Llegó al poder en 2003 con una puntuación muy baja, y hasta ese momento el gobernador de Santa Cruz desconocido para el público en general, Néstor Kirchner, que no tenía mayoría en el parlamento, no llegó al poder solo. Como muy bien lo describen los autores de “El Pacto” [1], fue al aliarse con ex miembros de grupos terroristas que estableció su poder, intercambiando una narrativa falsa. Poderoso en torno a la memoria de los 70 y los Derechos Humanos. Su estrategia entonces fue nuclear pacientemente las instituciones, colocando a sus fideicomisarios en ellas y persiguiendo a todo el que no siguiera las instrucciones. Este pacto tácito aseguró poder para algunos, impunidad para otros y dinero para la corrupción para todos. Pero volvamos a lo que puede considerarse el punto de partida del asalto a la República Argentina: durante una memorable ceremonia en la ESMA, Néstor Kirchner humilló públicamente al Estado Mayor del Ejército, en un acto de autoritarismo que sería el sello distintivo de los “años K” hasta 2016. Si bien el país ya había aprendido en gran medida las lecciones de los “años de plomo” antes de esa fecha, Néstor Kirchner dio la sentencia de muerte a las instituciones del país instalando en los más altos cargos de gobierno e instituciones a muchos ex terroristas. Si bien el país había logrado superar estos años de violencia política, logró imponer una memoria oficial reescrita, en la que los ex terroristas son los grandes ganadores. Las pocas voces que se levantaron para protestar por este alarmante plan, que tiene todo de venganza, pronto prefirieron permanecer en silencio, ante la enorme presión que cayó, y la gran purga que siguió. . De hecho, el debate rápidamente dio paso a intimidaciones y amenazas. Una forma de terrorismo cultural cayó sobre todas las voces disidentes, y la amenaza de perder su puesto de trabajo acabó extinguiendo cualquier disputa. Los notorios “escraches” incluso se han vuelto una tendencia a los ojos de la izquierda progresista, siempre que estén dirigidos contra los llamados acusados de crímenes de lesa humanidad o jueces recalcitrantes (y mucho menos de otra manera). Por lo tanto, se ha convertido en una buena forma para atacar a todos aquellos que no se habían sumado a los grupos armados ilegales en la década de 1970 y en los años K. Ante la indiferencia de la comunidad internacional, incluso con la bendición de organizaciones internacionales, se ha impuesto un gobierno de políticos corruptos asociados a ex terroristas, que ha sabido librar una auténtica guerra de guerrillas judicial. Durante más de 14 años, esta justicia excepcional [3] ha rendido implacablemente su veredicto, inmutable, arbitrario y culpable. Este formidable mecanismo no solo condenó a miles de personas sin pruebas, sino que tuvo otro efecto devastador: el miedo se infiltró gradualmente en las instituciones de control y contrapoderes, y dio paso a un clientelismo desenfrenado. El “gobierno K” tomó todos los poderes y estableció una verdadera cleptocracia, mediante una toma brutal de todas las instituciones. Al desarrollar una memoria que glorificaba la “revolución cultural” de la década de 1970 y reducir los delitos terroristas que quedaron impunes, consiguió el apoyo de muchos activistas. Este poder ganar absoluto de esta pandilla organizada para hacerse con el control de muchos sectores, y enriquecerse considerablemente gracias a una práctica desenfrenada de corrupción, durante los distintos mandatos de la pareja Kirchner, de 2003 a 2015. Los jueces en función están en una gran mayoría liberados de sus propias reglas, sin ser sancionados nunca, excepto cuando el escándalo es demasiado grande. Pero estas prácticas se hicieron tan visibles que terminaron empañando el último mandato de Cristina Kirchner, perdiendo las elecciones el candidato que había elegido colocar en 2015 en forma interina y preparar su regreso (Daniel Scioli). PrisioneroEnArgentina.com
Luego de la victoria del líder de “cambiemos”, hubo un interludio de 4 años, donde la justicia volvió lentamente a prácticas más legales y abrieron muchos casos contra el “clan K”. Lamentablemente, una vez de regreso al poder en 2019, la locura depredadora se reanudó nuevamente, esta vez con el objetivo de “borrar” todos los casos judiciales del clan, de los cuales hay muchos [4]. El ataque esta vez es directo, no hay más militares para ocultar su verdadero proyecto político. Los juicios de circo de “lesa humanidad” ya no son suficientes para ocupar el frente del escenario para crear una diversión. Luego de unos meses de vacilaciones donde el presidente Fernández pretende crear la gente que era socialdemócrata, para tranquilizar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los Jefes de Estado que apoyaron el plan de rescate que se había asignado.Een Argentina se han caído las máscaras. PrisioneroEnArgentina.com
El asalto a la justicia se ha reanudado, en una búsqueda desesperada de la impunidad generalizada del “clan K”. Los ataques vuelven a estar dirigidos a miembros de la Corte Suprema. En menos de un año, los resultados de la demolición de las instituciones son asombrosos, ayudados por una pandemia que ha permitido al clan gobernar por decretos (¡más de 76 in 8 meses!), Sin pasar por el parlamento. y amordazar la justicia. La oposición dividida no juega ningún papel. En apenas un año de ejercicio del poder, la República está al borde del colapso. Las instituciones, debilitadas, flaquean. Los jueces federales, que se han comprometido con los juicios de circo, mal llamados de “lesa humanidad”, que han desobedecido abiertamente las reglas elementales del derecho penal para complacer al clan o esperar prebendas, se han mostrado reacios a validar un plan de amnistía grosero .
