El 23 de julio pasado, en Rosario, 3 personas esperaban en la parada de colectivos. Quedaron en medio de un tiroteo entre narcos. Una señora resultó asesinada y su hija, una bailarina de danzas árabes, resultó seriamente herida y ahora esta grave, gravísima. Además, un adolescente también fue alcanzando por las balas, aunque ya se encuentra fuera de peligro.
Un forista se queja, en los comentarios de una noticia al respecto (Rosario3), de que la sociedad “no hace nada”. Y yo me veo en la obligación de estar completamente de acuerdo con lo que dice el que le responde (ver imagen), aunque lamento que utilice un nombre ficticio o imposible de identificar. Yo compensaré esa falencia.
Es que tiene razón… Yo debo ser una de las pocas personas que conozco que jamás probó la basura de la marihuana ni mucho menos alguna otra droga por el estilo. Siempre estuve rodeado de “cancheros” que “se las saben todas”. Prácticamente todo el mundo hace alardes de, al menos, haber probado alguna droga. Unos vivos bárbaros.
En rigor, la “sociedad” -es decir, ese 80 o 90% de la misma- “no hace nada” -ni se inmuta- ante estos hechos inenarrables… por la sencilla razón de que, en mayor o menor medida, TODO CONSUMIDOR está, en esencia, atontado por la falopa y, además, es cómplice de las cosas horrendas que estamos viendo en Rosario. Son el necesario combustible de todo este circuito maléfico del narcotráfico. Son los que compran para “recrearse”.
Sin consumo, se termina el narcotráfico. ¿Qué hacen, pues, los “angelitos recreativos? Van y le compran al delincuente que, para poder vender, tiene necesariamente que mandar a matar a otro para que no le quite el negocio. ¿Qué “recreativo” eso de fumarse un porrito, no? ¡Realmente unos vivos bárbaros!
Les pongo el ejemplo de un tipo al que le gusta salir de “putas”. ¿Qué hace si se llegara a dar cuenta de que “el privado” al que va para saciar su “hambre” es un eslabón más de toda una cadena que completa un oscuro mercado de tratas de blancas? Respuesta: Se baña, se afeita y se busca una mujer como la gente antes que formar parte de semejante mafia, ¿no? Denunciar no puede porque termina por aparecer en pedacitos, pero al menos no consume más, ¿eh?
El consumidor de estupefacientes debería tener esta clase de “decencia” al momento de entender que no hace más que formar parte de una mafia horrenda, sumamente oscura y que, finalmente, nos lleva a vivir las peores cosas que podamos imaginar en nuestra ciudad. Son cómplices. Definitivamente cómplices.
Adictos, enfermos, víctimas, santos, luchadores, recreativos, superhéroes… el nombre que le quieran poner, pero, al final, SON CÓMPLICES. Y buscale toda la explicación que el ingenio te provea, estás en todo tu derecho, pero -repito- al final sos cómplice de todo lo que el narcotráfico está haciendo en nuestra ciudad. El narco que mató a esta señora, dejó grave a la hija e hirió a un adolescente, ¿me vende esa basura a mí o te la vende a vos? (¿Necesitás que sea más claro todavía?).
Y claro que en una ciudad o un país donde los medios “te venden” el consumo de drogas como “recreativo” (porque, en los medios, ya sabemos, son todos drogadictos), nadie va a hacer nada -ni siquiera dejar de consumir- para responder a lo que está pasando. El cómplice de un criminal lo que más desea interiormente es no caer junto con el criminal al que sostiene, ¿no?
Fin de la historia. Yo ya me cansé de explicarlo, de hablarlo, de repetirlo, de verlo… Siempre te salen con un domingo siete, una justificación, una explicación, una excusa, te dicen que no “le hacen mal a nadie”, que todos somos libres, que viva la pepa, que los políticos, la elite, los extraterrestres… en fin, todo lo que hace hasta el más básico de los delincuentes a la hora de quitarse toda la responsabilidad que pesa sobre él. Lo mismo que el más básico y estúpido de los delincuentes.
Tiran palos para todos lados, los imbéciles de siempre (es decir, el 80 o el 90% de la gente que nos rodea), pero siguen CONSUMIENDO, siguen comprando al mismo que les vende. Y a mí, con esta cara de ogro que tengo, más feo que lindo, pero transparente como el agua… a mí, NO ME VENDE NADIE ni nadie me ofrece nada porque, primeramente, me ve en la jeta que yo JAMÁS les iría a comprar NADA. Conmigo no hay negocio para ellos.
Con todo mi corazón, lamento profundamente lo que toca vivir a miles de rosarinos de bien que deben padecer, en carne propia, las consecuencias de vivir en una miserable ciudad de drogadictos que financian narcotraficantes que, para venderles a los drogadictos, hacen las cosas que hacen y matan a las personas que matan.
Sé que lo que digo no le va a gustar a muchos y me importa un comino. Tengo la tranquilidad de no ser cómplice de los asesinos de la mujer que mataron el domingo mientras acompañaba a su propia hija a esperar el colectivo.
💉
Por David Rey.
