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 Por María Ferreyra Kussman

Los ingredientes de moda orientados a la salud pueden ser fáciles de descartar, ya que el dominio de los habitantes ricos sobreestima la importancia de sus propias preferencias. Pero el aumento en el interés del garbanzo en los Estados Unidos ha sido tan profundo, que incluso se refleja en consultas con nutricionistas aun cuando el hummus ya era común entre los supermercados más populares del país.

En un país cada vez más cauteloso con la carne, más abierto que nunca a los ingredientes no occidentales y ansioso por el cambio climático, el papel en expansión del garbanzo en la dieta estadounidense es menos una historia de tendencia que una inevitabilidad lógica. En Argentina, el consumo de la carne ha bajado en casi 300 gramos per cápita en los últimos doce meses. Algunos estudios señalan que el gran culpable es el garbanzo.

Principalmente, el hummus, la bandera triunfal con la que el garbanzo se plantó en la dieta de varias sociedades. Hummus fue primero un alimento de prestigio para luego llegar, debido a las nuevas tecnologías de fabricación y envasado, a las mesas de clase media. Desde hace unos años las compañías de alimentos pudieron ofrecer a los consumidores un producto más fresco y de mejor sabor que la primera vez que las marcas tradicionales sacaron al mercado salsas de frijoles, que es esencialmente lo que es el hummus, desde el tiempo de los cowboys del Salvaje Oeste.

La creciente población estable de consumidores, conscientes de la salud, quería algo para mojar sus zanahorias o galletas, en algo más que salsa de tomate o mayonesa. Hummus apareció en los negocios de comestibles en un momento en que la sociedad ya había comenzado a aclimatarse en masa a cosas como el sushi, u otras comidas exóticas.

Una vez que el hummus se convirtió en un alimento básico muy apreciado en restaurantes o supermercados, la nueva ola fue Made in Casa, gracias a la facilidad de maniobra del garbanzo. La razón por la cual el garbanzo se cultiva y consume tanto es por su valor nutricional, aunque nutricionistas alegan que se llegó un poco tarde a la fiesta. Este alimento debió entrar en nuestras dietas mucho antes, habiéndose desperdiciado décadas de proteínas y fibra.

Para las personas con alergias alimentarias o restricciones dietéticas, los garbanzos son un elemento útil. Tienden a desencadenar menos reacciones que el trigo o la soja, al tiempo que proporcionan un depósito similar de harinas, extractos y fuentes de proteínas no animales.

Para los vegetarianos, veganos u omnívoros que desean comer menos carne, el garbanzo es práctico y transmutable. Toma tantos sabores por sí solo, por lo que es una especie de pollo del mundo de los frijoles”.

Los garbanzos son comunes en la comida india, turca, etíope, del Medio Oriente, griega, italiana y española, solo por nombrar algunos, por lo que son un punto de partida fácil para los cocineros de cualquier nacionalidad.

Los garbanzos son increíblemente fáciles de incluir en su dieta. Son bastante asequibles y convenientes. La mayoría de los supermercados los venden en variedades enlatadas y secas. Además, los garbanzos son versátiles y se pueden usar en una variedad de platos. Una forma popular de comerlos es agregándolos a ensaladas, sopas o sándwiches.

Y finamente, los que más nos preocupa: a encender los carbones. Otra forma de disfrutar los garbanzos es asándolos, lo que lo convierte en un refrigerio delicioso y crujiente. También se pueden incorporar en hamburguesas vegetarianas o tacos.

Usted habrá pensado que el garbanzo serviría para construir casas o terminar con la nube económica que nos persigue. No. No, todavía.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 28, 2020


 

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