La serbia Milunka Savic participó en la Guerra de los Balcanes y en la Primera Guerra Mundial. Al principio tuvo que disfrazarse de hombre y fue descubierta tras ser herida, pero su valentía convenció a sus superiores de seguir luchando en el ejército. Entre otras cosas, recibió la Legión de Honor francesa (dos veces), la Cruz rusa de San Jorge, la Orden de San Miguel más distinguida del Reino Unido, la medalla Miloš Obilić de Serbia, etc.
Rechazó la oferta de Francia de trasladarse al país para recibir una buena pensión y prefirió quedarse en Serbia. Para sobrevivir, sólo encontró trabajo como limpiadora para mantenerse a sí misma y a sus cuatro hijas, tres de las cuales fueron adoptadas como huérfanas.
Durante la ocupación alemana de Serbia en la Segunda Guerra Mundial, Milunka rechazó el contacto con los funcionarios nazis y fue enviado a un campo de concentración durante varios meses.
En los años 60, ya anciana, salió a la luz que esta heroína vivía en condiciones pésimas cuidando a una de sus hijas dependientes. El gobierno, obligado por la presión social, finalmente le concedió un pequeño piso en 1972 para que las dos mujeres no pasaran tanto frío. Milunka murió al año siguiente.
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Por Joan Kirsch.
La serbia Milunka Savic participó en la Guerra de los Balcanes y en la Primera Guerra Mundial. Al principio tuvo que disfrazarse de hombre y fue descubierta tras ser herida, pero su valentía convenció a sus superiores de seguir luchando en el ejército. Entre otras cosas, recibió la Legión de Honor francesa (dos veces), la Cruz rusa de San Jorge, la Orden de San Miguel más distinguida del Reino Unido, la medalla Miloš Obilić de Serbia, etc.
Rechazó la oferta de Francia de trasladarse al país para recibir una buena pensión y prefirió quedarse en Serbia. Para sobrevivir, sólo encontró trabajo como limpiadora para mantenerse a sí misma y a sus cuatro hijas, tres de las cuales fueron adoptadas como huérfanas.
Durante la ocupación alemana de Serbia en la Segunda Guerra Mundial, Milunka rechazó el contacto con los funcionarios nazis y fue enviado a un campo de concentración durante varios meses.
En los años 60, ya anciana, salió a la luz que esta heroína vivía en condiciones pésimas cuidando a una de sus hijas dependientes. El gobierno, obligado por la presión social, finalmente le concedió un pequeño piso en 1972 para que las dos mujeres no pasaran tanto frío. Milunka murió al año siguiente.
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Abril 5, 2024
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