Sí. Pero la gente corrientemente usa la expresión para significar que se está ante una venganza desaforada, sea en concreto o en abstracto. Hay un uso pésimo de la expresión, por desconocimiento.
Moisés, escultura realizada en 1515 por por Miguel Ángel Buonarotti. Figura central de la tumba del Papa Julio II
Comenzando por La Biblia, pero también en otros libros sagrados y en relatos de múltiples culturas de la Tierra, pasadas y presentes, encontramos relatos sobre el Diluvio. En el relato del Diluvio se halla representada la extinción de la especie humana salvo unos pocos que sobreviven y la reinician bajo otra pauta de convivencia. ¿A qué causa de extinción se refieren? ¿En qué consiste la nueva pauta de convivencia?
La causa de extinción está siempre referida a la venganza ilimitada, es decir: POR UN OJO, LA VIDA DE TODOS LOS INTEGRANTES DE UNA FAMILIA. POR UN DIENTE LA VIDA DE TODO UN CLAN. POR UNA VIDA TODOS LOS MIEMBROS DE UNA TRIBU DE UN LUGAR. Esta forma de venganza ilimitada lleva, al tiempo, a la extinción de la especie humana.
Y esto es lo que viene a cambiar la LEY DEL TALIÓN, que es la nueva pauta de convivencia que adoptan los pocos que reinician la vida en el planeta. ¿Qué quiere decir entonces la Ley del Talión? Que la pena a aplicar a quien haya infringido la norma de convivencia debe ser proporcionada a la ofensa, que no vaya más allá de la ofensa, por eso dice: Ojo por ojo y diente por diente. No dice ni “Vida por ojo ni cien ojos por un ojo”.
Es conveniente saber que entre los restos arqueológico-antropológicos más antiguos que tenemos de esta nueva pauta están los Códigos de Urukagina (o Uruinimgina) del 2.380 al 2.360 a.C; de Ur-Nammu del2.100 al 2.050 a.C.; de Bilalama o “Leyes de Eshnunna del 1980 a.C.; de Lipit-Ishtar del 1870 a 1860 a.C.; y el más famoso, el de Hammurabi, del 1760 a.C. (las fechas son según la cuenta corta ya que tomando la cuenta larga son más antiguos). Y estos códigos son todos… Taliónicos.
EL TALIÓN. Ninguna ley resulta tan incomprendida como la LEY DEL TALIÓN, resumida en “Ojo por ojo, diente por diente…” y se la considera brutal, sangrienta, ejemplo de salvajismo y venganza. Es una de las más antiguas y ya estaba en los códigos arriba citados, de los cuáles el de Hammurabi es el único completo. Ahora bien: han sido leyes para que las apliquen personas sin erudición jurídica, razón por la cual se basan en ejemplos sencillos de fácil memorización (no existía el papel), como el “…diente por diente”. El que aplicaba las normas sabía bien que no era ojo por ojo ni diente por diente, sino que la pena debía ser proporcionada a la falta o delito.
El Código de Hammurabi (2.25 metros de altura por 0.50 centímetros en la parte más ancha es exhibido en el Museo del Louvre, en París
Cinco siglos más tarde, Moisés también dio al pueblo elegido una serie de leyes (que son por eso llamadas Leyes Mosaicas o de Moisés) y entre ellas aparece la formulación que conocemos como ley del talión. Aparece tres veces. La primera cuando el pueblo hebreo acampó frente al Sinaí: allí Moisés ordenó: “Se cobrará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, moretón por moretón (Ex 21, 23-25)”.
Meses más tarde, aún en el Sinaí, volvió a ordenar: “El que cause alguna lesión a su prójimo sufrirá la misma lesión: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate a un animal devolverá un animal. El que mate a un hombre, morirá” (Lev 24, 19-21).
La tercera vez, en las llanuras del Moab, años más tarde, antes de entrar a la tierra prometida, Moisés, a punto de morir les manda: “Harás pagar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Deut 19, 21)
Al leer estos pasajes muchos se sentirán escandalizados ¿Cómo es posible que la Biblia proponga la Ley del Talión y encima tres veces? ¿Cómo Dios pudo sugerirle a Moisés algo tan cruel? Es que no es eso lo que propone, sino reglas sencillas para aplicar justicia proporcionada a la ofensa. Luego, Jesús va a decir que no vino a derogar la Ley Mosaica sino a traer un mensaje superador, que rescata al hombre de su dureza terrenal: pero esto será el tema de otra nota.
Mientras tanto…
HOY EN DÍA. Actualmente todos los sistemas penales del mundo son taliónicos. Debemos tener presente que a cada delito se asigna una pena que debe guardar proporción con el crimen (delito) cometido. Al sistema normativo lo establece el legislador, y lo aplica el juez.
Es que para hacer posible la convivencia, la humanidad fue dándose cuenta que debían establecerse las reglas básicas de la misma, y lo primero que se debe suprimir es la venganza privada, cambiándola por una venganza impersonal, desapasionada, llevada a cabo por una persona que representa a esa comunidad a esos efectos, no a la víctima, por esto se dice que la figura del querellante conjunto es un resabio de la remota antigüedad. Y a esto se llama estado de derecho e imperio de la ley (rule of law), que surgen de un estatuto de reglas básicas que denominamos constitución, base de toda convivencia democrática.
