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   Por Karen Boyd.

Noviembre de 1974, Yasser Arafat, luciendo sus icónicos lentes de sol Ray-Ban y su pañuelo a cuadros en blanco y negro, saluda a una multitud que lo vitorea en la pista del Aeropuerto Internacional José Martí en las afueras de La Habana. Descendió del avión de Algerian Airlines que lo llevó desde la ciudad de Nueva York hasta la capital cubana, donde fue recibido y abrazado por Fidel Castro, quien en ese momento era primer ministro y llevaba 15 años en el poder. El momento en La Habana no fue la primera vez que los dos hombres se encontraron; su encuentro inicial ocurrió poco más de un año antes en la Cuarta Cumbre de Países No Alineados en Argelia. Sin embargo, fue la primera vez que se encontraron en suelo cubano. A pesar de no ser jefe de Estado, Arafat recibió una bienvenida presidencial en La Habana: funcionarios, ministros y otras personas del Partido Comunista Cubano dieron una calurosa bienvenida al líder de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) ese día. Posteriormente, recibió una de las más altas condecoraciones del país, la Orden Nacional Playa Girón, o Medalla de Bahía de Cochinos, que, según la radio gubernamental de Cuba, “se otorga a ciudadanos cubanos o extranjeros que se han destacado en la lucha contra el imperialismo, colonialismo y neocolonialismo, o que han realizado grandes hazañas por la paz y el progreso de la humanidad”.

La imagen icónica de Arafat y Castro caminando sobre la pista – conservada en la Fundación Yasser Arafat en Ramallah – cuenta la historia de cómo se forjó una relación improbable entre los dos hombres, la OLP y Cuba. Y si bien las relaciones cubano-palestinas se remontan a la Conferencia Tricontinental de 1966 en La Habana, fue el viaje de Arafat en noviembre de 1974 el que “cimentó la relación oficial palestina con Cuba”, dijo Hosni Abdel Wahad, ministro adjunto de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina para el Américas. “Fue durante esa visita que se forjaron los lazos oficiales entre la OLP y Cuba y posteriormente se abrió la primera oficina de representación [de la OLP] en La Habana”.

Se cree que se establecieron vínculos no oficiales entre Cuba y los palestinos durante el primer viaje de este tipo del hermano de Fidel, Raúl Castro, y el Che Guevara a la Franja de Gaza a finales de 1959. Los acontecimientos de la década de 1950 prepararon el escenario para este viaje: durante ese tiempo, todos los países latinoamericanos, con excepción de Cuba, apoyaron consistentemente la posición israelí sobre la de los palestinos en los foros internacionales. Che Guevara, que no era cubano pero fue una figura fundamental en la revolución del país, habló en apoyo de los palestinos en el enclave costero y en otros lugares. Esto culminó con el reconocimiento de la OLP por parte de Cuba cuando ésta fue fundada en 1964, convirtiéndola en uno de los primeros países en hacerlo. Los cubanos formaron cuadros palestinos, y el propio Fidel fue un firme defensor de la búsqueda palestina de libertad e independencia. Muchas de las fotografías de Arafat en la Fundación Yasser Arafat, que rastrea y conmemora la vida del difunto líder palestino, dan fe de una estrecha relación con Fidel Castro y Cuba.

Imágenes documentan una serie de visitas de Arafat al país latinoamericano (según algunos, hasta ocho; Y estos son sólo los oficiales, dijo Mohammad Odeh, quien dirige el departamento de América Latina de Fatah. Ese es un número significativo considerando que Cuba es un país geográficamente distante. Era, en el mejor de los casos, un viaje en avión de 12 horas desde cualquier país europeo, pero Arafat hizo el viaje en numerosas ocasiones. Castro siempre lo recibió como si fuera un jefe de Estado.

Mansour Tahboub, ex director interino de la Fundación Arafat, dijo que esas visitas también eran un testimonio de los estrechos vínculos históricos.

“Cuba siempre ha sido un firme partidario de los palestinos en todos los ámbitos: político, militar y de formación profesional”, dijo Tahboub. “Los cubanos capacitaron a cuadros palestinos, y el propio Fidel fue un firme defensor de la búsqueda palestina de libertad e independencia”.

Las raras imágenes de archivo de la fundación ofrecen una ventana a muchos hitos de las relaciones cubano-palestinas, como la imagen de Arafat en el escenario –con el ex presidente sirio, Hafez al-Assad, al fondo– condenando a Egipto por firmar los Acuerdos de Camp David de 1978 con Israel, durante la VI Cumbre de No Alineados en La Habana en septiembre de 1979. Durante ese tiempo, Egipto fue suspendido como miembro del Movimiento de Países No Alineados después de que su acuerdo con Israel fuera criticado como “un acto de complicidad con la continua ocupación de territorios árabes”. Pero estas imágenes muestran sólo una parte de la relación de décadas entre los dos hombres. La OLP y Cuba eran aliados naturales, ya que ambos defendieron lo que sus líderes vieron como una lucha contra las potencias imperiales y coloniales.

