Dale Carnegie escribió un best-seller llamado Cómo ganar amigos e influir sobre las personas -un libro vil, si se quiere, pero de gran utilidad entre los empresarios norteamericanos y del mundo-. El señor Carnagie recorrió el planeta dando cursos y logrando una alta aceptación a su método. Este agrupamiento manipulador de la amistad es al menos tan cierto en la vida del hombre corriente, en negociantes y en las relaciones internacionales, donde el objetivo es influir en el comportamiento de las personas y los gobiernos.
Para la gente que está cableada, por discursos motivacionales, técnicas de venta, desarrollo de relaciones públicas y otros factores, hacen caer la balanza en su favor en el mundo de los negocios y en el universo político. Es un enigma cómo funciona el infligir presión en el ámbito del poder judicial.
Otro enigma hubiera sido como se desarrollarían los eventos en Argentina si por casos de lesa humanidad hubiera 2000 empresarios encarcelados.
Días atrás la Cámara Nacional de Casación Penal (Sala III) anuló la condena a 12 años de prisión impuesta al empresario Marcos Jacobo Levin. Esta sentencia se había producido en el año 2012.
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Marcos Levin
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Los jueces entendieron que los eventos por los cuales Levin estaba imputado son ajenos a la política de represión que según ellos llevaba adelante el último gobierno militar en la República Argentina. El tribunal sostuvo que Levin no incurrió en delitos de lesa humanidad, pues fueron guiados por el interés personal de los intervinientes en la dilucidación de una presunta estafa cometida en perjuicio de la empresa de transporte La Veloz del Norte. Las causas contra los empresarios supuestamente cómplices del llamado terrorismo de Estado siguen inmovilizadas en el plano de la Justicia. Dos de los casos más emblemáticos son los de Carlos Blaquier, dueño de la compañía azucarera Ledesma, y Vicente Massot, ex propietario del diario de la ciudad de Bahía Blanca La Nueva Provincia. Sendos imputados recibieron la falta de mérito en los procesos en su contra y están pendientes las apelaciones del Ministerio Público Fiscal a esas decisiones.
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No conozco al señor Blaquier, seguramente la señora o doctora Cristina Fernández de Kirchner o el hoy caído en desgracia Julio De Vido le conozcan mejor. Tampoco me siento capacitado para criticar sus creaciones poéticas, y no hay un pero detrás de esta oración. Asimismo, es interesante destacar la frase de aquellos que nunca obtienen frutos del gobierno por estar alejados de los poderes.
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Izquierda, Carlos Blaquier junto a Julio De Vido y Cristina Fernández de Kirchner. Foto superior, Blaquier y Julio De Vido.
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Carlos Pedro Blaquier fue procesado por la justicia federal de Jujuy bajo los cargos de cómplice primario en 26 casos de privación ilegítima de la libertad en la causa Burgos, por haber facilitado las camionetas para efectuar el traslado de los secuestrados a centros de detención y por los 36 secuestros seguidos de asesinato y desaparición durante la Noche del Apagón. En marzo de 2015, la sala IV de la Cámara Federal falló la falta de mérito al empresario agroindustrial.
Vicente Massot era dueño de La Nueva Provincia en tiempos del gobierno de facto y titular de La Nueva cuando ciudadanos pisoteados por la justicia realmente necesitaban del Cuarto Poder en Argentina, el único al que -ingenuamente- se pretendía alcanzar por ayuda. Sin embargo, en esa época del año 2015, el empresario-periodista de notable jerarquía intelectual, atravesaba un mal momento personal y cuidaba los detalles de su propia imputación. Luego de una primera solicitada denunciando las injusticias sin importar cuales fueran las represalias, se intentó una segunda que murió en el ensayo. La Nueva y el slogan Todo el día junto a vos, se transformó en no por este momento.
Un año después, la Cámara Federal de Casación decretaba la falta de mérito en los cargos contra el director del diario de Bahía Blanca. La metamorfosis danza con los terroristas convertidos en libres dirigentes, los empresarios vuelven a nacer bajo las alas de cada nuevo gobierno, mientras los ex uniformados sufren y mueren en prisión en juicios sin evidencia en su contra.
Poema de Carlos Blaquier dedicado a Cristina Fernández de Kirchner
Dale Carnegie escribió un best-seller llamado Cómo ganar amigos e influir sobre las personas -un libro vil, si se quiere, pero de gran utilidad entre los empresarios norteamericanos y del mundo-. El señor Carnagie recorrió el planeta dando cursos y logrando una alta aceptación a su método. Este agrupamiento manipulador de la amistad es al menos tan cierto en la vida del hombre corriente, en negociantes y en las relaciones internacionales, donde el objetivo es influir en el comportamiento de las personas y los gobiernos.
