“La historia sin fin” es un clásico de la literatura infantil y que fuera llevado al cine con gran éxito. La trama es muy simple pero muy efectiva. Un niño toma un libro, se encuentra literalmente dentro de la historia y tiene problemas para salir de ella; pues pierde por completo los límites entre la realidad y la fantasía, dejando al espectador la duda sobre lo que de verdad sucede en nuestro propio plano terrenal.
Esta novela del escritor alemán Michael Ende parece haberse hecho carne en la Argentina y en especial en materia de juzgamiento de los llamados delitos de lesa humanidad. Un Ministerio Publico Fiscal cooptado por militantes disfrazados de fiscales independientes alienado y un Poder Judicial complaciente por comodidad, ya no distinguen fantasía de realidad y han corrido los límites temporales de los “juicios de lesa” para ambos lados del calendario, siendo la ciudad de Rosario la cabeza de playa para este nueva ofensiva.
Así tenemos que la Cámara Federal de Apelaciones ha ordenado abrir la investigación de un hecho ocurrido en el año 1973, donde se intenta imputar del mismo a un ex Senador Nacional y un dirigente justicialista por pertenecer a la denominada Triple A.
También ordenó investigar la represión del copamiento del Batallón de Arsenales 121 ocurrida en Febrero del año 1975, donde la organización terrorista ERP se alzó con setenta y cuatro fusiles FAL, dos FAP, dos ametralladoras MAG, ciento doce pistolas 11.25, cinco lanzagranadas, setenta y cuatro pistolas ametralladoras, seiscientos proyectiles para fusil, pertrechos y municiones. Hay un detenido por este hecho.
Y como si esto fuera poco, está por comenzar el juicio oral de la denominada causa “Villazo”, hecho ocurrido el 20 Marzo de 1975, cuando la entonces presidenta constitucional Maria Estela Martinez de Perón junto a todo su gabinete ministerial ordenaron a las fuerzas de seguridad y armadas conjurar un complot terrorista con epicentro en la ciudad de Villa Constitución tendiente a paralizar toda la actividad de ese cordón industrial. Acá también hay detenidos, entre ellos civiles de las fábricas de la zona, policías, militares, gendarmes y hasta prefectos.
Como frutilla del postre de todo este ensueño, tenemos la denominada causa del robo a Tribunales de Rosario, que ocurrió el 8 de Octubre de 1984, durante la Presidencia constitucional del Dr. Alfonsín. Una causa que estaba a punto de desmoronarse por lo ridícula de la misma, con tres imputados, dos fallecidos y un tercero a diez minutos de ser absuelto. Justamente por ello, el Ministerio Publico Fiscal con la revulsiva complicidad de ese imputado selló un acuerdo con este, donde se le impuso la ridícula pena de cuatro años (la que cumplirá por completo en un mes) y de mantenerle la detención domiciliaria a cambio de reconocer el hecho, que lo planificó por orden del entonces Comandante del II Cuerpo junto a otros miembros de ese Comando y ejecutada por personal del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario.
De haberse desarrollado el juicio oral, la misma hoy estaría en vía muerta. Pero no, astutamente el Fiscal recurrió a la figura del juicio abreviado, el primero en realizase en 18 años de juicios a militares y policías con la artera colaboración del imputado. Esta conchabanza permitirá que la causa reviva y se masacre a otros militares cuando la misma se encaminaba a ser un grotesco irremediablemente. Los mismos, que carecen de absoluta responsabilidad en esos hechos, han sufrido la peor de las traiciones, la de un camarada.
Como ya no quedan más causas que imputar durante el periodo 1976-1983, corren delirantemente la lesa humanidad para atrás y para adelante en el calendario, para así seguir con la ficción de estos juicios. “Mientras haya algún viejo que juzgar seguiremos adelante” parece ser la premisa de los derechos humanos. Ya no importa la fecha o si era en periodo democrático o no, todo vale para continuar alimentado la insaciable sed de venganza de estos grupos.
Para peor, estos grupos están totalmente convencidos que estas barbaridades son una épica justiciera orgullo del mundo, creyéndose la vanguardia revolucionaria universal. Claro, el odio mortal que portan, no les deja ver que los funcionarios de este gobierno se han montado sobre esa fantasía para llenarse los bolsillos a más no poder, manipulando la verdad hasta hacer ver como bien al mal y al mal como bien.
Mientras tanto al ciudadano común le importa poco y nada todo este desvarío. Su preocupación está centrada solamente en sobrevivir en esta Argentina jaqueada por la terrible inseguridad y la grave crisis económica que nos azota, sin que avizore prontas soluciones en el horizonte próximo. A su vez, los partidos políticos, todos sin excepción, están ensimismados en sus intrigas palaciegas, para dirimir quien se hará del poder en las próximas elecciones presidenciales. En el medio los camaradas de los presos por lesa, que siguen inertes intentando escuchar cantos de sirenas que traigan una solución mágica al lento martirio de la verdadera injusticia.
Prueba de que a la gente ya no le importa lo pasó hace 50 años en el país, es que la nueva telenovela que recicla los hechos ocurridos durante el proceso militar tiene el rating más bajo de la televisión abierta, siendo superada ampliamente por el programa de cocineros y hasta por una telenovela brasileña.
En un país con el 7,7 % de inflación mensual, con un dólar a 400 mangos y sangrando por la cada vez más feroz delincuencia, la gente no quiere oír del pasado, ni siquiera hablar del presente (el que sufre dia tras dia), sino que solo quiere saber del futuro y de cómo se sale de esta tragedia a la que nos encaminamos velozmente. Por suerte en materia política se comienza a avisar una luz al final del túnel, pero en materia de los denominados juicios de lesa sigue siendo “la historia sin fin”.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
“La historia sin fin” es un clásico de la literatura infantil y que fuera llevado al cine con gran éxito. La trama es muy simple pero muy efectiva. Un niño toma un libro, se encuentra literalmente dentro de la historia y tiene problemas para salir de ella; pues pierde por completo los límites entre la realidad y la fantasía, dejando al espectador la duda sobre lo que de verdad sucede en nuestro propio plano terrenal.
