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Un tribunal suizo condenó este martes a un hombre que permitió que su gato lamiera su zona íntima, filmó las acciones y luego las compartió en redes sociales, informaron medios locales. El acusado, un francés de 58 años, utilizó leche en repetidas ocasiones para conseguir que el gato de la familia lamiera sus genitales. Según la Fiscalía, el sujeto aceptó que actuó con el propósito de obtener placer sexual y fue consciente de que sus acciones atentaron contra la dignidad del animal. “Lo lamento, fue una estupidez”, dijo, disculpándose entre lágrimas con su mascota. 

Finalmente, el responsable fue acusado de múltiples cargos de crueldad animal y pornografía por el Tribunal de Distrito de Uster, al este de Zúrich, y fue condenado a seis meses de prisión suspendida con libertad condicional.

“Incluso un gato tiene dignidad y autodeterminación sexual”, afirmó el juez a cargo al anunciar el veredicto.

En Suiza, el sexo con animales se considera un acto de menosprecio a la dignidad animal y, por tanto, de crueldad. Incluso si se trata de acciones sexuales no violentas, como en este caso, son punibles por la ley.

El abogado del acusado coincidió en que las acciones de su cliente fueron “claramente crueldad animal”. No obstante, considera que los hechos no fueron graves. El juez estuvo de acuerdo con los argumentos del letrado a la hora de tomar su decisión, aunque la Fiscalía había pedido una pena más severa.

Según los detalles del caso, las acciones del inculpado salieron a la luz luego de que las autoridades rastrearon el material que subía a la Red.

Durante una inspección a su residencia, además de los videos con su gato, encontraron una colección de otras imágenes de pornografía animal e infantil que, si bien no había producido, había descargado y distribuido. Por ello, también recibió una multa de 2.000 francos (unos 2.200 dólares) y se le prohibió de por vida trabajar con menores. En el interrogatorio, el hombre declaró que había sufrido abusos cuando era niño.

El tribunal se abstuvo de ordenar su expulsión del país por cinco años, como lo solicitó el fiscal, dado que tiene esposa e hijos en Suiza. También se determinó que no supone un peligro para la sociedad (de humanos…).