LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA EN LA VIDA DEL NIÑO – PARTE DOS

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 Por María Elena Cisneros, viuda de José López Rega.

 

LA MADRE Y EL HOGAR

El recién nacido no oye nada porque  un líquido llena el oído medio e impide el funcionamiento normal de la audición, debido a que termina de salir de un mundo acuoso en el que vivió por nueve meses. En el periodo de los primeros quince días y a veces más, comienza el funcionamiento normal de la audición que es completamente distinta a la que percibía dentro del seno materno y éstos sonidos que percibe son en primera instancia los más agudos.

Entre el primer y tercer mes de vida, el niño comienza a reconocer la dirección del sonido, se interesa en las voces humanas y animales y capta su contenido expresivo. El ritmo y la altura del sonido, elementos fundamentales de la música afectan su sensibilidad a pesar de que está todavía lejos de captar el significado de los mismos. Es por eso que la incentivación musical temprana reviste en ésta etapa evolutiva una importancia trascendental y así antes de los  dos años muchos niños ya son capaces de cantar breves canciones, entendiéndose por esto esos tarareos tan propios de su edad intercalados con medias palabras o esbozos de las mismas. Otras veces se trata de una interminable improvisación sobre una sola frase o incluso sobre una palabra que son como una continuación de los intercambios que tuvo con la madre en los momentos de mayor acercamiento físico entre ambos, como durante  el baño y de todo el acicalamiento que le sigue. Es en estos momentos tan notorios e inclusive sorpresivos es que la madre inicia una suerte de juegos casi instintivos en la que combina la canción con el movimiento, cosa que lo divierte sobremanera.

Este ambiente en el que crece el infante será un factor decisivo en el desarrollo de su personalidad  y sensibilidad, de su oído y de su futura musicalidad.

 Por otro lado, hay niños capaces de cantar varias canciones incluso antes de hablar y esto constituye una indicación valiosa para los padres ¿quién no ha observado que el niño que todavía no sabe hablar recurre a menudo a inflexiones melódicas del lenguaje para completar sus vocablos imperfectos o enteramente inventados? Si en el  hogar se escucha música, se canta, se baila, se lo hace participar, el niño se habituará desde temprano a seguir con interés estos momentos musicales y podrá mantener la atención en períodos cada vez más largos hacia el objeto de su placer. Por el contrario si en la casa no se escucha ningún tipo de música, no se le canta, no se lo hace participar y solo oye sonidos discordantes y díscolos es probable  que  tomará más tiempo en poder afinar su voz para entonar una sencilla canción infantil, que tarde en cantar, le cueste leer e incluso hablar y tendrá necesidad de una educación musical que sea capaz de suplir ésta deficiencia familiar.

EN ESTOS CASOS EL TRABAJO DEL MÚSICO TERAPEUTA ES ESENCIAL.

Destaquemos al pasar la importancia del movimiento para el desarrollo del instinto rítmico, esos balanceos, pequeños pasos o saltitos que la madre le hace dar mientras cantan una canción. Esto tiene una gran importancia desde el punto de vista de las asociaciones  entre el sonido y el ritmo que se vuelve sonoro por el contacto de los pies con el piso o de las manos con algún objeto sonoro o acompañante e incluso algún instrumento.

 Los padres deberán también secundar el trabajo del profesional de la música cuando el niño ha ingresado en alguna institución donde podrá socializar con un grupo de niños de su misma edad o continuar el trabajo comenzado en la incentivación musical temprana, para que el niño comprenda que la música es algo hermoso que va a proporcionarle placer y le inspirará respeto hacia sus propios semejantes. 

Podemos decir, resumiendo, que la conducta más adecuada a adoptar en materia de captación musical del niño desde que nace, es la siguiente:

Hay que hablarle al niño en un tono de voz suave, confidente, intimo, evitando sonoridades estridentes, bruscas o violentas. El ritmo y las inflexiones de la propia lengua materna constituirá una de las más ricas lecciones de música que recibirá el niño, a lo que se agregaran juegos rítmicos, canciones sencillas, canciones del folklore tradicional de su país que tienen melodías muy sencillas donde encontramos dos o tres sonidos y cuyos ritmos se caracterizan  por la variedad y el carácter vivo.