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Sí. Pero la gente corrientemente usa la expresión para significar que se está ante una venganza desaforada, sea en concreto o en abstracto. Hay un uso pésimo de la expresión, por desconocimiento.
Comenzando por La Biblia, pero también en otros libros sagrados y en relatos de múltiples culturas de la Tierra, pasadas y presentes, encontramos relatos sobre el Diluvio. En el relato del Diluvio se halla representada la extinción de la especie humana salvo unos pocos que sobreviven y la reinician bajo otra pauta de convivencia. ¿A qué causa de extinción se refieren? ¿En qué consiste la nueva pauta de convivencia?
La causa de extinción está siempre referida a la venganza ilimitada, es decir: POR UN OJO, LA VIDA DE TODOS LOS INTEGRANTES DE UNA FAMILIA. POR UN DIENTE LA VIDA DE TODO UN CLAN. POR UNA VIDA TODOS LOS MIEMBROS DE UNA TRIBU DE UN LUGAR.
Esta forma de venganza ilimitada lleva, al tiempo, a la extinción de la especie humana.
Y esto es lo que viene a cambiar la LEY DEL TALIÓN, que es la nueva pauta de convivencia que adoptan los pocos que reinician la vida en el planeta. ¿Qué quiere decir entonces la Ley del Talión?
Que la pena a aplicar a quien haya infringido la norma de convivencia debe ser proporcionada a la ofensa, que no vaya más allá de la ofensa, por eso dice: Ojo por ojo y diente por diente. No dice ni “Vida por ojo ni cien ojos por un ojo”.
Es conveniente saber que entre los restos arqueológico-antropológicos más antiguos que tenemos de esta nueva pauta están los Códigos de Urukagina (o Uruinimgina) del 2.380 al 2.360 a.C; de Ur-Nammu del 2.100 al 2.050 a.C.; de Bilalama o “Leyes de Eshnunna del 1980 a.C.; de Lipit-Ishtar del 1870 a 1860 a.C.; y el más famoso, el de Hammurabi, del 1760 a.C. (las fechas son según la cuenta corta ya que tomando la cuenta larga son más antiguos). Y estos códigos son todos… Taliónicos.
EL TALIÓN.
Ninguna ley resulta tan incomprendida como la LEY DEL TALIÓN, resumida en “Ojo por ojo, diente por diente…” y se la considera brutal, sangrienta, ejemplo de salvajismo y venganza. Es una de las más antiguas y ya estaba en los códigos arriba citados, de los cuáles el de Hammurabi es el único completo. Ahora bien: han sido leyes para que las apliquen personas sin erudición jurídica, razón por la cual se basan en ejemplos sencillos de fácil memorización (no existía el papel), como el “…diente por diente”. El que aplicaba las normas sabía bien que no era ojo por ojo ni diente por diente, sino que la pena debía ser proporcionada a la falta o delito.
Cinco siglos más tarde, Moisés también dio al pueblo elegido una serie de leyes (que son por eso llamadas Leyes Mosaicas o de Moisés) y entre ellas aparece la formulación que conocemos como ley del talión. Aparece tres veces. La primera cuando el pueblo hebreo acampó frente al Sinaí: allí Moisés ordenó: “Se cobrará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, moretón por moretón (Ex 21, 23-25)”.
Meses más tarde, aún en el Sinaí, volvió a ordenar: “El que cause alguna lesión a su prójimo sufrirá la misma lesión: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate a un animal devolverá un animal. El que mate a un hombre, morirá” (Lev 24, 19-21).
La tercera vez, en las llanuras del Moab, años más tarde, antes de entrar a la tierra prometida, Moisés, a punto de morir les manda: “Harás pagar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Deut 19, 21)
Al leer estos pasajes muchos se sentirán escandalizados ¿Cómo es posible que la Biblia proponga la Ley del Talión y encima tres veces? ¿Cómo Dios pudo sugerirle a Moisés algo tan cruel? Es que no es eso lo que propone, sino reglas sencillas para aplicar justicia proporcionada a la ofensa. Luego, Jesús va a decir que no vino a derogar la Ley Mosaica sino a traer un mensaje superador, que rescata al hombre de su dureza terrenal: pero esto será el tema de otra nota.
Mientras tanto…
HOY EN DÍA.
Actualmente todos los sistemas penales del mundo son taliónicos. Debemos tener presente que a cada delito se asigna una pena que debe guardar proporción con el crimen (delito) cometido. Al sistema normativo lo establece el legislador, y lo aplica el juez.
Es que para hacer posible la convivencia, la humanidad fue dándose cuenta que debían establecerse las reglas básicas de la misma, y lo primero que se debe suprimir es la venganza privada, cambiándola por una venganza impersonal, desapasionada, llevada a cabo por una persona que representa a esa comunidad a esos efectos, no a la víctima, por esto se dice que la figura del querellante conjunto es un resabio de la remota antigüedad. Y a esto se llama estado de derecho e imperio de la ley (rule of law), que surgen de un estatuto de reglas básicas que denominamos constitución, base de toda convivencia democrática.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 10, 2021