Esta novela del escritor alemán Michael Ende parece haberse hecho carne en la Argentina y en especial en materia de juzgamiento de los llamados delitos de lesa humanidad. Un Ministerio Publico Fiscal cooptado por militantes disfrazados de fiscales independientes alienado y un Poder Judicial complaciente por comodidad, ya no distinguen fantasía de realidad y han corrido los límites temporales de los “juicios de lesa” para ambos lados del calendario, siendo la ciudad de Rosario la cabeza de playa para este nueva ofensiva.
Así tenemos que la Cámara Federal de Apelaciones ha ordenado abrir la investigación de un hecho ocurrido en el año 1973, donde se intenta imputar del mismo a un ex Senador Nacional y un dirigente justicialista por pertenecer a la denominada Triple A.
También ordenó investigar la represión del copamiento del Batallón de Arsenales 121 ocurrida en Febrero del año 1975, donde la organización terrorista ERP se alzó con setenta y cuatro fusiles FAL, dos FAP, dos ametralladoras MAG, ciento doce pistolas 11.25, cinco lanzagranadas, setenta y cuatro pistolas ametralladoras, seiscientos proyectiles para fusil, pertrechos y municiones. Hay un detenido por este hecho.
Y como si esto fuera poco, está por comenzar el juicio oral de la denominada causa “Villazo”, hecho ocurrido el 20 Marzo de 1975, cuando la entonces presidenta constitucional Maria Estela Martinez de Perón junto a todo su gabinete ministerial ordenaron a las fuerzas de seguridad y armadas conjurar un complot terrorista con epicentro en la ciudad de Villa Constitución tendiente a paralizar toda la actividad de ese cordón industrial. Acá también hay detenidos, entre ellos civiles de las fábricas de la zona, policías, militares, gendarmes y hasta prefectos.
Como frutilla del postre de todo este ensueño, tenemos la denominada causa del robo a Tribunales de Rosario, que ocurrió el 8 de Octubre de 1984, durante la Presidencia constitucional del Dr. Alfonsín. Una causa que estaba a punto de desmoronarse por lo ridícula de la misma, con tres imputados, dos fallecidos y un tercero a diez minutos de ser absuelto. Justamente por ello, el Ministerio Publico Fiscal con la revulsiva complicidad de ese imputado selló un acuerdo con este, donde se le impuso la ridícula pena de cuatro años (la que cumplirá por completo en un mes) y de mantenerle la detención domiciliaria a cambio de reconocer el hecho, que lo planificó por orden del entonces Comandante del II Cuerpo junto a otros miembros de ese Comando y ejecutada por personal del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario.
De haberse desarrollado el juicio oral, la misma hoy estaría en vía muerta. Pero no, astutamente el Fiscal recurrió a la figura del juicio abreviado, el primero en realizase en 18 años de juicios a militares y policías con la artera colaboración del imputado. Esta conchabanza permitirá que la causa reviva y se masacre a otros militares cuando la misma se encaminaba a ser un grotesco irremediablemente. Los mismos, que carecen de absoluta responsabilidad en esos hechos, han sufrido la peor de las traiciones, la de un camarada.
Como ya no quedan más causas que imputar durante el periodo 1976-1983, corren delirantemente la lesa humanidad para atrás y para adelante en el calendario, para así seguir con la ficción de estos juicios. “Mientras haya algún viejo que juzgar seguiremos adelante” parece ser la premisa de los derechos humanos. Ya no importa la fecha o si era en periodo democrático o no, todo vale para continuar alimentado la insaciable sed de venganza de estos grupos.
Para peor, estos grupos están totalmente convencidos que estas barbaridades son una épica justiciera orgullo del mundo, creyéndose la vanguardia revolucionaria universal. Claro, el odio mortal que portan, no les deja ver que los funcionarios de este gobierno se han montado sobre esa fantasía para llenarse los bolsillos a más no poder, manipulando la verdad hasta hacer ver como bien al mal y al mal como bien.
Mientras tanto al ciudadano común le importa poco y nada todo este desvarío. Su preocupación está centrada solamente en sobrevivir en esta Argentina jaqueada por la terrible inseguridad y la grave crisis económica que nos azota, sin que avizore prontas soluciones en el horizonte próximo. A su vez, los partidos políticos, todos sin excepción, están ensimismados en sus intrigas palaciegas, para dirimir quien se hará del poder en las próximas elecciones presidenciales. En el medio los camaradas de los presos por lesa, que siguen inertes intentando escuchar cantos de sirenas que traigan una solución mágica al lento martirio de la verdadera injusticia.
Prueba de que a la gente ya no le importa lo pasó hace 50 años en el país, es que la nueva telenovela que recicla los hechos ocurridos durante el proceso militar tiene el rating más bajo de la televisión abierta, siendo superada ampliamente por el programa de cocineros y hasta por una telenovela brasileña.
En un país con el 7,7 % de inflación mensual, con un dólar a 400 mangos y sangrando por la cada vez más feroz delincuencia, la gente no quiere oír del pasado, ni siquiera hablar del presente (el que sufre dia tras dia), sino que solo quiere saber del futuro y de cómo se sale de esta tragedia a la que nos encaminamos velozmente. Por suerte en materia política se comienza a avisar una luz al final del túnel, pero en materia de los denominados juicios de lesa sigue siendo “la historia sin fin”.
Acuerdo de Juicio Abreviado
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 16, 2023