Jesús en el pesebre y todos alrededor de él, es casi la imagen que seguramente podremos ver en los hogares de millones de argentinos. Muchos regalos si la situación lo permite. Llega la hora de festejar y de levantar las copas para celebrar su nacimiento. ¿Que es lo más importante al menos para mí? Creo en principio que entre todos los presentes, generalmente hijos, yernos nueras y nietos renovemos una vez más el compromiso de la importancia de la “unión familiar” esta que es el sostén psicológico ante las penas y dolores que podríamos tener en nuestras vidas. La familia es el mejor “refugio” que podremos encontrar. Base de la felicidad de los seres humanos.
Que las Navidades nos permitan reflexionar y meditar sobre nuestro rol ciudadano, nuestro compromiso con la sociedad en la que vivimos, para que pensemos seriamente cual puede ser el aporte “positivo” de cada uno con una Patria Argentina que viene llorando hace añares por tantos fracasos, que son el resultado de la falta de amor a ella. Son tiempos de “crisis” no solo económicas sino “morales”, son tiempos que nos exigen ser lo más honestos posibles. Reflexionemos bien. meditemos bien sobre cuáles son las causas del eterno fracaso argentino. Tratemos de ser lo más honestos posibles, seamos “autocríticos”, los argentinos nos merecemos un país diferente al que hoy tenemos. Dios nuestro Señor nos regaló muchas riquezas naturales, dejamos poco a poco de ser un país respetado en el mundo a ser uno en el que nadie confía. Esto para mi es inaceptable. No aceptemos y rechacemos la corrupción que es la madre de la pobreza y de la indigencia. No seamos indiferentes a este “cáncer social” que ha destruido la economía de un país rico que hoy por hoy solo administra pobreza. Seamos justos con Dios que todo nos dio. Seamos más razonables, “usemos bien el cerebro”. Que la Navidad nos llame a ser más solidarios que nunca, no seamos insensibles al dolor de tantos hermanos necesitados, pobres e indigentes. Exijámosle a nuestros gobernantes honestidad y ética, pensemos en estos días todos los males que nos acarrea la falta de ellas.
Si queremos un país mejor que el que tenemos pensemos bien en estos días de descanso que es lo que no tenemos que aceptar más como sociedad para volver a tener un país grande y respetado en el mundo. No repitamos y repitamos siempre los errores del pasado.
La Navidad es un tiempo de profunda reflexión y meditación. En lo estrictamente personal pensar cómo podemos ser mejores “individuos”, mejores padres, mejores hijos y como ciudadanos nunca olvidemos nuestro compromiso con la Patria Argentina. Amémosla con todo nuestro corazón.
Jesús en el pesebre y todos alrededor de él, es casi la imagen que seguramente podremos ver en los hogares de millones de argentinos. Muchos regalos si la situación lo permite. Llega la hora de festejar y de levantar las copas para celebrar su nacimiento. ¿Que es lo más importante al menos para mí? Creo en principio que entre todos los presentes, generalmente hijos, yernos nueras y nietos renovemos una vez más el compromiso de la importancia de la “unión familiar” esta que es el sostén psicológico ante las penas y dolores que podríamos tener en nuestras vidas. La familia es el mejor “refugio” que podremos encontrar. Base de la felicidad de los seres humanos.
Que las Navidades nos permitan reflexionar y meditar sobre nuestro rol ciudadano, nuestro compromiso con la sociedad en la que vivimos, para que pensemos seriamente cual puede ser el aporte “positivo” de cada uno con una Patria Argentina que viene llorando hace añares por tantos fracasos, que son el resultado de la falta de amor a ella. Son tiempos de “crisis” no solo económicas sino “morales”, son tiempos que nos exigen ser lo más honestos posibles. Reflexionemos bien. meditemos bien sobre cuáles son las causas del eterno fracaso argentino. Tratemos de ser lo más honestos posibles, seamos “autocríticos”, los argentinos nos merecemos un país diferente al que hoy tenemos. Dios nuestro Señor nos regaló muchas riquezas naturales, dejamos poco a poco de ser un país respetado en el mundo a ser uno en el que nadie confía. Esto para mi es inaceptable. No aceptemos y rechacemos la corrupción que es la madre de la pobreza y de la indigencia. No seamos indiferentes a este “cáncer social” que ha destruido la economía de un país rico que hoy por hoy solo administra pobreza. Seamos justos con Dios que todo nos dio. Seamos más razonables, “usemos bien el cerebro”. Que la Navidad nos llame a ser más solidarios que nunca, no seamos insensibles al dolor de tantos hermanos necesitados, pobres e indigentes. Exijámosle a nuestros gobernantes honestidad y ética, pensemos en estos días todos los males que nos acarrea la falta de ellas.
Si queremos un país mejor que el que tenemos pensemos bien en estos días de descanso que es lo que no tenemos que aceptar más como sociedad para volver a tener un país grande y respetado en el mundo. No repitamos y repitamos siempre los errores del pasado.
La Navidad es un tiempo de profunda reflexión y meditación. En lo estrictamente personal pensar cómo podemos ser mejores “individuos”, mejores padres, mejores hijos y como ciudadanos nunca olvidemos nuestro compromiso con la Patria Argentina. Amémosla con todo nuestro corazón.
Dr.Francisco Bènard
Abogado,Periodista,Escritor y Poeta
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 23, 2018
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