La política monetaria actual está destinada a disimular la inflación disminuyendo la cantidad de moneda en plaza, ofreciendo bonos con beneficios impagables, para atraer adquirentes. Esta política es suicida porque estimula los gastos del Estado y no corrige el origen de sus déficits que constituyen su inaceptable fuente. La Argentina es riquísima y si está ahora al borde de la quiebra, es porque ha elegido ese destino. De allí su política monetaria y otras insensateces como no utilizar nuestras grandes riquezas naturales.
Es imprescindible añadir a los habituales gastos del Estado, los que han sido realizados por la pandemias que sufrimos y la larguísima cuarentena con la que se ha intentado paliar las consecuencias del Covid 19. El costo de esa decisión ha sido contraproducente porque ha debilitado a los afectados quiénes, por de pronto, no se advirtió que debían tomar sol una media hora diaria por ser este un gran adversario del Covid 19 y hacer otra media hora de ejercicios por el mismo motivo. Además, suprimió el funcionamiento de organismos fundamentales de los tres poderes del Gobierno. La República Argentina ha dejado de serlo porque buena parte de sus instituciones no existen para prestar los servicios públicos de rigor. Muchas oficinas que dependen del Poder Ejecutivo están clausuradas o son atendidas por “guardias” de escasos conocimientos y no sirven para resolver los problemas del público. El Poder Legislativo ha llegado a tal punto de decadencia que no controla en una comisión bicameral, la idoneidad de las medidas tomadas para combatir la pandemia mediante reuniones públicas con los especialistas del caso. Nada de nada. Los Legisladores cobran sueldos y tienen envidiables ventajas sin cumplir con sus deberes como gobernantes. El Poder Judicial ha sido virtualmente suprimido.
NUESTRA POLÍTICA MONETARIA
Es hija de lo que llamaremos “política económica real“ que tiene dos inaceptables instrumentos: a) Desalentar con impagables gabelas, especialmente la exportación de productos del agro, industrializados o no, pese a que necesitamos desesperadamente las divisas que podríamos obtener para afrontar deudas colosales que cada día se acrecientan. El segundo es no utilizar debidamente la prodigiosa riqueza natural argentina. En lugar de ello se crean cargos públicos que no tienen justificación alguna, se mantienen cerradas las reparticiones públicas y se pagan salarios no ganados, mediante impuestos cobrados a quiénes se matan trabajando o lisa y llanamente emitiendo moneda o deudas a tasas de interés impagables.
Nuestra política monetaria tiene algunas constantes nefastas que pertenecen a gobiernos de distinto signo: La sobrevaluación cambiaria o sea dólares baratos y pesos caros . Este tipo de cambio ha disminuido nuestras exportaciones y alentado la importación de mercaderías extranjeras, que subsidiadas por el dólar barato, competían con ventaja con las nuestras. Actualmente el tipo de cambio fijado por el gobierno es literalmente un castigo al productor nacional y al pueblo argentino, porque se exporta mucho menos de lo que se debería vender al exterior y por ende no ingresa la cantidad de divisas que se podría obtener. Muchas de esas exportaciones no realizadas no tienen origen en el agro y constituyen innovaciones del genio argentino. Lamentablemente en lugar de alentar la creación de fuentes de trabajo genuinas que harían felices a miles de personas que quieren tener sueldos fruto de su entusiasmo, su capacidad y su mérito, les abren la puerta a empleos públicos donde nada aprenden y en nada se desarrollan sus aptitudes y talentos. A la industria argentina no le va mejor porque esta cercada su posibilidad de importar insumos industriales que requiere la fabricación de productos. Como no existe la determinación firme de exportar bienes y servicios del origen que sea, no se obtienen divisas suficientes para importar lo que es imprescindible para producir en nuestras empresas artículos necesarios para venderlos dentro y fuera del país. El cerco a la producción desemboca en la caída de la recaudación impositiva y esta, a su vez, en la creación de moneda sin el respaldo del aumento de la riqueza nacional.
COMO SE DISIMULA LA EXPANSIÓN MONETARIA PARA QUE PAREZCA QUE HAY MENOS INFLACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS
La idea nació en una comunicación del Banco Central de 2002 pero fue utilizada mucho más tarde en la Administración que finalizó en 10/12/2015, quién emitió un bono que denominó Lebac que pagaba altos intereses, superiores a los de plaza y a plazos muy cortos. Atraído por semejante ventaja el público ahorraba en Lebacs y se olvidaba del dólar y de adquirir bienes. Se moderaba el alza de los precios…a costa de pagar intereses muy altos. Esos intereses muy altos eran realmente impagables y agrandaban el déficit fiscal. Los Lebacs trasladaban al futuro, agravado, el déficit fiscal que transitoriamente se pagaba con aquellos. El remedio ideado costó millones de pesos. Lamentablemente el gobierno posterior siguió la política de su predecesor y transformó esa deuda en 2 billones de Lebacs…y millones de pesos de intereses.
