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  Por ANDREA PALOMAS ALARCÓN

Porque después de todo he comprendido
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado.

Francisco Luis Bernárdez

 

En el argot delictivo la cárcel se llama “tumba” y todo aquello que tiene que ver con la prisión es “tumbero”. Armas “tumberas”,  lenguaje “tumbero”,  costumbres tumberas…

Me lo explicó un oficial de alto rango del Servicio Penitenciario Federal que alguna vez fue director de la Escuela Penitenciaria Federal y ahora es preso político.

Para los que niegan tozudamente que existe una parte de la sociedad enterrada en vida a la que se le cancelaron todos los derechos constitucionales puede resultar sorprendente que aquel que tuvo la responsabilidad de formar a todos los penitenciarios del país, incluso a los que hoy lo custodian a él, se encuentre preso en la “tumba”.

Cuando se habla de “negacionismo” debería estudiarse el fenómeno de una sociedad que se llena la boca con la palabra “democracia”, “república”, “estado de derecho” ninguneando  tercamente esta realidad molesta, incómoda.

Me ha tocado acompañar a familiares de presos políticos a reuniones con funcionarios de todos los partidos, de todo el espectro político y puedo decir que ninguno desconoce la realidad aunque manifiestan su “estupor”, su “sorpresa” mal fingida cuando se les relata el maltrato, el abandono de persona, el homicidio simple en nombre de los Derechos Humanos.

Bruglia, Bertuzzi y Castelli

Una realidad incómoda que incluye que esos mismos funcionarios, en su momento, apoyaron el combate al terrorismo. Tal vez esa “culpa” es lo que ayuda al negacionismo.  La sociedad disfruta de una libertad que no se ganó y que pagaron miles de personas en los años 70, algunas, víctimas del terrorismo, otras, soldados que debieron combatirlo y que hoy ofrecen el sacrificio forzoso de la prisión.

En estos días grupos de personas se manifestaron ante los Tribunales para que no se traslade a los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli.

Germán Castelli el 28 de diciembre de 2011 firmó la sentencia de la causa (ESMA), que condenó, entre otros al almirante Oscar Montes. El 10 de noviembre de 2009, como juez federal de Morón, Castelli también ordenó la detención del general de brigada Alfredo Manuel Arrillaga y del mayor Jorge Eduardo Varando por la causa del copamiento de La Tablada por el MTP.

En cuanto a los otros próceres, el 14 de julio de 2011 Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi condenaron a prisión perpetua a los oficiales del ejército Héctor Gamen y Hugo Pascarelli y a los agentes del Servicio Penitenciario Federal José Maidana a 22 años y seis meses de prisión; Diego Chemes a 21 años y seis meses; Ramón Erlán y Ricardo Martínez a 20 años y seis meses; y Roberto Zeolitti a 18 años. Ello en el marco de la causa El Vesubio.

Estos son sólo algunos pocos casos en los que los jueces, tan defendidos por la sociedad, han cometido un feroz prevaricato condenando con una figura (lesa humanidad) que no se puede aplicar en nuestro país para hechos anteriores al año 2007.

Elisa Carrió

Es desconcertante que la sociedad se aferre a una balsa llena de agujeros llamada “Poder Judicial” con este ejercicio de negacionismo militante pero lo que más me llama la atención es la maravillosa alquimia con la que reclaman justicia al tiempo que se mantienen ajenos a la injusticia que sufren los que cumplieron órdenes y sirvieron al país. Gracias a lo que hicieron, bien o mal, hoy tenemos país.

Alguna vez, alguno de los políticos a los que hemos ido a ver nos explicó que lo que se quiso hacer fue desarticular el “partido militar” y que para ello tenían que pagar justos por pecadores,  subalternos por jefes (que se encuentran fallecidos en su mayoría). Todo sea por defender la democracia, la república.

Carrió (una de esos políticos) dijo que el asunto se les “desmadró”.

La justicia al servicio de la política.

Aquellos vientos trajeron estas tempestades y la ideología desarmista alcanzó a las Fuerzas de Seguridad. Hoy se cobró la vida de un policía Federal. La indignación invadió la sociedad y los aplausos y cortejos no se escatimaron.

Cuando Roldán pasa su primer día de muerto en el Panteón de la Policía Federal me pregunto si la sociedad aprecia su sacrificio o sólo tiene miedo. Que al cabo en términos políticos, es casi lo mismo.

 

 

Biografía de la doctora Andrea Palomas Alarcón

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 2, 2020


 

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