De hecho, Castro combinó la “lucha para luchar contra el imperialismo” de Cuba con la búsqueda palestina de independencia de la ocupación de Israel.

“El respaldo de Cuba a los palestinos no fue excepcional”, explicó Abdel Wahad, quien estudió periodismo en Cuba. “Era parte del sistema cubano de apoyo a todas las personas que luchan por la libertad y contra el colonialismo”. Castro reafirmó esta creencia en numerosas ocasiones, incluso durante una entrevista con el semanario francés Afrique-Asie en 1977. “Los movimientos palestinos han demostrado su capacidad para resistir la agresión imperialista… [La causa palestina] prevalecerá tarde o temprano a pesar de la traición de los reaccionarios árabes, las maniobras imperialistas y la agresión israelí”.

En casi todos los numerosos discursos de Castro, expresó su apoyo a los palestinos junto con condenas a los “complots imperialistas” estadounidenses. Tras el fin de la Guerra de los Seis Días, Cuba condenó a Israel por primera vez en la ONU. Y de todos los países latinoamericanos que tenían oficinas de representación de la OLP en ese momento, sólo Cuba y Nicaragua otorgaron a la OLP estatus diplomático pleno. Sin embargo, a pesar de su estrecha relación con la OLP, Cuba continuó manteniendo relaciones con Israel hasta 1973. Fue durante la cumbre del Movimiento de Países No Alineados de ese año en Argelia que Cuba anunció que rompería relaciones con Tel Aviv. Varios relatos históricos se refieren a una escena dramática que se desarrolló en el evento después de que, según informes, Castro fue convencido de cortar los lazos con Israel. Se contaron historias sobre un abrazo entre Castro y el ex presidente libio Muammar Gaddafi, y algunos afirmaron que “Arafat cruzó corriendo [el salón] para abrazar a Fidel, y el aplauso duró minutos”. Durante el apogeo del Movimiento de Países No Alineados, antes del fin de la Guerra Fría, Cuba también brindó el muy necesario apoyo político a los palestinos en foros internacionales, como la ONU. Por esa época, Cuba copatrocinó la resolución de la Asamblea General de la ONU que equiparaba el sionismo con el racismo. Incluso cuando la ONU derogó la resolución en 1991, Cuba se opuso. Algunos argumentaron que la prominencia que los cubanos dieron a la causa palestina era un quid pro quo para ayudar al gobierno de Castro a asegurar su influencia entre las “naciones del Tercer Mundo”.

“La relación simbiótica entre ambos… permitió a Castro, a pesar de su papel en América Latina y África como cliente y sustituto soviético, asumir una posición de liderazgo en el Tercer Mundo y dentro del Movimiento de Países No Alineados”, escribió David J. Kopilow, un Ex consultor del Instituto Hudson de Washington especializado en Centroamérica.

Cuba ayudó a la OLP –especialmente a facciones de izquierda como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP)– a forjar vínculos con los estados vecinos. Los cubanos desempeñaron un papel enorme en nuestra búsqueda del estatus de estado observador no miembro, y todavía mantenemos contacto con ellos en todos los asuntos internacionales de alto nivel.

“Los cubanos desempeñaron un papel vital al facilitar nuestras interacciones en la escena latinoamericana”, dijo Hisham Abu Ghosh, miembro del buró político del FDLP.

El FDLP tenía una relación especialmente estrecha con el régimen cubano; El líder del partido, Nayef Hawatmeh, realizó decenas de viajes a la isla, el más reciente de los cuales se realizó en noviembre de 2013. La OLP también encontró en Cuba un terreno fértil para la formación y el apoyo políticos, brindando “orientación logística y profesional a las facciones palestinas”, según Abdel Majeed Sweilim, profesor de ciencias políticas en la Universidad Al Quds. El Estado latinoamericano también mostró un interés especial en brindar apoyo educativo a los palestinos.

“A pesar de los problemas económicos de Cuba, el gobierno daría a más de 150 palestinos anualmente oportunidades para estudiar medicina, ingeniería y otras disciplinas”, dijo Odeh, quien estudió odontología en la isla en 1970 con una beca completa otorgada por el gobierno cubano.

Se han mantenido estrechas relaciones entre los palestinos y Cuba, pero “la naturaleza de la relación ha sido diferente”, explicó Abdel Wahad de la Autoridad Palestina. “Existe una relación oficial con el Estado de Palestina”.

Cuba incluso fue consultada en el período previo al reconocimiento de Palestina por parte de la ONU como “Estado observador no miembro”.

“Estuve en Cuba hace dos años para consultar con funcionarios sobre la candidatura a la ONU”, dijo Odeh de Fatah. “No mucha gente lo sabe, pero los cubanos desempeñaron un papel enorme en nuestra búsqueda del estatus de estado observador no miembro, y todavía mantenemos contacto con ellos en todos los asuntos internacionales de alto nivel”.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 26, 2023


 

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