La escalada al poder del padre fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung

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Hace muchas décadas atrás, se observaba a un adolescente en una pobre aldea. Lo que no nadie entonces sospechaba es que aquel joven acabaría convirtiéndose en “el padre fundador de Corea del Norte”, Kim Il-sung. No solo gobernó el país durante casi medio siglo, sino que dio paso a la dinastía Kim, que se ha mantenido en el poder con mano fuerte durante 70 años y tres generaciones: la suya, la de su hijo Kim Jong-il y su nieto Kim Jong-un.

Kim Il Sung nació como ‘Kim Sung Ju’ el 15 de abril de 1912 en Nam Ri, distrito de Gopyung, condado de Daedong en la Provincia de Pyongsa del Sur (pertenece hoy en día al área de Mangyung Dae de la ciudad de Pyongyang). Su padre es Kim Hyung Jik y su madre Kang Ban Suk. Poco después de su nacimiento, la familia de Kim se mudó a la ciudad de Fu Ssung, Provincia de Jilin, en Manchuria. Kim ingresó a la escuela de educación intermedia Yuk Mun en 1926, pero abandonó los estudios tres años después. Fue entrenado como agente especial por las fuerzas soviéticas. Luego, retornó a Corea del Norte con el rango de mayor del Ejército Rojo en la era post Segunda Guerra Mundial.

Con el respaldo de las fuerzas soviéticas, Kim adquirió poder dentro del partido comunista y el gobierno norcoreano. Entonces, invadió Corea del Sur en 1950 iniciando la Guerra de Corea. Después del conflicto bélico, eliminó a los disidentes, tales como las facciones Yon An, Gapsan y las facciones con sede en la Unión Soviética para arraigar el sistema autocrático. El culto al líder, comparable a la deificación, se desarrolló hasta finales de los años 60 con Kim Il Sung en su núcleo. De ahí que la historia moderna y contemporánea de Corea del Norte no es más que la historia de Kim Il Sung y su familia.

En sus últimos años de vida, Corea del Norte sufrió de una marginación política y económica debido a las fricciones que comenzaron entre las dos grandes potencies comunistas – China y Rusia.

Además, la economía norcoreana estaba estancada debido a los problemas inherentes. Kim Il Sung intentó superar esas dificultades mediante el mejoramiento de las relaciones intercoreanas. Aunque estuvo a punto de celebrar una reunión cumbre con el Sur, Kim Il Sung murió el 9 de julio de 1994 de un ataque cardíaco.

Su primogénito, Kim Jong Il, fue capaz de heredar el poder, gracias a los arduos preparativos que continuaron a lo largo de más de una década, el culto al líder y la carismática figura de Kim Il Sung. Efectivamente, Kim Il Sung vivió aún después de su muerte dentro del sistema ideológico monolítico de Juche. Durante el período de transición de tres años, la presencia del difunto Kim Il Sung continuó dentro del gobierno de Pyongyang. De hecho, Kim Il Sung sigue gobernando como el “eterno presidente”, incluso en la era de Kim Jong Il.

El cuerpo de Kim Il Sung está preservado en el Palacio Presidencial en Pyongyang.

Existe un arduo debate sobre quién era realmente Kim Il Sung. El culto a su persona no hace difícil creer las alegaciones de Corea del Norte, tales como son. Si bien la trayectoria que tuvo Kim Il Sung después de su regreso a Corea del Norte es fácil de rastrear, los sucesos que ocurrieron en sus años iniciales son prácticamente desconocidos.

En el centro del debate está la pregunta de si Kim Sung Ju era la misma persona que Kim Il Sung que hoy conocemos como ex gobernante de Corea del Norte.

Éste es un tema delicado, que cuestiona incluso la historia de Kim Il Sung como alguien que luchó en contra de los colonizadores japoneses, la cual jugó un papel vital para justificar la emergencia de Kim al poder en Corea del Norte. Una hazaña destacable, que se menciona con frecuencia, es la Batalla de Bocheon Do de 1937, en la que Kim Il Sung supuestamente lideró a las fuerzas de resistencia a la victoria frente a los japoneses.