 Entre estas pequeñas canciones que desde siglos se han sucedido generación tras generación en cada país, encontramos:

1-canciones para mover las manos                                                                                                       

2-canciones para cabalgar sobre las rodillas de otra persona                                                       

3-canciones para palmear4-canciones para mecer y acunar

Además de estos juegos tradicionales existen otros que también suelen practicarse con los niños y pueden adaptarse  a todas las melodías sencillas del cancionero infantil:

1-melodías para flexionar las piernas, pedalear, cruzarlas al igual que los brazos.                    

2-canciones para hacer bailar los dedos sobre la mesa o con los brazos en alto.

3-canciones para balancear o hamacar                                                                                         

4-canciones para dar sorpresas                                                                                                    

5-canciones para asustar.                                                                                                             

6-canciones para dormir.

Cuando el niño es capaz de trasladarse de un lado a otro y cuando comienza a construir sus primeras frases se muestra más activo y no solo como receptor, sino como actor de su propia musicalidad, cuando siente que puede manejar su voz, lo veremos complacido de realizar los más variados arabescos melódicos. Son las características improvisaciones, con o sin palabras, que desde antes de los dos años oímos en su boca. Walter Howard en su libro “El niño y la música” dice:

                     “Se puede repetir indefinidamente una canción infantil

                       Muy simple que no pase de cinco notas y cantarla en

                       La misma sílaba siempre que se cambie todos los días.

                       Más tarde se puede cambiar la sílaba cada vez que se

                       Vuelva a comenzar la melodía. Pienso que es completa

                       mente inútil disponer de una gran extensión vocal para

                       cantar estas pequeñas canciones o cualquier sucesión

                        De sonidos.

                        Pero quiero destacar que es sumamente

                        importante que los niños puedan oír éstos sonidos en

                       timbres diferentes. El padre debe entonces esforzarse

                        Por cantar estos mismos sonidos; y si logra silbarlos,

                        mejor aún. Además es conveniente tocar la misma melodía

                       En el piano en todas las octavas, el padre puede servir de

                        Acompañante”

Puedo agregar que los niños nacen y mantienen hasta aproximadamente los dos años y medio una modulación natural que van perdiendo poco a poco a medida que el medio ambiente circundante les va colocando barreras  en su actuación general y ésta afirmación la tengo plenamente comprobada en mis propias investigaciones musicales con niños muy pequeños durante un lapso de tiempo totalmente aceptable para la presentación de mi trabajo de Tesis de la Universidad de Ginebra, Suiza.

Pocos ejercicios o juegos musicales podrán superar en interés y beneficios a éste libre vagar de la voz y de la imaginación aunadas. Es de suma importancia que los mayores respetemos y estimulemos con el mayor tino y discreción ésta actividad tan necesaria para el pequeño ser en formación, verdadero caño de escape de energías al mismo tiempo que un vehículo esencial de expresión individual.

Sin embargo muchos adultos carecen de la sensibilidad necesaria para captar estos hechos y a menudo parecen complacerse en burlarse del niño pidiéndole además que ponga fin a esos cantos “tontos, sin sentido y cansadores.

En relación al ambiente sonoro del niño pequeño, conviene cuidar y tener en cuenta la calidad sonora de los elementos sonoros,  juguetes musicales y objetos sonoros que se pongan en sus manos. Siempre que sea posible el hecho de proveerle de verdaderos instrumentos sería lo más conveniente.

El tipo de trabajo que hemos venido detallando deberá prolongarse a través de su ingreso a la escuela maternal, el jardín de infantes, el preescolar, especialmente tratándose de niños entre 3 y 4 años. De éste contacto natural y espontáneo con la música, el pequeño pasará tranquilamente, cuando su madurez se lo permita, a las actividades colectivas y a toda otra que exija un manejo más consciente de los elementos musicales.

CONTINUARÁ…

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 25, 2021


 

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