismo neoestalinista” -desde Caracas- con los remotos países del “eje del mal” instrumentándose localmente en nuestro vecindario con el intervencionismo electoral, con “Unasur”, con el pertinaz intento de incorporar a Venezuela al “Mercosur” o bien explotando toda oportunidad que permita la expansión revolucionaria del “socialismo siglo XXI”.  

Ambas guerras presentan -en la geografía continental iberoamericana y en los océanos que bañan sus costas- opciones y roles estratégicos muy importantes a desarrollar por sus estadistas y estrategas -donde y cuando los hubiere-, a través de políticas exteriores y políticas de defensa integradas o combinadas.

La búsqueda del equilibrio del poder mundial -dentro de la globalización planetaria- tiene en un eventual comando naval del Atlántico Sur -desde el paralelo del Ecuador hasta el Índico- una pieza clave para negociar el ingreso de la región a la eventual alianza con el mundo “interoceánico”, complemento imprescindible de la integración política iberoamericana -a través de un acuerdo de seguridad colectiva y defensa común- como resolución ante la agresión internacionalizada de un “enemigo innominado”, que induce a algunas dirigencias extemporáneas a la autodestrucción del subcontinente, en un momento histórico extraordinariamente favorable para la región, por la transformación económica del Asia-Pacífico que actúa como arrollador impulso para nuestro desarrollo.  

La fachada costera Oeste iberoamericana debería asumir en ese caso y simultáneamente, la intensificación de las relaciones con el Levante, en ascenso económico, para coadyuvar a la resolución de los conflictos -comprendidos en la guerra contraterrorista global-  que afectan también a la totalidad de los países del bloque asiático “continental terrestre” en la profundidad más débil de sus apartadas fronteras interiores.

Los riesgos son homólogos y los intereses son convergentes. Es necesario trabajar sobre ellos, con amplitud de miras. Por todo ello “La tesis” del capitán bávaro mantiene actualidad en tiempos de cambios cualitativos y puede ayudarnos a encontrar los equilibrios políticos que nos lleven a la estabilidad internacional y a la ansiada y esquiva Paz Mundial.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 20, 2021


 

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