Sin embargo, algunas voces están alarmadas. El colectivo “será justicia” dirigió una petición [5] al FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de los Estados Americanos, para denunciar el asalto violento a las instituciones del país con el objetivo de detener los casos de la corrupción que el clan impone. ¿Será escuchado? Los argentinos, que presenciaron pasivamente el desarme de sus instituciones y la manipulación de la justicia en 2003, ¿tendrán esta vez la energía y la voluntad de oponerse? La Justicia, que se vio comprometida al aplicar una “política de Estado” inicua e ilegal, no solo contra las antiguas fuerzas armadas y de seguridad, sino también sacerdotes, abogados, magistrados, civiles etc., ¿Aplicará mañana otra política de Estado igualmente inicua, destinada a garantizar la impunidad del “clan K”? El futuro lo dirá.
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Llegó al poder en 2003 con una puntuación muy baja, y hasta ese momento el gobernador de Santa Cruz desconocido para el público en general, Néstor Kirchner, que no tenía mayoría en el parlamento, no llegó al poder solo. Como muy bien lo describen los autores de “El Pacto” [1], fue al aliarse con ex miembros de grupos terroristas que estableció su poder, intercambiando una narrativa falsa. Poderoso en torno a la memoria de los 70 y los Derechos Humanos. Su estrategia entonces fue nuclear pacientemente las instituciones, colocando a sus fideicomisarios en ellas y
persiguiendo a todo el que no siguiera las instrucciones. Este pacto tácito aseguró poder para algunos, impunidad para otros y dinero para la corrupción para todos. Pero volvamos a lo que puede considerarse el punto de partida del asalto a la República Argentina: durante una memorable ceremonia en la ESMA, Néstor Kirchner humilló públicamente al Estado Mayor del Ejército, en un acto de autoritarismo que sería el sello distintivo de los “años K” hasta 2016. Si bien el país ya había aprendido en gran medida las lecciones de los “años de plomo” antes de esa fecha, Néstor Kirchner dio la sentencia de muerte a las instituciones del país instalando en los más altos cargos de gobierno e instituciones a muchos ex terroristas. Si bien el país había logrado superar estos años de violencia política, logró imponer una memoria oficial reescrita, en la que los ex terroristas son los grandes ganadores. Las pocas voces que se levantaron para protestar por este alarmante plan, que tiene todo de venganza, pronto prefirieron permanecer en silencio, ante la enorme presión que cayó, y la gran purga que siguió. . De hecho, el debate rápidamente dio paso a intimidaciones y amenazas. Una forma de terrorismo cultural cayó sobre todas las voces disidentes, y la amenaza de perder su puesto de trabajo acabó extinguiendo cualquier disputa. Los notorios “escraches” incluso se han vuelto una tendencia a los ojos de la izquierda progresista, siempre que estén dirigidos contra los llamados acusados de crímenes de lesa humanidad o jueces recalcitrantes (y mucho menos de otra manera). Por lo tanto, se ha convertido en una buena forma para atacar a todos aquellos que no se habían sumado a los grupos armados ilegales en la década de 1970 y en los años K. Ante la indiferencia de la comunidad internacional, incluso con la bendición de organizaciones internacionales, se ha impuesto un gobierno de políticos corruptos asociados a ex terroristas, que ha sabido librar una auténtica guerra de guerrillas judicial. Durante más de 14 años, esta justicia excepcional [3] ha rendido implacablemente su veredicto, inmutable, arbitrario y culpable. Este formidable mecanismo no solo condenó a miles de personas sin pruebas, sino que tuvo otro efecto devastador: el miedo se infiltró gradualmente en las instituciones de control y contrapoderes, y dio paso a un clientelismo desenfrenado. El 
“gobierno K” tomó todos los poderes y estableció una verdadera cleptocracia, mediante una toma brutal de todas las instituciones. Al desarrollar una memoria que glorificaba la “revolución cultural” de la década de 1970 y reducir los delitos terroristas que quedaron impunes, consiguió el apoyo de muchos activistas. Este poder ganar absoluto de esta pandilla organizada para hacerse con el control de muchos sectores, y enriquecerse considerablemente gracias a una práctica desenfrenada de corrupción, durante los distintos mandatos de la pareja Kirchner, de 2003 a 2015. Los jueces en función están en una gran mayoría liberados de sus propias reglas, sin ser sancionados nunca, excepto cuando el escándalo es demasiado grande. Pero estas prácticas se hicieron tan visibles que terminaron empañando el último mandato de Cristina Kirchner, perdiendo las elecciones el candidato que había elegido colocar en 2015 en forma interina y preparar su regreso (Daniel Scioli). PrisioneroEnArgentina.com
