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En su encuesta permanente de hogares, realizada en un total de 31 conglomerados urbanos, el organismo registró que el 31,8 % de las familias viven por debajo de la línea de pobreza, mientras que un 8,7 % de ese total se encuentra por debajo de la línea de indigencia, alcanzando al 11,9 % de las personas.

Sin embargo, la cantidad de pobres en la nación es mayor, teniendo en cuenta que el Indec sólo releva un universo de unos 30 millones de personas, cuando la cifra de habitantes en Argentina supera los 45 millones.

Más allá de esa diferencia, el estudio muestra un incremento de la pobreza respecto al año pasado, cuando el Indec informó que afectaba al 39,2 % de la población. 

Con respecto al primer semestre de 2023, la incidencia de la pobreza registró un aumento, tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales, respectivamente.

En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 puntos en los hogares y de 2,6 en las personas. A nivel regional se observó un aumento de la pobreza y de la indigencia en toda la geografía.

La situación que atraviesa a Argentina podría ser aún más grave en el primer semestre de este año, ya que el estudio oficial se hizo antes de las medidas de ajuste económico aplicadas por el Gobierno de Javier Milei, que incluyen una brusca devaluación y un fuerte salto de la inflación en diciembre (25,5 %) que incrementó el valor de la canasta básica. 

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) publicado en febrero estima que la pobreza del país sudamericano experimentó un aumento entre diciembre de 2023 y enero de este año, pasando del 49,5 % al 57,4 %, lo que representa alrededor de 27 millones de personas más. Este valor representa el más alto desde el 2004, cuando la pobreza alcanzó un 54,8 % de la población tras la crisis de 2001.