LA FATAL COMBINACIÓN DE TONTOS Y MALVADOS

Escribe COSME BECCAR VARELA
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NICOLÁS MAQUIAVELO PRESENTE

Por Cosme Beccar Varela

En la reseña que hace el ilustrado Padre Rohrbacher de la cínica doctrina de Maquiavelo, cita una frase textual del renacentista que dice así, refiriéndose al “príncipe”, o sea, a quienes tienen el poder político:

“Es necesario, entonces que tenga un espíritu dispuesto para girar según que los vientos y las variaciones de la fortuna lo indiquen…conviene que para quien lo vea o lo oiga, esté lleno de clemencia, de fe, de humanidad, de integridad, de religiosidad. Esta última condición es sobremanera importante que parezca tenerla , porque los hombre juzgan por los ojos más que por las manos. Es muy poca la gente que llega a ver (la realidad) y un pequeño número que entiende; cada uno ve lo que parece ser, pocos entienden lo que tú eres (realmente) y este pequeño número no se atreve a oponerse a la opinión del gran número que tiene delante suyo la majestad del poder”. (“Histoire Universelle de l*Eglise Catholique”, tomo IX, pag. 349)

Esta observación del maestro florentino de la mentira y del crimen, o sea de la política, alude a los súbditos del “príncipe” y a éste le revela que son idiotas y cobardes, por lo cual no debe dudar si debe hacer el mal, faltar a la verdad, cometer violencias e injusticias, siempre y cuando se cuide de “parecer” hacerlo por razones altruistas y sea tenido por justo y religioso. (Esta frase me hizo acordar a la visita que hizo el blasfemo Alberto Fernández al Santuario de la Virgen de Guadalupe en su reciente viaje a Méjico, acompañado de su concubina y recibido con honores por el Monseñor a cargo del templo).

¿Y eso por qué? Porque la gente no ve la realidad sino la que los poderosos (los “príncipes”) quieren que vea y sobre eso que cree ver no piensa ni hace  jamás un examen analítico. Y cuando Maquiavelo escribe esta observación no se refiere a la masa del pueblo, casi toda ignorante, sino a las “clases cultas” que son las que dan, sostienen o quitan el poder a los “príncipes”.

Este comentario del infernal renacentista se aplica con todas las letras a la argentina, especialmente a la de los años del macrismo. Pocas veces se ha visto un gobierno más falsificador de la realidad que el de Macri, ni unas “clase cultas” más ciegas y más estúpidas que las que le han permitido poner en escena su incapacidad, deshonestidad e inoperancia, como si fuera una obra maestra política, considerado excusables sus “errores”, dicen los tontos, como si fueran “peccata minuta”,  y no el deliberado abuso de su poder de hacer lo que no debe y de no hacer lo que debe.

Para muestra, basta un botón. Una persona que por consideración caballeresca no nombro, publicó un carta de lectores en “La Nación” poco después de las elecciones del 27/10 en la que escribió con la ingenuidad y la seguridad propia de los tontos las siguientes frases:

“María Eugenia, Mauricio: necesito hacerles llegar el infinito (“infinito” no es poca cosa…) agradecimiento que siento y que imagino también comparte el 40% de los argentinos, por lo que hicieron por el país. Sé que se habrán equivocado en muchas cosas, pero como dijo María Eugenia, se es o no se es honesto, se o no se es trabajador…Sé que lo hicieron por amor al país…Por eso, gracias. Por haber creído e insistido que podíamos cambiar y habernos hecho involucrar para ser parte de ese cambio y no ser pasivos, etc. etc. etc…”

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Esa carta expresa lo que otros menos simples y más cobardes no quisieron reconocer como su propia y culpable actitud. La persona que la escribió agradece “hasta el infinito” lo que Macri y su banda “hicieron por el país”. Eso implica que esa persona agradece infinitamente que Macri haya matado 191 secuestrados políticos encarcelados contra toda ley y justicia, por medio de un homicidio de Estado execrable  y que mantenga más de mil encarcelados de la misma indefendible manera a la espera de la muerte; que haya gobernado “con deuda” manteniendo los pagos demagógicos sin prestación alguna, duplicando la deuda externa hasta llegar al doble de la que había cuando tomó el poder; que haya aumentado el déficit fiscal por los atroces intereses que paga el Estado para mantener una burocracia voraz (incluyendo los sueldos faraónicos que él y sus amigos cobran, más los jueces, los legisladores, etc.); que hayan cerrado miles de pequeñas y medianas empresas dejando en la calle a miles de empleados y obreros; que la inflación haya crecido al compás de su emisión desenfrenada; que más del 30% de la población esté en la pobreza; que los piquetes y sindicalistas hagan lo que se les da la gana amargando la vida de los habitantes pacíficos e indefensos; que haya puesto en discusión el aborto (cuya inmoralidad es indiscutible), que haya permitido innumerables de ellos a través de un “Protocolo” del ministerio de salud pública aprobado por los K y mantenido por él hasta la fecha; que dé ejemplo de inmoralidad presentando a su “compañera”, que no es su mujer legítima, como “primera dama”; que haya nombrado como Secretario de Estado de la Juventud a un individuo homosexual practicante y descarado y, en fin, que haya hecho un gobierno tan desastroso que el regreso triunfal del kirchnerismo fue facilitado al más puro estilo “kerenskiano”.

Esa persona de la carta y sus cobardes y silenciosos partícipes de la misma “idea” (¡para llamarla de alguna manera!) con esos “infinitos agradecimientos” y con su aceptación sin objeciones de un 40% de votos más que dudosos, han convertido a Macri en el “líder” indiscutido de la “oposición” dándole así todas las garantías necesarias al peronismo-marxista que se instalará en el poder, de que no tendrán oposición alguna. Macri no quiere hacerla (lo dijo casi textualmente y lo cité en mi artículo anterior), pero aunque quisiera, no podría porque es un ignorante, cobarde, deshonesto y peronista. De manera tal que esa persona y sus cobardes y silenciosos partícipes, están cerrando a doble llave toda posibilidad de salvación de la Argentina.

Ni esa persona hubiera escrito eso ni las “clases cultas” coincidirían con ella, si no se cumpliera a su respecto la frase de Maquiavelo: “Es muy poca la gente que llega a ver (la realidad) y un pequeño número que entiende; cada uno ve lo que parece ser, pocos entienden lo que tú eres (realmente) y este pequeño número no se atreve a oponerse a la opinión del gran número que tiene delante suyo la majestad del poder”, que en este caso es el clero, la prensa, los políticos, los gremialistas, los agitadores

y el “establishment” en general y del cual viven al cual adulan la totalidad quienes piensa sólo en sí mismos y no “aman a Dios sobre todas las cosas”.

“¿Se cree Ud. el único inteligente en el país?” No, pero sí creo que soy una de las escasas víctimas dejadas de lado por usar la poca que tengo. Pero no se preocupe por mí: eso no me afecta porque cada día siento mayor menosprecio por los idiotas voluntarios, y su necia opinión no me interesa.

Cosme Beccar Varela

Noviembre 08, 2019

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Noviembre 8, 2019


 

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