Belle Gunness, nacida como Brynhild Paulsdatter Størseth en Noruega en 1859, sigue siendo una de las figuras más enigmáticas y escalofriantes de la historia criminal estadounidense. Tras emigrar a Estados Unidos en 1881, se estableció en Chicago y posteriormente en La Porte, Indiana, donde su vida dio un giro siniestro. Se cree que Gunness asesinó a entre 14 y 40 personas, incluyendo esposos, hijos y pretendientes, lo que le valió el apodo de “La Bella del Infierno”.
Sus crímenes eran metódicos y tenían motivos económicos. Gunness se casó con Mads Sorenson en 1884; tanto su casa como su negocio se incendiaron misteriosamente, lo que generó indemnizaciones del seguro. El propio Sorenson murió en circunstancias sospechosas el mismo día en que dos de sus pólizas de seguro de vida coincidían. Gunness cobró ambas. Posteriormente se casó con Peter Gunness, quien falleció en un supuesto accidente con una picadora de carne. De nuevo, se benefició del seguro.
Gunness
El plan más notorio de Gunness consistía en publicar anuncios matrimoniales en periódicos, atrayendo a hombres con promesas de compañía y prosperidad compartida. Muchos llegaban a su granja con dinero en efectivo y objetos de valor, para nunca ser vistos. En 1908, su casa de campo se incendió y las autoridades descubrieron los restos de múltiples víctimas enterradas en su propiedad. Entre ellos se encontraban sus hijos y una mujer adulta decapitada que inicialmente se creyó que era la propia Gunness. Sin embargo, persiste la especulación de que fingió su muerte y escapó a la justicia.
El legado de Gunness es a la vez aterrador y de gran importancia histórica. Desafió las expectativas de género de principios del siglo XX, no como una matrona protectora, sino como una depredadora calculadora. Su caso cuestionó las suposiciones sobre la criminalidad femenina y expuso las vulnerabilidades de los sistemas de seguros y de seguridad de la época. La magnitud de sus crímenes y el misterio que rodea su desaparición han consolidado su lugar en los anales del folclore estadounidense.
Más de un siglo después, Belle Gunness sigue fascinando a criminólogos, historiadores y narradores. Su vida invita a reflexionar sobre la intersección del género, el poder y el engaño, y sobre cómo los puntos ciegos de la sociedad pueden propiciar actos monstruosos. Ya sea considerada una asesina a sangre fría o un símbolo de un fracaso sistémico, la historia de Gunness sigue rondando la imaginación estadounidense.
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Belle Gunness, nacida como Brynhild Paulsdatter Størseth en Noruega en 1859, sigue siendo una de las figuras más enigmáticas y escalofriantes de la historia criminal estadounidense. Tras emigrar a Estados Unidos en 1881, se estableció en Chicago y posteriormente en La Porte, Indiana, donde su vida dio un giro siniestro. Se cree que Gunness asesinó a entre 14 y 40 personas, incluyendo esposos, hijos y pretendientes, lo que le valió el apodo de “La Bella del Infierno”.
Sus crímenes eran metódicos y tenían motivos económicos. Gunness se casó con Mads Sorenson en 1884; tanto su casa como su negocio se incendiaron misteriosamente, lo que generó indemnizaciones del seguro. El propio Sorenson murió en circunstancias sospechosas el mismo día en que dos de sus pólizas de seguro de vida coincidían. Gunness cobró ambas. Posteriormente se casó con Peter Gunness, quien falleció en un supuesto accidente con una picadora de carne. De nuevo, se benefició del seguro.
El plan más notorio de Gunness consistía en publicar anuncios matrimoniales en periódicos, atrayendo a hombres con promesas de compañía y prosperidad compartida. Muchos llegaban a su granja con dinero en efectivo y objetos de valor, para nunca ser vistos. En 1908, su casa de campo se incendió y las autoridades descubrieron los restos de múltiples víctimas enterradas en su propiedad. Entre ellos se encontraban sus hijos y una mujer adulta decapitada que inicialmente se creyó que era la propia Gunness. Sin embargo, persiste la especulación de que fingió su muerte y escapó a la justicia.
El legado de Gunness es a la vez aterrador y de gran importancia histórica. Desafió las expectativas de género de principios del siglo XX, no como una matrona protectora, sino como una depredadora calculadora. Su caso cuestionó las suposiciones sobre la criminalidad femenina y expuso las vulnerabilidades de los sistemas de seguros y de seguridad de la época. La magnitud de sus crímenes y el misterio que rodea su desaparición han consolidado su lugar en los anales del folclore estadounidense.
Más de un siglo después, Belle Gunness sigue fascinando a criminólogos, historiadores y narradores. Su vida invita a reflexionar sobre la intersección del género, el poder y el engaño, y sobre cómo los puntos ciegos de la sociedad pueden propiciar actos monstruosos. Ya sea considerada una asesina a sangre fría o un símbolo de un fracaso sistémico, la historia de Gunness sigue rondando la imaginación estadounidense.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 5, 2025
Tags: Asesino serial, NoruegaRelated Posts
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