El lago Okeechobee cubre 730 millas cuadradas (1890,69 kilómetros cuadrados) del sur de Florida y partes de cinco condados, lo que lo convierte en el segundo cuerpo de agua dulce más grande dentro de las fronteras de los Estados Unidos. Antes de 1545, los indios Calusa llamaban al gran lago “Mayaimi”, que es probablemente de donde Miami recibe su nombre. En 1564, dos marineros españoles naufragados se refirieron a él como “Sarrope”, mientras que en otros relatos se lo identifica como “Lago Mayacco” o “Laguna del Esperita Santo”. En la historia reciente se le conoce como el lago Okeechobee, una palabra seminole apropiada que significa “agua grande”.
El lago Okeechobee no ha sido inmune a historias extrañas o reclamos inusuales y ha tenido su parte de cuentos sobre fantasmas, tesoros perdidos e incluso monstruos. En 1956, un piloto que volaba sobre el extremo norte del lago informó haber visto huellas de dinosaurios gigantes en el lodo. La mayoría de estos relatos extraños han sido descartados como simples historias populares. En cuanto a las huellas de dinosaurios, resultaron ser huellas dejadas por máquinas dragadoras. Sin embargo, el lago Okeechobee tiene un misterio sin explicación, con buena evidencia física, que ha desconcertado tanto a los científicos como a la población local durante muchos años. Es el secreto de los huesos de Okeechobee.
Antes de 1910, los primeros pioneros informaron haber visto esqueletos humanos en las aguas poco profundas alrededor del extremo sur del enorme lago. Varios viejos pescadores hablaron de “atrapar cráneos humanos” en sus redes. Uno de los primeros colonos afirmó que había tantos cráneos en las aguas poco profundas que “durante la marea baja parecía un huerto de calabazas”. Un agrimensor que limpiaba un terreno en Grassy Island a principios del siglo XX, expuso más de cincuenta esqueletos humanos que estaban cubiertos solo por un par de pulgadas de arena. Este no fue un caso de entierros en tierra seca, ya que Grassy Island no es una isla natural, originalmente era el fondo del lago que quedó expuesto cuando los canales de drenaje bajaron los niveles del agua. Willis Crosby solía hacer “pez gato” en Okeechobee y compartió su historia sobre el hallazgo de media docena de cráneos humanos en 1953 tirados en el barro en Observation Island. Había un montón de otros huesos esparcidos por todo el fondo, supongo que eran humanos. Todos dijeron que eran huesos de indios, era bastante común verlos cuando el agua estaba baja. Todos los relatos sobre el hallazgo de huesos humanos provienen del área que se extiende desde la isla Kreamer hasta la isla Observation y las varias millas cuadradas entre el continente.
En 1918, el nivel del agua cayó a un mínimo histórico, revelando cientos de restos humanos encajados en el cieno a lo largo de los lados norte de las islas Ritta y Kreamer. No parecía haber ningún orden en estos esqueletos. Los huesos de adultos y niños estaban esparcidos por todo el fondo del lago. La primera teoría dice que estos fueron víctimas de uno de los terribles huracanes de Okeechobee. Si es así, entonces habría sido un huracán antiguo, porque los 2000 muertos de los huracanes de 1926 y 28 fueron recuperados y enterrados en fosas comunes en el continente. Antes de 1900, solo unas pocas personas vivían alrededor del lago Okeechobee, lo que descartaría cualquier víctima masiva por inundaciones o tormentas y ciertamente no lo suficiente como para dar cuenta de los miles de cuerpos misteriosos estimados en el fondo de Okeechobee.
Algunos investigadores han buscado en la guerra Seminole respuestas a este misterio. Sin embargo, la única escaramuza local fue la Batalla de Okeechobee de 1837 en el extremo norte del lago, que resultó en solo treinta muertos. Los historiadores no han encontrado conexiones españolas tempranas con el misterio y creen que los huesos pueden anteceder al primer período español por miles de años. Algunos especulan que los esqueletos pueden haber sido residentes de una antigua aldea india devastada por guerras tribales o enfermedades. Esto ciertamente explicaría la presencia de restos tanto de adultos como de niños. Pero si este es el caso, ¿qué explica la ausencia total de artefactos y cerámica?
