Aires de descontento se dan en la actualidad con el posible desplazamiento a Buenos Aires de más de 250 diplomáticos profesionales para ser reemplazados por los nuevos elegidos por el nuevo gobierno, muchos o casi la mayoría adoctrinada por las huestes kirchneristas y camporistas. Es una gran lástima que se trate de politizar a los diplomáticos con cada cambio de gobierno. La idea que tuvo el Embajador Carlos Muñiz con la creación del Instituto del Servicio Exterior fue tener un cuerpo profesional al servicio del país, de la Argentina, más allá de las coyunturas políticas, más allá de que sector político gobierne los destinos de nuestra querida Patria. Lo fundamental en estos momentos difíciles es asignar funciones a los más capacitados y experimentados. Es un error hacerlo si la designación se hace en función del “parentesco ideológico”, nuestro subdesarrollo da para todo. Por eso prima la “diplomacia militante” que no responde a los intereses permanentes del Estado sino a los coyunturales del partido gobernante de turno. Esto era un hecho casi totalmente previsible con Cristina en el poder.
La situación económica es crítica y el traslado de los funcionarios al exterior y desde el exterior suman varios millones de dólares tema que poco parece interesarle al gobierno nacional que poco parece importarle este tema, Argentina debe cuidar hasta el último peso, nuestros diplomáticos gozan de gran prestigio porque es el único cuerpo profesional que existe en el Estado Argentino, esa diplomacia “militante” es muy negativa y hasta diría no justificaría el nombramiento de tantos Embajadores Políticos.
Los profesionales del Servicio Exterior de la Nación gozan de todas las aptitudes profesionales y morales para desempeñarse exitosamente al servicio de la Patria Argentina en cualquier circunstancia política. La designación de Embajadores Políticos (No de Carrera) debe ser excepcional. La crisis económica es muy profunda y hay que cuidar (el dólar)
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Por FRANCISCO BÉNARD.
Aires de descontento se dan en la actualidad con el posible desplazamiento a Buenos Aires de más de 250 diplomáticos profesionales para ser reemplazados por los nuevos elegidos por el nuevo gobierno, muchos o casi la mayoría adoctrinada por las huestes kirchneristas y camporistas. Es una gran lástima que se trate de politizar a los diplomáticos con cada cambio de gobierno. La idea que tuvo el Embajador Carlos Muñiz con la creación del Instituto del Servicio Exterior fue tener un cuerpo profesional al servicio del país, de la Argentina, más allá de las coyunturas políticas, más allá de que sector político gobierne los destinos de nuestra querida Patria. Lo fundamental en estos momentos difíciles es asignar funciones a los más capacitados y experimentados. Es un error hacerlo si la designación se hace en función del “parentesco ideológico”, nuestro subdesarrollo da para todo. Por eso prima la “diplomacia militante” que no responde a los intereses permanentes del Estado sino a los coyunturales del partido gobernante de turno. Esto era un hecho casi totalmente previsible con Cristina en el poder.
La situación económica es crítica y el traslado de los funcionarios al exterior y desde el exterior suman varios millones de dólares tema que poco parece interesarle al gobierno nacional que poco parece importarle este tema, Argentina debe cuidar hasta el último peso, nuestros diplomáticos gozan de gran prestigio porque es el único cuerpo profesional que existe en el Estado Argentino, esa diplomacia “militante” es muy negativa y hasta diría no justificaría el nombramiento de tantos Embajadores Políticos.
Los profesionales del Servicio Exterior de la Nación gozan de todas las aptitudes profesionales y morales para desempeñarse exitosamente al servicio de la Patria Argentina en cualquier circunstancia política. La designación de Embajadores Políticos (No de Carrera) debe ser excepcional. La crisis económica es muy profunda y hay que cuidar (el dólar)
Francisco Benard
Abogado
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 21, 2020