LA POBREZA ACTUAL ES EL RESULTADO DE LOS DESATINOS FINANCIEROS Y DE LA CARENCIA DE AUDACIA PARA UTILIZAR LAS GRANDIOSAS RIQUEZAS QUE ALBERGA EL SUELO ARGENTINO
La Argentina ha elegido no ejecutar ni una cuidadosa política fiscal suprimiendo gastos innecesarios ni, audazmente, estimular la realización de obras públicas y privadas que aprovechen económicamente los ríos caudalosos, las llanuras inmensas, los minerales que encierran sus montañas y todas las posibilidades que brinda nuestro territorio. Hemos preferido vivir de las hazañas y riquezas del pasado, sin repetir las conductas de aquellos que hicieron grande a esta Nación. En 1939 figuraba entre los 7 u 8 países más ricos del mundo. Hoy tiene el lugar número 70 y tantos, y no puede pagar sus deudas en la fecha de vencimiento. Nuestro gobierno solamente aspira a obtener su humillante prórroga y no a plantear la recia determinación de hacer o hacer las obras que aprovecharan las ventajas que nos dio la naturaleza, tal cual lo llevaron a cabo argentinos ilustres a quiénes ninguna dificultad pudo detener. Recientemente nos hemos comprometido a pagar bonos emitidos al 16% de interés anual en dólares. Este interés no hay forma de pagarlo con utilidades genuinas. Según la economista (La Nación, 17 de enero de 2021) ”Mientras la Argentina hoy no tiene acceso a los mercados internacionales de crédito, países como la República Dominicana, que depende casi íntegramente del turismo, colocó recientemente deuda a 10 años a una tasa del 3,87% .” Conclusión: Debemos reconstruir las instituciones de la Patria basadas en la división de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial y su correcto desempeño y la no menor trascendencia de un auténtico federalismo respetuoso de las autonomías provinciales y el talento y dedicación de sus mejores hijos. Debemos convocar a los ciudadanos de esta tierra generosa a aprovechar los dones que la Naturaleza nos brindó, como lo hicieron nuestros mayores. Debemos volver a ser la República Argentina de antaño basada en la capacidad, el mérito y el amor a la Patria o desapareceremos sin una parcela de gloria.
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Por Juan José Guaresti (nieto)
La política monetaria actual está destinada a disimular la inflación disminuyendo la cantidad de moneda en plaza, ofreciendo bonos con beneficios impagables, para atraer adquirentes. Esta política es suicida porque estimula los gastos del Estado y no corrige el origen de sus déficits que constituyen su inaceptable fuente. La Argentina es riquísima y si está ahora al borde de la quiebra, es porque ha elegido ese destino. De allí su política monetaria y otras insensateces como no utilizar nuestras grandes riquezas naturales.
Es imprescindible añadir a los habituales gastos del Estado, los que han sido realizados por la pandemias que sufrimos y la larguísima cuarentena con la que se ha intentado paliar las consecuencias del Covid 19. El costo de esa decisión ha sido contraproducente porque ha debilitado a los afectados quiénes, por de pronto, no se advirtió que debían tomar sol una media hora diaria por ser este un gran adversario del Covid 19 y hacer otra media hora de ejercicios por el mismo motivo. Además, suprimió el funcionamiento de organismos fundamentales de los tres poderes del Gobierno. La República Argentina ha dejado de serlo porque buena parte de sus instituciones no existen para prestar los servicios públicos de rigor. Muchas oficinas que dependen del Poder Ejecutivo están clausuradas o son atendidas por “guardias” de escasos conocimientos y no sirven para resolver los problemas del público. El Poder Legislativo ha llegado a tal punto de decadencia que no controla en una comisión bicameral, la idoneidad de las medidas tomadas para combatir la pandemia mediante reuniones públicas con los especialistas del caso. Nada de nada. Los Legisladores cobran sueldos y tienen envidiables ventajas sin cumplir con sus deberes como gobernantes. El Poder Judicial ha sido virtualmente suprimido.
NUESTRA POLÍTICA MONETARIA
Es hija de lo que llamaremos “política económica real“ que tiene dos inaceptables instrumentos: a) Desalentar con impagables gabelas, especialmente la exportación de productos del agro, industrializados o no, pese a que necesitamos desesperadamente las divisas que podríamos obtener para afrontar deudas colosales que cada día se acrecientan. El segundo es no utilizar debidamente la prodigiosa riqueza natural argentina. En lugar de ello se crean cargos públicos que no tienen justificación alguna, se mantienen cerradas las reparticiones públicas y se pagan salarios no ganados, mediante impuestos cobrados a quiénes se matan trabajando o lisa y llanamente emitiendo moneda o deudas a tasas de interés impagables.