Vuelo 401
Parece que nadie puede explicar realmente qué están haciendo los huesos en el lago Okeechobee, aunque algunos piensan que es un enorme lugar de entierro submarino. Quizás el gran lago fue visto como un lugar espiritual por alguna cultura antigua y un buen lugar para enterrar a los muertos. El arqueólogo Dr. Warren Browning sostiene esta posibilidad y señala que algunos entierros aborígenes se hacían bajo el agua con los cuerpos anclados al fondo de los lagos. Aún así, esto no explica por qué tanto material óseo está disperso en un área tan amplia sin un orden aparente o por qué no hay artefactos asociados con estos huesos.
Según una leyenda, en febrero de 1841, doscientos seminoles, en lugar de ser capturados por el ejército, se suicidaron en masa. Supuestamente, estas personas “se cortaron la garganta y se arrojaron al agua donde sus cuerpos desaparecieron en el agua de los claros”. No sé sabe esto tiene alguna conexión con los huesos en el lago, además no se ha encontrado registros históricos que respalden esta historia. Sin embargo, la historia continúa diciendo que un curandero puso un maleficio en el área, que desde entonces se conoce como la “Maldición de los Everglades”. Una historia apareció en un tabloide de supermercado hace unos años que afirmaba que la maldición era responsable de dos importantes accidentes aéreos en el área, la tragedia del vuelo 401 de Tristar en 1972 y el accidente del vuelo 592 en 1996. La Tribu Seminole de Florida respondió que el tabloide había tratado de crear un mito y que la historia era “Ho-lash-ko-an”. Si la traducción seminolaees correcta, significa algo así como “un montón de tonterías”.
Ha habido muchas especulaciones salvajes sobre los esqueletos del lago Okeechobee. Tal vez sean los restos de una mítica tribu perdida como se menciona en varias crónicas religiosas. Con la península de Florida extendiéndose tan al sur hacia el océano, es razonable pensar que los antiguos marinos debieron tropezar con ella en algún momento. Quizás los esqueletos pertenecían a refugiados que escaparon de Atlantis o extraterrestres del espacio exterior. Hasta que llegue alguien con una buena explicación de este antiguo misterio de la muerte, el secreto permanecerá guardado por las grandes aguas del lago Okeechobee.
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El lago Okeechobee cubre 730 millas cuadradas (1890,69 kilómetros cuadrados) del sur de Florida y partes de cinco condados, lo que lo convierte en el segundo cuerpo de agua dulce más grande dentro de las fronteras de los Estados Unidos. Antes de 1545, los indios Calusa llamaban al gran lago “Mayaimi”, que es probablemente de donde Miami recibe su nombre. En 1564, dos marineros españoles naufragados se refirieron a él como “Sarrope”, mientras que en otros relatos se lo identifica como “Lago Mayacco” o “Laguna del Esperita Santo”. En la historia reciente se le conoce como el lago Okeechobee, una palabra seminole apropiada que significa “agua grande”.
El lago Okeechobee no ha sido inmune a historias extrañas o reclamos inusuales y ha tenido su parte de cuentos sobre fantasmas, tesoros perdidos e incluso monstruos. En 1956, un piloto que volaba sobre el extremo norte del lago informó haber visto huellas de dinosaurios gigantes en el lodo.
La mayoría de estos relatos extraños han sido descartados como simples historias populares. En cuanto a las huellas de dinosaurios, resultaron ser huellas dejadas por máquinas dragadoras. Sin embargo, el lago Okeechobee tiene un misterio sin explicación, con buena evidencia física, que ha desconcertado tanto a los científicos como a la población local durante muchos años. Es el secreto de los huesos de Okeechobee.
Antes de 1910, los primeros pioneros informaron haber visto esqueletos humanos en las aguas poco profundas alrededor del extremo sur del enorme lago. Varios viejos pescadores hablaron de “atrapar cráneos humanos” en sus redes. Uno de los primeros colonos afirmó que había tantos cráneos en las aguas poco profundas que “durante la marea baja parecía un huerto de calabazas”. Un agrimensor que limpiaba un terreno en Grassy Island a principios del siglo XX, expuso más de cincuenta esqueletos humanos que estaban cubiertos solo por un par de pulgadas de arena. Este no fue un caso de entierros en tierra seca, ya que Grassy Island no es una isla natural, originalmente era el fondo del lago que quedó expuesto cuando los canales de drenaje bajaron los niveles del agua. Willis Crosby solía hacer “pez gato” en Okeechobee y compartió su historia sobre el hallazgo de media docena de cráneos humanos en 1953 tirados en el barro en Observation Island. Había un montón de otros huesos esparcidos por todo el fondo, supongo que eran humanos. Todos dijeron que eran huesos de indios, era bastante común verlos cuando el agua estaba baja. Todos los relatos sobre el hallazgo de huesos humanos provienen del área que se extiende desde la isla Kreamer hasta la isla Observation y las varias millas cuadradas entre el continente.
