Tal como ocurriera en el año 2001, hoy podemos decir que aún es más acentuada la fuga de cerebros argentinos. Estos más especializados que en el pasado, huyen despavoridos ante la realidad de un país “decadente y con un creciente deterioro moral”. Se ha perdido totalmente la confianza de parte de la población en la “casta política” como bien dice el Diputado Javier Milei. Los jóvenes argentinos cada vez mejor capacitados obviamente se han vuelto más pretensiosos, no se trata solo de oportunidades laborales sino la imposibilidad de acceder a una vivienda. El nivel de las remuneraciones en el exterior nada tienen que ver con los bajos salarios que reciben en el país.
Las autoridades nacionales, hoy el gobierno de Alberto Fernández, ayer el gobierno de Mauricio Macri, no ofrecen ni han ofrecido proyectos concretos
para generar empleo genuino. Seguimos con los planes sociales y el empleo estatal. Así las cosas, estos últimos son casi la única alternativa para nuestros jóvenes. Estos no se limitan a tener un título universitario sino que la mayoría hace “master” en el país o en el extranjero. La mayoría de ellos están debidamente entrenados en el uso de varios idiomas, que hablan y escriben perfectamente. Hoy podemos decir que son “profesionales para el mundo”, requeridos desde diversos puntos del exterior. Bien sabemos de la búsqueda de profesionales argentinos desde varios países.
Algunos estiman que mensualmente serían aproximadamente unos mil quinientos los profesionales (y no profesionales también) que huyen por decirlo de alguna manera de una Argentina decadente no solo en lo económico sino con un alto grado de degradación moral. Esta tristísima realidad social y la fuga de cerebros, formados en universidades públicas – financiadas por el Estado Nacional- (nosotros) termina exportando materia gris e inteligencia en beneficio no de Argentina, sino de muchísimos países. Los destinos son diferentes y
dependen de la formación académica de cada joven. Es frecuente leer en los diarios lo exitoso que son nuestros profesionales en distintas partes del mundo. Obviamente estos éxitos vienen acompañados de beneficios económicos que en la Argentina no han podido ni podrán obtener. No solo mejor remunerados sino con la posibilidad de acceso a la vivienda propia. Todo un tema en la Argentina.
La inflación galopante y la falta consecuente de créditos accesibles a largo plazo convierten al tema en una verdadera “odisea”.
¿Como frenar la fuga de cerebros? Los gobiernos tanto el actual como el de Macri no han dado soluciones concretas, ni creo quelo hagan. Este tema es mucho más grave de lo que la población cree. La “fuga” continuara agravándose. No hay inversiones que generen una ampliación de los mercados laborales. Las PYMES no reciben el apoyo necesario. Así nuestro destino como nación está en el fondo de un profundo y oscuro abismo, del que será imposible de salir
⚖
Por Dr. Francisco Bénard.
Tal como ocurriera en el año 2001, hoy podemos decir que aún es más acentuada la fuga de cerebros argentinos. Estos más especializados que en el pasado, huyen despavoridos ante la realidad de un país “decadente y con un creciente deterioro moral”. Se ha perdido totalmente la confianza de parte de la población en la “casta política” como bien dice el Diputado Javier Milei. Los jóvenes argentinos cada vez mejor capacitados obviamente se han vuelto más pretensiosos, no se trata solo de oportunidades laborales sino la imposibilidad de acceder a una vivienda. El nivel de las remuneraciones en el exterior nada tienen que ver con los bajos salarios que reciben en el país.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Las autoridades nacionales, hoy el gobierno de Alberto Fernández, ayer el gobierno de Mauricio Macri, no ofrecen ni han ofrecido proyectos concretos
para generar empleo genuino. Seguimos con los planes sociales y el empleo estatal. Así las cosas, estos últimos son casi la única alternativa para nuestros jóvenes. Estos no se limitan a tener un título universitario sino que la mayoría hace “master” en el país o en el extranjero. La mayoría de ellos están debidamente entrenados en el uso de varios idiomas, que hablan y escriben perfectamente. Hoy podemos decir que son “profesionales para el mundo”, requeridos desde diversos puntos del exterior. Bien sabemos de la búsqueda de profesionales argentinos desde varios países.
Algunos estiman que mensualmente serían aproximadamente unos mil quinientos los profesionales (y no profesionales también) que huyen por decirlo de alguna manera de una Argentina decadente no solo en lo económico sino con un alto grado de degradación moral. Esta tristísima realidad social y la fuga de cerebros, formados en universidades públicas – financiadas por el Estado Nacional- (nosotros) termina exportando materia gris e inteligencia en beneficio no de Argentina, sino de muchísimos países. Los destinos son diferentes y
dependen de la formación académica de cada joven. Es frecuente leer en los diarios lo exitoso que son nuestros profesionales en distintas partes del mundo. Obviamente estos éxitos vienen acompañados de beneficios económicos que en la Argentina no han podido ni podrán obtener. No solo mejor remunerados sino con la posibilidad de acceso a la vivienda propia. Todo un tema en la Argentina.
La inflación galopante y la falta consecuente de créditos accesibles a largo plazo convierten al tema en una verdadera “odisea”.
¿Como frenar la fuga de cerebros? Los gobiernos tanto el actual como el de Macri no han dado soluciones concretas, ni creo quelo hagan. Este tema es mucho más grave de lo que la población cree. La “fuga” continuara agravándose. No hay inversiones que generen una ampliación de los mercados laborales. Las PYMES no reciben el apoyo necesario. Así nuestro destino como nación está en el fondo de un profundo y oscuro abismo, del que será imposible de salir
Doctor Francisco Benard
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 17, 2022