Nuestra política monetaria tiene algunas constantes nefastas que pertenecen a gobiernos de distinto signo: La sobrevaluación cambiaria o sea dólares baratos y pesos caros . Este tipo de cambio ha disminuido nuestras exportaciones y alentado la importación de mercaderías extranjeras, que subsidiadas por el dólar barato, competían con ventaja con las nuestras. Actualmente el tipo de cambio fijado por el gobierno es literalmente un castigo al productor nacional y al pueblo argentino, porque se exporta mucho menos de lo que se debería vender al exterior y por ende no ingresa la cantidad de divisas que se podría obtener. Muchas de esas exportaciones no realizadas no tienen origen en el agro y constituyen innovaciones del genio argentino. Lamentablemente en lugar de alentar la creación de fuentes de trabajo genuinas que harían felices a miles de personas que quieren tener sueldos fruto de su entusiasmo, su capacidad y su mérito, les abren la puerta a empleos públicos donde nada aprenden y en nada se desarrollan sus aptitudes y talentos. A la industria argentina no le va mejor porque esta cercada su posibilidad de importar insumos industriales que requiere la fabricación de productos. Como no existe la determinación firme de exportar bienes y servicios del origen que sea, no se obtienen divisas suficientes para importar lo que es imprescindible para producir en nuestras empresas artículos necesarios para venderlos dentro y fuera del país. El cerco a la producción desemboca en la caída de la recaudación impositiva y esta, a su vez, en la creación de moneda sin el respaldo del aumento de la riqueza nacional.
COMO SE DISIMULA LA EXPANSIÓN MONETARIA PARA QUE PAREZCA QUE HAY MENOS INFLACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS
La idea nació en una comunicación del Banco Central de 2002 pero fue utilizada mucho más tarde en la Administración que finalizó en 10/12/2015, quién emitió un bono que denominó Lebac que pagaba altos intereses, superiores a los de plaza y a plazos muy cortos. Atraído por semejante ventaja el público ahorraba en Lebacs y se olvidaba del dólar y de adquirir bienes. Se moderaba el alza de los precios…a costa de pagar intereses muy altos. Esos intereses muy altos eran realmente impagables y agrandaban el déficit fiscal. Los Lebacs trasladaban al futuro, agravado, el déficit fiscal que transitoriamente se pagaba con aquellos. El remedio ideado costó millones de pesos. Lamentablemente el gobierno posterior siguió la política de su predecesor y transformó esa deuda en 2 billones de Lebacs…y millones de pesos de intereses.
LA POBREZA ACTUAL ES EL RESULTADO DE LOS DESATINOS FINANCIEROS Y DE LA CARENCIA DE AUDACIA PARA UTILIZAR LAS GRANDIOSAS RIQUEZAS QUE ALBERGA EL SUELO ARGENTINO
La Argentina ha elegido no ejecutar ni una cuidadosa política fiscal suprimiendo gastos innecesarios ni, audazmente, estimular la realización de obras públicas y privadas que aprovechen económicamente los ríos caudalosos, las llanuras inmensas, los minerales que encierran sus montañas y todas las posibilidades que brinda nuestro territorio. Hemos preferido vivir de las hazañas y riquezas del pasado, sin repetir las conductas de aquellos que hicieron grande a esta Nación. En 1939 figuraba entre los 7 u 8 países más ricos del mundo. Hoy tiene el lugar número 70 y tantos, y no puede pagar sus deudas en la fecha de vencimiento. Nuestro gobierno solamente aspira a obtener su humillante prórroga y no a plantear la recia determinación de hacer o hacer las obras que aprovecharan las ventajas que nos dio la naturaleza, tal cual lo llevaron a cabo argentinos ilustres a quiénes ninguna dificultad pudo detener. Recientemente nos hemos comprometido a pagar bonos emitidos al 16% de interés anual en dólares. Este interés no hay forma de pagarlo con utilidades genuinas. Según la economista (La Nación, 17 de enero de 2021) ”Mientras la Argentina hoy no tiene acceso a los mercados internacionales de crédito, países como la República Dominicana, que depende casi íntegramente del turismo, colocó recientemente deuda a 10 años a una tasa del 3,87% .” Conclusión: Debemos reconstruir las instituciones de la Patria basadas en la división de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial y su correcto desempeño y la no menor trascendencia de un auténtico federalismo respetuoso de las autonomías provinciales y el talento y dedicación de sus mejores hijos. Debemos convocar a los ciudadanos de esta tierra generosa a aprovechar los dones que la Naturaleza nos brindó, como lo hicieron nuestros mayores. Debemos volver a ser la República Argentina de antaño basada en la capacidad, el mérito y el amor a la Patria o desapareceremos sin una parcela de gloria.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 27, 2021