En 1918, el nivel del agua cayó a un mínimo histórico, revelando cientos de restos humanos encajados en el cieno a lo largo de los lados norte de las islas Ritta y Kreamer. No parecía haber ningún orden en estos esqueletos. Los huesos de adultos y niños estaban esparcidos por todo el fondo del lago. La primera teoría dice que estos fueron víctimas de uno de los terribles huracanes de Okeechobee. Si es así, entonces habría sido un huracán antiguo, porque los 2000 muertos de los huracanes de 1926 y 28 fueron recuperados y enterrados en fosas comunes en el continente. Antes de 1900, solo unas pocas personas vivían alrededor del lago Okeechobee, lo que descartaría cualquier víctima masiva por inundaciones o tormentas y ciertamente no lo suficiente como para dar cuenta de los miles de cuerpos misteriosos estimados en el fondo de Okeechobee.
Algunos investigadores han buscado en la guerra Seminole respuestas a este misterio. Sin embargo, la única escaramuza local fue la Batalla de Okeechobee de 1837 en el extremo norte del lago, que resultó en solo treinta muertos. Los historiadores no han encontrado conexiones españolas tempranas con el misterio y creen que los huesos pueden anteceder al primer período español por miles de años. Algunos especulan que los esqueletos pueden haber sido residentes de una antigua aldea india devastada por guerras tribales o enfermedades. Esto ciertamente explicaría la presencia de restos tanto de adultos como de niños. Pero si este es el caso, ¿qué explica la ausencia total de artefactos y cerámica?
Parece que nadie puede explicar realmente qué están haciendo los huesos en el lago Okeechobee, aunque algunos piensan que es un enorme lugar de entierro submarino. Quizás el gran lago fue visto como un lugar espiritual por alguna cultura antigua y un buen lugar para enterrar a los muertos. El arqueólogo Dr. Warren Browning sostiene esta posibilidad y señala que algunos entierros aborígenes se hacían bajo el agua con los cuerpos anclados al fondo de los lagos. Aún así, esto no explica por qué tanto material óseo está disperso en un área tan amplia sin un orden aparente o por qué no hay artefactos asociados con estos huesos.
Según una leyenda, en febrero de 1841, doscientos seminoles, en lugar de ser capturados por el ejército, se suicidaron en masa. Supuestamente, estas personas “se cortaron la garganta y se arrojaron al agua donde sus cuerpos desaparecieron en el agua de los claros”. No sé sabe esto tiene alguna conexión con los huesos en el lago, además no se ha encontrado registros históricos que respalden esta historia. Sin embargo, la historia continúa diciendo que un curandero puso un maleficio en el área, que desde entonces se conoce como la “Maldición de los Everglades”. Una historia apareció en un tabloide de supermercado hace unos años que afirmaba que la maldición era responsable de dos importantes accidentes aéreos en el área, la tragedia del vuelo 401 de Tristar en 1972 y el accidente del vuelo 592 en 1996. La Tribu Seminole de Florida respondió que el tabloide había tratado de crear un mito y que la historia era “Ho-lash-ko-an”. Si la traducción seminolaees correcta, significa algo así como “un montón de tonterías”.
Ha habido muchas especulaciones salvajes sobre los esqueletos del lago Okeechobee. Tal vez sean los restos de una mítica tribu perdida como se menciona en varias crónicas religiosas. Con la península de Florida extendiéndose tan al sur hacia el océano, es razonable pensar que los antiguos marinos debieron tropezar con ella en algún momento. Quizás los esqueletos pertenecían a refugiados que escaparon de Atlantis o extraterrestres del espacio exterior. Hasta que llegue alguien con una buena explicación de este antiguo misterio de la muerte, el secreto permanecerá guardado por las grandes aguas del lago Okeechobee.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 27, 2022