El 23 de julio pasado, en Rosario, 3 personas esperaban en la parada de colectivos. Quedaron en medio de un tiroteo entre narcos. Una señora resultó asesinada y su hija, una bailarina de danzas árabes, resultó seriamente herida y ahora esta grave, gravísima. Además, un adolescente también fue alcanzando por las balas, aunque ya se encuentra fuera de peligro.
Un forista se queja, en los comentarios de una noticia al respecto (Rosario3), de que la sociedad “no hace nada”. Y yo me veo en la obligación de estar completamente de acuerdo con lo que dice el que le responde (ver imagen), aunque lamento que utilice un nombre ficticio o imposible de identificar. Yo compensaré esa falencia.
Es que tiene razón… Yo debo ser una de las pocas personas que conozco que jamás probó la basura de la marihuana ni mucho menos alguna otra droga por el estilo. Siempre estuve rodeado de “cancheros” que “se las saben todas”. Prácticamente todo el mundo hace alardes de, al menos, haber probado alguna droga. Unos vivos bárbaros.
En rigor, la “sociedad” -es decir, ese 80 o 90% de la misma- “no hace nada” -ni se inmuta- ante estos hechos inenarrables… por la sencilla razón de que, en mayor o menor medida, TODO CONSUMIDOR está, en esencia, atontado por la falopa y, además, es cómplice de las cosas horrendas que estamos viendo en Rosario. Son el necesario combustible de todo este circuito maléfico del narcotráfico. Son los que compran para “recrearse”.
Sin consumo, se termina el narcotráfico. ¿Qué hacen, pues, los “angelitos recreativos? Van y le compran al delincuente que, para poder vender, tiene necesariamente que mandar a matar a otro para que no le quite el negocio. ¿Qué “recreativo” eso de fumarse un porrito, no? ¡Realmente unos vivos bárbaros!
Les pongo el ejemplo de un tipo al que le gusta salir de “putas”. ¿Qué hace si se llegara a dar cuenta de que “el privado” al que va para saciar su “hambre” es un eslabón más de toda una cadena que completa un oscuro mercado de tratas de blancas? Respuesta: Se baña, se afeita y se busca una mujer como la gente antes que formar parte de semejante mafia, ¿no? Denunciar no puede porque termina por aparecer en pedacitos, pero al menos no consume más, ¿eh?
El consumidor de estupefacientes debería tener esta clase de “decencia” al momento de entender que no hace más que formar parte de una mafia horrenda, sumamente oscura y que, finalmente, nos lleva a vivir las peores cosas que podamos imaginar en nuestra ciudad. Son cómplices. Definitivamente cómplices.
Adictos, enfermos, víctimas, santos, luchadores, recreativos, superhéroes… el nombre que le quieran poner, pero, al final, SON CÓMPLICES. Y buscale toda la explicación que el ingenio te provea, estás en todo tu derecho, pero -repito- al final sos cómplice de todo lo que el narcotráfico está haciendo en nuestra ciudad. El narco que mató a esta señora, dejó grave a la hija e hirió a un adolescente, ¿me vende esa basura a mí o te la vende a vos? (¿Necesitás que sea más claro todavía?).
Y claro que en una ciudad o un país donde los medios “te venden” el consumo de drogas como “recreativo” (porque, en los medios, ya sabemos, son todos drogadictos), nadie va a hacer nada -ni siquiera dejar de consumir- para responder a lo que está pasando. El cómplice de un criminal lo que más desea interiormente es no caer junto con el criminal al que sostiene, ¿no?
Fin de la historia. Yo ya me cansé de explicarlo, de hablarlo, de repetirlo, de verlo… Siempre te salen con un domingo siete, una justificación, una explicación, una excusa, te dicen que no “le hacen mal a nadie”, que todos somos libres, que viva la pepa, que los políticos, la elite, los extraterrestres… en fin, todo lo que hace hasta el más básico de los delincuentes a la hora de quitarse toda la responsabilidad que pesa sobre él. Lo mismo que el más básico y estúpido de los delincuentes.
Tiran palos para todos lados, los imbéciles de siempre (es decir, el 80 o el 90% de la gente que nos rodea), pero siguen CONSUMIENDO, siguen comprando al mismo que les vende. Y a mí, con esta cara de ogro que tengo, más feo que lindo, pero transparente como el agua… a mí, NO ME VENDE NADIE ni nadie me ofrece nada porque, primeramente, me ve en la jeta que yo JAMÁS les iría a comprar NADA. Conmigo no hay negocio para ellos.
Con todo mi corazón, lamento profundamente lo que toca vivir a miles de rosarinos de bien que deben padecer, en carne propia, las consecuencias de vivir en una miserable ciudad de drogadictos que financian narcotraficantes que, para venderles a los drogadictos, hacen las cosas que hacen y matan a las personas que matan.
Sé que lo que digo no le va a gustar a muchos y me importa un comino. Tengo la tranquilidad de no ser cómplice de los asesinos de la mujer que mataron el domingo mientras acompañaba a su propia hija a esperar el colectivo.
Y yo sí le pongo el nombre a estas palabras:
David Rey
DAVIDREY.com.ar
Periodismo> para periodistas
PrisioneroEnnArgentina.com
Julio 27, 2022