Para la gente que está cableada, por discursos motivacionales, técnicas de venta, desarrollo de relaciones públicas y otros factores, hacen caer la balanza en su favor en el mundo de los negocios y en el universo político. Es un enigma cómo funciona el infligir presión en el ámbito del poder judicial.
Otro enigma hubiera sido como se desarrollarían los eventos en Argentina si por casos de lesa humanidad hubiera 2000 empresarios encarcelados.
Días atrás la Cámara Nacional de Casación Penal (Sala III) anuló la condena a 12 años de prisión impuesta al empresario Marcos Jacobo Levin. Esta sentencia se había producido en el año 2012.
[ezcol_1quarter]Marcos Levin
[/ezcol_1quarter] [ezcol_3quarter_end]Los jueces entendieron que los eventos por los cuales Levin estaba imputado son ajenos a la política de represión que según ellos llevaba adelante el último gobierno militar en la República Argentina. El tribunal sostuvo que Levin no incurrió en delitos de lesa humanidad, pues fueron guiados por el interés personal de los intervinientes en la dilucidación de una presunta estafa cometida en perjuicio de la empresa de transporte La Veloz del Norte. Las causas contra los empresarios supuestamente cómplices del llamado terrorismo de Estado siguen inmovilizadas en el plano de la Justicia. Dos de los casos más emblemáticos son los de Carlos Blaquier, dueño de la compañía azucarera Ledesma, y Vicente Massot, ex propietario del diario de la ciudad de Bahía Blanca La Nueva Provincia. Sendos imputados recibieron la falta de mérito en los procesos en su contra y están pendientes las apelaciones del Ministerio Público Fiscal a esas decisiones.
[/ezcol_3quarter_end]No conozco al señor Blaquier, seguramente la señora o doctora Cristina Fernández de Kirchner o el hoy caído en desgracia Julio De Vido le conozcan mejor. Tampoco me siento capacitado para criticar sus creaciones poéticas, y no hay un pero detrás de esta oración. Asimismo, es interesante destacar la frase de aquellos que nunca obtienen frutos del gobierno por estar alejados de los poderes.
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Izquierda, Carlos Blaquier junto a Julio De Vido y Cristina Fernández de Kirchner. Foto superior, Blaquier y Julio De Vido.
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Carlos Pedro Blaquier fue procesado por la justicia federal de Jujuy bajo los cargos de cómplice primario en 26 casos de privación ilegítima de la libertad en la causa Burgos, por haber facilitado las camionetas para efectuar el traslado de los secuestrados a centros de detención y por los 36 secuestros seguidos de asesinato y desaparición durante la Noche del Apagón. En marzo de 2015, la sala IV de la Cámara Federal falló la falta de mérito al empresario agroindustrial.
Vicente Massot era dueño de La Nueva Provincia en tiempos del gobierno de facto y titular de La Nueva cuando ciudadanos pisoteados por la justicia realmente necesitaban del Cuarto Poder en Argentina, el único al que -ingenuamente- se pretendía alcanzar por ayuda. Sin embargo, en esa época del año 2015, el empresario-periodista de notable jerarquía intelectual, atravesaba un mal momento personal y cuidaba los detalles de su propia imputación. Luego de una primera solicitada denunciando las injusticias sin importar cuales fueran las represalias, se intentó una segunda que murió en el ensayo. La Nueva y el slogan Todo el día junto a vos, se transformó en no por este momento.
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Un año después, la Cámara Federal de Casación decretaba la falta de mérito en los cargos contra el director del diario de Bahía Blanca. La metamorfosis danza con los terroristas convertidos en libres dirigentes, los empresarios vuelven a nacer bajo las alas de cada nuevo gobierno, mientras los ex uniformados sufren y mueren en prisión en juicios sin evidencia en su contra.
Poema de Carlos Blaquier dedicado a Cristina Fernández de Kirchner
Se ha incrementado la venta/
del cerdo vivo o carneado/
después de haber escuchado/
a Cristina presidenta.
Las propiedades del cerdo/
eran para mí un enigma,/
desde hoy son un paradigma/
y la vaca es un recuerdo.
Y por potenciar la cosa/
como cerdo a toda hora/
y gracias a la Señora/
hoy tengo novia mimosa.
Por eso soy cristinista/
y nada me hará cambiar,/
soy cristinista a rabiar/
y un convencido activista
Carlín P. Blaquier
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 7, 2017
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