Luego de la victoria del líder de “cambiemos”, hubo un interludio de 4 años, donde la justicia volvió lentamente a prácticas más legales y abrieron muchos casos contra el “clan K”. Lamentablemente, una vez de regreso al poder en 2019, la locura depredadora se reanudó nuevamente, esta vez con el objetivo de “borrar” todos los casos judiciales del clan, de los cuales hay muchos [4]. El ataque esta vez es directo, no hay más militares para ocultar su verdadero proyecto político. Los juicios de circo de “lesa humanidad” ya no son suficientes para ocupar el frente del escenario para crear una diversión. Luego de unos meses de vacilaciones donde el presidente Fernández pretende crear la gente que era socialdemócrata, para tranquilizar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los Jefes de Estado que apoyaron el plan de rescate que se había asignado.Een Argentina se han caído las máscaras. PrisioneroEnArgentina.com
El asalto a la justicia se ha reanudado, en una búsqueda desesperada de la impunidad generalizada del “clan K”. Los ataques vuelven a estar dirigidos a miembros de la Corte Suprema. En menos de un año, los resultados de la demolición de las instituciones son asombrosos, ayudados
por una pandemia que ha permitido al clan gobernar por decretos (¡más de 76 in 8 meses!), Sin pasar por el parlamento. y amordazar la justicia. La oposición dividida no juega ningún papel. En apenas un año de ejercicio del poder, la República está al borde del colapso. Las instituciones, debilitadas, flaquean. Los jueces federales, que se han comprometido con los juicios de circo, mal llamados de “lesa humanidad”, que han desobedecido abiertamente las reglas elementales del derecho penal para complacer al clan o esperar prebendas, se han mostrado reacios a validar un plan de amnistía grosero .
Sin embargo, algunas voces están alarmadas. El colectivo “será justicia” dirigió una petición [5] al FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de los Estados Americanos, para denunciar el asalto violento a las instituciones del país con el objetivo de detener los casos de la corrupción que el clan impone. ¿Será escuchado? Los argentinos, que presenciaron pasivamente el desarme de sus instituciones y la manipulación de la justicia en 2003, ¿tendrán esta vez la energía y la voluntad de oponerse? La Justicia, que se vio comprometida al aplicar una “política de Estado” inicua e ilegal, no solo contra las antiguas fuerzas armadas y de seguridad, sino también sacerdotes, abogados, magistrados, civiles etc., ¿Aplicará mañana otra política de Estado igualmente inicua, destinada a garantizar la impunidad del “clan K”? El futuro lo dirá.
MARIO SANDOVAL
https://www.casppafrance.org/2021/01/la-republique-argentine-assiegee-ou.html
[1] https://www.casppafrance.org/2020/08/el-pacto.html
[2) Contrairement à ce qu’indique Wikipédia https://fr.wikipedia.org/wiki/Escrache, ces “escraches” sont en réalité ultra violents et n’ont rien d’une manifestation pacifique. Ils n’ont jamais été condamnés par les autorités argentines, voir même encouragés. Etrangement, le “escrache” n’est plus le bienvenu dès lors qu’il touche l’un des leurs. https://www.casppafrance.org/2019/07/como-reaccionar-los-escraches-con-el.html. Récemment, le Président Fernandez les a comparé à des actes relevant du fascisme ou du nazisme, dans une volteface dont il est devenu coutumier. https://www.infobae.com/politica/2020/09/28/alberto-fernandez-condeno-el-escrache-a-ricardo-lorenzetti-es-algo-propio-del-fascismo-y-del-nazismo/
[3] En 14 ans de procédure, 250 sentences ont été prononcées, avec 1013 condamnations pour 164 absolutions ; voir le rapport officiel sur : https://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/en-14-anos-de-juicios-se-dictaron-250-sentencias-con-1013-personas-condenadas-y-164-absueltas/
[4] Voir le document présenté par « serà justicia », qui synthétise les nombreuses affaires de corruption qui concernent soit directement la famille Kirchner, soit des alliés proches https://drive.google.com/file/d/1u7qS4tNp6rm6_elcwGuUctYh3qzXS23p/view
[5] https://www.facebook.com/SeraJusticiaok/photos/a.1821513084666765/1821518217999585/
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 18, 2021