El hecho fue registrado como un evento que sembró esperanza en los coreanos y temor en los colonizadores japoneses. El debut de Kim Il Sung como un héroe público sucedió en 1946, ayudado por el comandante soviético en Corea del Norte, Romanenko. El hombre que Romanenko presentó a la masa fue “Kim Il Sung”, no “Kim Sung Ju”. De ahí que muchos dicen que “Kim Il Sung” fue un apodo utilizado por Kim Sung Ju para sus actividades de lucha contra los colonizadores nipones, mientras que otros creen que Kim Sung Ju fue un impostor y utilizó de manera fraudulenta el nombre del héroe Kim Il Sung.

La veneración de Kim Il Sung cobró vigencia después de la purga masiva de las facciones anti-Kim que se impulsó una vez terminada la Guerra de Corea en 1953. El proceso de establecimiento de un sistema de autocracia absoluta finalizó hacia el año 1958. El culto a Kim Il Sung tuvo dos objetivos: consolidar el gobierno autocrático de Kim Il Sung y facilitar su asunción al poder. Los métodos empleados para arraigar el culto a la persona de Kim Il Sung incluyeron la fabricación de símbolos, la redacción de una historia creativa y el adoctrinamiento.

Existen dos pilares en el proceso de veneración. Primero, hipotéticamente Kim pertenecía a un linaje de líderes populares que existió desde los tiempos del Rey Sunjo de la Dinastía Joseon. Siguiendo la tradición familiar, Kim se convirtió en un héroe de la lucha contra los colonizadores japoneses. Ésta es la versión “reconfigurada” de la historia de Corea, utilizada para el proceso de adoctrinamiento.

De ahí, la historia moderna de Corea se enfocó en el linaje de Kim, mientras que la historia de la lucha contra los japoneses relató las hazañas heroicas de Kim Il Sung, el revolucionario. La versión norcoreana de la historia sirvió para justificar el régimen autocrático de Kim Il Sung. En segundo lugar, las capacidades de Kim fueron elogiadas extremadamente. No sólo era un héroe de la lucha contra los nipones, sino también un pensador más grandioso que Marx o Lenin y un teorizador poseedor de una gran sabiduría y conocedor de los temas político, económico, social, cultural y artístico. Éste es el segundo pilar que sostiene el régimen autocrático. Historia y un talento individual excepcional, combinados, sirvieron para justificar el régimen de Kim Il Sung.

Los títulos más ensalzados, como “Padre Presidente”, “Gran Presidente” y “Ser Celestial”, se emplearon para referirse a Kim Il Sung. Su nombre apareció en todas las publicaciones en letras gruesas, distinguiéndolo del resto del texto. Además, todos los documentos institucionales de Corea del Norte, incluyendo la Constitución, las leyes laborales y territoriales, y las tesis académicas llevaban el nombre de Kim Il Sung como autor. Todas las publicaciones, incluyendo periódicos, revistas, textos escolares y libros académicos contenían prólogos escritos por Kim. En las escuelas se enseñaba a todos los norcoreanos que eran vestidos, alimentados y provistos de todo lo necesario gracias a la “generosidad del presidente”. Un retrato de Kim debía ser colocado en todos los hogares, mientras que a lo largo de la nación se edificaron centros de veneración y 35 mil estatuas de Kim Il Sung.

La deificación continuó aún después de la muerte de Kim. Sus restos están preservados “para la eternidad” en el Palacio Presidencial en Pyongyang, mientras que su autoridad prevalece en el título de “eterno presidente”. Esta presencia de la figura de Kim Il Sung es lo que justifica el gobierno autocrático de Kim Jong Il.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Setiembre 8, 2021


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